En la taza de café que bebo cada mañana veo mi vida, una vida que no recuerdo donde empezó, y tampoco se como termina, una vida que se siente como una gota fría que cae de los ojos de una persona que tiene el alma vacía.

En mi taza de café puedo ver un mar profundo, una ligera brisa de preocupaciones  y pequeñas olas de emociones, emociones que me traen un sabor amargo pero ligeramente dulce, que me hace querer acompañarlo con un bello amanecer de recuerdos, recuerdos que me hacen viajar a un vacío que se me hace eterno, me hace querer sentir consuelo como el grano molido para ser disuelto con el agua.

en mi taza de café puedo sentir el amor con el que se cosecha cada grano, al ver por mi ventana, mientras bebo un sorbo, pienso que si con el mismo amor fuesen creados mis días, mi vida no estaría en una taza, si no, en un colador, asi seria facil dejar lo que no me sirve, y conservar solo lo que me de un buen sabor.

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