9/07

¿Cómo quieres que no te guarde rencor si tú te convertiste en el significado de lo que para mí nunca resultó «vivo»?

No me pintaste mi mundo de colores, pero si me hiciste ver el mundo con tu color … El color de tu piel, el color de tus ojos, de tus labios y de tu sonrisa.

Tu mirada me decía: Eres todo lo que tengo, eres lo mejor de mi vida…

Mientras las paredes blancas se reían de mí, sin posibilidad de avisarme que mentías.

Ahora lo sé, Nunca fuiste mía.

¡Que Neruda me compadezca! Ahora sé cuál es tu especie.

Nunca supe que todo a mi alrededor fue testigo de tu mentira…

Y sin embargo te amé.

Ojalá hubieras callado todas tus ilusiones que me llegaban como caricias, y al mismo tiempo; ojalá hubieras hablado de lo que buscabas.

De tantas estrellas que pusiste en mis ojos, termine con un cielo iluminado, pero mis pupilas de tanta lágrima de fuego ya no veían nada por el dolor que sembraste.

Mirando tanto la luz de la noche, te extrañaba, te hablaba.

Quise ser primavera en un terreno infértil, quise ser todo… absolutamente lo di todo y aun así nunca me elegiste.

Me quedé ciega… aunque todos lo sabemos… Siempre lo estuve.

De mí no queda más que tú nombre.

En mi sangre se encuentran tus genes.

En mis ojos se queda tu falso brillo del espectro que siempre mostraste.

De mi boca nada más salen palabras vacías producto de tus encantos,

De mí no sale una sonrisa porque ya todas te las has llevado.

Mis manos claman tocarte y lloran aceptando que entregaste tu cuerpo no por la dicha si no por el olvido.

Todo mi cuerpo aún se estremece y no logro descifrar si es por el deseo de tenerte o por la irremediable equivocación de haberte conocido.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS