Gotita de Luna (cap9)

Gotita de Luna (cap9)

Deina636

26/02/2024

(disponible en booknet, wattpad y Inkspired)

El hombre al ver que Ita entraba a su casa, reaccionaba rápido y le aventaba aquel gran cuchillo con fuerza y buena precisión para después salir corriendo, pues él miraba como una mujer sospechosa con máscara entraba a su vivienda, Ya que la ilusión la cual vieron los vecinos no aplicaba para el hombre, dado que solamente era para despistar a los vecinos chismosos.

Ita esquivaba el cuchillo y miraba cómo el hombre salía corriendo.

Guardaba la calma y trataba de estar seria, pues no quería que ningún sentimiento la dominara y no la dejará usar sus poderes si lo necesitaba.

Así que solo caminaba tranquila hacia la cocina miraba el desastre de sangre que el hombre tenía y partes dispersas del cadáver del pequeño, para después dirigirse por donde el hombre había huido, al que llevaba a un pasillo con una sola puerta hasta el fondo.

Al acercarse a la puerta, colocaba su mano derecha en la perilla y su oreja a unos 47cm arriba de esta, por si lograba escuchar algo de lo que estaba haciendo el hombre ahí adentro, al mismo tiempo que la giraba la perilla lentamente. Sin embargo súbitamente se percataba del olor a pólvora y escuchaba la voz de un niño que le susurraba:

“Está apuntando con una escopeta a la puerta, ten cuidado”

Y al instante el hombre daba un disparo céntrico a la puerta, perforándole solo el hombro derecho a Ita con dos perdigones

Pero la chica llena de ira y rabia, sin pensarlo, abría y tacleaba al hombre, aprovechando esos poco segundos de vulnerabilidad del hombre al recargar el arma. Estrellándolo en la pared.

Ita tomaba el arma he intentaba quitársela al hombre. Todo con su propia fuerza, pues al estar llena de ira y odio hacia el hombre, no podía usar su fuerza sobrehumana.

Pero él se aferraba al arma, pues por ningún motivo la pensaba soltarla. Daba dos pasos en dirección de la chica, dejando caer su peso y fuerza en esos dos pasos solo para hacerla retroceder, mientras al mismo tiempo la miraba desafiante.

Ita al ver esto, sujetaba aún más fuerte al arma y jalaba el arma a su costado para así sorprender al hombre y que perdiera un poco el equilibrio. viendo la oportunidad de dar un golpe seguro, y la aprovechaba para lanzar una fuerte patada al estómago del hombre, sin embargo fallaba y le daba en los genitales.

πππ: ugh, hija de puta -al recibir la patada en los genitales soltaba la escopeta solo para retorcer su cuerpo por el gran dolor que sentía, agachándose un poco, colocaba una mano en su rodilla y otra en medio de sus muslos-

Ita: ups, fallo de cálculos -le daba una última patada en la cabeza, aprovechando que el hombre agonizaba de dolor inclinado hacia ella, pero no se la daba tan fuerte como la primera, pues solo era para hacerlo caer a la cama que estaba atrás de él y sin perder tiempo le daba un fuerte golpe en la cabeza con la culata de la escopeta haciendo que este perdiera la conciencia por completo.

El hombre al despertar, gritaba de pánico al verse en la condición que se encontraba, mirando aterrado a sus alrededores.

Este estaba completamente desnudo, con sus muñecas atadas en la cabecera de la cama. Ambas piernas las tenía juntas, no podía despegarlas, pues la chica le habían puesto pegamento instantáneo por en medio, delante y atrás de sus piernas, directamente a la piel, desde la región interior del muslo hasta la región interior de la pierna. A pesar de eso tenía sus tobillos atados en los tubos del pie de cama. Los nudos estaban muy bien hechos y apretados.

En su miembro, él miraba que tenía una pequeña pecera de cristal, dejándolo ver como dentro de esta se encontraban dos ratas caminando sobre su miembro y testículos. Pero por más que este trataba de moverse para que la pecera se cayera, no podía, pues también estaba pegada a su piel con aquel resistente pegamento.

Ita estaba descansando un poco, pues había quedado algo cansada después de planear, conseguir y acomodar todo para la tortura del hombre.

Esta se encontraba en el sofá de la sala, apretando el vendaje que se había puesto en el brazo para detener un poco el sangrado.

Aún no sacaba los perdigones de la herida, pues no tenía cómo, y Belzebú aún no le enseñaba a sanar sus heridas, y tal vez no le enseñe hasta en un largo tiempo, pues Ita siente que no pude verlo a la cara dentro de un tiempo.

Con dolor de cabeza, la chica escuchaba al hombre gritar, se levantaba del sofá, tomaba un tubo de pegamento instantáneo, iba a la habitación y habría enojada la puerta

Ita: ¿Puedes cerrar el hocico? me duele la cabeza. -cerraba la puerta, azotándola- además es inutil, nadie te escucha. no vendrán a ayudarte.

πππ: Que mierda me has hecho?!

