EXODO “Z”
La ciudad de Recfas era una ciudad tranquila. Sin embargo, todo cambió una noche de verano. El virus se propagó rápidamente a través de la ciudad. Nadie sabía de dónde venía o cómo se propagaba, pero pronto se hizo evidente que se trataba de un virus mortal.
En la calle principal, el oficial de policía John y su compañero Charlie patrullaban la zona cuando vieron a una mujer caminando de manera extraña hacia ellos.
¡Eh, señora, deténgase! -gritó John.
La mujer continuó caminando hacia ellos, con los ojos en blanco y la boca abierta. Cuando llegó a su altura, intentó morder a John, quien rápidamente la empujó y le disparó en el pecho.
¿Qué demonios le pasa a la gente hoy en día? -preguntó Charlie.
No lo sé, pero esto es raro. Vamos a investigar -respondió John.
Los dos oficiales continuaron patrullando la ciudad, y pronto descubrieron que no eran los únicos enfrentando a esta extraña epidemia. Los informes comenzaron a llegar de que la gente estaba atacando a otras personas y mordiéndolas.
Esto es como una película de terror -dijo Charlie.
Es más que una película de terror. Esto es real, y debemos asegurarnos de que la gente esté segura -respondió John.
Pronto, la ciudad entera estaba en caos. La policía y los bomberos trataban de controlar la situación, pero el virus se estaba propagando demasiado rápido. Los informes llegaban de otros lugares, de que esta epidemia no era solo en, sino en todo el país.
Tenemos que informar a la gente sobre esto -dijo John.
¿Y qué les diremos? ¿Qué hay un virus que convierte a la gente en zombies? -preguntó Charlie.
No, les diremos la verdad. Que hay una epidemia, y que deben tomar medidas de precaución. Necesitamos prepararnos para lo peor.
Así comenzó la historia del apocalipsis zombie en Recfas. Nadie sabía lo que les esperaba, pero todos estaban seguros de que el virus estaba fuera de control. La ciudad estaba en estado de emergencia, y los habitantes luchaban por sobrevivir en un mundo que había cambiado para siempre.
Capítulo 2 Sandra y Stiv
Sandra y Stiv habían vivido en el centro de la ciudad durante años. Eran una pareja feliz y disfrutaban de su vida juntos. Sin embargo, cuando la epidemia llegó a la ciudad, sus vidas cambiaron drásticamente.
Sandra trabajaba en una oficina en el centro de la ciudad, y Stiv trabajaba en un restaurante cercano. Cuando la noticia del virus se extendió, los dos intentaron salir de la ciudad, pero era demasiado tarde. Las carreteras estaban bloqueadas y no podían salir.
¿Qué vamos a hacer, Stiv? -preguntó Sandra, asustada.
Tenemos que encontrar un lugar seguro. Quizás podamos quedarnos en mi restaurante por un tiempo -respondió Stiv.
La pareja corrió hacia el restaurante de Stiv, pero cuando llegaron, encontraron a sus colegas convertidos en zombies. Stiv se defendió con un cuchillo de cocina mientras Sandra buscaba una salida.
¡Sandra, corre! -gritó Stiv mientras luchaba contra los zombies.
Sandra logró salir del restaurante y corrió hacia su casa. Cuando llegó, se encerró y llamó a Stiv.
¿Estás bien? -preguntó Sandra, preocupada.
Sí, estoy bien. Pero necesitamos un plan. No podemos quedarnos aquí para siempre -respondió Stiv.
Capítulo 3: Ninet
Ninet era una enfermera en el hospital central de la ciudad. Era una de las enfermeras más experimentadas del hospital y estaba muy comprometida con su trabajo. Cuando el virus llegó a la ciudad, Ninet estaba en el hospital, trabajando en su turno de noche.
Al principio, todo parecía normal, pero pronto se hizo evidente que algo andaba mal. Los pacientes comenzaron a llegar al hospital con síntomas extraños, y muchos de ellos murieron rápidamente. Los médicos estaban confundidos y no sabían lo que estaba sucediendo.
¿Qué está pasando, Ninet? -preguntó uno de los médicos.
No lo sé, pero algo está mal. Los pacientes están muriendo demasiado rápido -respondió Ninet, preocupada.
Poco después, se descubrió que el virus había llegado al hospital y se estaba propagando rápidamente. Ninet y los demás enfermeros y médicos comenzaron a tomar medidas para contener el virus, pero ya era demasiado tarde. La infección se había extendido por todo el hospital.
¡Tenemos que evacuar el hospital! -gritó uno de los médicos.
Ninet y los demás trabajadores del hospital comenzaron a evacuar a los pacientes lo más rápido que podían. Sin embargo, algunos de los pacientes ya se habían convertido en zombies y atacaron al personal del hospital.
¡Tenemos que defendernos! -gritó Ninet mientras tomaba una silla para protegerse.
Ninet y los demás trabajadores del hospital lucharon para escapar del hospital. Lograron llegar a la entrada principal, donde encontraron a un grupo de sobrevivientes que se habían reunido en el exterior.
Capítulo 4: Fredi
Fredi era un joven estudiante universitario en la ciudad. Estaba estudiando para obtener su título en ingeniería, pero cuando el virus llegó a la ciudad, todo cambió.
Fredi estaba en la biblioteca estudiando para un examen cuando comenzó el caos en la ciudad. Los estudiantes y profesores entraban corriendo en la biblioteca, gritando y aterrorizados. Pronto, Fredi descubrió que el virus se había propagado a la universidad.
Tenemos que salir de aquí -dijo Fredi a sus amigos.
Fredi y sus amigos comenzaron a correr hacia la salida, pero se encontraron con un grupo de zombies que se habían infiltrado en el edificio. Fredi y sus amigos lucharon con lo que tenían a mano, libros, sillas, cualquier cosa que pudieran usar como arma.
Finalmente, lograron salir de la biblioteca y corrieron hacia su residencia universitaria. Pero cuando llegaron, se encontraron con más zombies en el camino.
¡Tenemos que luchar! -gritó Fredi mientras tomaba una barra de hierro.
Fredi y sus amigos lucharon contra los zombies durante lo que pareció una eternidad. Algunos lograron escapar, pero otros no tuvieron tanta suerte.
Fredi y sus amigos finalmente llegaron a su residencia universitaria. Se encerraron en sus habitaciones y comenzaron a planificar su siguiente movimiento. Sabían que no podían quedarse allí para siempre, así que comenzaron a buscar suministros y armas para defenderse.
Necesitamos encontrar un lugar seguro -dijo Fredi a sus amigos.
¿Pero dónde? -preguntó uno de ellos.
No lo sé, pero lo descubriremos juntos -respondió Fredi, decidido.
Capítulo 5: La ciudad en caos
La ciudad estaba en caos. Los zombies se habían apoderado de las calles y la gente estaba en pánico. Los coches abandonados bloqueaban las carreteras, y los edificios estaban destrozados y en llamas.
En las calles, la gente corría desesperada, tratando de escapar de los zombies. Los gritos y los gemidos de los zombies llenaban el aire, y el olor a muerte y descomposición era casi insoportable.
Las tiendas habían sido saqueadas y los estantes estaban vacíos. Los sobrevivientes buscaban desesperadamente alimentos y suministros en los edificios abandonados y en las casas.
Las calles estaban llenas de cadáveres y destrucción. Los edificios estaban en ruinas, y muchos de ellos habían sido incendiados por los sobrevivientes para intentar detener la propagación del virus.
Los sobrevivientes se movían con cautela, sabiendo que en cualquier momento podrían encontrarse con zombies en su camino. Las calles estaban silenciosas, excepto por el sonido de los pasos apresurados de los sobrevivientes y el zumbido de los mosquitos que se alimentaban de los cuerpos sin vida.
La ciudad que antes era vibrante y llena de vida, ahora estaba en ruinas. Los sobrevivientes se enfrentaban a una nueva realidad, llena de peligros y desafíos constantes. No sabían cuánto tiempo podrían sobrevivir, pero estaban decididos a luchar y a mantener la esperanza de encontrar un lugar seguro donde pudieran reconstruir sus vidas.
Capítulo 6: Los zombies y las mutaciones
Los zombies que se habían apoderado de la ciudad eran diferentes a lo que la gente había visto antes. Eran más rápidos y más agresivos, y parecían tener una resistencia increíble. La gente pronto se dio cuenta de que estos no eran los típicos zombies que habían visto en las películas.
Además, había varias mutaciones en los zombies. Algunos de ellos eran más grandes y musculosos que otros, y podían soportar más daño antes de caer. Otros tenían extremidades más largas y podían saltar más alto, lo que los hacía más difíciles de alcanzar y matar.
También había zombies que parecían tener habilidades sobrehumanas, como la capacidad de correr a velocidades increíbles o de curarse rápidamente de las heridas.
Pero las mutaciones no se limitaban solo a los zombies. Los sobrevivientes comenzaron a notar que algunos animales también habían sido infectados y se habían convertido en animales zombies. Había perros, gatos, ratas, incluso aves y reptiles, que habían sido transformados en monstruosos seres sedientos de sangre.
Estos animales zombies eran incluso más peligrosos que los zombies humanos, ya que eran más rápidos y ágiles. Los sobrevivientes tenían que estar siempre alerta y preparados para luchar contra cualquier enemigo, ya fuera un zombie humano o un animal zombie.
