La teoría del zapato

La teoría del zapato

Ray Z Fer

26/02/2024

La teoría del zapato

Mamá

En cada paso tu impulso…A veces, en la vorágine existencial, se enmudece

el alma y apenas expresamos la obligada gratitud. Tiendo, sin altisonante

agradecimiento, a regocijarme y disfrutar como propia una autodefinición,

resultado del esfuerzo “ajeno”. Es que, a veces suelo vivir en un soy que no

es, ni fue, ni será, mientras sea un nombre, un apellido, una profesión, un

salario. No soy ese “eres”…soy esas noches de lectura precoz, soy ese

leñador sacado de miles de apuros…bendito seas camaroncito duro.

Soy la compañía en esas tardes de deportes, teatro y piano. Soy más de un

regaño al ego, entre distinciones y reconocimientos. Soy esa pose orgullosa,

tranquila y solemne cuando la Patria me Besó en el año del Centenario. Soy

una pizza…y una cerveza, en edad de dibujos animados.

Soy la entereza del adiós a lo que estorba. Soy las invisibles lágrimas cuando

la amiga se va. Soy la melodía que orienta en un laberinto de fobias. Soy un

azul lleno de ilusiones, entre hígados domingueros y estresantes goles. Soy

una risa a la satería del “eres”. Soy un exigido, que exige y se exige. Soy una

preocupación que no preocupa. Soy una provocación al intelecto. Soy un

feminista declarado. Soy un temeroso del irrespeto a lo amado.

Soy una alegría humilde y sincera, siempre dispuesto a bromear. Soy esa

fidelidad incondicional al que estrecha la mano o besa la mejilla. Soy el

respeto a la pluralidad en el No yo. Soy una charada, un parle, una cábala, un

fijo, un corrido y millones de aspiraciones.

Soy un miedo al cigarro, soy la calma en medio de las tormentas. Soy un 7 de

agosto. Soy la angustia de cuando mi amiga se va. Soy el antídoto a la

depresión del yo. Mi Yo… mi soy, mi fui, mi seré…es tu grandeza mamá.

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Conformidad

No recuerdo la última vez que sentí ese te quiero con sabor a te odio de te

amo. No recuerdo la última vez que me entregué al estrépito de los celos,

aún sin pertenencias ni deudas;siendo hijos nosotros de la libertad. Regresa

el espectáculo de la última poesía; con los dramas de la predilección.

Me gustas, justamente ahí donde la vista argumenta sus limitaciones; con

pausas, con retrocesos…avivas esas pasiones que preguntan entre besos.

Los replicas con sonido a primavera. Las hipótesis del placer en una mirada

que alberga espasmos; reprimidos orgasmos, euforia…tu cuerpo convida a la

contemplación, a la narración, a lo tántrico.

Trasciendo, soy diferente, aunque las similitudes en el estremecimiento

tienen justificación. Se oscurecen los sentidos al amparo de la luz de tu

carne; se dora tu carne en la luz de mis sentidos… se enloquece todo en ese

danzar dialógico de los acertijos. Te digiero en frases, a solas, en compañía.

En las dependencias del beneplácito se le rinde tributo a cada suspiro que se

oculta en la timidez de la distancia. Un te amo no expreso gratifica tu

conducta… a tus confusiones una explicación, soy sexo, soy pasión, soy una

locura que no mide escenarios para hacerte gemir, sentir, vivir, asumir…

Sobrevivo, por mérito propio, al concepto de solomillo al que te constriñe el

machismo ambiental. Me enajeno ante las contaminaciones, te respiro con

sobrada facilidad en el para mí de tu belleza, tan pobre en predicados, tan

rica en sensaciones… eres tan joven. A tu edad se le teme a la eternidad; hay

tanto por descubrir…unas sonrisas para el aliento.

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¿A dónde vas…?

… ¡¿A dónde vas en tu descenso?! ¡Dios mío; en cuclillas, las siluetas…!

¿adónde me pretendes arrastrar con tu mirada, tus labios y sus quehaceres?

Se me estruja el rostro con el despertar de las vibraciones. ¡Ay,…lo obsceno!

Tu lengua, mis manos, tu cabeza, con sus ideas en retozo. Mi postura

dominante me somete. En la comodidad de tus rodillas, más travesuras; mis

puños, la pared, mi capacidad para temblar, ¡como un hombre! En tu

parsimonioso ir y venir, expuesta a relamidas y sempiternas trampas, la

humedad de los esfuerzos.

La mirada al techo agasajó un efímero control para concientizar el cambio.

Susurros, picardías, efusivo ascenso, palpitaciones retumbantes, testiovareo,

pasión, de vuelta a lo sublime… mi descenso: la poesía en tu talante, tus

manos, las uñas, tus dientes, la almohada, tu libertad de expresión y

movimiento… Siempre hay novedades en las costumbres: las nomenclaturas

embarradas por los sometimientos de la libertad. ¡Misiones para los

misioneros!…Pulula, de diversos modos, el mensaje. Llega casi al amanecer

con las memorias del vino de la noche anterior.

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Nuevamente ella

… A veces, en la comodidad de nuestras zonas de confort, donde no se

exponen al máximo las situaciones problemáticamente extremas, la relación

es posible, con esa belleza que le da contenido, motivos y sentido.

Pero los viajes a los fundamentos, la novedad de un labio sin labial, el

misterio del pasado, el cambio de escenario, donde actuamos sin

insinuaciones, ni estéticas, ni éticas, nos revela la esencia de quien nos

acompaña, su capacidad y facultad, y por qué no, disponibilidad para ser

complemento y no impedimento. Nuevamente ella, enarbolando, con retazos,

su resurrección…

Bendito existir sin prejuicios, y sí con muy bien alimentado juicio, vive, tras

muchas huidas, reconciliada consigo misma…en otro fragmento de la

resurrección. Cuan maravillosas son sus estaciones. Fue su propio rumor, sin

amagues, sin omisiones, sin lo preestablecido, aprisionada entre la vida y la

muerte… no procuraba ser perfecta. Lienzo, pincel…aplausos. Mi mísera

facilidad, para humanizarlo todo…pobre simple mortal.

Ella, una vez más… el amor, la felicidad, la tristeza, la libertad, como

absolutos, son asideros conceptuales.. .complejos. Su encumbramiento los

hace demasiado dominantes sobre nuestras conductas. Son como selfies

lingüísticos que procuramos recoger en determinadas situaciones y en la

procuración de grabar el momento con términos no llegamos al top del sabor.

Nos acercamos, pero nunca sabemos que será de nosotros sin esa

indefinición. En el camino no aprendí a visitar sus cimas/simas emocionales

como si de orgasmos se tratasen.

Murió entre descripciones carentes de sensaciones…resucita, justamente

hoy, entre sensaciones carentes de descripciones.

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Ahí va

Ahí va…dejando pétalos por doquier que pisa en mis memorias. Le debo

varias sonrisas, entre otras gratitudes, a su mágica existencia. Me resulta tan

delicioso el aroma de su valor, mezclado con ese adorable sabor que suscita

su cuerda locura- loca cordura, que se transcribe en “me encanta”. ¿De qué

va una amistad sin signos de admiración?

Llevas aplausos, con tilde en Tú, sonoridad en Mi, y acento en Maravilla.

Bendita esa voz de miel gaseada que sintetiza a medias lo que fue, es, o

será. Hermosa descripción que concluye en lo inacabado, con especial brillo

en su acabado. Se abraza, egoístamente, a su florecer, lo disfruto… de ella,

todo. Suspiro ante la obra maestra de la arquitectura biológica.

Esclaviza mi atención, siempre antes, durante y después de…, en tiempos

donde la libertad es moda que enmascara el temor a lo sublime. Me asustan

las adicciones y sus consecuencias, por eso le temo. Pero es que camina tan

bonito…yo amo su huella.

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Aquí en la frontera de lo debido y lo indebido

Como si de reciprocidades se tratase, con tendencias unilaterales, una

confesión… una corrección para la incorrecta titulación de la timidez de una

foto; mi estupefacción ante su mundo de respuestas, seguida por los

renglones de su mirada, inquietamente inquietante, color perversión traviesa

entre signos de interrogación, aroma a libertad, y un elegante humo vestido

de placer.

En su reverso, más de mis dudas de más, sin extractos al substrato de la

admiración… amén de las parálisis interiores, los miedos exteriores, y otras

propensiones, la conversación. Las crisis existenciales y los misticismos de

sus pretextos pretextaron la complicidad, la sonrisa dejó de ser una ilusión.

¡Qué linda es! Por unas horas, en la historia de la filosofía, la vida, la muerte

y el testiovariar no cosificaron los puntos culminantes. Café, descontrol bajo

control en presencia de los detalles, internos rezos para espantar las

tentaciones, alto vuelo teórico sin teorías, un mar de adictivos temas; la

posibilidad de ser, sin las miserias de los egos, un ella, un él, un ellos, un

nosotros; al margen de esos guiones escritos por otros socialmente inútiles,

acoplados a esas morcillas lili-zumetamente útiles…

Visitando, tomados de las palabras y los sentidos, los vericuetos de sus

esencias. La incredulidad revisaba, una y otra vez, con mal fingido disimulo,

la credibilidad de lo real maravilloso. Tras los espejos, la sustantivación de la

delicadeza. Frente al espejo, una vida rica, sin conceptos… una plática

pagada con deudas. Humedad, en las partes y el todo, con todo.

Estremecimientos, el embeleso, los deseos agolpados en el rinconcito de los

secretos. Se concierta la paz con la triste levedad del ser. Esa pose serena,

cada vez más segura, y el argumento maduro me hicieron el amor; fue

inevitable, entre espasmos excitar su ingenio… viviremos sin

arrepentimientos. Recobré, a duras penas ante su excelsa presencia, los

sentidos en ese virgen terreno donde copulan las sinceras coincidencias.

Me sentí a gusto, exonerada mi contradictoria alma de objeciones, y

amputaciones conductuales. Por primera vez disfruté la música en compañía

de la música y su voz; el baile y mi bailarina, la poesía y su verso…sin juicios

estéticos, sin demostraciones intelectivas, solo, ante ella, con ella y en los

atisbos de su obra. Impresionante, a veces dependo del viento, de la luz, de

las fragancias, de la inspiración…

Bienvenida aquí a la frontera de lo debido y lo indebido, donde nos retamos,

donde nos enriquecemos con orden, donde nuestro caos nos masturba la

esperanza, entre acciones y sensaciones que trascienden los halagos… no

debí soltar su mano, a pesar de los imperativos metabólicos. Regresemos

alguna vez a donde sembramos la necesidad… en espera de la cosecha.

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Arbitraria presencia

Es mi tipo de estatura, es mi tipo de cabello, es mi tipo de talla, es mi tipo de

pensamiento, es mi tipo de sensaciones, es mi tipo de sonrisa, es mi tipo de

voz, es mi tipo de mirada, es mi tipo andar, es mi tipo de pose, es mi tipo de

libertad, es mi tipo de predilección, es mi tipo de conversación, es mi tipo de

silencio, es mi tipo de música, es mi tipo de canción, es mi tipo de verso, es

mi tipo de pasión. Es mi tipo de contradicción, es mi tipo de miedo, es mi tipo

de intimidación, es mi tipo de reto. Es mi tipo de singularidad, es mi tipo de

suspiro, es mi tipo de retorno, es mi tipo de ida, es mi tipo de compañía, es mi

tipo de soledad, es mi tipo de remembranzas, es mi tipo de huella, es mi tipo

de acomodo, es mi tipo de tatuajes, es mi tipo de piercings, es mi tipo de

alertas. Es mi tipo de secreto, es mi tipo de indiscreción. Es mi tipo de puntos

suspensivos, es mi tipo de punto, es mi tipo de punto y seguido, es mi tipo de

punto final. Es mi tipo de respuestas, es mi tipo de incógnitas, es mi tipo de

inspiración, es mi tipo de motivación, es mi tipo de síntesis, es mi tipo de

análisis. Es mi tipo de orientación, es mi tipo de confusión, es mi tipo de

reencuentro, es mi tipo de cuento, es mi tipo de beso, es mi tipo de abrazo,

es mi tipo de sexo, es mi tipo de angelical pravedad, es mi tipo de demoníaca

bondad. Es el prototipo de mi tipo de mujer… en su justa ausencia.

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Cansado de mentir

Cansado de mentir, cierro el mercado de frivolidades… afino la voz para

asumir la realidad. En ausencia de ovaciones, tarareo, en este mi show más

grande, esto es lo que soy. Será la mejor despedida a la angustia y el dolor

ajeno. Agobiado el espíritu por el injusto retozo en almas esperanzadas,

tengo la esperanza de devolver, a esas desalmadas desesperanzadas, las

esperanzas… un yo, sin marketing, sin rumores, sin intenciones, sin los

pulcros y cuestionables adjetivos; un yo que argumenta ilusiones, sin

egoístas pretensiones de ser la ilusión; todos deberíamos correr ese riesgo:

el procurar la felicidad, la verdadera felicidad, en la vida post te quiero con

sabor a te odio. Bestialmente metafísico el asunto, dialécticamente humano el

contenido. Al silencio siguiente de los ecos de la guerra, las últimas lágrimas,

para moralizar el futuro; suficientes para la comprensión de las paradojas del

amor. Nunca es tarde si el final es bueno. Ser humano es un estado que

requiere algo de anestesia, o amnesia, y puertas… es algo muy subversivo el

aquello del olvido. Lanzaré al vació todo lo sobresaliente que se amontona en

las palabras. Voy a extrañar tanto de mí en mi mundo de invenciones.

Acosaré los delirios de mis emociones ante lo bello, lo sensual; y, ¿lo sexual?

Haré las invitaciones donde tenga la negación garantizada, para en ella soñar

un cumplido. La aceptación social es tan subjetiva… prefiero, tras apaciguar

mis sueños con mis verdades, simplemente, seducirme… y amar,

sinceramente, bonito.

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Artista

Canta como escritor. Vive sin pentagramas. La música es libertad. El café

realiza la tarde. Su voz inepta y plebeya rebosa de actitud. Inmortal

entusiasmo, suficiente. En las cosas más simples está la belleza. Con dos o

tres notas se salva el espectáculo, sin ellas…perdura. Y cuando vuelvan los

demonios…después de vivir contigo, serán nada; ya estará sumergido en las

melodías.

El espíritu es el espíritu. Conmueve cuando conmueve. La pasión cierra los

ojos, misteriosamente. Soledad, algo para olvidar, algo para recordar, otro

sorbo de café, amor al ridículo. Escena lista. El arte… su arte, recaba

insensatez; las normas no están permitidas en la creatividad del imitar. Se

busca trascender… entre cuatro paredes, sin un público siempre presto a

enjuiciar a valientes. Se atreve a otro tema. Las sensaciones del primero han

coreado el “otra”. Complace peticiones, hace silencio…deja dormir la siesta.

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Vida en colores

¿Cuándo fue que comenzó mi vida en colores?…Todo era mejor antes,

cuando mis pies aun no calzaban teorías. Sin embargo, para obligarme a

percibir y ser percibido, y de vez en cuando existir, me educaron…en colores.

Mutismos tras los exasperantes e infantiles “por qué”. Bondad, ternura,

desesperos, instrucción, preparación, favores e imperativos sociales en el

“porque sí y punto”. Al final de las dudas, los fundamentos para

humanamente competir.

Se originaron los grupos con sus respectivos rincones. Se colorearon,

divorciados de sus esencias, actos, gustos, ideas y hasta precedentes con

sus derivados. Encendieron las luces, por el aquello de la percepción de la

refracción, me abarrotaron de significados bajo las consignas de las

referencias…y me esclavizaron las deudas sociales: hombres y mujeres… en

colores.

Mientras un pie se ajustaba al zapato, me amaestraron, lejos del hogar y con

exquisitez, en el arte de colorear mis palabras y sentimientos; recibieron sus

tildes el blanco, el negro y sus zonas aledañas, devenidas mestizajes, con

loable reiteración en lo rubio, sin escalas en lo amarillo.

Lejos de las fronteras de la actividad práctica- afectiva- volitiva, ahí en la

cercana imbecilidad, el rosado… Sin apenas tener zapatos mi teoría ya sabía

de diferencias y exclusiones. Yo solo quería disfrutar ese ingenuo sexo

infantil, con ropa, comer dulces, y ser, sin distinguir ni ser distinguido…pero,

tempranamente me enseñaron los colores y se me vino encima la mierda de

ser humano y su notorio arte de las diferencias.

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Las copias de la copia

Decididos a imitar, anudamos en el café, las trufas y a la luz de 50 deseos

con sus sombras, todo… menos los sonidos y sus simientes,

afortunadamente. Una vez más le hemos fallado a los créditos, no así a lo

pecaminoso del motivo, a la complicidad y al compromiso con el argumento.

Las tardes invernales, aunque sepan a copia, suelen tener olor a creatividad;

una vez más, pero desde otra perspectiva, la bailarina, yo, sus

mordisqueadas, mi almohada… por intervalos las miradas aplauden.

El desenfreno aporta la nomenclatura, en un paseo sin retornos. La dureza

del criterio transita, sin remedio, entre balbucientes humedales, hacia el

quebranto… en la antesala de otro fulgurante recuerdo. Prevalecen las

palpitaciones en la charla del silencio.

En las miserias del vocabulario, una vez más… la síntesis en lo

extraordinario. Nos hemos dejado huellas. Respiro su sonrisa, le sonríe mi

respiración. Nos encontramos, lejos del culmen de los jadeos, con frases sin

trillar; maravillas al aire entre puntos suspensivos que masturban la

esperanza. Decididos a no imitar, desanudamos, antes de los guiños

indiscretos, la bifurcación del camino, y a la sombra de 50 deseos con sus

luces, todo…menos el regreso a donde establecen convenios nuestro arte y

su posibilidad de amar.

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La tarde, la noche…y una propuesta

Durante la tarde, la mente revisó el abanico de justificaciones… te propongo

ser infiel. Me resulta aburrido vivir sin remordimientos. Seamos un bonito

arrepentimiento, te lo propongo. Imaginemos a conjugarnos en tiempo

futuro…con los infinitivos del atrevimiento. Coincidimos. Acceder a las

tentaciones con temblores es lo correcto. Una acción sin estremecimientos…

¿de dónde sales con esa sonrisa? ¡Me aferro a la propuesta! A mí también

me gusta retar y ser retado… Retrocedamos un momento, por favor. ¿Has

sentido tu beso? Dios… de principio a fin, con sus detalles, el disfrute de lo

prohibido debería ser una costumbre. Un secreto con sus voces… pisando

fuerte. Pisando fuerte, admirando bendiciones, respetando la sinestesia,

inoculando el retorno…a la disculpa de la culpa. De eso iba la tarde, pero con

otras palabras, otros matices, otros sonidos, amor, compromiso, respeto y

algunas otras idiosincrasias… Te propongo, en el obligado regreso a la

normalidad, fracasar.

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Auto secuestro

Todo era mejor cuando éramos solo una bombilla y yo. La vida sin café, y

sobrada en miel… Sin asientos para la meditación. Se era libre. De eso van

las distracciones de las añoranzas. Pero teorizar sobre el zapato es un

constante retroceso a las profundidades de las adictivas bendiciones del día

anterior. Necesitamos follar… y hacer el amor. Necesitamos oídos para

nuestros discursos. Necesitamos afirmaciones /interrogantes/ negaciones

para ser. Necesitamos la música para ubicar puntos de inflexión en el existir.

Dependemos del explicar y las explicaciones con sus mixtos a cadenas,

antes, durante y después de cenas para dos y, aunque molestas, también

para tres y más. Necesitamos lo ajeno para, entre tantas ricas singularidades,

ser, arrogantemente, la totalidad y envejecer íntegramente. Necesitamos

llorar/reír para y por lo otro. Necesitamos aplausos. Necesitamos embelesar y

ser embelesados. Somos necesidades ambulantes… ¡¿portátiles?! “Los

otros” nos subrayan con todos los colores posibles cuan insuficiente somos

como para aspirar a la, malinterpretada y vulgarizada, libertad.

Quisiera renunciar a lo célebre, pero el modo en como atamos los cordones,

siempre nos alerta de que estamos en el punto de no retorno; somos la

bombilla, yo y alguien más…Se abruma la felicidad en el trayecto a lo feliz.

Quisiera mandar a la mierda al proceso de domesticación conceptual, a los

sometimientos afectivos, a los besos y a lo que los trasciende, a estos

zapatos que me sujetan a lo terrenal, entre ampollas y otros aprietos, a todas

esas patologías emocionales que se padecen, incluso con las curas a

cuestas.

Quisiera olvidar el sofá, la política, la economía, lo instructivo- educativo

absorbido del maltrecho camino, y hasta esas perlas que se guardan con

cuidado en tan lindo estuche de peluche rojo. Quiero volver al inicio de las

nostalgias, y detenerme ante el umbral de los errores, el secuestro, el

síndrome de Estocolmo y la esclavitud; advertirnos de los peligros a la

bombilla, a mí, y a mi soledad con esas ansias de compañía que entraña el

amor al café. Quisiera charlar nuevamente a solas para disfrutar cuanto me

comprendo y maravillarme con ello.

Quisiera ser libre otra vez…pero en este devenir bajo los efectos de calzados

ulcerantes donde somos la bombilla, yo y…siempre alguien más, temeroso

del re-morir que acompaña el ser libre, prefiero café, inciensos, sobredosis de

miel, piscos, sofá, charlas, sexo, amor y otros encarcelamientos

“civilizatorios”. En ocasiones, nos creemos tan maravillosos y únicos que

priorizamos la “iluminación” de los intrusos con sus fingidas comprensiones

de nuestras “magníficas” esencias. A veces, somos demasiado empáticos y

sensibles.

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Ella vive sin filtros…

Su retrato no oculta los llamativos abscesos con humor amarillo que

emergen, caóticamente, del más allá de la piel que habita. Son, en parte, esa

libertad de existir/consumir/masticar sin patrocinios “nutricionales” a cuestas;

son, en parte, su constitución, sobre todo espiritual; son, en parte, su belleza

y gracia, asumidas sin esquemas ni resignaciones. Expone con orgullo, sin la

falsedad de los ajustes, las incipientes pero imperfectas arrugas de su

longeva adolescencia, demasiado prematuras para las charlas de estos

tiempos. Son suyas. Son ella. Son su teoría del zapato en esta fotografía…

sin filtros. Sonríe, sin sonrojo, en el mundo de los recuerdos… es que su

vagina, sin filtros, ha humedecido muchas camas; pretéritos cuerpos con sus

rostros, frases y contorsiones. En cada orgasmo su cuerpo, desligado de las

tallas, se perfecciona. Exhibe ufanamente su sudor. Hay muchas victorias

apiladas en él. No filtra preguntas, tiene todas las respuestas. Depende de su

independencia. Las derrotas la libran de poses y posturas. La mirada asume

el reto, sin filtros…dice mucho. Acerca, aleja, moviliza, paraliza. Así de pura

va la cosa, sin intermedios. Es ella y su bonita forma de pensar…sin filtros.

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Bendita mujer de estos tiempos

En la gravedad de lo feliz se llena de recuerdos la escultura. Las ilusiones

merodean, mientras se cosifica la idea; se explica la explicación de lo

sensorial. A veces, de eso van los tatuajes, y sus fundamentos…y viceversa.

Se renuncia al juicio de lo asentado, ya es suficiente con la esclavitud de la

muerte.

Entre ascensos y descensos, lloviznas y soles, siempre cuestiones

pretéritas…sueños hechos huellas; a tono con la fidelidad en esta vida tan

infiel, lo, simbólicamente, fiel. Se asegura de estar segura y anda, hacia

donde sus emociones se emergen sin estructuras. De eso van también…

cuando la fe en la creatividad, el valor y la economía producen el

acontecimiento. No es una idiota… mas, aún así, ha sufrido sus derrotas.

Pero, tienes fuerzas…y voluntad, lo sabe. Se supedita a lo que embriaga y

realiza. Dialogan, con devoción y horizontalidad, el apego y el desapego,

canon y caos, sin intermedios, y con café, como si los vicios de la libertad ya

fuesen pocos…y en un lugarcito, allende a los moldes de su gracejo, con

intensidad, se ha enamorado; esta vez, de los significados que la hacen

distintiva…y así lo plasma.

Su criterio, socialmente loco, es su boleto al paraíso: con noble Amén

incluido. Mientras la dibujan, nos dibuja tentaciones, entre muchos signos

suspensivos. En lo bien aprovechado de una vacuidad se explicita la visita a

lo interesante. Le gustan los experimentos, y los resultados de la

imaginación, se fabrica y nos fabrica, ¡cuánto adulterio en un aplauso!

Bendita mujer de estos tiempos que se manifiesta.

En esta trayectoria de una obra maestra en construcción, nuevas poses para

los conceptos, con acento en “abajo los conceptos para las poses”. Ahí yacen

sus periodos argumentados, con su caudal rico en sensaciones, he ahí la

corrección de lo que ha sido, con y sin lógicas mediantes: he ahí su

historia…entre trazos, pasos, temporales con tendencias a lo atemporal. ¿Se

reorientan las virtudes con la nueva compañía? De espalda al mundo que

conoce, y frente a su deleite, las paradojas de las respuestas… Entre líneas,

y otros recorridos, aumenta la aspiración de lo que no se tiene…El amor

existe.

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Amistad en los egoísmos de un para mí

En las razones de mi “para mí”, la amistad no es un estar pendiente a la

cotidianidad de las charlas. No es la existencia, sin aportes, de otro cuya

inacción e irresolución, coyunturales, transgreden espacios, tareas y tiempo.

Es, para mí, un estar, sí, siempre, sobre todo en los eclipses del alma,

cociendo evocaciones que incentivan el porvenir, sin intereses mediante.

No es un desprivatizar, aunque la contiene, nuestra fastidiosa privacidad,

desvalijando el baúl de los aburridos romances; es enriquecernos con todo

aquello que lo excede. La amistad no es un contrato social con beneficios

unilaterales en el proceso de circulación de la sensibilidad. Exenta de

transacciones, es para mí, un producir asideros espirituales, más allá de los

límites de las infinitas insuficiencias, ahí donde reside la compleja cualidad

del otro.

Es, para mí, la amistad, un comprometerse con las esencias y su

esencialidad, ajenos a la deplorable obviedad de la apariencia. Es un ser lo

que se es, bajo la égida de recomendaciones que optimizan el beneplácito de

nuestro existir. Es, para mí, la vergüenza de la desvergüenza en un sitio sin

juicios, porque el respeto es moda. Es, para mí, la desvergüenza de la

vergüenza en un sitio con juicios, porque el encanto de las bromas, en

momentos de antipatías y simpatías, vale.

La amistad, para mí, es la exactitud y unicidad de un nombre sin fecha de

caducidad, con marcos históricos y su historicidad; en hechos, la intención de

su voz. Es, para mí, la amistad, a la luz de la excelsa configuración del

nosotros, un consentido vivir con sentido… A tono con una estoica lealtad.

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Eramos un cuento de hadas

Nunca antes el café fue tan subversivo. En cada sorbo se aloja un fantasma,

para el reverdecer de los miedos. En su aroma tranquila, impasible y

dominante, habitan, entre luces, sombras. En tiempos de paz los recuerdos

son fulminantes; por casualidad, me he vuelto adicto. Sin querer queriendo,

sin un final feliz, éramos un cuento de hadas… en un tramo entre el café y

los sentidos. Una vez las ilusiones y la nostalgia se arrepintieron de nosotros

y nos permitieron vivir en presente. Pero la vida, a veces, es un querer

respuestas en la abundancia de silencios; seguimos pasando, sin cesar,

páginas. Amamos el café y sus atardeceres… tienen mejor sabor cuando son

el ayer del mañana. Simplemente, me he rendido, bajo los efectos del placer,

a lo que se esconde bajo sábanas, sin importar los peligros del misterio. Nos

desvanecemos en el segmento final… Simplemente, he vencido, bajos los

efectos de la angustia, a lo que se esconde bajo sábanas, sin importar los

misterios del peligro. Detestamos los atardeceres y su café… tiene muy mal

sabor cuando son el mañana del ayer. Detenernos en las páginas, en

silencio, sin querer respuestas, a veces eso es la vida. Una vez las ilusiones

y la nostalgia se adueñaron de nosotros y nos permitieron vivir en pasado y

futuro, sin presente. Queriendo un sin querer, con una final feliz, éramos un

cuento común…en una tramo sin café y sin sentido. En tiempos fulminantes,

la paz son los recuerdos; por casualidad, me he vuelto desleal. En su aroma

intranquila, impetuosa y dominada, habitan, entre sombras, luces. Para el

reverdecer del valor, en cada fantasma se aloja un sorbo… Antes solía ser el

café tan sumiso.

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Erase una vez

Erase una vez ella, mi mirada y mi capacidad de amilanarme ante una simple

mortal. La candidez suele ser terrible. Pues… erase una vez ella, su perfecta

figura y mi timidez. Debí decirle… sin embargo, el corazón de los irresolutos

habla muy bajito, demasiado. ¿Cuántos miedos pueden habitar en los deseos

de un hombre?… Una pregunta para su ausencia. ¿Cuántos deseos pueden

habitar en los miedos de un hombre? Una respuesta para su presencia…

¡¿Qué hago?! Era ella, su figura y mi arte para perfeccionarla. La distancia

produce lo impresionante. Enajenación- despersonalización- des

sustantivación, en fin, mi nimiedad… Su voz, sus argumentos, su opinión,

sacada del mundo de las ideas. Y, ¿si me acerco?… Iba lo sensacional en

ella y yo carente de alertas, consejos e impulsos. Intenciones, sí. Estrategias,

también, pero ella sabe de negaciones, a pesar de la sonrisa. Ella sabe de

sonrisas, a pesar de la negación. Ella sabe de silencios y de voces. Ella sabe

caminar, vestir, lucir perfecta, y nada más… Yo solo sabía de contradicciones

e incertidumbres virginales, y mucho más. Y a eso le dijo que sí. Temblé de

pasión por la que gime… Erase una vez mi autoestima, yo… y un recuerdo.

Vivimos felices para siempre.

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Nostalgias

Erguidas van las nostalgias en su talante. Erase una vez un momento para

aferrarse a sus visitas y regresar a esos estremecimientos donde ella le latía

bonito. Su cabello, su mirada firme, sus labios carnosos, sus siluetas, sus

maravillas aderezadas con magníficas contorsiones, su facilidad para ayear,

un lugar. ¡Eso! Nuestro lugar…en otro segmento del erase una vez, un

desplome para glorificar un orgasmo.

¿Amor en una relación sin charlas memorables? Cuando cae la hora de la

venganza el amor existe, sobre todo en las convocatorias del recuerdo a esos

bellos ojos ausentes. Las conversaciones deambularon sin tiempo para nacer

y con tiempo para morir. Se esperanzaron a pesar de la muerte.

Ella latió unos poemas, algunos buenos gustos y muchos compromisos.

Danzaron como vírgenes, justamente dos desvirgados sociales, con el

calzado de los anhelos. Ella latió paz en sus conflictos, sin conversaciones

inolvidables.

La colorearon con la madurez de sus conceptos, en un trecho donde sus

zapatos se deshacían en la enajenación conceptual. Loables las confusiones

que exhalan los vacíos. ¿Qué sería del amor sin turbulencias?… Las

nostalgias observan con tranquilidad el vasto paraje de los abandonos; ellas

asumen y encarnan mejor que nada la inmortalidad de los recuerdos. Una

lágrima para ignorar lo que una vez supo a despedida… algún día debería

intentar vivir sin pretéritas sensaciones, justamente ahí, donde más vacua es

la soledad; ahí, donde los zapatos se ocultan para masturbar su teoría, con

insólita convicción; ahí, donde se expele lo inexplicable de las nostalgias.

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Es una invasora

Es una invasora… te convido a follar, con la materia…con el espíritu.

Follemos ante el riesgo de las nieblas de la servidumbre; es que olvidamos

hace rato la cultura del privilegio de lo inmoral… Quisiera devolverte la

agresión, después de la charla normada, siempre edificante, ahogados por el

humo y el aroma a café, con una charla vestida de experiencias.

Morir entre orgasmos, eso quiero, con la carne de tus huesos. Con las uñas,

gritarle a tu piel algunas explicaciones, confundidas en el farfullo de las

vibraciones. Quiero, de veras, personalizar el lenguaje en todo lo que implica

de ti experimentación. Te convido a follar con la penetración más firme y

profunda; de las miradas salen, seguramente, unos flagelantes “ay… que

rico”.

Deja resignarme a la humedad que late en las incógnitas de tu sonrisa. Total,

tu presencia ha hecho el trabajo. Las mordidas también tienen sus

argumentos… sin pavor a los colores en el resultado, somos huellas. Te

convido a escuchar mis susurros en tu vagina, ya que estás de intrusa por mi

mundo… deleitémonos, una vez más, con ese agudísimo mí en la octava.

El coloniaje es un secreto a voces, en pleno siglo XXI…aun así, hagamos el

amor, sin un condón con poderes, en una cama, en una posición, con una

vela, con un trago que dependan de nosotros para ser. Ocultémonos en el

follaje de lo diferente… bésame, como sabes, como puedes, como debes, la

memoria, para, hasta la próxima cosecha, embelesarme con tu recuerdo.

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Gracias

Gracias por las tristezas. Gracias por las alegrías. Gracias por la inmadurez y

sus angustias. Gracias por la madurez y los valores agregados. Gracias por

la carencia de perfección. Gracias por colorear lo perfecto. Gracias por no ser

lo que se necesita. Gracias por ser lo que no se necesita. Gracias por ser lo

que se necesita. Gracias por ser siempre tú. Gracias por nunca ser no tú, y

mucho menos yo. Gracias por imponer tus sueños a la rebelde soledad.

Gracias por el rosado intenso. Gracias por los demás matices. Gracias por

las dudas y los desvelos. Gracias por las preguntas. Gracias por las

respuestas. Gracias por la juventud cuando se camina inexorablemente a la

vejez. Gracias por la vejez cuando se transita felizmente por la juventud.

Gracias por la posibilidad de pensar y ser humanos. Gracias por la posibilidad

del instinto y lo bestial que en ello habita. Gracias por la contradicción.

Gracias por la solución. Gracias por la llegada y las molestias. Gracias por la

lejanía y los sosiegos. Gracias por la profanación. Gracias por el fervor.

Gracias por la ausencia de lo esencial. Gracias por la esencia de lo ausente.

Gracias por las lágrimas. Gracias por la sonrisa. Gracias por los besos y sus

demonios. Gracias por la mirada y sus vicios. Gracias por las sensaciones y

sus nostalgias. Gracias por tu tiempo llegado a destiempo. Gracias por el

lápiz, el papel, la ilusión, la obra, el guión, , la actuación, el drama, la acción,

el erotismo y su más allá, la ciencia ficción, la aventura, la tragicomedia, lo

infantil, el suspense, el romance, los créditos, los aplausos; gracias por los

etcéteras y la vida post.…Gracias por ser el contenido, el argumento, el

incentivo. Gracias por las consonantes, las vocales, las letras, las palabras,

las oraciones, los signos de puntuación, los párrafos, el verso… gracias por la

poesía. Gracias por la gratitud.

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Beber sin ti

Ha sido muy fácil beber sin ti… lejos de mis molestias, brillas a la perfección.

Pero no, tan lejos no estás cuando tu verso rima con el bombardeo de mi

poesía. El alcohol a más de 40 grados acaricia mis órganos, conversa con mi

cuerpo, y le recuerda lo desobediente y hechizante que resulta la fusión de

todas tus actitudes. Llega a mis oídos una voz, que susurra, sobre el

desborde de tu piel, la timidez de tu sonrisa… y ahí queda mi mente…

navegando sobre el recuerdo de la textura de esos labios… en esos que morí

tantas veces, que muero. El vaso a mi boca, suspiro… las razones de mis

molestias cada vez se vuelven más superfluas… Cada vez cuesta más

regresar. La estancia, aunque efímera, deja sus preferencias…pero hay tanta

vida en el después.

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La esclavitud del consejo

Se dio a la humana encomienda del consejo, se sabía su apellido. Suficiente

para montar tribuna, en estos tiempos y por estos lares… Oteó el horizonte

de derechos y deberes. Se sumergió en la cívica necesidad de participar,

bajo los esquemas de la filantropía y amor al prójimo, con desconocimiento

del prójimo, de su causa y de la filantropía. Mas, aun así, la ridícula

intromisión. La perfecta perfección en el “no somos perfectos” introductorio, y

tras un dulce y suave “pero” se agolparon descontextualizadas vocales con

sus consonantes, en formas de palabras, oraciones, párrafos, monólogos…

con acentos, sentidas tildes sin sentido y variopintos imperativos

socioculturales, en la ignorancia de la otredad. Esquemas, exportación de

temores, historias, historicidades, reprobación de lo que contradice… el

placer de convocar y sus sacudidas a diestra y siniestra, frente a un glosario

de crisis existenciales, pánicos inéditos, preocupaciones con sus hipótesis,

sus tesis, y páginas en colores que sordamente describen la oscuridad que

subyace en la luz. Los discursos de la superioridad, siempre prestos para

azuzar las melancolías de la imposibilidad, suscitar las premuras y lapidar la

elegancia y el goce de la paciencia, omiten la absorción de las ideas que

habitan en una taza de café, las lágrimas por lo pretérito que aún romancean

con la nuca, y las vibraciones que en ella cenan; prescinden de los puntos

donde la mirada perdida se encuentra con el punto donde se vuelve a perder.

Se extienden, las peroratas, con el aplauso de las molestias de un silencio

que se baja en la próxima, con cuestionable destino… para desaguar, camino

al reencuentro, sus rencores emocionales, y de paso, tras la reconciliación

consigo mismo, vivir.

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Bienvenida…

La hipocresía es, de algún modo, una victoria; solos tú y yo… deconstruye su

choza, la sonrisa, en los murales de la sinceridad. No me mires así, no ser

virgen tiene su encanto.También te quiero, y algo más…con el permiso de mi

timidez. Ahí vienen los atrevimientos con sus deudas. Paguémosno algunas

pravedades, para amenizar el camino… solos tú y yo, una sensación de

renuncia a las renuncias, unas miradas que excitan con desenfreno un

cuerpo lleno de algoritmos, de principio a fin, y algunas locuras para una

cordura que arrastra un cuerpo, desde el fin hasta el principio de tus gemidos;

y en sentido contrario también… donde me encuentro con los argumentos de

los míos, y mi perdición. Tu voz y su contenido. Mis zapatos y su teoría.

Tengo que aprender a temblar en espacios reducidos, y a mencionar tu

nombre, cuando me abrazas. Llevas olor a las primeras cuatro letras de la

palabra amor, y a consejos desdeñados…en las dudas de unos besos sin

labios, nos hacemos. ¿Por qué los recuerdos me saben a novedad? Me

oriento por el mapa de las incertidumbres, protegido de los olvidos. No lo

digas aún; necesito, con decoro, despedirme de la hipocresía, llevo olor a

traición… Yo sé eyacular sonidos, o sonorizar eyaculaciones, o, a veces,

simplemente me enamoro… siempre, por si las moscas, de la equivocación

indicada. Por suerte, soy espectacular en el aquello del sufrir más allá de los

monólogos, entre otras cosas… Bienvenida a donde muere el amor.

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Historia de un ocio

Fragmentos de un saludablemente enfermo ocio cuya ociosa ociosidad es

ociar en una ficción tan real, basada en hechos ficticios, como una realidad,

tan ficticia basada en hechos reales, y viceversa. ¿Té o café? Mis respetos

para la confusión que sobrevive en este diligentemente holgazán reino de

hechos y certezas; donde se oxigena la verdad universal ante la presencia de

mortales síntomas en una pluralidad, significativamente simbólica, llena de

figuras que tercamente espiritualizan el acontecer en su inmediatez natural;

en brumas ciberespaciales su majestuosa esencia.

Pululan preguntas sin respuestas de la mano de respuestas sin preguntas, en

concomitancia con problemas sin soluciones y/o soluciones sin problemas en

descontextualizados contextos. Obstaculizado el solventar (por las impericias

¡¿médicas?- no médicas, y de unos cuantos más!) en la contextualización de

lo descontextualizado. El pregón, ante lo insuficiente, aviva el “revisable”

hambre y al baúl de los recuerdos, con pase firme, la mambisita respuesta.

El salir, con espíritu grecolatino, de la caverna, arrostrar la luz, con todos sus

tecnicismos modernos; importar y consumir sus derivados, y retornar con

liberal, y también neo…, conducta a la cueva, siempre a través del seguro

ciberespacio, con ilustrado y democráticamente unidireccional discurso a

iluminar (hostigar-mancillar- refutar, con exclusiva verticalidad) la bárbara,

incompleta y subyugante naturaleza de lo socio- cultural y políticamente

asincrónico. Dar testimonio ante los ciegos, confundidos e incrédulos.

¡Con desdén al mar la perla! ¡Asco, Crítica, kantianamente poco crítica y

Odio, entre otras e-heroicidades! …y más ficciones para esa realidad basada

en hechos ficticios. He ahí los imperativos categóricos para la “liberación” de

los que aun subyacen en las cavernas. ¡Ay, los mitos! Su resucitar a

destiempo, justamente cuando se vive a tiempo con los tiempos… En este

reino de hechos, certezas…y derechos, limitantes sensibles en el Derecho a

defender los derechos de quien no anda occidentalmente derecho. Se

presumen razones exentas de dudas razonables, y en el viceversa…la

veracidad truncada por lo subjetivo de un sujeto cuya sujeción lo enajena de

los sujetos…Exportación de mercancías- exportación de

capitales…sonorizada evolución con la exportación/imposición de hábitos,

modos y valores, también guerras con miserias y sufrimientos en su morral…

Bendecidamente bendita ociosa ociosidad…

¿Qué paz pueden exportar las tribus guerreras? ¿Qué progreso puede

proporcionar John Locke al colonizado?… ¿Podemos incluir la respetable y

respetuosa “contradicción” de una vez en este andar, sin menoscabos y si

enriquecimiento a lo singular?… El ociar en esta ociosa ociosidad produce

filósofos, politólogos, economistas, sociólogos, librepensadores y pensadores

libres…de conceptos, lecturas y objetividad, entre otras seriedades… y

avezados mierdaparlantes digitales que enemistan a ex miembros, miembros

y hasta “miembros de miembros” del Lecho de Pulgas en este terrenalmente

insulso Game of Thrones.

Mis respetos a la Verdad de nuestros tiempos que romancea con todos sin

las tildes de la Infidelidad. En este ocioso reino, donde ociar es moda y

reflexionar es un misterio, la verdad no miente, pero… ¿y sus

mensajeros? …Por mi parte, me encuentro en gran riqueza a causa del

servicio de la verdad de un pueblo, sin comprender, apelando a la inocencia,

por qué se irritan conmigo y no consigo mismos…Les cambio mis respuestas

por sus preguntas…Café.

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Vicio

La vida en determinados tramos se anda con prisas… los vicios son historias.

Cada bocanada de humo, cada trago, cada… “otras adicciones”… representa

algo, comprensible y descriptible si se hacen las pausas correctas para

observar. Es difícil ubicar presentes en una mirada al vacío y en ellas

rescatar las explicaciones de las lluvias de abril. Los olores tipifican un estado

mental que se devalúa en las doctrinas de los sentidos, las miserias

humanas, las estratificaciones de las esencias. Las definiciones testifican el

desconocer lo conocido. En cada conducta habitan fantasmas. ¿Qué

sabemos del color de las sábanas?… Sin algo de respaldo para la

contestación, se es prolijo en lo cruel de lo repudiable. Los andrajos y el

semblante, amigos del día y la noche, los bancos, paradas de ómnibus, algún

que otro césped o asfalto argumentan una actitud ante la vida, asumida…

¿desde su percepción de la brusquedad existencial? Una vez fue una

conducta “plausible”. La tos implica un singular deterioro del cual todos

participan; hubo consejos, pero nadie intervino. ¡A eso tiende lo humano!… El

renqueo es el fin del camino. Llenamos el vacío. Entramos en un mundo

desconocido, donde se nos conoce muy bien. Las encías tranquilizan… Una

vez cerró los ojos para amar, se perdió los tramos, anduvo deprisa. Al

abrirlos…

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De nuevo el amor…vestido de miedos

Los miedos nos acostumbran a ellos. Nos obligan a ser ellos. Importamos sus

silencios, respetamos sus ensimismamientos, los consumimos a pesar de sus

impuestos, interpretamos sus temblores, entronizamos los modos en que nos

retiran: los miedos singularizan nuestras huidas. Todo es tan espontáneo y

único. En algunos momentos significan la nebulosa en el arte del existir. En

otros, somos, ante ellos, insignificantes transparencias llenas de estatismos y

vacuidades. Los miedos, siempre, son ausencias…por momentos son una

melodía en la mirada. Otras veces, una lágrima en la respiración. Son unos

versos en las añoranzas. Una timidez en la sonrisa de ademanes exigidos

por las privaciones…del espíritu, de la materia. Los miedos son decisiones

fatigadas por la danza de las memorias y los olvidos …se empoderan los

riesgos en las convulsiones de la quietud. Un recuerdo de las prisas y su

capacidad para ralentizar: hemos llegado tarde. Muchas consecuencias para

lo que habita entre signos de interrogación. Nos llenan de deudas las

exclamaciones. Los miedos se describen, a solas, a punta de palpitaciones…

Los miedos son las confusiones supeditadas a la nitidez y veracidad de

hechos que lagrimean el aquello de la despersonalización…Son las posturas

adoptadas en los vacíos de un retrato, que se erige entre balbuceos. Los

miedos son un regreso continuo a la sima de las inocencias: un descenso sin

asideros al ascenso, entre sólidos pretiles, de las frustraciones. Los miedos

susurran los misterios que a la mortalidad le apetecen: …pero somos tan

valientes que nos retamos, una y otra vez, a ser víctimas de sus

experimentos. De nuevo el amor…vestido de miedos.

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Entre batas blancas

En el umbral de la impersonal/personal deshumanización que albergan las

crisis, pandemias y sus demoníacos lacayos, me detuvo, entre preguntas, lo

cubanamente humano… Con un ramo de justos reclamos a mano, recabando

la correcta conducta, postura y verbo ante una teorización insolente que

estrecha con estulto desatino una realidad que la vapulea en abstracciones,

concreciones y otras emociones, una “angustiosa levedad…” cuyos atuendos

estructuran un lamentable anonimato. Se tose en ausencia de nombres,

apellidos y otras matrices sociales. Para lo pobre en determinaciones lo rico

en determinaciones…

El inexacto segmento amanecer- amanecer, con mayúsculas y minúsculas

responsabilidades, sobrado en madrugadas entre poéticamente esposados

signos de exclamación/interrogación, la misteriosa brecha de los

suspensivos. Da amparo/desamparo a esa cubana humanidad

deshumanizada. En la definición, socialmente sintética, de la profesión,

excluido lo singular, el fragmento, las particularidades, la parte, la historia y la

historicidad, el ser del “inhumano” deber ser.

De la pausa, salpicada con memorias, influyente moralidad y terrenalmente

sensorial empatía, se columbra, al margen de deberes, el imperativo ético de

avivar la dignidad y el respeto de un “onto” complejo, desde su simple

devenir… Tras “no- fashion” sobrebatas verdes XXL en cuerpos M, y sus

excepciones, mal escondidas “criollitas” siluetas que versifican con su

donairoso y resignado andar la contemplación; tras estrujados pijamas M en

tallas XXL, agudo humor, muchas veces intimidantemente negro para los

desacostumbrados, y estoico estilo descrito en el caminar.

Trayectos antecedidos por el mal dormir, hijo del necesario sexo, el calor, el

estudio, el dominó, el cigarro, el alcohol, el extenso y liberador cotilleo con

tendencias a la exageración-moderación, sin intermezzos, aprendido desde la

cuna, y la fingida adaptación a lo que transcurre entre vivos-muertos y

muertos-vivos en camas desconocidas… hacia la voluntad.

Las miradas, carentes de género, expresan lo agridulce de lo que se viene,

es, o ya fue, post Corales o Yogurt, siempre solidificando el pan con pasta

“de atún” en las anacrónicamente soleadas mañana en tiempos de pandemia.

Los saludos descubren el guión de “lo que usted no vio”.

Asoman las similitudes: el lenguaje, sus coloquialismos corporales-

gaseados- líquidos, más los códigos vitales que este transporta;

preocupaciones socio-económicas, exquisitas lágrimas, adormecidas

sonrisas, grotescos egos profesionales, ilustrativos relatos, futbol, literatura

consumida, colorido “GOT Talent” implícito, carismática vulgaridad,

travesuras, evidentes y secretas. Complicidad, la amistad al final del pasaje a

lo desconocido, distancias afectivas instadas por un contrato social,

soldadesca actitud ante el enemigo común, miedos con sus pánicos, valentía

con sus sobredosis, el yo, el tú, los pronombres personales, la familia, el

barrio, la ciudad, la provincia, el país, el mundo, el juramento hipocrático

entre la vida y la muerte, y las carencias.

Un poco de humo para no pensar, y a intentar-lograr/hacer- salvar… el

trabajo más allá de la filosofía… De vuelta a lo indescriptible- entendido en

esta justipreciación de una realidad, con omisiones, tan increíblemente irreal.

Las colas, sufrimiento ajeno, cansancio (no capitulación) ante la microscópica

beligerancia, los apagones, las indisciplinas, la conciencia y “su” social,

atiborrado de quejas, sugerencias, y huérfano de apoyo, frustraciones,

colapso, con la sensible morbilidad incluida… En la vida post-desayuno-hasta

el próximo desayuno, actitud que cosifica, con rara forma de amar y

establecida filantropía, el aquí no se rinde nadie… ¿Ese fin de los aplausos

cuando más aplausos lleva este fin?… Trasciendo el umbral, ajeno a “su”

responsabilidad, atento, entre tantas falencias axiológicas, teóricas y

prácticas, a la comprensión y la gratitud.

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¿Y si nos conjugamos?

No estaba errado cuando cometí mis errores. Tiendo a amar entre

traducciones y reconstrucciones de las cosas, al margen de ese bucle

intellect- affect. Son importantísimos mis fantasmas; en la fermentación de

mis necesidades, mis sueños, mis deseos…ellos, mi concepción del mundo

exterior…y mi bailarina. ¡Eres muy linda y poderosa, tienes un impacto

sensacional en mí!…en esta instancia de implicación- separación. ¿Y si nos

acotejamos? Siempre las ilusiones serán parte de mis errores, y del polvo de

mis zapatos. Siguen mis sentimientos sin inscribir aciertos; es que mis

adicciones viven sin destino. A ciencia cierta, el último orgasmo fue tan

incierto, que pensé que solo había eyaculado a pesar de la certeza de las

contracciones…me he reconciliado con el amor y sus anacronismos. La

inconsciencia de los paradigmas y su irrigación de la conciencia: los sublimes

gemidos de mis errores, el beneplácito de mi bailarina en una historia sin

huellas, y algunos libros. El placer de vivir envuelto en la clandestinidad. Me

abrazan las pugnas intestinas de los impulsos privados de su realidad. Mi

espíritu prorrumpe en denuestos contra las rebajas de lo imperativo. Hubo

una vez en que tuve un cielo dotado de una riqueza pletórica de

pensamientos e imágenes, mi yo solía sonreír.

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Crisis para dos…

En una hora como esta, en la que me arropo con los beneficios de la

locura…irrumpo en una de las tantas crisis de la existencia. Me desnudan los

perjuicios de la cordura, en la atemporalidad de los miedos. ¿De qué me vas

a hablar, sin el vaso de agua entre manos?… Necesito regresar para

admirarme, sin comparaciones. ¡Quédate, sin la cara de preocupación! Busca

la presencia correcta… sé que puedes con el conflicto. ¿En qué parte, en su

apresurada carrera, se facturó mi espermatozoide? Existo sin solución, como

todos… pero sin los vicios, y con la desesperación. Follar, fingir hacer el

amor, imaginar que amo y hasta que soy amado; el fútbol, algunos poemas,

algunas groserías, algunos puntos medios, algunos puntos de no retorno, la

lectura- la escritura, la filosofía y sus inconsecuencias… rezuman buenos

argumentos. Aún así, ¡el miedo existe! Puedo hablar de la vida sin

resignaciones, de religiones, de utopías, de fantasías, de ángeles, de

demonios y otras salvaciones. Soy un iluso, como todos… pero, sin una pizca

de fe en mis quejas. Sin iniciativas, aunque formes parte de la noche: este

examen tampoco admite fraudes. En esta vida, en este desierto, en el más

allá de las angustias, permíteme ser mi oasis… De ti dependen los abrazos

en el jolgorio de mis temores. Las lágrimas, sentidas, pierden su sentido. Sin

acentos, sin tildes…debo sonreír. En esta ráfaga de egoísmo, por suerte,

existes…

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Covid

Se sigue poblando la aldea de ausencias. Se apagan luces para iluminar el

cielo. Tanta oscuridad, artificial y natural, diluyen por prolongados momentos

la fe y la voluntad, entre otros muchos impulsos. Estamos llegando a la meta,

indudablemente, agotados. El aliento no medita acerca de la vida post-

esfuerzo. El pensamiento se resiente ante el sinsentido y la falta de placebos;

mas, entre irregulares sacudidas se ata a la negación de acompañar

abandonos mientras los abandonos se aferran a su acompañamiento. Todo

se ha vuelto criticable, mucho más criticable que cuando era moda la

sabiduría y la sensatez. Demasiado libres, demasiado presos. Languidece la

realidad entre el mutismo de las crisis existenciales y el chisme. Una injusta y

necesaria reprimenda al buen gusto para no morir con Adalberto o Molina.

Despersonalización oportunista. Moralizantes lágrimas. Un concierto para

uno, una parte de mi espera que sí. No me gusta que me digan lo que debo

sentir, no me gusta ser “convocado”, pero “…This Romeo is bleeding” is over.

Scorpions… “Still loving you”, ron, enajenación. Elevado precio el de la

sonrisa. Tristeza perfecta. Y tras la huella del amor…si es que existe.

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Secreto ampliado…

Irresistible provocación que desató el pecado y otras angustias, muy mal

disimuladas. Me perdí en esa mirada color café avileñamente radiante,

buscando los motivos del reto…buscando la continuidad. Hallé empatía,

inspiración, peligro. Se avivaron los deseos, violé principios…voraz apetito

suscitado por tus labios. El guión dibujaba unas manos retozonas que

acariciaban, que penetraban con sus terminaciones lo más íntimo del poema,

y de ellos unos espasmos en el “ay que rico”. Brilló el alma ante tu sonrisa

excitada por la picardía. Emociones a raudales se agolparon en un reprimido

descontrol. Cuánta enajenación. Mi mente divorciada de mi cuerpo avanzó

hacia ti, amenazante. Te estrechó entre sus brazo, y regaló un arcoíris a tu

semblante; aromatizó de perversión la escena y solo quedamos nosotros…y

la humedad hija de tu lengua. Inolvidable estremecimiento ante la ilusión.

Apreté la mano rubia, temiendo escapar tras la maravilla. Qué lindo tu

nombre. Que hermosa tez, que dulce voz… Regresé la mirada que repasa y

reafirmé la sensualidad, no faltaba nada en ti. Solo mi respuesta. Me fui

contigo. Me devolviste al anochecer, a la hora de los deberes… y aun así,

osé decirle que la amaba.

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Una alumna

Tiene de todo, hasta una mirada que despoja los argumentos de la cordura.

Es la ausencia de metáforas donde inicia su poema. En lo común de sus

siluetas, un silencio para las estéticas extravagancias en las puertas de su

esencia. Hubo un momento en que eran sus cabellos, sus carnosos labios,

sus senos, sus nalgas, su apreciada e impactante tez; hubo otro momento, y

era su andar acompañado de melodías y lo obsceno…viviendo como

residuos de su mirada. El desenfreno, el deseo y la infidelidad acompañaron

las escalas en cada vestigio de su anatomía, economía y geografía. Sin

atisbos de las deudas de la resignación, se fue todo, sin su necesario olvido,

a cantar donde se canta… menos el color de su alma, y sus efímeros latidos.

Sin las lágrimas que despiden, sonreímos en el reencuentro de lo

desconocido. En la parsimonia y en la posibilidad, en las paciencias de la

bondad, estaba ella, su mirada…ahí, trazando las sensaciones, cubierta de

pecados, orgásmica, indisciplinada, traviesa, retadora, viva, interesante,

inquisitiva, exigente y despótica, apagada para las fantasías. Retorna sin los

matices del aliento reparando sueños. Eyacula confusiones y

estremecimientos, suscita timidez en la descripción… y en la acción. Guapea

y no recoge cabos. Enfurecer a las incógnitas de la realidad: es tan real.

Erotiza una bonita aventura, lejos de las prisiones de la materia, al margen de

las libertades del espíritu…desde sus aposentos donde mira como quiere. Me

declaro, una vez más, adicto.

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Tú y yo… de novios

Sería intenso, bonito, sería una mezcla de tu frialdad con mi calidez.

Seríamos la temperatura perfecta para sazonar los condimentos. Seríamos

dos locos filmando de cuerdos. Seríamos tus peleas plagadas de genio e

impotencia, y mi sonrisa trazada con lo «innombrable». Seríamos creatividad,

canciones, películas, mil y un modos de crecer entre complicidades y sexo.

Seríamos almohadazos, combates de agua, con húmedos finales, guerritas

de colchas, odio a la medida…y más sexo. Seríamos charlas tan inteligentes

que emocionan, y tan superficiales que atontan. Seríamos los oídos, los ojos,

los consejos, la sensatez, el paladar, el sostén, la necesidad perpetua del

otro. Nosotros, de novios, seríamos lo interesante, lo diferente, lo misterioso,

lo incomprensible…seríamos lo cursi y lo profundo, en una misma sensación.

Seríamos algo más que amaneceres y atardeceres. Seríamos algo menos

que 2, algo más que 1. Seríamos algo más que lo indefinido, seríamos algo

menos que lo definido. Seríamos una abstracción, seríamos lo concreto…

seríamos algo más de lo que somos. Seríamos algo menos de lo que no

somos. Tu y yo de novios…

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Ese…nuestro banco

Un banco atestigua el canje de problemas por consejos, bajo la lluvia; entre

amigos, negocio redondo. De espaldas a la vidriera de la galería, el amor es

el arte de pensar lo que se siente y no sentir lo que se piensa, en ocasiones,

este ni existe… pero en un banco. En un banco el talante es el monólogo de

las lágrimas. ¿Qué sería de esa sensación sin bancos y, claro, la voz

cómplice de alguien más? Nos acomodamos conmovidos por la fragilidad de

un sentimiento, abrumados por las nieblas del error. Se aprovecha la

solidaridad y nos desnudamos. Encaminados hacia la seguridad de la

perfección ajena, mal solventamos el asunto con descripciones, usualmente a

favor, de un todo a medias, ¿alguien sabe hablar en cuestiones de pasión,

con precisión, en contra de sí mismo?… nuestras miserias y sus extrañas

formas de manifestarse, sin embargo, con insípida conciencia, la

manifestación: alianzas que producen estrategias en nombre de la felicidad,

acusados y acusadores. Entre un acuerdo y otro, la cualidad de un banco: la

melancolía, los abrazos y el hombro, el apoyo, los refuerzos de lo idéntico, su

capacidad para guardar secretos. Ineludible la regresión a la superficie para

idolatrar la angustia. Quedamos, una vez más, sin palabras, ante el antojo de

un capricho. El corazón asume posturas Alpha ante un maltrecho cerebro

Beta. Hemos estado ahí, todos, en cada vértice del triángulo, pero somos tan

simples mortales que nos sentamos, sin las experiencias, a teorizar… a

trazar una resolutiva conducta para el principio, transcurso y fin, de un

egoísmo; a consolidar la confianza, las memorias, lo íntimo…el sentido de la

vida de un banco, en tiempos de crisis, suele ser la amistad.

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Aquella bailarina

Un día como hoy, pero de 2022, en la noche… una bailarina, las siluetas de

la espera, el camuflaje de las sensaciones con expectativas a bordo, y sus

piernas, engalanadas con acompasado y distinguido caminar. Glúteos sin

glúteos. Guisantes, con sabor a libre de quejas y sugerencias. Una acuarela

de irreverencias. El amor propio es un arcoíris de herejías… ¡también una

adicción! Entre ascensos y descensos, ausencias y presencias que excitan

los suspiros. Lo perfecto es una historia de miedo… ella era perfecta, en una

noche sin estrellas, y sin las explicaciones que dejan las huellas. Dios existe;

el diablo existe. Existe el problema, con y sin solución. Existe la solución, con

y sin el problema. La vida es un grueso glosario de atrevimientos. Una

bailarina, una vez más yo, y su gracejo en sus movimientos. La paciencia nos

hace reyes…en esta crónica de una erección anunciada. El silencio, el

enigma, la imaginación, en la noche, sin estrellas, de un día como hoy, pero

de 2021. Una pausa para hacer morir las reticencias. La danza conmueve,

conspira, inspira. Los detalles se vuelven gemidos. Los gemidos se vuelven

orgasmos. Los orgasmos… lo anacrónico en un tejado donde se ilusionan

mis ilusiones.

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De frente

Éramos uno frente al otro, en un momento, en un lugar…en un tramo de

estremecimientos. Con feliz conocimiento de las palabras, pusilánimemente

correctas, en el adecuado silencio… decidimos besarnos. Nos iba bien con

nuestras esperanzas tras nasobucos, pronunciadas insinuaciones, con terror

a los vicios que subyacen en los amagues, prestos para despertar; de las

escaseces de lo abstracto, “había una vez”… para un mañana. Quedamos en

blanco, elegimos sonreír con los colores ajenos. Solo éramos dos, paseando,

tomados de la vista, entre algunos miedos y muchos deseos… un buró, dos

sillas, con sus mascarillas. La vida y sus reticencias. Sin impulso

fantaseamos la despedida… nos llenamos de impulsos; las posibilidades y su

vida. Somos dos, en el reacomodo de la comodidad, tomados del olvido,

entre muchas audacias y algunas inapetencias… un extravío, una silla, sin

mascarilla. Quedamos en colores, afligidos ante la tonalidad muerte que a

veces adquiere lo blanco. Nos quedamos sin el ayer y sus síntomas… en lo

concreto de lo habitual. Ahí vamos, sin amagues y sin temblores… al fin y al

cabo, el amor no existe. Besamos nuestras decisiones… con incorrectamente

bravos silencios y atinadas palabras. En un tramo de quietud…en la muerte,

estamos solos.

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El amor es un predicado

Solo decir algo…El amor existe, sí. Pero no es un pregón para vendernos

sexualmente a otras personas o simplemente mostrar satisfacción por la

presencia, casi siempre imperfecta, por cierto, de entes ajenos. El amor no es

vociferar, exclamar, decir, susurrar “te amo”. No es quedar maravillado en

cada puerto, y jurarle fidelidad sentimental a todo lo esporádicamente bello

que nos pasa en la vida. El amor no es eterna alegría, no es perpetuo

sufrimiento. El amor no es deambular por la vida haciendo peroratas afectivas

que se desvanecen con los cambios de escenarios. El amor no es solo

aspirar a lo que no se tiene, el amor es no pensar en uno en primera

instancia, el amor no es solo querer mucho… el amor no es sentimientos

compartidos. El amor, si bien es fugaz, es único, es inmaduro, es alocado, es

intenso y en ocasiones arrítmico y desorganizado, no es ese discurso que

nada vale porque no lo asumimos en la práctica. El amor no es verbo, es

muchas veces percepción viva, rara vez pensamiento abstracto y siempre,

con escaso lenguaje articulado, vida, felicidad, realización personal. El amor,

no es un beso, no es solo sexo, no es una lágrima, no es una sonrisa, no es

un recuerdo…el amor es lo superlativo.

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Demasiado…

Esa pose inflamable carente de advertencias desajusta la ecuanimidad y

otros mal firmados acuerdos; se enardecen las sensaciones con el

irresponsable merodeo de sus argucias. Cuántos retoques yacen en los

detalles, confunden los motivos del encanto. No hay nada más subversivo

que tu desnudez… ¿cómo se le hace el amor a un poema? Concluyente el

cruce de miradas. Leves agitaciones delatan la sinceridad de lo recorrido. El

labio inferior, el labio superior, el intermezzo…en fin, tus sutilezas. Una pausa

para sonreírnos, susurrar, validar, para aceptar, con resignación, lo que

sigue.

Exquisito recorrido sensorial que versifica un mañana, azuza el esplendor del

hoy, ¿hubo un ayer? Ya nada será igual tras esa expresividad de manos y

pies en el atrevido, exacto y parsimonioso desentrañar. Cuánta experticia en

desordenar sábanas y estrategias. ¿Así se crece por los barrios de la Habana

Vieja? Es mucha la generosidad en esta generosa igualdad de género… se

cosifica en gemidos, en ambas direcciones, la recompensa. Enajenación,

frenético sujetar de todo lo abiótico y biótico, bizquear, sonrojo, crepitantes

palpitaciones, sucesión de máscaras que desenmascaran el argumento de lo

íntimo de la intimidad. Poesía esposada y eufórica; reencontramos, por

momentos, entre dientes y uñas, los pronombres personales, también los

nombres propios….solo por momentos. Llenando de polvos los zapatos. Se

desvanecen nuestras esencias en una humedad legitimada por emotivos y

sordos alaridos. Abrazo lo sublime, libre de esquemas, siervo de su

delicadeza, amigo del silencio… “qué hermosa eres”… “no somos

asintomáticos en este viaje a donde terminan los mapas”.

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Regreso

Ese infantil sollozo…se pierden las miradas en los árboles, en los edificios, en

un todo, que pronto volverá a ser nada; se aferran los suspiros a las escuetas

memorias del retorno. El conjunto arquitectónico se agranda con la avalancha

de resignaciones. De vuelta a la realidad… Y, ¿ese grito? ¿Era necesario?

Ya sé donde estoy. No escandalices que me desubicas las emociones. No

me alerten, ni de arriba ni de abajo, no soy el indisciplinado, quise decir, el

culpable, que no es lo mismo… pero es igual. Me voy con tus besos, y nada

más… a reencontrarme con la soledad, lo anodino y la creatividad, también

con la hipocresía y otras falacias afines. Me voy, a simular, una vez más, que

creo en el prójimo como en mí mismo y que el amor existe, aunque lo nuestro

tiene otro nombre. Me voy a meditar un poco sobre las frustraciones ajenas.

Se me hace tentador hallar una respuesta que supere «la necesidad» de cada

fragmento o residuo de ser humano en un tumulto, pero…o pienso, o como;

voy a empujar para entrar; cuando me toque. A por las desilusiones, que

están baratas…muy baratas. Se pueden adquirir muchas con esta subida de

los salarios…y el distanciamiento de las metas. Quiero a los responsables de

esta hambruna espiritual… Cierra esa puerta, que la brisa color verde fatiga

económica enfría la fe, desordena el reordenamiento del orden, y nos hace

impotentemente cuerdos. Aloquemos los vectores que el fenómeno es

complejo. Yo solo no puedo cantar el coro, porque defiendo la Patria desde

2do grado… Aun estoy absorto en sus mordidas y ya me adapto a las

ausencias. Sonrío ante la nueva oportunidad que me da la soledumbre de

descubrir nuevos polvos…en los zapatos; aunque ella no se quiere ir y

solloza. Yo también, a veces, solo a veces, la mordisqueo bien …pero debe,

debemos. Todos somos tristes levedad en este incesante ser. Vayamos de

vuelta a los sueños con los recuerdos de este efímero participar, y con la

firme intención de despertar. Los gansos han vuelto a graznar …Salvemos el

Capitolio.

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A la hora de irnos…

Desde la tertulia de su boca aplaudieron mis contracciones. La desnudez

inspiró promesas. En ese ir y venir de la viril rebeldía haces de la almohada

un manjar…inolvidables esas mordidas prehistóricas. Qué gratas son las

cenas sin compromisos…te espero. No quiero ser víctima de tu teoría del

zapato, tengo más para ofrecer.

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Lealtad y San Rafael…

Somos los suspiros de esta Habana llena de superlativos…benditos aquellos

que son algo más. El pregón condiciona el apetito existencial; se distorsiona

la singularidad, mientras mi angustia se asoma en las mascarillas de los

niños. Se amanece entre contradicciones que alimentan teorías y barrigas…y

también a otras contradicciones. Alguien siempre tiene algo que decir, entre

incesantes e intensos anhelos. El paseo descubre pinceladas de lo plural;

definitivamente la antropología y otros «aburrimientos sociales» no le vienen

mal a la complejidad de San Rafael. Un café romancea con los sentidos

desvirgando su ingenuidad, mientras la indisciplina se expone en una

agrietada y amarillenta sonrisa. Ya muchas cosas no importan, para algunos;

pobres rebeldes con sus pesados anacronismos a cuestas. El alfajor invita al

deleite de lo agradable en esta realidad donde escasea hasta la escasez.

Nuevos matices delimitan el asombro: tatuajes, olores, jengibres, nalgas tan

magníficas como las del resto de Cuba, y brujerías que sonorizan

intimidantes baladas de amor a la vida. El bullicio logra tonalidades únicas,

mientras restos de tabacos explican el imaginario cotidiano, a la vez que

embelesan a la curiosidad. ¿Qué pensamientos los habrán convertido en

repugnantes residuos? Solo sé que son ellos las ilusiones derramadas por los

mambises que invaden Lealtad. Nada es feo, nada es hermoso, nada es rico,

nada es pobre, nada es agradable, nada es obsceno, todo es dialógico, aun

en la evasiva actitud ante lo que luce en MLC…todo es diferente, tan

diferente. En este escenario, sin teleavances, se transcribe con sonrisas el

Maferefum Habana…mientras las aspiraciones revestidas de suspiros

revitalizan las complicaciones.

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Tuyo…en este tramo

No es posible… cada vez son menos los minutos de silencio. ¿Qué tal le va a

tu voz con mis oídos? En esta re-conceptualización de lo físico se

espiritualiza todo, mientras que en las soleadas madrugadas se broncea lo

sensual. No más tacita de café para la somnolencia del motivo… que se

enamora. Los besos aun no son un recuerdo; la transgresión de las

emociones dispone el sabor de los espasmos. Es una norma el

estremecimiento ante la promoción de sutilezas; ahí, se pavonean las

esencias de los suspiros. En la sinceridad de una erección se poetiza lo

vulgar… nos quedan mal los trajes de castidad, cuando el desenfreno,

aunque fantástico, no es fantasía; mas, usémoslo…pero, si me dejas, grito,

gimoteo, resoplo, susurro. Te prometo, entre una humedad que invita, unas

mordidas, algunos bizqueos…y, además, un secreto. … aun me tiemblan las

piernas. ¿Qué te puedo decir de mí si he dejado de ser mío?

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Amanezco

Un tiempito después, en la vida post- covid, post- resiliencia, post… Llega el

novio feo feo feo, pero con una sonrisa y una dulzura que empalaga:

Buenos días amor…cortennnn. No, no, no.

Repetimos:

Buenos días, Amor de mi vida, persona más importante para mí. Mi cochita

bella. Mi malcria’ita. Mi embeleso en dos pies. Mi amanecer feliz. Mi capitana

planeta (cara, cuerpo y…Corazón). Mi todo… ¿Grabaste?…

A continuación, muchos besitos, como de costumbre. Retozos en modo “te

destapo-tú te tapas” y “tu rezongas-yo me río”. Caricias a esas siluetas que

fácilmente ayudan a entender la física clásica, con sus parábolas, sus curvas

y sus trayectos cuneiformes. La mirada esclavizada, atenta a esa cara que es

un poema cuando duerme; a la expectativa de que se abran esos ojos que le

inyectan una excitante frescura café a mi existencia, ojos a cuya belleza no

me logro acostumbrar. Una espera paciente a que salga esa palabra tan

simple y tan necesaria “Affe”…seguida de complicidades a cumplir. Te miro

con seriedad. Me preguntas ¿qué te pasa? …QUE TE AMO. Antes de que

asimiles tamaño sentimiento susurro: “Ya todo está listo, mi perezosa” y…te

beso, te abrazo, te vivo con pasión, porque a esa hora de la mañana, esa

facha tuya, despierta tanta ternura, tantos de deseos de amar de verdad que

la “superficial” folladera inevitablemente la debo poner, en ese momento, en

el rincón de los estorbos.

Finalmente te levantas, después de varios “kikirikis”…Dios, que hermosa

eres. Quedo quieto, mi arrogancia y mi machismo me pelean… “Pipo, ya

llevas tiempo a su lado. ¿Hasta cuándo el criadero de mariposas en la

barriga?” Me pasan un sinnúmero de cosas interesantes por el cerebro;

sonrío. La bemba estirada de la “pelea” de la noche anterior, emigró. Solo

quedó vivo de la batalla nocturna el siempre leal Amor por ti. Endulzas la

trama con una leve caricia a mi masculinidad y se aviva aún más ese orgullo

de ser tuyo. Comenzaron las muestras infantiles de que estoy «Muerto,

MUYYYY MUERTO» contigo. El maquillaje suscitó la locura, “ay florecita de

papel te deshiciera”, pero… es que ya estás en modo vitrina. Controlo la

locura y para nuestros asuntos…Vámonos. Me tomas de la mano. No me

avergüenzo, aun con las cuestiones morales que agasajas a mi traje de

profesor… Soy feliz. Mujeres como tú… Joder, llegamos a la bifurcación del

itinerario…físico- espacial. Beso simple, sencillo, sin excesos y con excusas,

con descarado respeto…apenas te pierdes de mi vista y ya te extraño.. A

estudiar…a trabajar…

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Arena movediza

Es un despertar entre absurdos; que hermoso nombre adopta la mentira

cuando “a buen tiempo, sutilezas”. Se abrieron los ojos pardos con azoro,

precedido ello de un agobio sin consecuencias. La sonrisa le sirvió de

síntoma a la ironía. El aseo matinal supo a malestar después de algunos

bostezos de incredulidad. La mirada se perdió en el tejado de los recuerdos

acompañada de nostalgias. El café, almibarado con dignidad y respeto, trajo

de vuelta al semblante simpático, la picardía en la actitud y el olvido de las

miserias humanas. Que delicioso sabe el desdeñar cuando no quieres probar

la estulticia. El cuerpo, tras un suculento desayuno, se irguió entre nuevas

satisfacciones: la amistad y el amor ajeno. Se movió sin nada, tomó de la

mano al brillo en la esencia ante la posibilidad… la ilusión escribe, enamora,

sonríe, es feliz.

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En un segmento, la vida

¿Ataraxia? ¿Nirvana?… No más conceptos. La vida lleva amistades, escribir

bajo el efecto de esa droga postmoderna que es la depresión, recaba lectura,

la vida demanda mucho sexo, la vida necesita momentos de soledad…a la

vida no le puede faltar el vino.

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Singularidad

¿Alguna muestra de singularidad? La necesito…reproducimos muestras de

amor, expresiones de odio, plagiamos verdades, remozamos mentiras,

insistimos en hábitos, no hay mucha originalidad en las teorizaciones, adoro

la Voz Kid, no hay novedad en el existir (aunque es bella y mágica la vida),

nada nuevo en milenios…ah sí, la manera en que nos apropiamos de la

naturaleza cristalizada en instrumentos de trabajo, ¿algo más? Somos

simples copias…del pasado, de un pasado que no abandona ni al presente ni

al futuro. Somos réplicas, ¿Qué hay mío en mí? Bonita esencia humana,

Conservación- ¿Revolución?… ¿algo más? Seguimos siendo pasado.

Seguimos siendo el otro. Soy mi sociedad, soy mi tiempo, soy de todo menos

un Yo. Reproducción… ¿a ti quien te produjo? Necesito mi Yo de vuelta…si

alguna vez estuvo.

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Performance

Y tras bambalinas…Maquillemos la hipocresía con polvaredas de diplomacia;

a la Verdad coloreémosla con Miedo; y a él pintémosle color Mentira, que

este matiz permite realmente que lleguemos y seamos asimilados, a veces

hasta con aplausos. Apliquémosle a la falsedad, por si se descubre después

del arduo bregar en la escena, tintes de lágrimas y arrepentimiento. La

actuación no se detiene, amén de cualquier “morcilla”, ningún error

interrumpe nuestra obra, esta se culmina cuando caiga el telón, no olviden

que el final es lo más importante, es como la conclusión de una clase, en ella

se precisa los aspectos a recordar…ah, agradezcan y saluden por la

atención. Recuerden que esta función es acerca del Amor, por tanto,

pensemos lo que digamos y no digamos lo que pensemos, que de eso va

esto… ¿Todo listo? Actores a enamorar…mejor dicho, ¡Enamorados a

actuar!!!

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Te quiero más que a mí

Es raro, en extremo inverosímil, pero es así…TE QUIERO MÁS QUE A MÍ.

No es un escrito para entronizar lo ya coronado, ni en el afán de exaltar tu

inusitada beldad y aún más evidente sex-appeal (aunque en algún momento

sea inevitable hacer alusión a ello), no es un escrito siguiendo el embullo

romántico que ambos respiramos a nuestro alrededor, no es un texto para

suscita amor donde «no se sabe llorar»; esto no es otro capítulo de «Tus días,

mis días, nuestros días» o «Tus noches, mis noches, nuestras noches». No te

escribo para crear puntos contradictorios, conflictos presexuales y regalarnos

soluciones…esto no es un grupito de oraciones mal puestas cuya finalidad es

disfrutar juntos, bien pegaditos, con «Bajanda», con «Beethoven» (aunque tu

abrumadora sensualidad y esencia cambiante, digamos que, reestructura la

jerarquía de mis valores …constantemente). Te escribo porque, simplemente,

te quiero más que a mí. Tu mirada desnuda el alma, esa mirada pícara, con

ese color arcoíris que exacerba el ánimo. Tu grandeza de espíritu y sapiencia

para dejarme ser como soy… asusta, asusta cuando nos quedamos sin la

posibilidad de sorprender, muchos tendemos a asustarnos. Pero, aun así, te

quiero más que a mí (aplausos a cómo reprimes que me quieres más que ti…

¡AUCH!!!…Hay tanto en ti que me resulta imposible no quererte más que a

mí. Dios, me pregunto una vez más ¿qué sería de mi sin estos signos de

admiración? Vida, Vida, Vida mía., a ti, mi Vida, es un hecho, te quiero más

que a mí.

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Masturbando la esperanza

De las cosas sin nombre…lo innombrable, ¿cómo se llama esto? …Luces,

temores bajo colchas, madrugada, timidez, modestia ¿falsa?, arte culinario

(bon apetit); momento fugaz que se desvanece en una casi cotidiana y

terrible coyuntura, guardemos el documento, no podemos saber nada de él.

Testiovariemos, que se apaga la vela, y nos dormimos sin recuerdos. ¡Cuánta

intensidad! … ¿Qué sería de la vida sin egoísmos? Olmeca, buenas noches,

gracias por el beso y la sonrisa nerviosa, bienvenido a la apertura. Ay,

¿llegamos?… ahí está el punto de partida de vuelta a la distancia, malditas

poses que esclavizan la memoria en medio de esta historia sin nombres, ni

conceptos, ajena a límites y plagada de incertidumbre. Bajemos el telón que

una nueva obra viene en camino, la teoría del zapato… Hagamos silencio,

sigamos masturbando a la Esperanza.

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La libertad…al fondo

¿Qué utilidad tiene una voz sin ecos? ¿Qué sentido tienen las palabras que

no producen transformaciones? Bendita seas contradicción con tu ir y venir

parsimonioso, inseguro, violento, impetuoso y futurista. Bendita seas

contradicción… si a nosotros vienes con altruismo y humildad. El silencio no

es la solución cuando la moda es el silencio. ¿Para qué ser padres si no hay

la disposición de dialogar con los hijos? Las ideas perduran cuando

enamoran y… Ay, Amor, ¡que revolucionario eres! Pero, qué siglo este en el

que ahora vives, tan sobrado en tecnología y limitado de sensibilidad. Tan

plagado de conservadurismos temblorosos y carente de firmes rebeldías.

Que el Panóptico no te aterre, sigue caminando como hasta ahora…te

espera la Libertad.

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La muerte

Un brindis por las ironías de la existencia. Brindo por esas mágicas palabras

que enmascaran sentimientos. Un trago por la moralizante lágrima y otro por

la desagradable sonrisa. Una botella para el mayor centro de altos estudios, a

tu salud, calle. Bebamos por las mentiras, somos ellas. Trago especial por

esa única fiel…

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Ahogado…

Rompiendo el silencio con latidos a la lluvia… Estruendosa sonrisa al mundo,

y en ella el escape a esa esquizofrenia con olor a Nietzsche, que procura su

«dasien» entre estulticias y temores que elogian a una locura embriagada con

las copas de un «cogito, ergo sum». En este el mejor de los mundos posibles,

todos somos unos Cándido amando a nuestras Cunegunda, mientras un

ejército de asintomáticos y sintomáticos dan sentido al argumento de esta

nueva temporada de Juego de Tronos. Se abruma la imagen de Penélope en

el reverdecer de un paganismo » a lo peste negra», con exquisitos motivos

para otro Decameron…tras el rojo morir de Odiseo, tras la argentina muerte

de la fe…la espiritualidad languidece, hasta para esos ateos de la orden

franciscana. Se le huye al «solo sé que no se nada», no así a la ironía; es que,

de la Barca, la vida es sueño, sí; pero también un sinnúmero de ironías que

hacen sangrar no sólo a las venas abiertas de América Latina. Lejos de esa

modernidad, de positivismos y otras » vagancias» postmodernas, bienvenida

la amistad… en ella, y en despojarnos de la ambición y el egoísmo individual

está la clave del éxito.

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Sigue siendo ese…

Sigue siendo ese que disfruta el pensar como si de un deporte extremo se

tratase, en esta postmodernidad con aroma a moderna, donde el hedonismo,

el nihilismo y otros egoísmos entronizan los olvidos, la ingratitud entre otras

pandemias. Sigue siendo ese que cree en Dios, y en Marx. Sigue siendo esa

contradicción que excita, motiva, inspira… que también molesta y aleja.

Seguirá, a ese ritmo, siendo ese cuya pasión apaga de a poco sus

chimeneas a la exasperante mediocridad, y deja fluir su voz en susurros a las

estrellas. Sigue siendo ese que sueña, entre alegrías tormentosas y

bonancibles tristezas, con el fin de esas falacias que vislumbran el miedo a

ser humanos. Seguirá, a ese ritmo, siendo ese que se agobia y se irrita ante

los más imperceptibles atisbos de intolerancia y exclusión. Sigue siendo un

ustedes que habla mucho de su yo, porque en ese egocentrismo está el

nosotros. Seguirá siendo ese sensible que nada amigo le es ajeno. Seguirá

siendo ese amante de la soledad, mientras la soledad sea hija de la mala

compañía. Seguirá siendo ese romántico absolutamente inconforme. Sigue

siendo ese alarde que roba sonrisas al que besa o abraza, o simplemente

estrecha la mano. Sigue siendo ese Libra, sin libras, porque todo el músculo

está en sus sentimientos. Sigue siendo ese que entre escritos, Janis Joplin,

Amy, Wooten, Aretha, depresiones, goles y desafinaciones, estará ahí para el

no yo…sobre unos zapatos con teorías.

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Adicciones de la reflexión

Se soltaron las manos, se incorporó con esa parsimoniosa sensualidad que la

hace adorable. Configuró ese semblante meditabundo, que insinúa la

búsqueda de una verdad…ante la ausencia de mentiras, y de palabras. La

mirada firme y epicúrea coqueteó con unos enternecimientos mal cubiertos,

como si de crónicas de una emoción garantizada se tratase. Su pie, su

principesco y pulcro pie, derecho, halló acomodo donde mi barriga pierde su

honesto nombre. Indicios de una risa traviesa amenizada con Pisco, y se

reclinó con humedecida gracia y donaire en el sofá; sin querer trascender se

estaba haciendo inolvidable en medio del silencio más bullicioso jamás

vivido…loada sea la mocedad en las arriesgadas correctas. Más Pisco y…

consciente de la vulnerabilidad, rompió el silencio con voz de miel gaseada:

¿qué es la filosofía?… Fue escandaloso.

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Silencios al amanecer

La picardía emprendió su calmoso vuelo; se hacía temprano. Las velas, casi

extintas, ralentizaban la siempre poco recordable premura. El incienso ahogó

las voces. Conclusión de la apreciación de las bellas artes, y emprendimiento

del exquisito primer viaje a las estrellas …una estancia efímera donde se nos

permite el anonadamiento, y de vuelta a ese introductorio y sutil testiovariar.

De ambas entrañas, sin ensayos, se fugaron ardorosos Aleluyas, carentes de

normas; ante la majestuosidad de la tez, el fervor que implica las muy

concretas y exactas funciones trigonométricas, el movimiento curvilíeno de

manos y miradas, miel gaseada en la voz, viril firmeza en la conducta, rudeza

necesaria consecuencia de lo prolijo en unas coplas, mientras que, desde su

insignificante objetividad, la dialéctica explicaba la transformación de lo seco

en húmedo… «sacas unos gemidos adorables cuando sufres señorita»… «el

amor existe, ¿verdad?»…»es que hemos perdido tantas veces la virginidad».

Idolatrado lucero del alba que llega justo con el morir de las velas.

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¿Me acompañas?

«¿Me acompañas?»… «es que I have a dream”, contradictoriamente un pez

sin color, color Dr King en Holguín; bajo esos matices aumenta la exigencia

ante la imperativa omisión de predicados que reprimen esa hermosa

sensibilidad, tonalidad humana oscura. Incomprendidas las diferencias que

sostienen el reto se va camino a un deber ser. Cuanta mediocridad ante la

ausencia de las esencias. En esta batalla por Ser es mala compañía el

“cumplir con”, siempre huérfano del amor propio de condición instada por el

transcribir y asumir fantásticas realidades.

Antes del próximo capítulo, que se fumen cajas de letras, que se beban

toneles de melodías en función de esa luz interior que no consiente

infidelidades, pero que nace de ellas para acercar lo distante…y en cada

charla que se oculten el tiempo y los egos. Un poquito de jazz para masturbar

la creatividad, que se inhale a Balzac o Dostoiesvki, exquisitas drogas para

vislumbrar lo que radica en el alma; siempre antes de los desnudos ligeros…y

pesados, para mitigar los sufrimientos.

Tras cada bocanada de franqueza se enardece la certidumbre, aun a

sabiendas que el ayer es hoy. Que se torturen las dudas con el brillo de las

miradas, que las palabras se besan hasta con las partículas brownianas. Que

mueran las vacilaciones con el prodigio de las sonrisas, aun cuando las

nubes grises formen parte del paisaje. Por favor, sin conceptos; empobrecen

la realidad del predicado.

Es difícil ser simples en esta complejidad sin teoría …particularmente le temo

a la quietud, y al silencio. Mejor retorno a casa que me aprietan los

zapatos…y extraño mi bulliciosa soledad.»

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Había una vez…la valentía

Sin tocar la puerta apenas se adentró en la casa; sin permiso, de manera

silenciosamente subrepticia, con la sonrisa tímida de quien teme a lo que

viene. La llegada inadvertida me cogió envuelto en la desnudez de la tristeza;

sacadas del baúl de las miserias humanas, lavadas y expuestas al sol,

alistándose para ser usadas… una vez más: la incredulidad, la reticencia, la

ingrata pose que impregna el miedo en el cuerpo, la desagradable confianza

de que el amor no existe y sus correspondientes actitudes.

Fue inevitable ocultar la promiscuidad, quien felizmente correteaba entre

árboles binarios, frustraciones y preocupaciones existenciales. Su entrada me

descubrió en plena dramatización de la obra de terror «Haciendo al nuevo

Frankestein», la nostalgia en el occidente.

La virilidad…donde se recabara su presencia, el corazón vendiéndose como

prostituto con angustioso y lastimoso descaro a la mejor postora. Los brazos

prestos para dar abrigo en noches frías a poemas egoístas ajenos a sus

historias; los pies, quienes una vez corrieron en busca de la felicidad, yacían

anclados, inertes, sin alas, en el mar de las desilusiones.

Y los sueños…los sueños, con su cosecha, esperaban, en el demoníaco

manicomio de la desesperanza, la cura de las incongruencias que suscitan

las vilezas humanas. Llegaste y sin quitarme el polvo de los libros,

provocaste el tributo a la magia de tu maravilla. Llegaste buscando

soluciones y te encontraste un problema, lo abrazaste, viviste en él… llegaste

y entraste sin pedir permiso…Larga vida a tu espíritu irreverente.

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Singer…sometimes

Lady in…Golden Blue. I want to know what love is, I know u can show me. I

think… I ve been loving u…too long, I don t wanna stop now. Lady, in spite of

distance…, u make me feel, u make me feel like a natural…MAN…because of

your thriller, thriller s nigths. I mean it, I mean it…Remember the time. I know

Love is not a victory march, but… Hallelujah. I see u one more time and…U re

beautiful, u re beautiful, u re beautiful, it s true…u know what? when I need

you I just close my eyes and I m with you. Sometimes, I just call to say, I love

you. Hey…Hello, it s me u re looking for. I wanna hold ur hand and to dance in

the dark, with you between my arms, barefoot on the grass…I ld do anything

for love…so I dare you to let me be yours, your one and only, promise I m

worthy, to hold in ur hands. So come on and give a chance, to prove that I m

the one who can walk that mile, until the ends start…

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Entre mis signos de admiración…

No se sabe quien vio primero a quien…entre tanta oscuridad, y árboles que

oxigenan pulmones y ahogan la vista. Desde lejos ya perfilaba su bien

definida silueta, exaltada, a medida que nos acercábamos, por un

amablemente corto vestido rosa. Buscaba el sano deleite, buscaba la

deprimida economía.

Su voz no era almibarada como las que suelen embelesar a las primeras,

pero la dulzura en la tez, una estatura que no deja margen a dudas a la

maniobrabilidad de las pasiones, unas piernas sensuales y convexas, un

andar atractivamente ramplón, aderezado con pizcas de enigma, el cabello

contradictorio con sus maneras, mirada apática, revestida de la experiencia

que entretejen las vicisitudes, y también la maldita mascarilla, entre otro

tatuajes, originaron el interés.

Todo era tan sincero en ella; cuando la certidumbre asoma la sonrisa florece

y se aplaude. De un capricho policial… o de alguien más, siempre

desconocido, unos escalones más arriba, un nuevo motivo para preguntar. Es

complicado ponerle los predicados adecuados a los sujetos. Pero, ¿de qué

va la vida sin atrevimientos?…

No tuvo la misma oportunidad en este país de las oportunidades, es sabia y

valiente, o quizá tenga más miedos que todos los presentes y se escuda en

una amachada actitud para ser en medio de esta pandemia. Tal vez reprobó

algo y su contexto la arropó de marginalidad, o se acogió voluntariamente a

ella; huyéndole a unas responsabilidades para sumergirse en otras. Ser

vulgar a veces es una muy buena actitud ante la vida, mucho mejor que

aparentar lo que no se es; ¿ Qué es…?

Nunca aprendí a disfrutar de la cosa en sí…. No es rica, trabaja, entre

hombres, no le teme a la noche, ni a su asiento en el sombrío viaje. Sus

nalgas ralentizan la comprensión de los precios… Me parece bien barata la

tarifa. Lástima no sea mi destino; por suerte tengo que tomar otro camino, no

sobreviviría a su intimidad, seguramente plagada de complejos, valores,

esquemas conductuales y sexuales, y presupuestos ajenos que remarcarían

mi torpeza existencial…

Me voy a Prado: es un excelente lugar para fingir. Total, ella no es una

heroína, en este 21 de enero del 2021, del siglo XXI… cobra 30 pesos

Habana- Alamar.

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Epílogo

Creo en esto, en mis pasos; tengo fe (una fe sin color, ni roja ni verde) …las

miradas inquisidoras, los conceptos de moda con sus sufijos “ismo”, “cracia” y

nuevas tecnologías, las vicisitudes que brotan desde adentro, desde afuera,

desde lo nuestro, desde un yo, nada de ello abruma la convicción, no

ralentizan este andar. Ahí está la historia desbordada de enseñanzas para

decirnos como seguir adelante, entre el polvo del camino y su pose para ser

teorizado; pero… en los conceptos, la pobreza. Somos experiencias

masturbadas en la esperanza, entre sorbo y sorbo de café…al fondo del

pasillo más pobrezas en una teoría del zapato.

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