Ita: ¿Que? -se acercaba a la cama y tocaba la pecera- ¿esto? disculpa, son lo único que encontré en tu casa. Que por cierto, es una mierda. -decía con desagrado para después sonreír siniestra y al retirar la mano de la pecera, se volvía una cubeta plateada de metal- Esta es la primera de tres… -se agachaba, tomaba debajo de la cama un soplete de cocina de gas para después encenderlo- …Claro, si es que aguantas~

La chica encendía el soplete y lo acercaba a la cubeta dejando que el metal se calentara hasta el punto que las ratas comenzaban a desesperarse por las altas temperaturas, trataban de buscar una salida y al no encontrarla, comenzaban a roer la piel del hombre haciendo su propia salida, desmembrando el miembro, testículos y todo órgano que se interpusiera en el camino de las peludas ratas.

Al mismo tiempo el hombre se retorcía del dolor soltando lágrimas y gritos desgarradores que retumban por toda la casa, gracias a aquella experiencia tan traumática y sensación tan dolorosa de sentir cómo las ratas desgarraban su piel con dientes y garras.

Ita: Tsch, que ruidoso eres! -dejaba de calentar un poco la mini cubeta, solo para tomar uno de los calcetines que le había quitado al hombre, meterlo en la boca de este, sacar el pegamento instantáneo para después poner en exceso encima de los labios del hombre y a la fuerza cerrarle la boca

Al sentir el como las ratas desgarraban músculo a músculo logrando encontrar la salida rápidamente, abriendo un hueco en el vientre del hombre y quedando el libertad bañadas de sangre.

Pero este en su desesperación hacía tanta fuerza para abrirlos sus labios, que los termina desgarrando por completo y comienza a tratar de pedir ayuda desesperadamente con medio labio desgarrado y entre gritos ahogados gracias a la calceta que tenía en la boca.

Ita sonreía llena de placer al verlo llorar, gritar y sangrar, pues ella creía que merecía eso y mucho, por todas las vidas inocentes que ha arrebatado aquel bastardo.

ponía un poco de música para inspirarse y seguir torturandolo hasta acabar lentamente con la vida de aquel hombre.

Al finalizar no limpiaba nada de lo que había hecho, pues así quería que encontrarán el cadáver del hombre. Solo que eso sí, borraba toda huella de ella.

Al salir de la habitación, se quitaba la máscara y miraba sentado en la sala a un pequeño niño de unos 8 años

Ita: lamento lo que te pasó -decía con un tono triste, pues se le hacía injusto que un humano muriera a temprana edad-

Pero el pequeño no le contestaba, solo se quedaba sentado en el sofá mirando hacia la cocina dónde estaban sus restos humanos.

La chica se acercaba al pequeño, se sentaba a un lado de él y lo miraba atentamente

Ita: conozco un grupo de niños que les encanta jugar, asustar humanos y explorar nuevos lugares. Estarían encantados que te les unieras -le decía con un tono de voz amable-

???: ¿qué será de mí? Ya no volveré a ver a mi familia? se quedaba pensando un poco- ya no recuerdo quién es mi familia!! -el pequeño quebraba en llanto y cubría su rostro con ambas manos-

A la chica le destrozaba el corazón al ver a pequeño así, lo acercaba a ella, hacía que el pequeño recargara su cabeza en el hombro de ella y acariciaba su espalda tratando de consolarlo

???: No me dejes por favor. no me abandones, no quiero estar solo -el pequeño retiraba una mano de su rostro para tomar la mano de la chica.-

Pero al hacerlo a Ita le volvía a pasar lo mismo que con la niña del callejón.

Sus ojos se volvían completamente negros y comenzaba a ver la corta vida que vivio el pequeño por partes. Notaba que al pequeño no le daban la suficiente atención, constantemente lo dejaban solo en casa o lo encerraban en el ropero por que a sus padres les molestaba verlo.

Entendiendo porque el pequeño le tenía tanto miedo al abandono.

Ita: No te voy a abandonar -decía mientras las lágrimas de sangre recorrían sus mejillas mientras los recuerdos del pequeño seguía nublandole la realidad.-

Melancólica ante todo lo que le sucedió al niño, sintiendo una presión en el pecho que no la deja respirar bien, trataba de controlar aquellos sentimientos pero no tenía éxito alguno.

Con su mente en blanco sólo abrazaba al pequeño, haciendo que el niño comenzará a brillar de pies a cabeza hasta hacerse polvo planco brillante.

Ita: … -su vista volvía a la normalidad al igual que sus lágrimas, mirando la brillantina blanca en el sillón- pequeño? -sin seguir entendiendo lo que estaba pasando, abría un portal, sacaba un tubo de ensayo y tomaba una muestra de aquel polvo blanco que brillaba-

Aprovechando el portal, se iba a su dimensión.

Al llegar arrastraba el cadáver del ángel a su mini morgue, le drenaba la sangre y realizaba unas pruebas.

Mientras esperaba a los resultados de aquellas pruebas, la chica comenzaba a diseccionar el cuerpo del ángel, pero a medio trabajo comenzaba a sonar su celular, al ver que era Astaroth quien llamaba, le daba pereza contestar, pues no traía puesto su audífono, y mejor hacía aparecer a un lado de ella, sin dejar de trabajar, pues estaba muy concentrada.

