Para salir del dolor, abrazarme los días.

Para salir del dolor, abrazarme los días.

I

Sorprendiendo ventajas del oscuro,
para
darle alimento de nadie,
hermosa melodía todos saben,
sin que
la maravilla sea confuso.

Los comportamientos, hay
necedades,
rostro melódico de las verdades,

en tus movimientos pongo adiós,
veráz
todo poderoso en Dios.

II

Triste sin recuperarme de
males,
sintiéndome temblar de los pesares
esperando que llegue
la noticia
para sentir la dulce recta brisa
escalofríos y
miedos ya dentro
extraño la belleza sin defectos
hermosos
rostros, no soy tal perfecto.

III

Apago los ojos, sentirme bien,
no
saber la frustración es tan cruel,
esperando la belleza del
amor,
si no es que falla la gran canción,
encontrarme una
bella deseo,
para que se cumpla lo gran perfecto.

IV

Libro sin acabar, yo acabado
estoy
sintiendo la tensión, pesares,
ridículas son las ideas,
males,
del porvenir tranquilo y angustiado,
ahora tiemblo de
lo del ayer,
estar meditativo para ver.

V

Ideas que torturan, no ser
cierto,
cuando el ser está en gran desacuerdo,
estoy harto de
pensar la acción
prefiero encontrar la verdad, amor.
Ideas
estúpidas sin salida,
belleza, melodía, quieren vida.

Constelaciones

I

Despertar belleza en la gran
poesía,
rostro magnífico en melodías,

Deneb, no escuché la gran canción,
con
Daniela bailando el gran danzón,
me recupera la gran
armonía,
rezo a Dios y al universo mis días.
Por no acabarlo
no te deprimas,
pronto a pronto recupero mi amor.

La poesía me salvará, voy yo.

II

No importa que tan crueles seas las
calles,
no se sabe por dónde van los valles,
Dios, conéctame
con el universo,
para no sentir mis defectos preso,
espero que
mi hermana me perdone,
y mi alma y mi ser pronto mejoren.

III

¿por qué ideas son crueles
perdonar?
Esperando por Dios la salud mental,
no recupero
temblor la armonía,
en las mañanas no hay disciplina,
no
tengo la cabeza de escritor,
por el momento me cuesta ser
lector.
Espero que la métrica de ayuda,
el silencio por buena
salud cura.

Graciela

perdona
caminos por encontrarla,
ahora
no pretendo asustarla,
en mis pasos se me cruzó camino,
ambos
podremos ir a los destinos,
tengo miedo del rechazo por
correr,
adiós, ahora caminantes ver,
escalofríos ya no siento
miedo,
mientras se cura mi ser no pretendo,
ser un patán y un
galán tremendo,
mi ser espero se cure de culpas,
no
estupideces, tampoco dudas.

La dulzura de las musas.

I

Ofelia y Deneb son
mi gran misterio,
Si la existencia es sagrada sí creo.
Ver sus
bellos rostros, Secretos Cantos
no se sabe si poéticos llantos.

II

Dulce Ofelia, éste
mal un misterio,
no quiero hacer daño a nadie, es cierto,
Dulce
Ofelia, necesito cuidarme,
esperando al arte involucrarme,
abrazo
a Dios, su poder no se sabe,
la diversión y las dudas ya
caben,
espero a mi ser por fin perdonar,
a la angustia adiós y
a la vida apreciar.

III

Hola Ofelia,
espero creérmelo,
a Penélope le ofrecí risas,
de tantas risas
bañadas en brisas,
la curación y sanación dádmelo,
existencia
por no dar, perdérmelo,
dar de ti y de mí, ya no se sabe.
No
estoy triste, salirme ya se abre.
Me volveré de nuevo
anacoreta,
hasta que mi ser cure tantas brechas.

IV

tengo que dar y
cuidar mis acciones,
tener prioridades y decisiones,
darme
abrazos, necesitar cariño,
para así poder soportar el río,
y
cuando salga, de mi sacar brillo,
procurar leer y nada lo
tomen,
para que por fin precauciones yo de.

De mi existencia,
salud ya los días,
tengo miedo de las preocupaciones,
dudas y
brisas dándome perdones,
espero sobresalir en mi vida.
En mi
cabeza la sensación tengo,
no soporto tener demandas,
miedos.
Pienso que pronto se cumplan milagros,
de la relajación
dande el regalo.

V

Sintiendo la gran
cura universal,
esperando que se vaya lo central,
no tengo
apetito del cruel abismo,
la vida es hermosa: criticismo,
la
melodía del rostro perfecto,
estar tranquilo superando: recto.

VI

No me apetece
rechazar poetas,

poco a poco me
relaja la meta,

adiós la
frustración, doy el gran salto,

bendito lo que ve
mi dulce llanto,

no se trata de
acabar ahora,

no se sabe quién
leerá vuestra obra.

VII

En momentos siento
mi vida triste,
por todo lo malo que vos ya disté,
suponiendo
que, de todo arrojo,
nada de males yo por hoy no obro,
la poesía
es vida del sanador,
algún día voy a encontrar el amor.

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