El tesoro de un pobre, es la paz diaria. 
Siento cerca la brisa del alivio
se desmorona la piedra
noches de amargo desvelo
mañana próxima… ven pronto.
Sin dormir, veo con nuevos ojos
Todo huele a nuevo
lo que todo este tiempo ha olido a letrina.
No hay necesidad de seguir mordiendo mis uñas.
¿Quién se atreve a juzgar?
El mundo no es tuyo, no es mío.
El tesoro de un pobre, la paz diaria.
Susurra un nuevo cantar.
Es hora de recoger las botellas bajo la cama
Arreglar la manecilla del reloj de pulsera.
Reconocer que no he muerto,
Morir quise, quise morir
Es pronto, es tarde, no
Es ahora, todo empieza de nuevo.
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