Astaroth: ¿Qué estás haciendo? -pues quedaba sorprendido a ver aquella escena, de la chica con guantes, un gorro quirúrgico de tela, bata y cubrebocas diseccionando el cuerpo de aquel ángel-

Ita: -Al escuchar la pregunta lo volteaba a ver y le contestaba enojada- Estás viendo y no ves, hijo. No mames Arthur, no andes preguntando mamada y mejor ven a ayudarme. -se quitaba los guantes, los tiraba e iba por una bata, gorro y guantes desechables para dárselos a Astaroth.- ponte bien el gorro que no quiero ningún cabello en— -miraba la hora y se sorprendía por esta- Mierda! Ya las 7pm?! Ya debería de estar en el trabajo!

La chica paniqueada se quitaba rápido la bata, el gorro y los aventaba, pero Astaroth la tomaba del brazo antes de que saliera corriendo

Astaroth: Te pareces a tu padre -suspiraba frustrado por lo terca que era la chica- ¿En serio estás pensando en más trabajo? se ve que no has dormido, bañado y te apuesto que tampoco has comido.

Ita: -se molestaba un poco al escuchar que le decía que era igual a su padre, por el rencor que tenía hacía él, aunque no lo conociera de absoluto- Sé que fuiste doctor cuando eras ángel, y que eres el mejor ahora, pero no me trates de diagnosticar, es molesto -trataba de liberarse para ya irse- eso no es asunto tuyo y no debería importarte

Astaroth: Claro que me importa tu salud -la jalaba hacía él y la abrazaba- me importas tú. -La tomaba del mentón y acercaba sus labios con los de la chica- O que un perro no puede estar preocupado por su amo? -decía travieso y seductor-

Ita: -se sonrojaba levemente al escuchar lo del perro, pues pensaba que tenía suerte al ser la dueña de un perro muy sexy- Bueno, tal vez pued— era interrumpida, pues el hombre le robaba un beso de uno 5 segundos.-

Astaroth: Que te parece si después de terminar con el ángel te preparo algo de cenar, te das un baño y el postre lo disfrutamos los dos en la cama?~

La chica terminaba cayendo en los encantos de aquel elegante hombre que la trataba como toda una reina, y terminaban haciendo lo que el hombre había dicho hasta terminar en la cama.

Pero a pesar de todos los esfuerzos del peliblanco, la chica no sentía nada por él, ya que Ita solo sentía atracción sexual por Astaroth, no romántica.

Al día siguiente Astaroth se levantaba temprano para llevarle a Ita un hermoso desayuno a la cama, se despedía de ella con un beso y se iba dejando sola a la chica.

Cuando Astaroth se iba

Ita se acostaba nuevamente, abrazaba una almohada y escondía su rostro en ella, cosa que no le gustaba nada a esta, pues la hacía sobre pensar muchas cosas, cosa que hacía que se odiase por ser tan estúpida, darse asco e incluso deprimirse.

Así que decidía salir de su dimensión, para ya no estar atrapada con sus pensamientos.

Se iba a la casa de María, se encerraba en su habitación, ponía música, tomaba una sketchbook que le había regalado Bel, pues estaba dispuesta a trabajar en un diseño para una nueva arma para crear con la sangre que había drenado del ángel, al menos para distraer su mente.

La chica comenzaba con una línea, la cual se convertía en unos labios, sin detenerse seguía dibujando, y cuando menos lo esperaba, miraba como que a quien dibujaba era a Bel.

Al terminar se le quedaba viendo al dibujo, pensando que lo extrañaba mucho, pero que no podía verlo a los ojos por lo que escuchó.

Azazel: Ese es Bel? -decía curioso mirando aquel dibujo-

Ita: -se asustaba y sin pensarlo le daba un puñetazo, no ten fuerte, en el brazo al pelirrojo- Mierda! Azazel, Avisa que vas aparecer así! toca, no sé, puta madre -cerraba avergonzada el sketchbook-

Azazel: -reía juguetón- Entiendo como te sientes. aunque el dibujo te quedó… -pensaba cómo decirlo sin ofender- …decente. Pues no todos pueden dibujar a ese hombre. Es tan perfecto~ -suspiraba enamorado-

Ita: -muy sorprendida al escuchar las palabras del pelirrojo y más ese suspiro- Azazel?! hay algo que no me has dicho?

Azazel: … -reaccionaba y pensaba en lo que dijo, y al darse cuenta lo que acababa de hacer se sonrojaba por completo- T-Tú tampoco me has confesado que te gusta Belzebú!

Ita: … -sin saber que decir, pues le había tomado por sorpresa la noticia- Desde cuando te gusta?

Azazel: tsch… -se rascaba la nuca mientras aquel color rojizo en sus mejillas seguía presente- Cuando me desterraron, él fue quien me encontró, me llevó con Astaroth para que sanara mis heridas y me hiciera un demonio. Desde ahí siempre estuvo conmigo apoyándome, enseñándome, nunca me ha tratado mal y siempre me ha tenido mucha paciencia

Ita: Y nunca le has dicho nada de cómo te sientes?

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