Él
Llevamos más de seis meses juntos, no puedo creerlo; Contigo la vida pasa tan lento y tan rápido al mismo tiempo. Te veo cada día más hermosa que el anterior, pidiendo el mismo café de siempre. Eres tan sencilla, tan carismática que todos te conocen aquí y te reciben como familia. Te conozco de pies a cabeza, tan inteligente y concentrada en tu trabajo, la mujer perfecta para mi. Por eso, estoy listo al fin para dar el siguiente paso en esta relación. Seis meses es suficiente, ¿no?
Ella
Me encanta este café, vengo desde hace un año. Me hace recordar un café local de mi pueblo. Ahora que vivo en la ciudad, no había encontrado un lugar donde pudiera sentirme tan segura, como en mi hogar. Llevo año y medio trabajando para una empresa gringa que me paga muy bien. Soy dueña de mi tiempo, y puedo pasar todo el día aquí. Los dueños y trabajadores me han acogido, ya saben mi nombre y yo el de ellos. Aunque a veces extraño un poco la interacción con otras personas. Estar pegada a la computadora y ver a todos en un pequeño cuadro por videollamada no es lo mismo que interactuar en persona. Supongo que todo tiene sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas.
Decidí mudarme a Guadalajara por la última relación que tuve; fue hace ya más de 2 años, no funciono para nada. Así que decidí darme “aires nuevos”, como todo mundo dice. Hoy en día es la mentalidad de la mayoría de las personas. La verdad es que siempre he sido muy insegura, siento que no soy suficiente. Soy plana a más no poder. A diferencia de mis primas que son tan guapas. Ellas siempre me decían: “sé más lanzada, eres guapa, cualquier hombre te dirá que sí”. Así que, por fin tomé su consejo e invité a un tipo guapo de mi trabajo para que hiciéramos nuestro trabajo en línea juntos. Aunque solo lo he visto por meses en un cuadrito, se me hace tan atractivo. No sé, ¿qué tal si es más bajo que yo? ¿Qué tal si es raro? ¿Qué tal si es un patan?
“Lanzada”, me repito. Eso es lo que tengo que ser.
Lo veo entrar al café, y es más atractivo de lo que pensaba. Por fin se peinó. Es alto y un poco fornido, mis primas estarían encantadas con él. Que nervios, siento la sangre caliente. Relájate, ya se va a sentar.
Él
Quiero ser tu compañía a diario para que nadie te haga daño por estas calles tan peligrosas, asegurarme de que llegues sana y salva a tu hogar y esperar a que apagues tu luz para entonces poder irme tranquilo a mi casa y esperar a repetirlo al día siguiente. Me siento tan feliz, estoy seguro que te encantará lo que tengo preparado para ti, aquí en tu café favorito. Lo imaginé acostado en mi cama al lado de la foto que te tomé la otra vez, mientras estabas desprevenida, con un perfil tan perfecto. Y aquí estoy, ansioso por llegar a sentarme a tu lado y mostrarte cómo es que aún existen hombres buenos, hombres con buenas intenciones. Siempre te cuidaré…
Ella
Hemos estado platicando por horas, de verdad es un tipazo, maduro, amable, muy caballeroso que hasta se ofreció a pagar nuestra cuenta. Tenía años sin que me gustara alguien así. Se ofreció a acompañarme a mi casa. “Las entre-calles de la Avenida Chapultepec son peligrosas, ni de pedo dejo que te vayas sola”, dijo. Yo llevo caminandolas sóla desde hace casi un año y nada ha pasado pero por supuesto que no me negaré unos minutos más con él. Caminamos por la avenida, platicando de todo. Que fácil fluye la plática. Nunca me había pasado.
Estamos a unas casas del departamentito que rento. ¿Qué hago? ¿Lo invitaré a pasar? ¿Qué tal si piensa que soy muy intensa? ¿o si piensa que soy una piruja? No se que hacer, me tiemblan las piernas. De verdad me gusta no quiero dar un paso en falso. No se si ser lanzada o ser más “apretada”. Ojalá estuvieran mis primas para saber qué hacer. ¿Qué esperará el? ¿Tomará la iniciativa? Pues ya qué importa, ¿qué puede pasar?
