Empecemos por el principio, mucho antes de despertarme de aquel sueño luego de un intento de suicidio, en aquel momento en que las cosas se salieron de control, donde no sabía quién era, pero ellos lo sabían a la perfección.
Las heridas se disfrazaron a tal punto que los recuerdos de mi infancia se tornaron muy confusos, la historia de mi vida comienza cuando deje de sobrevivir en medio del caos y empecé a sumergirme en él, fue entonces cuando mamá me saco de su casa, en el proceso estaba haciendo el intento de no la culparla, porque si me paro a pensar ser madre no viene con un manual, pero adentro mío esperaba mucho más de la persona que decía ser mi mamá, estos acontecimientos en la vida dejan heridas, te hacen desconfiar de quien dice quererte, porque la verdad no me lo explico ¿Cómo alguien puede expresar un supuesto sentimiento y luego echarte de su vida como si no valieras nada?
Quiero escribirte cartas sin mencionar tu nombre por miedo a que un día vengas y me niegues todo agrandando la herida que me marco, minimizando mi dolor como lo hacías antes, aun sabiendo que la herida es tan grande que traspasa todos mis latidos, admitiendo que perdí, gritando que después de ti la adicción al sufrimiento me hizo preguntarme ¿De qué me sirve estar aquí? Es decir, vamos, di todo y al final me tuve que ir para salvarme a mi ¿Tu reacción cual fue? Decirme que te dolía y no hacer nada; Un momento ¿Perdí? ¿Qué perdí? Si te suplique que me vieras, me escucharas y comprendieras quien estaba siendo “Me duele que te vayas” ¿Y por qué no hiciste nada para que me quedara? Porque entre tanto caos solo pude escuchar tu voz decir que te lastimaba mi huida. Me reclamaste en un silencio ensordecedor de que tu herida era más importante que la mía, mucho más profunda, tanto así que costaba creer que era real y que no existía nada que diga o haga para que te sintieras mejor a excepción de quedarme y seguir soportando el peso en mis hombros; Soy tan frágil ahora, mi corazón se está desarmando, pero tu dolor es más grande.
Me quedé congelado en medio del sufrimiento y sin darme cuenta, me encontré parado en frente del espejo, luego de tantas idas y vueltas, conseguí mirarme directo a los ojos y pedirme perdón; Te bajé de aquel trono en donde te puse y me senté en ese maldito lugar y carajo, que gran pedestal en donde te trepaste a costa de mí, espero que lo hayas disfrutado, porque nunca más te vas a volver a subir, porque este lugar me pertenece a mí.
@flordeloto_poesia
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