
Mi nombre es Amelia y soy detective. Desde hace meses he estado sumergida en un caso que ha sacudido a la ciudad entera: el caso del asesino del beso. Este misterioso asesino deja en sus víctimas un beso en la mejilla antes de arrebatarles la vida de una manera brutal. Hoy, la víctima es una hermosa chica de 17 años en plena juventud, su cuello destrozado y su cuerpo violado.Juré atrapar a este hijo de perra que se cree dueño de la vida de los demás.
Cada vez que llego a la escena del crimen, siento una mezcla de ira y tristeza por las vidas que ha arrebatado este asesino despiadado. Pero también siento determinación y un impulso inquebrantable de encontrarlo y llevarlo ante la justicia.El asesino del beso ha sido escurridizo, manteniéndose un paso adelante de la ley en todo momento. Pero yo estoy decidida a dar caza a este monstruo, incluso si tengo que adentrarme en lo más oscuro de la ciudad para hacerlo.La noche es fría y silenciosa cuando llego a la escena del crimen. La víctima yace en el suelo, su rostro reflejando el horror que sufrió antes de ser brutalmente asesinada.
Observo con detenimiento cada detalle, buscando cualquier pista que pueda llevarme al asesino. Pero esta vez, algo es diferente. Hay un rastro de algo en la mejilla de la víctima, algo que parece un beso. Mi corazón se acelera al darme cuenta de que el asesino del beso ha dejado una pista. Sé que esta es mi oportunidad de acercarme más a él, de descubrir su identidad y llevarlo ante la justicia. Sin perder tiempo, recojo la evidencia y me encamino hacia mi oficina, donde empiezo a examinarla meticulosamente en busca de cualquier indicio que pueda revelar la identidad del asesino. Horas pasan mientras analizo cada detalle, cada rastro de ADN encontrado en la mejilla de la víctima. Finalmente, encuentro una coincidencia con un perfil genético en la base de datos de criminales. El asesino del beso tiene un nombre:
Damon Blackwood. Damon Blackwood es un hombre de negocios influyente en la ciudad, aparentemente respetado por la sociedad pero en realidad un monstruo que ha estado acechando en las sombras. Decido seguirlo de cerca, observando cada uno de sus movimientos en busca de una oportunidad para atraparlo. Una noche, mientras seguía a Damon en su auto, presencio cómo aborda a una joven en la calle y la obliga a subir a su vehículo. No lo pienso dos veces y me lanzo tras él, persiguiéndolo por las calles de la ciudad hasta que finalmente logro detenerlo y rescatar a la joven. Damon es capturado y llevado ante la justicia, enfrentando las consecuencias de sus horribles crímenes. Pero la captura de Damon no me satisface por completo. Siento que hay algo más, algo que aún no he descubierto.
Mientras reviso los archivos del caso una vez más, una pieza del rompecabezas finalmente encaja en su lugar. Recuerdo una conversación que tuve con una anciana en un rincón olvidado de la ciudad. Ella hablaba de una antigua leyenda sobre un ser oscuro que caminaba entre los vivos, sediento de sangre y venganza. La anciana mencionó un antiguo ritual en el que el asesino marca a sus víctimas con un beso en la mejilla como un sello de muerte. Mientras rumio sobre estas palabras, una idea empieza a formarse en mi mente. ¿Y si Damon Blackwood no era el único responsable de los crímenes? ¿Y si había algo más, algo mucho más oscuro y siniestro oculto en las sombras? Decido seguir mi instinto y adentrarme en lo desconocido, en busca de respuestas que den sentido a esta pesadilla que ha invadido la ciudad. Me adentro en los túneles subterráneos que han sido olvidados por la sociedad, en busca de algo que hable de la verdad detrás de estos horribles crímenes. Es en las profundidades de los túneles donde descubro una antigua cripta, oculta a los ojos del mundo durante siglos. Dentro de ella, encuentro un altar con inscripciones en un idioma antiguo y velas encendidas que iluminan la oscuridad. Siento una presencia maligna que me observa, que me susurra al oído palabras de muerte y destrucción. En un instante de valentía, decido enfrentar a esta presencia oscura y descubrir la verdad detrás de los crímenes del asesino del beso. Me adentro en la cripta, preparada para lo que pueda encontrarme en su interior. En el centro de la cripta, encuentro a un ser oscuro y retorcido, con ojos rojos que parecen arder en la oscuridad. Es el verdadero asesino del beso, un ser demoníaco que ha estado sembrando el caos y la destrucción en la ciudad durante siglos. Me enfrento al ser con determinación y valentía, desafiándolo a dar explicaciones por sus crímenes atroces. El ser sonríe con malicia, revelando una boca llena de dientes afilados y manchados de sangre. Me cuenta una historia de venganza y odio, de un ser condenado a vagar por la eternidad en busca de almas inocentes para alimentar su sed de sangre. En un momento de claridad, comprendo que mi deber como detective es proteger a la ciudad de este mal antiguo y asegurarme de que nunca más vuelva a sembrar el terror entre los vivos. Con determinación y valentía, enfrento al ser en un combate épico que sacude las paredes de la cripta y hace temblar la tierra bajo mis pies. Después de una batalla ardua y despiadada, logro derrotar al ser demoníaco y sellar la cripta para siempre, asegurándome de que nunca más vuelva a amenazar a la ciudad con su presencia maligna.
Salgo de los túneles subterráneos, exhausta pero satisfecha de haber cumplido mi deber como detective y protectora de la ciudad. El caso del asesino del beso ha sido resuelto, pero sé que mi trabajo como detective nunca terminará. Siempre habrá seres oscuros y malévolos acechando en las sombras, esperando su momento para sembrar el caos y la destrucción. Pero mientras yo esté aquí, nunca podrán esconderse por mucho tiempo. Mi nombre es Amelia y soy detective. Y siempre estaré lista para enfrentar cualquier amenaza que se cruce en mi camino, por más oscura y siniestra que sea. Porque en la oscuridad, es donde brilla la luz de la verdad y la justicia.
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