¿Dónde está tu licencia?
Esa que te diferencia de los demás,
con ansia te aleja de la arrogancia.
Tú que brindas armonía
a la lengua que nos guía
y nos alumbra el oscuro día,
que hasta ayer nos afligía.
Tu licencia de castellano
corre por tu vena y tu mano,
hazte amigo de lo soberano,
y no dejes que a ti llegue lo malo,
compra el amor y cómpralo bueno
mas no lo hagas con dinero,
de él no se espera nada sincero;
¡oye! Pero…
¡hazlo con el don que tiene un caballero!
La palabra es el don del hombre,
defienda lo tuyo con mano armada,
ármate con la espada del escritor,
¡tú la conoces muy bien!
¡Sí la pluma!, ese artefacto que nos da valor.
Valor para luchar en contra del destructor
de nuestro apreciado don,
amado lector, no abandones tu labor
como defensor de nuestra lengua materna.
No lo olvides noble licenciado
que en tus manos y en tu corazón,
llevas ese título honrado y estimado,
de ser defensor del idioma castellano.
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