Extraversión

«No sé si podría».

«Todos. Y digo todos tenemos un potencial. Estamos aquí para alcanzar el tuyo».

***

«Le conocí en la loquería.

El muy cabrón decía desde el minuto uno que era hetero.

‘Yo soy hetero. Soy tan hetero que soy heterosexual y heteroagresivo’.

Ésas eran las palabras que salían de su boca.

La misma boca a la que le estaba dando un pico a la semana siguiente.

Y luego un morreo… Y otro.

‘No pasará de aquí. Nunca llegaremos a mayores’.

De mi parte tenía que aquí hay un puterío fino montado.

Él se estuvo morreando con otra paciente.

La misma quien al día siguiente de regalarle él su libro se había echado a otra piba como pareja.

Puterío fino. Lo que yo les diga.

Y no, no llegaremos a mayores.

Sinceramente a día de hoy sigo sin tener ni zorra de si era hetero o no.

Besos ambiguos… Su puta madre.

Esto fue lo que hablamos:

—Hoy he tenido que llamar a la Madera. —Él decía.

—No jodas, ¿Y eso?

—Había un pintas… Cabeza rapada… A uno al otro lado de la mediana le estaba diciendo algo tal que ‘¡Maricón! ¡Que te voy a reventar!’

»Luego vino hacia mí y me pidió un cigarro. Le dije que no y me atacó verbalmente.

—¿Y luego?

—Estaba sentado. Me levanté y me enfrenté a él. Se ve que me vio bien y pude intimidarle.

Efectivamente, este cabrito mide casi metro noventa y pasa de los 100 kilos de peso.

Pasa… Que eso tiene escasa utilidad a la hora de la violencia social.

Y no, no lo sé. No sé si nos habían visto besándonos.

Él solía decirlo abiertamente: ‘Voy a calzón quitado. Los tengo cuadrados’.

Y no sé, olé por él… Imagino…

…Pero ojalá que no lo hubieran dejado en coma esos cobardes hijos de puta y Neonazis.»

«¿Ves? Esto es escribir. Enhorabuena y encuentra tu camino».

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS