Pese al gran pavor que me provoca lo que a continuación les contaré, no puedo más, necesito que alguien me escuche. En este caso que alguien lea mis palabras.
Detente un momento por favor. Sí, tú el que está del otro lado de esa pantalla. Me llamo Julio, soy un tipo de 27 años, me he pasado la mayor parte de mi vida tratando de tapar gotera tras gotera respecto a aquellas cosas que no me gustan de mi.
Día a día me la paso evaluando pacientes, ya que soy oculista, aparento una imagen seria y formal, amable pero siempre formal. Recto, discreto. Llego a casa saludo a mi mamá y a mi papá, me tiró sobre el sofá. Enciendo el televisor y llegada la hora me voy a la cama.
Suelo dormirme a las 2 de la mañana, no logro conciliar el sueño desde hace varios meses. Hay una preocupación que me presiona el pecho y me hace pensar tantas cosas. Como muy poco y gran parte del día tengo mucho sueño, no tengo ánimos de hablar con las personas, incluso con mis pacientes me he vuelto más cortante. Han sido así estos últimos días.
Pensé que podía superarlo, pensé que podía seguir adelante. Me equivoqué.
Lo acepto,
lo acepto,
lo acepto,
Soy gay.
Con lágrimas en los ojos escribo esta confesión, !Cómo quisiera decírselo a alguien de las personas que me importan! pero no puedo hacerlo, tengo tanto miedo. Tengo miedo. Me alegra tanto estar en esta comunidad de escritura, hoy les pido disculpas por mis falta de ortografía, no puedo concentrarme. Gracias por leer mi confesión
Atte. Julio
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