Porque recuerdo las ametralladoras ruidosas y olvido el dulce cantar de los
pajaritos.
Porque no olvidar los escalofríos que me ocasionaba la muerte y recordar el aire
fresco de las noches de campo.
Porque no solo recordar las sonrisas de niño y no mis lágrimas de llanto al
despedir a quienes amaba tanto.
Porque recordar lo que quiero olvidar y porque olvidar lo que quiero recordar, pues que sería de un libro si las faltan varias páginas maltratadas, pues perdería gran contenido de su mágica historia y no serviría de nada su grandiosa portada.
Rodolfo Albeiro Angarita Serrano. (Roalanse)
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