Y entonces la vi, recostada sobre el horizonte. Y la vi queriendo sonreír.
Entonces digo: ¡Que te quiero hacer brillar, aún más!, que pudiera, te haría relucir.
De lo que puedo ser, ser sólo tu candil, o tu arlequín. El acompañante que está solo, y para ti.
El sol se ve partir, pero yo, sigo sudando aquí.
Ya parece que te escucho diciendo:
Otra vez, te encuentro antes del atardecer, mas es otra noche, que no vine a dormir.
Como ya lo sabes, es el tiempo para mí, y como siempre. Voy sobre ti.
También te imagino decir:
Esta vez, si me ves, tendrás suerte, porque me iré; antes del amanecer.
Mientras, disfruta de mi compañía, de la belleza de la vida.
Y de las delicias del existir, del buen vivir. Disfruta de las delicias del existir.
Y eso que sólo imagino. Porque es así.
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