Cartas al cielo. Vol 1.

Cartas al cielo. Vol 1.

S.R.O

19/02/2024

Querido ángel,

Se que mi mamá y vos siempre hablaban de mis decisiones románticas por teléfono, escarbando cada esquina de mi juventud con el fin de poder deducir el futuro que me esperaba en el amor.

Ambas con el corazón hecho un puño, esperando que el destino me viera con ojos de misericordia y me enviara una persona que me amara de verdad. Entre la angustia de un mundo quebrantado y un historial de dolor, se escondían pedazos de esperanza que se reflejaban con la luz de sus ojos.

Hoy te escribo porque no te puedo presentar al amor de mi vida. Hoy te escribo porque no puedo enseñarte lo mucho que me aman y me respetan, no puedo saber si ves mi sonrisa en las mañanas o la calma en mi sueño por las noches. No se si puedes ver como cruzamos miradas, cómo se agrandan las pupilas y se me infla el pecho de amor.

Me gusta pensar que si lo puedes ver, pero te escribo esta carta en caso de que no. Me gusta pensar que te sientas en la mesa los domingos y lo escuchas hablar, que te ríes de sus chistes mezclados con vergüenza y sonríes cuando ves que me da la mano. Me gusta pensar que a veces bajas a ver cómo estamos y logras observar como me abraza cuando tengo miedo, o me aconseja cuando me pierdo en mi camino. Que por un hueco en la ventana puedes ver como me abraza mientras lloro o me saca lágrimas de tantas carcajadas. 

Yo le cuento historias de vos. Le cuento cómo eras una gran mujer, siempre sabías que decir y cómo manejar momentos incómodos. Como unías la familia en fechas importantes y te ganabas la admiración de aquellos que te conocían. Le cuento lo amada que fuiste y lo comparo con lo amado que es él, si les veo el alma de reojo se me asemejan. Deben ser tallados del mismo árbol, porque la gente los ve igual, con una mirada de admiración y ternura. 

Posiblemente me lo mandaste desde las nubes, tal vez por eso te gustaba tanto el fútbol, tal vez por eso me enseñaste a ser Saprissista y a amar los deportes. Él es un poco anticuado como vos, por eso tal vez me dabas aquellos consejos que me daban risa. Él es paciente y dulce con las palabras, tiene esa misma capacidad de decir la verdad sin que me arda la sangre. Yo si creo que vos sabías que él iba a aparecer en mi vida y por eso insistías en que tuviera paciencia, no rendirme, a ver la luz al final del túnel. 

Querido ángel quisiera que pudieran abrazarme, para verificar que si tienen el mismo calor. Quisiera poder verlos conversar por horas, que pueda reirse de tus chistes y yo sonreír al ver tus ojos llenos de orgullo y felicidad, llenos de paz al saber que tu nieta es tan amada como la amaste vos.

Con cariño,

Sofi

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