He reparado que no puedo resentirte.
Me has hecho daño, es cierto, has sabido ser cruel conmigo y no podrás negarlo.
Pero es cierto que yo he cometido errores también.
Pido disculpas, desde el dolor, la empatía, la familiarización, la tragedia, la asfixia, la autocrítica y el entendimiento.
Nadie nos enseña a amar, quienes debieran hacerlo dudan de sus cabales.
Y es por esto que no puedo expiarte las culpas en su totalidad, porque yo te amé y también lo hice mal y a mi manera. Pero te amé.
Y amé tu risa, amé tus granitos, tus expresiones, tus tonos.
Amé tus chistes, incluso tu tristeza. Amé tus obsesiones, amé tu cuerpo en sintonía al mío, amé la belleza de lo bueno y lo malo de nuestro alrededor junto a ti.
Amé tus metas, amé tu tiempo, amé el dolor.
Eran esos cuarzos violeta, brillantes y encarnados en la oscuridad y frialdad de una cueva.
Amé lo que sentí de amor.
No puedo odiarte, ni un poco, solo amarte y me guardo el rencor, lo siento.
Me guardo el rencor de que no hayas podido ser para mí y que yo no haya podido ser para ti, porque te adoraba.
Y me guardo el pesar porque no pudimos elegir querernos y cuidarnos, en cambio, caímos en el odio, en la desconfianza, en el pudor, en la mentira, en la crueldad; en el desamor.
¡Y me equivoqué! No necesitaba amarillo para crear morado
No debí meter otro corazón a la olla a presión, eso fue lo que más daño ha hecho.
Pero prometo, por mi tiempo, que yo no lo sabía, estaba huyendo ¿Cómo he de saberlo?
Me creí impulsado por el sentido de urgencia, de anhelo por la paz.
Y me guardo rencor porque desde que ya no estás, he comenzado a amarme.
Me guardo rencor porque sigues protagonizando mis sueños.
Me guardo rencor porque durante el día te veo aquí:
en los autos, en el gimnasio, en los perfumes, en los videojuegos, en conversaciones.
Me guardo rencor porque mi mente aún abraza esa promesa de volver a encontrarnos en algún futuro.
No creo que haya hecho lo mejor para todos, pero en mi soledad, sin dirección, ni mapa, ni guía, pienso que hice lo que pude y lo que sabía: huir.
Y lo lamento, pero aún así jamás podrás decir que fui infiel o desleal, porque siempre fui transparente, te elegía a ti, me esforcé lo que pude y di todo de mí.
Padecí mucho en la relación, realmente demasiado, pero ya no te culpo por eso, creo que soy capaz de entender que fuimos niños jugando a ser adultos, los dos, tú y yo.
¿Por qué no pudo ser contigo?
Te extraño, pero ahora estoy mejor.
Te extraño, pero quiero estar mejor contigo y no es así.
Te extraño, pero eres un perro bobo.
Te amo. Te deseo felicidad, aunque no la compartas conmigo.
Te amo. Te deseo amor, aunque no sea yo quien te lo dé.
Te amo. Te deseo éxito en todo lo que hayas planeado conmigo o sin mí.
Te amo. Te deseo una vida hermosa, como tus ojos, aunque nunca más vuelva a verlos.
Te amo. Espero que recibas todo lo que pude y no darte de una manera incondicional.
Te amo, pero eres un perro bobo.
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