Él
Espera, ¿quién es ese? ¿Qué hace sentándose contigo? ¿Tu lo invitaste? ¿Por qué lo saludas de beso? A mi jamás me has siquiera saludado- y a ese, que de seguro nunca lo has visto, se sienta contigo. ¿Te estará molestando? Iré a ver si necesitas algo. ¿Risas? ¿En serio estás disfrutando tu tiempo con otro? Como siempre se ciegan con el típico pendejo guapo, alto y mamado, ¿que tiene el de especial? Se ve como todo un idiota. ¿A dónde van? ¿Dejarás que ese cualquiera te acompañe a tu casa? ¿Qué tal si es un puto loco? No puedo permitir que algo te pase, tengo que cuidarte.
Me hierve la sangre, se ve que están disfrutando el trayecto, risas y más risas, ¿que es tan gracioso? Es un estúpido sin chiste. Lo puedo ver en la lejanía. No es mejor que yo. Se lo que es bueno para ti mi niña, y él no lo es.
Estamos ya muy cerca de tu casa, ¿permitirás que sepa donde vives? Esto es demasiado. No puedo dejar que hagas una tontería. Prometí desde que te conocí que te protegería. Esta piedra tiene buen tamaño. No puedo permitir que veas lo que tengo que hacer. Las mujeres a veces no saben bien que quieren, así que no te preocupes mi amor que yo lo haré todo por ti, pero no puedes ver. Tus bellos ojos no pueden ser testigos de lo que voy a hacer.
Un pequeño golpe en tu nuca es suficiente para que duermas, tan hermosa, tan perfecta. Ahora a proseguir con este pendejo, que bueno que es un débil en mente, ¿ya ves? No es para ti, todo pálido, viendo la navaja en mi mano. Que bueno que es un marica y se queda en shock. Nunca le hubiera ganado, siempre he sido delgado y de baja estatura, pero su impresión es suficiente. Las cosas no se piensan dos veces. Cuando un hombre de buena voluntad tiene el deseo suficiente toma acción.
Una, dos, tres y hasta veinte veces le entra la navaja como si su estómago fuera mantequilla. Que bien se siente su sangre caliente salpicando mi antebrazo, la sangre de un imbécil. Creo que la puñalada número veinte estuvo de más, pero esa te dedico a ti, mi vida. Cae tan fácil, a tu lado, ahogándose con su propia sangre. Rojo brotando de su boca, mi color favorito. En la sangre se ve tan vivo. Es una ironía tan tremenda que me hace reir: un rojo tan vivo en alguien tan muerto.
¿Qué haces despertando, tontita? Aún no acabo. Te desperto el idiota este con sus ruidos tan poco varoniles de agonia, ¿cierto? No te preocupes, nadie te molestara más, con la misma piedra con la que te deje inconsciente, terminaré el trabajo.
No sabía que una cabeza explotaba de esa manera, disculpa, no quería mancharte de esta sangre inmunda. Igual sus entrañas están por todos lados. Aplastar la cabeza fue solo un pequeño capricho, un castigo por despertarte. ¿Por qué lloras? ¿Por qué gritas? ¿no ves lo que hice por ti, maldita malagradecida?
-¿Qué haces con él? ¿no ves que pudo haber sido un violador o algún asesino? Nunca lo pensé de ti, las mujeres de hoy en día se creen tan empoderadas para engañar así de fácil, eres como cualquiera, eres una puta, de seguro entrarías a cogerlo, ¿cierto? No puedo creerlo, de verdad eres tan estupida…
Te quedas callada. Tal vez cruce la raya, ¿debo pedirte perdón?
-¿Quién chingados eres, maldito loco? ¡Alejate de mi! ¡Alguien ayuda!
El golpe debió ser más fuerte de lo que pensé. Ya no me recuerdas. Después de 6 meses sentándome en la mesa de atrás tuyo, ¿cómo no recordarme? Si hasta nos sonreímos una vez. Que dolor has de estar pasando, mi amor. Sin memoria de todo lo que hemos pasado juntos, como cuando se cayó tu liga del cabello y corrí a devolvértela, ¿cómo podrías olvidar momentos tan bonitos?
Yo no podría, estoy seguro que sufres, mi corazón. Pero no te preocupes, dicen que si uno es de alguien, siempre se encuentran en cualquier vida, igual y nos encontramos en la siguiente. En esta creo que estás echada a perder.
Limpio el cuchillo, no me gustaría recordar que te ayudé y lo hice con la sangre manchada de este perdedor. Ojalá nos entierren lado a lado. Tomados de la mano al fin. Ven, acércate, lo haré con cuidado y rápido para irme contigo después…
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