El Valiente del Mar, un buque pesquero de altura, subió una mañana al dique, una cuadrilla de operarios se encargó del lavado y rasqueteado del casco lleno de moluscos y dientes de perro… que llevan su nombre por el parecido a un diente canino…después se le hizo el proceso de arenado y pintado, más la reparación de válvulas en la sala de máquinas.
Precisamente en esta sala se encontraba Emilio Molina, operario de unos cuarenta años, especializado en desmontaje y montaje de válvulas…las mismas eran llevadas al taller donde les hacían la reparación.
Aquella mañana de invierno con mucha niebla Emilio iniciaba su tarea, el día anterior; operarios de Calderería y Carenado, habían estado trabajando en la sala de máquinas.
Ahora, le tocaba el turno a la gente de válvulas, Emilio bajó como de costumbre a la sala, después de estar una media hora sintió olor a cable quemado y seguidamente… escucha una fuerte explosión, que sacude a todo el casco…Emilio pierde el equilibrio, y cae para atrás sobre la pasarela que recorría todo el perímetro del motor principal…la sala se empieza a llenar de humo…con la fuerza que puede… trata de salir de ese lugar …se escucha una sirena de alarma que venía desde la cubierta…además de gritos de ayuda de otros compartimentos…Emilio sube la escalera y entra en un pasillo lleno de humo…no puede ver nada..
Va tanteando las paredes busca una salida y no encuentra ninguna puerta que lo lleve al exterior…el humo se hace cada vez más intenso, no ve nada, saca de su bolsillo un trapo que tenia y se tapa la nariz para evitar respirar ese humo…así llega a una escalera pero las fuerzas le juegan en contra… paralizado se queda en el primer escalón…grita pidiendo ayuda…pero nadie acude…ni la menor idea de donde se encontraba en medio de ese barco…casi desvaneciéndose queda sentado en ese primer escalón…
De pronto siente una mano que aprieta su brazo y lo levanta…Emilio no distingue nada…Solo ve una silueta que le indica por donde tiene que ir… era un operario que le hacía señas, Emilio va por donde le está indicando …así llega a la primer cubierta cerca de la sala del puente de mando, el operario sin hablar, con una sonrisa, le sigue dando indicaciones y señala una puerta …Emilio se acerca a esa puerta cerrada, abre cada una de las trincas que son las palancas que están al costado que hacen de cierre hermético…abre la puerta y ya está en el exterior pero a su alrededor hay llamas de fuego, no tiene salida…nuevamente aparece el operario que lo guía a través de una escalera para subir al puente mayor.
Emilio, sube a ese lugar pero ya no resiste, sus fuerzas se debilitan y cae desmayado.
Cuando despierta, está en una cama, y a su lado de una enfermera, escucha una voz que dice – ¡Doctor está reaccionando!-…se acerca un hombre con uniforme verde, era el médico de guardia…-¿Me puede oír?…no me hable solo incline la cabeza o mueva una mano en caso afirmativo… ¿me oye?… Emilio mueve su mano…-Perfecto…bien… ¿puede hablar?…
-Si doctor lo estoy escuchando ¿Qué me paso?…
-¡Tuvo un shock y se desmayó, tuvo suerte que lo vio personal de seguridad y lo sacó del barco…todavía se preguntan como hizo para llegar a ese lugar solo!-…
¡Me ayudó un hombre… que me señaló por donde tenía que ir!-
…-¡Esta delirando!-…escuchó decir a la enfermera….Bueno deje el comentario para después, ahora descanse todo está bien, solo algunas heridas pero superficiales…ya avisamos a su familia… Están afuera…les voy a dar la buena noticia para que pasen…pero no hable mucho ¿entendido?….
-¡Si doctor y gracias!…
-¡No… no me las de a mi…cuando tenga el alta vaya y agradézcale a esa persona que usted dice que lo ayudo a salir!
Los familiares entraron a ver Emilio más tranquilos y contentos de ver que se encontraba, en buen estado.
