Con cariño Zeus.!

Ya no sé si es un sueño o es la realidad. Siento frío en mi ser, a pesar de tenerlo cerca de mí, el calor parece estar ajeno a mi existencia.

Tuve una vida llena de alegrías, tristezas y festejos. Me gustaba llegar a la ventana a ver como regresaba a casa. Nadie se imaginaba que quien no volvería seria yo. Tengo un hueco en el corazón, incluso más grande que todos los que pude hacer en el patio.

Rosario, a partir de hoy sabrá que te has quedado solo cuando llegue a visitarla, me duele alejarme de ti. Ojalá y Dios o en aquello que te atrevas a creer y confiar, te dé la fortaleza necesaria para volver a creer en el amor. Eso dije cuando perdiste a Rosario, sin imaginar que el amor de tus nietos sería la medicina perfecta para vivir sin el amor de tu vida.

Quien pierde hoy soy yo, no sé cómo decirte para pedirte un favor. Uno que es fácil, uno que rompe el alma, uno que solo pronunciarlo me hace pedazos el corazón. Me duele mucho, pero sé feliz. Te mereces lo mejor del mundo.

Compartí contigo mis mejores años. No quiero soltarte porque tú me enseñaste la bondad del mundo, pero hoy siento que es nuestro último día juntos. Me llevo los mejores años de tu vida para recordar.

No sé cómo disimular la tristeza en mi rostro. Quizá mañana sea muy tarde, entonces hoy te digo: gracias por existir para mí, me diste ganas de vivir.

No sé escribir y tampoco hablar, pero ojalá todas las historias que vivimos juntos hayan sido las mejores para escribir en tu memoria y corazón. No sé cantar, pero ojalá y todos mis sonidos sean capaces de sacarte una sonrisa cuando alguien los vuelva a reproducir.

Gracias por la paciencia que tuviste conmigo, después de todo mis travesuras fueron parte de crecer juntos, aunque tú me llevaste la delantera. Ahora que me invaden puros sentimientos, nuestro corazón puede ser uno solo.

Esos abrazos de la mañana eran lo mejor para mí. Las salidas al parque y degustar un helado no tenía precio. Mi madre dijo que llegaría a compartir mi vida con alguien especial, y sí, nunca se equivocó.

Felipe, nunca te olvidaré. Hoy el sol está desapareciendo para mí, pero no me quedaré con las ganas de decirte «te quiero», con cariño Zeus.

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