Me desperté esta mañana teniendo una gran enfermedad, me dicen que es locura, ¿será que tiene aprisionada mi alma?, buscando un amor por aquí, otro por allá, me encuentro perdido en un bosque frente a un gran árbol con una luna llena que a mis ojos quería congelar.

Bajando del cielo vienen por mí, para bien o para mal se transforman en pequeños seres domesticados que entre cuernos y patas de centauro me hacen correr…

Por poco me alcanzan, sigo corriendo sin sentido dando vueltas por el mismo lugar, este paisaje se me vuelve hacer conocido, me relajo por un momento, respiro profundamente y una luz que sale de mi corazón me da esa paz.

Abro mis ojos y estoy en el mismo lugar donde comencé, enfrente de este gran árbol que me sonríe, hay un hueco arriba de él, un pequeño ser sale de ahí que me dice que le regale un poco de tiempo, le digo que sí, me extiende su ala y salimos por los cielos, creo tener lo que necesito, llegamos a una nube donde hay una bella chica tan amarga y dulce a la vez, que me lleva a la orilla del rio, una brisa en mi cara me hace…

¿Qué demonios? Entre grandes camisas blancas me encuentro con paredes decoradas por espumas de fuego, suelto una pequeña mueca y vuelvo aquel recuerdo…

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