Había una vez un tranquilo barrio en la ciudad de Montre, llamado Gora. Sus habitantes vivían en armonía, en una comunidad de vecinos muy unida. Hasta que un día la tranquilidad se vio perturbada por un misterioso suceso que lo cambiaría todo.

Cada mañana, el cartero depositaba una carta sin remitente en cada buzón o debajo de las puertas. La misiva solo contenía una frase: «Para quien sepa leer entre líneas». El mensaje era críptico:

«En la noche más oscura, cuando la luna esté completa,busca la llave que abre la puerta prohibida.El secreto que guarda la luz te espera en el centro,pero ten cuidado, no todos los tesoros son lo que parecen.»

Las reacciones ante el mensaje variaban. Algunos lo consideraban una broma, otros una superstición, e incluso algunos, temerosos, lo denunciaron a la policía. Se generaba un murmullo constante entre los vecinos y la policía investigaba sin llegar a ninguna conclusión.

Sin embargo, un joven llamado Hugo, con un espíritu aventurero y una mente ávida de conocimiento, se sintió fascinado por el misterio. Esperó pacientemente a la noche de luna llena, interpretando la frase «la luz» como una referencia a la luna completa.

Hugo se dirigió a la plaza central del barrio, el lugar de encuentro habitual, suponiendo que era el «centro» al que se refería el mensaje. Allí, bajo la luz de la luna, observó un haz de luz que apuntaba hacia un árbol específico. Encontró un hueco en el tronco, lleno de telarañas, y utilizando la luz de su celular, logró sacar una llave.

La llave tenía un mensaje grabado: «No todos los tesoros son lo que parecen, ¿vas a seguir buscando?» En el reverso, una dirección: Viento Norte 1345. Hugo, con el corazón palpitando de emoción, se dirigió a descubrir el secreto. Conocía la calle, pero antes de llegar, se encontró con un conocido que fue la última persona en verlo. Pasaron días, Hugo fue reportado como desaparecido. ¿El secreto se lo había tragado? ¿Continuará?

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