3. Besos pendientes – Luis Hernández Gil

3. Besos pendientes – Luis Hernández Gil

eleachege

06/01/2024

LA NARRATIVA DE ELEACHEGE

Besos pendientes – luis hernandez gil

Registro intelectual: Código Safe Creative: #17021723228.. 19-feb-2017


Todo fue tan inesperado, que se encontraron sin buscarse.

El viaje resulta en extremo largo. Es cuando la ansiedad toma vuelo y acelera la marcha sobre rieles. Al llegar a la Estació França, camina hasta un hotel cercano, ya reservado.

Una ducha y comida ligera. A la salida del hotel, siente una alocada aprehensión y un fuerte latir del corazón. Mira con curiosidad a los lados y luego hacia los balcones de las fincas al frente.

El destino es cierto, sólo hay que intuirlo. La cortina de un balcón se corre. Alguien se esconde detrás. No presta atención al suceso porque no tiene certeza de ello. Pero retuvo la ubicación, sin adivinar la sorpresa.

Es inmediata la salida del hotel para tomar el bus turístico. El vaivén por la ciudad descontrola aún más los latidos. Una cita a ciegas reservada por el corazón. La razón voltea su cara, no quiere complicidad en una aventura, que son sólo letras hechas palabras y promesas por el pensamiento.

Desciende en una reconocida Plaza, Ahora camina a lo largo de una avenida arboleda. Abundan los kioscos de artesanía y otros varios. Turistas que se enciman al cuerpo sin cortesía. Empleados que van a y vienen de, sus labores Llega hasta el Paseo Marítimo. Lo entretiene una bailo-terapia que entusiasma por igual a niños, jóvenes y adultos. Atardece y retorna por la misma avenida, Las Ramblas de Barcelona.

De camino hacia el hotel, una mujer con un chubasquero amarrado a la cintura sale de un portal de la finca de pisos situado frente al hospedaje. Camina unos metros. Se detiene y voltea. Lo mira, sonríe y continúa su andar. Es cuando la adivina porque se enciende una luz en el cerebro. Al final de la acera cruza a la derecha. La sigue y al pretender cruzar también, Ella está a la espera y se encima. Con la boca llena de risas, lo abraza y sus labios se escurren por las mejillas. Dos, diez, cien, mil besos o más. Son besos en letras por recibir. Besos pendientes.

Tomados de la mano llegan hasta un parque. En un banco se sientan muy cercanos. Es graciosa y ,uy ligera de palabras dulces. Él no tiene nada para obsequiar. Es un encuentro no planificado. Recuerdan sin dejar de agradecer al destino. Ambos lo deseaban tanto en sueños como en vigilias. Aunque el corolario era la desesperanza, la melancolía. Ella dice sentirse feliz. Con sus manos recorre el rosto de Luigi para dibujarlo con los dedos.

La noche se hace adulta y la luna abre sus brazos luminosos.

Al final Ella atrapa una de sus manos en señal de levantarse. Acerca el rostro para juntar labios en un tierno beso, sin intenciones.

«Esto es maravilloso, pero un imposible, Nos seguimos pensando y soñando. Besos, Luigi»

De repente Ella le coloca sus manos en los hombros y se impulsa para quedar de pie en el banco. Pero se observa que sus pies están suspendidos en el aire como levitando. Su cuerpo empieza a girar sobre si mismo, como una zaranda, a la vez que se eleva hasta perderse en la inmensidad de la noche.

«Adiós»

Un gran sopor lo invade

Ella lo mira cuando dormido sonríe y a la vez la expresión de su rostro parece extrañar algo o a alguien. Sus ojos permanecen cerrados. Sueña y transpira a pesar de la baja temperatura. Ella lo toma de la barbilla y lo estremece.

—Luígi, por favor que te has quedado dormido. Debes estar cansado por el viaje.

—Soñaba contigo. Te habías ido. Nunca te ofendí, ni siquiera con el pensamiento.

—Nunca me fui. Alguna vez prometí que siempre estaría allí. No olvido tu especial afecto. Pero hay algo que temo… es un secreto. No puedo hablar de ello ahora y quizás nunca te enteres. Nos vamos. Recogerás lo necesario en el Hotel y dormirás en casa. Cuidaré de ti por esta noche. Mañana te llevaré de paseo por la ciudad. Seré tu guía. Ja, pero no olvides la tarjeta de pago El caballero que invita, la dama que acepta. Andando.

De regreso una leve llovizna los abraza, mientras caminan tomados de la mano, bajo un suave repique de campanas entonando los “Pasos sobre la nieve” de Debussy.

Desde el balcón de un portal, se desprende una suave ráfaga de viento cargada de diminutos copos de nieve con lluvia de luces que se aproxima y los envuelve. Es la bendición del espíritu de la Navidad, para brindarles su deseo por igual de un venturoso año nuevo 2.024. Se miran a los ojos. Pero aún hay el temor de expresarse.

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