Son las doce de la noche y nadie duerme tras las rejas… Las supuestas cuatro estancias de cárcel de la comisaría de Palacio Viejo están abarrotadas como si fueran galpones, dos para hombres y dos para mujeres. Cada preso tiene su bolsa de dormir; mas, en este cuarto, en lugar de acostarse, los presos han hecho pequeños grupos de dos o tres y están comentando los hechos…
–Silvino, ¿cómo fue que te arrestaron?, y, ¿dónde?
–Fue muy surrealista Richard…, ¿qué te puedo decir? –le contesta Silvino medio suspirando…, como saliendo de ese sopor que lo había cautivado durante la reunión de los hackers hermanos de la ley; y continúa– Después de la reunión, Rosa me alcanzó en la calle y seguimos conversando…, caminando hacia la plaza de armas. Allí nos llamó la atención la cantidad de gente que aún había por todos lados…, y seguían llegando grupos y más grupos… bailando y cantando mantras y oraciones… por la paz del mundo…; y nosotros, como hipnotizados nos fuimos a su pleno centro, al tuturutu…, alrededor del cual bailaban y cantaban los colectivos…, haciendo sonar también sus pututos… De repente, sonó el celular de Rosa y ella se alejó un poco de mí tratando de escuchar el llamado. Luego, como si se hubiera prendido una chispa en el aire…, muy cerca del tuturutu, comenzaron los gritos, los improperios y los golpes… Vino la policía y nos arrestó a un buen grupo. Pero yo ya no vi más a Rosa, fue… como si se hubiera esfumado. Espero que ella esté bien. ¿Y tú? ¿Cómo fue que te detuvieron? ¿Dónde te arrestaron?
–Después que salieron casi todos los hermanos de nuestra reunión de la mañana, nos quedamos unos pocos para limpiar y dejar la sala en orden…; de repente, llegó la policía y nos detuvo sin miramientos…, y aquí estamos Silvino… Mira a ese hare hare –le dice de pronto Richard cambiando de tema, y señalándolo al hare hare con un movimiento de su rostro y sonriendo muy divertido–, qué rico que duerme… Ese, desde que lo he visto ha estado como en otro mundo…, y no ha hecho más que rumiar todo el tiempo con su rosario…
–Mmmm, es verdad…; él también está bien desconectado de la realidad, tal como los líderes de la OTAN, pero de diferente manera… Este hare hare parece estar en el limbo, danzando y cantando…; en cambio los de la OTAN están en el infierno hablando de guerra… Soñando con que derrotarán a Rusia…
–¿Y por qué crees tú que no derrotarán a Rusia? –le pregunta otro joven a Silvino, que, habiéndolos escuchado, se acerca a los dos amigos…
–Rusia es el país más grande de la tierra, tiene sus propios recursos energéticos y tiene su propia industria militar… ¿Qué posee Europilla? No tiene recursos naturales, tiene que comprarlos fuera… Es muy tremendo cómo ellos analizan y mal interpretan su situación geopolítica… Dicen que no habrá paz si no hay guerra… ¿Qué slogan es ese?… O ¿será, que nosotros estamos locos?… ¿Tú que dices Richard?, ¿podrías darnos también tu comentario?
Y Silvino le pasa la antorcha a Richard… Poco a poco los presos han hecho un círculo más grande… y Richard profundiza la visión y la misión de los hermanos de la ley… Porque todos ellos han sido arrestados por la misma causa…, son activistas por la paz.
Así transcurre la tertulia…, donde todos participan con preguntas y respuestas, hasta que de pronto, escuchan de nuevo el “rumiar” del hare hare…, y automáticamente se dan vuelta para verlo… Ya es de madrugada, el hare hare está sentado en un rincón, dándoles las espaldas y cantando su maha mantra un poquito fuerte…, como queriendo ser escuchado… y lo ha conseguido… Los compañeros de cuarto se quedan observándolo un breve momento…, algunos con lástima, otros con simpatía… Pero, luego vuelven a sus disertaciones y se olvidan de él…
De pronto, después de mucho rato, a la seña de uno de los concurrentes, todos vuelven a mirar nuevamente al hare hare, quien ahora está cantando y haciendo unas mímicas muy extrañas frente a la pared… Está arrodillado y moviendo los brazos muy graciosamente. Mueve la mano izquierda de derecha a izquierda como si sostuviera algo, a la altura de su cintura, y mueve la mano derecha haciendo círculos, por encima de su hombro, siguiendo las agujas del reloj…
–Él está en otro mundo –dice uno de los presentes.
–Está simulando tocar una campanita y ofreciendo artículos de adoración a su deidad divina…
–Y tú ¿cómo sabes? -le interrumpió otro hermano con incredulidad.
–Porque él me estuvo contando que eso haría antes del amanecer… Por eso se fue a dormir temprano para madrugar… y empezar su práctica espiritual del día…, como pujari o sacerdote de su templo… Dijo que estaba muy preocupado porque nadie en el templo sabía de su detención, y que hoy, él no haría esta ceremonia allá en el templo, sino… aquí…, y en meditación… Es la primera adoración del día a sus Señorías, eso dijo.
–¡Mama mía! –exclama otro tertuliano– Nosotros luchando por la paz del mundo y este hare hare en el limbo… Vamos, sigamos con lo nuestro, dejémosle con su locura…
–Él en el cielo, nosotros en la tierra y la OTAN en el infierno…
–Ja, ja, ja –sonrieron todos…
Y… continuaron con su tertulia…
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