Contra quien estamos peliando?

Efesios 6:12, nos proporciona una visión espiritual profunda sobre la naturaleza de la lucha en la vida cotidiana: «Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales.»

Este versículo nos recuerda que nuestras batallas y conflictos no son simplemente contra otras personas, sino que hay fuerzas espirituales malignas en juego. A menudo, perdemos de vista este aspecto espiritual y nos concentramos únicamente en las interacciones humanas. Sin embargo, cuando reconocemos que el verdadero enemigo es espiritual, podemos cambiar nuestra perspectiva y abordar los conflictos de manera diferente.

Cuando nos ofendemos o nos sentimos heridos por las acciones de otros, es importante recordar que esas personas son también hijos e hijas de Dios, hechos a Su imagen. En lugar de verlas como enemigos, podemos intentar comprender las fuerzas espirituales detrás de sus acciones y responder con amor y compasión en lugar de resentimiento y enemistad.

La Biblia nos enseña a perdonar, a amar a nuestros enemigos y a orar por quienes nos persiguen (Mateo 5:44). Esto no significa que debamos ignorar el mal o las injusticias, sino que debemos abordarlas desde una perspectiva de amor y gracia, reconociendo que la verdadera batalla es espiritual.

Al comprender que nuestra lucha no es contra otras personas, sino contra las fuerzas del mal, podemos encontrar una mayor paz interior y trabajar hacia la reconciliación y la unidad en lugar de alimentar la discordia y el resentimiento. Es un recordatorio poderoso de que, incluso en medio de los conflictos y las adversidades, podemos encontrar esperanza y fortaleza en nuestra fe y en el poder de Dios para superar todas las cosas.

Ricardo Ascencio.