Soy una persona común como tú y como todos. Durante estos años he presenciado. el Sentirse solo y atrapado en una espiral de melancolía y tristeza es como caminar en un laberinto oscuro donde cada paso se siente más pesado que el anterior. La sensación de vacío parece envolverlo todo, como si estuvieras encerrado en un mundo donde la luz apenas alcanza a penetrar. Cada momento se vuelve una lucha interna entre el deseo de conectar con alguien y el miedo a ser rechazado una vez más. La soledad se convierte en una compañera constante, susurrando palabras de desaliento y recordándote tu fragilidad. En este estado, incluso las cosas más simples pueden parecer abrumadoras, y el corazón se sumerge en un océano de añoranza por un alivio que parece estar siempre fuera de alcance, el deseo de morir cada día bajo el peso de la depresión y la ansiedad es como cargar con una losa de plomo sobre el alma. Cada mañana parece una batalla perdida antes de comenzar, y el simple acto de levantarse de la cama se convierte en un desafío monumental. La mente se enreda en un torbellino de pensamientos oscuros y autodestructivos, y el corazón late con un ritmo pesado de desesperanza. Cada momento se vuelve una lucha interna entre el deseo de encontrar paz y el dolor que parece consumirlo todo. La ansiedad añade un vértigo constante, una sensación de ahogo que dificulta incluso respirar. En este estado de desesperación, la muerte se presenta como una salida tentadora, un escape de un sufrimiento que parece interminable..
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