Mi Mente La Controlan Unos Aliens de Júpiter

Mi Mente La Controlan Unos Aliens de Júpiter

Emery

21/01/2024

Entonces, esta chica subió al taxi, apenas entró lo sentí en el aire y lo ví en sus ojos, quedaban vestigios de una tristeza tan profunda y dolorosa.

Me dijo con la voz quebrada a donde tenia que ir y entonces me puse en marcha, a su misma vez saqué unos pañuelos que tenia en la guantera y se los di con sutileza, ella los recibió de la misma forma. Pude oír un «Gracias» susurrado y tembloroso

Entonces al minuto de viaje rompió en llanto.

-¿Qué pasa señorita? – Pregunté con el tono más amable que pude

– Nada, no pasa nada

– ¿En serio?

– No sé… No sé qué es lo que pasa

– Bueno, empecemos por el inicio, ¿por qué llora una muchacha tan joven y vital como usted?

Volvió a romper en llanto, y yo le proporcioné más pañuelos inmediatamente

-Disculpe por meterme

No dijo nada, hasta un minuto después más o menos

-No lo sé, esa es la verdad

-¿No sabe porqué llora?

-No lo sé

-¿No sabe si sabe porqué llora?

No dijo nada, solo miro hacia abajo, pero sus ojos me lo afirmaban

-¿Que puedo hacer por usted entonces?

-¿Puede decirme porqué lloro? – me preguntó mientras sonaba sus mocos

– Si, me lo acaba de decir

En ese momento saltó desesperada hacia adelante, inclinada hacia mí, esperando con ansias que hablase, por un momento quizá sintió esperanza, no dijo nada para que pudiera seguir hablando

-No sabe porque esta triste, eso la pone triste, es un bucle…Creo

– Que complicado – hizo una pausa – Pero quizá tiene razón, es como si no controlara mis pensamientos, solo pienso, pienso en cosas malas, en hacerlas, pero no las hago, solo las pienso y mi corazón confundido me castiga por ello

La miré con pena, no sabía que decirle o como ayudarla, me dediqué a manejar por unos buenos minutos, hasta que no pude soportar el sofocante sonido del silencio

– ¿De dónde es usted señorita? – dije para matar el hielo

– De Marte. ¿Y usted?

– Nací en Marte también, pero al año de nacido me mudé a Venus así que mi vida y corazón le pertenece a este

– Dicen que Venus es increíble

– ¿Quien dice?

-No lo sé, mi mente me lo dice

Otra vez no dijimos nada por unos minutos, luego volvió a llorar y yo le volví a pasar pañuelos

Ella mantenía su mirada fija en Júpiter, como si le dedicara sus lágrimas a él, estábamos en Saturno así que se podía apreciar de muy cerca,

-Quizá los aliens de allí controlan tu mente – dije mientras miraba aquel planeta enorme también

Ella soltó una pequeña sonrisa

– No creo en los aliens – dijo sin apagar la sonrisa aún

– Hace poco vi una noticia sobre eso, sobre la vida extraterrestre, detectaron frecuencias allá en Júpiter, aunque a decir verdad tampoco creo en los aliens, ¿cómo podría alguien vivir en ese planeta…? pero si no existiesen ¿entonces quien te pone triste con esos pensamientos impropios?

Soltó un suspiro junto con otra sonrisa

– Tiene razón, quizá mi mente la controlan unos aliens de Júpiter

– Muy bien, el primer paso es aceptarlo

Y entonces la escuche reír, y fue raro, luego de escuchar hasta el sonido de sus lágrimas al caer como si de la lluvia se tratase.

– Espero que no me metan una sonda por haberte dado aquella información clasificada – le dije de manera cómica

Rió otra vez, un poco más fuerte esta vez, y para que mentir, me reí también, solo nos reímos un rato y disfrutamos de ello.

Me sentí en paz, supe que, si pudo reír de aquello que la atormentaba, todo estaría bien

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