Recorriendo el sendero de la vida,

coincidiendo con gente que nos olvida,

podemos darnos cuenta de lo efímera que es la existencia,

nuestras acciones en las relaciones nos llevan a una nueva experiencia.

Los sentimientos pueden ser confusos y nadie nos enseña,

a través de los demás crecemos, solos no podemos,

nos vemos en el espejo y no nos reconocemos,

cambia la percepción de uno mismo, quedando los vestigios  de alguien que existió pero ya no es mas.

Una visión fractal en movimiento, siempre es lo mismo pero no para de cambiar. Continuamos por el mundo de los sentidos, dándonos cuenta que eso no somos.

En momentos nos perdemos, pero sólo existe este momento eterno.

Partes de nosotros viajan en otros y otros viven en nuestro interior, nos mezclamos pero lo único que se percibe es lo que hay en uno mismo, sin embargo la empatía me permite especular lo que siente o piensa alguien distinto de mí.

No quisiera cambiar, pero tengo que crecer.
 

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