Pasaron los días y Emilio se recuperó, fue citado a una reunión, allí se encontraba el jefe de personal de la empresa y un agente de de la parte aseguradora a quien solicitó a Emilio, que le cuente todos los detalles lo que había pasado y en qué condiciones se encontraba. Emilio hizo el relato, y al finalizar se dirigió al jefe de personal ,
-¡Señor si me permite… quisiera conocer el nombre de la persona que me ayudo a salir de ese lugar, si no fuera por él, no creo que hoy estaría acá con ustedes!
-¿Persona, qué persona?… ¿Si en ese lugar solo estaba usted?
– ¡No señor ahí había alguien más!..Yo lo vi…No aluciné…si fue él quien me señaló por donde tenía que salir-… el jefe de personal mira una lista donde estaban todos los accidentados de la explosión…
-¡No…Acá en la lista no tengo a nadie que haya estado en el sector donde usted se encontraba… ¿Y recuerda como era esa persona?
-¡Si si por supuesto si!…no con detalles pero era alto, pelo rubio, lentes oscuros no muy viejo, lo que si me acuerdo que sonreia, todo el tiempo que estuvo conmigo sonreia
..El jefe de personal trago saliva, su rostro cambió… ahora era toda seriedad…lo miró por un instante a Emilio, y dirigiendo la vista al agente del seguro le dice.
– ¿Quiere esperar afuera un momento por favor?-….Este sale algo sorprendido por la situación…y se quedan solos, el jefe va a un archivo, abre un cajón busca una carpeta, la apoya en el escritorio la abre, saca una foto y se la muestra a Emilio-
¿Es esta la persona que vio adentro del barco?-…la foto era idéntica a quien estuvo con el
¡Si es el!…el de la sonrisa, imposible olvidarme ¿Como se llama? Quiero ir a saludarlo y agradecerle lo que hizo.
El jefe de personal esperó unos segundos antes de responder
-Es Jose Fuentes, conocido como el Pepe Fuentes, a cargo de la seguridad del dique, falleció en un accidente de características similares a la que usted pasó….eso fue hace un par de años, bajó a la sala de maquinas a socorrer a dos operarios que estaban pidiendo ayuda y los sacó del lugar… pero cuando le tocaba salir a él, hubo otra explosión…su cuerpo quedo abajo atrapado entre los fierros…nada se pudo hacer para socorrerlo.
Emilio palideció…-¿Perdón?…pero no entiendo… -¿Qué me está queriendo decir?- …que quien me salvo a mi fue un…un… ¿Fantasma?
El jefe de personal cerró la carpeta y la volvió a guardar en el archivo metálico…quedo un momento en silencio…volvió al escritorio…-¡Yo no le voy a decir nada de lo que usted vio y vivió ahí abajo Emilio…eso queda a su criterio…solo le pido por favor, que esto no trascienda, esta conversación nunca la tuvimos, y que esta foto que le mostré, usted nunca la vio,que esto quede acá entre nosotros…por favor.
-…Si señor no voy a decir nada, descuide, quédese tranquilo.
Emilio salió de la oficina…sorprendido por lo que había conversado con el jefe de personal…a poca distancia, estaba el dique…un subió las escaleras hasta llegar a la cubierta, y se detuvo a ver al Príncipe de los Mares con sus manchas negras del hollín, producto del voraz incendio, había personal en la cubierta sacando los cajones vacios de pescado de la bodega, y separando parte de las redes que se habían salvado.
Recordó una y otra vez el accidente y la manera milagrosa de como salvó su vida, mira hacia la cubierta, arriba del puente mayor del buque incendiado…y ve una silueta, sus manos apoyadas en la baranda lo miraba a Emilio, levanto su mano derecha haciendo la señal de pulgar para arriba, lo saluda sin dejar de sonreir.
Era, la silueta del Pepe Fuentes, alto de pelo rubio y anteojos oscuros y una sonrisa, que lo había rescatado, en el incendio del Príncipe de los Mares…
Fin
A la memoria del Rafa Paoli, un amigo, un compañero y de profesión…»Buena persona»
Autor Rubén Ielmini
ISBN:978-987-3657-2
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