La gente se preguntaba cómo había ocurrido todo esto, y algunos teorizaban que el virus había mutado y evolucionado en algo mucho más peligroso y letal. Pero no tenían tiempo para pensar en eso ahora, ya que tenían que luchar por sus vidas todos los días.
Capítulo 7: La visita al supermercado
Sandra y Stiv habían decidido salir juntos en busca de suministros. Sabían que era peligroso, pero también sabían que necesitaban encontrar comida y agua para sobrevivir.
Con mucho cuidado, se adentraron en las calles, tratando de evitar los grupos de zombies que habían tomado el control de la ciudad. Después de un rato, llegaron a un supermercado que parecía intacto.
Entraron con cuidado, vigilantes de cualquier señal de peligro. La tienda estaba en completo silencio, y solo se escuchaba el suave zumbido de las luces. Los estantes estaban vacíos, pero aún había algunos suministros esenciales que podrían ayudarles a sobrevivir.
Sandra y Stiv comenzaron a llenar sus mochilas con latas de comida, botellas de agua y otros suministros que encontraron en los pasillos. Trataban de hacer el menor ruido posible, ya que no querían atraer la atención de los zombies que podían estar cerca.
Pero de repente, oyeron un ruido. Era un gemido bajo y prolongado, que parecía provenir de alguna parte de la tienda. Sandra y Stiv intercambiaron miradas de preocupación, y se prepararon para luchar.
Avanzaron con cautela, y pronto encontraron lo que estaba haciendo el ruido. Era un zombie, que parecía haber estado durmiendo en una de las estanterías de la tienda. Estaba cubierto de sangre y parecía tener una de las mutaciones, ya que sus extremidades eran anormalmente largas.
Sandra y Stiv decidieron salir sin hacer ruido, agotados y con los nervios a flor de piel, Sandra y Stiv salieron del supermercado con sus mochilas llenas de suministros. Sabían que habían arriesgado sus vidas al salir a la calle, pero también sabían que era algo que tenían que hacer para sobrevivir en un mundo ahora dominado por los zombies. Sandra y Stiv salieron del supermercado con sus mochilas llenas de suministros y se dirigieron hacia el parqueo. Allí, encontraron a un joven llamado Fredi, que parecía estar tan asustado como ellos.
Después de un breve intercambio de miradas, los tres se acercaron y comenzaron a hablar. Fredi les explicó que estaba estudiando en la universidad cuando el apocalipsis zombie comenzó, y que había logrado escapar de allí con vida.
Sandra y Stiv se presentaron y contaron su historia también. Les dijeron que eran una pareja que vivía en el centro de la ciudad y que habían decidido salir en busca de suministros. Los tres se dieron cuenta de que necesitaban trabajar juntos si querían tener alguna oportunidad de sobrevivir.
Decidieron que lo mejor era buscar refugio en algún lugar seguro, lejos de los zombies. Fredi sugirió que podrían dirigirse a una zona rural cercana, donde había menos personas y menos zombies.
Sandra y Stiv estuvieron de acuerdo y decidieron que era una buena idea. Así que los tres se pusieron en marcha, con la esperanza de encontrar un lugar seguro donde pasar la noche.
En el camino, continuaron hablando y compartiendo sus experiencias. Fredi les contó sobre algunos de los peligros que había enfrentado en la universidad, incluyendo algunos zombies que parecían haber mutado de manera extraña. Sandra y Stiv le hablaron de su encuentro en el supermercado y del zombie mutante.
Los tres compartieron una sensación de miedo y desesperanza, pero también una determinación para sobrevivir.
Capítulo 8: Encuentro en la carretera
Mientras tanto, la enfermera Ninet había logrado salir del hospital en su auto 4×4. Había oído rumores sobre una zona rural que podría ser más segura, y decidió que era el momento de ir en busca de refugio.
Mientras conducía por la carretera, Ninet se encontró con un grupo de zombies. Afortunadamente, su vehículo era lo suficientemente fuerte como para atravesarlos sin problemas. Pero justo cuando pensó que estaba a salvo, su auto comenzó a fallar y se detuvo en medio de la carretera.
Ninet salió del auto y comenzó a inspeccionar el motor. Fue entonces cuando vio a lo lejos a tres personas caminando hacia ella. Eran Sandra, Stiv y Fredi, quienes habían estado caminando durante horas en busca de un lugar seguro.
Ninet no sabía si debía confiar en ellos, pero se dio cuenta de que necesitaba ayuda si quería sobrevivir. Así que les pidió que se acercaran y les explicó su situación.
Los cuatro trabajaron juntos para intentar arreglar el auto, pero fue en vano. Decidieron que la mejor opción era seguir caminando juntos, en busca de un lugar seguro.
En el camino, compartieron sus historias y preocupaciones. Ninet les habló sobre su trabajo como enfermera y los horrores que había visto en el hospital. Los demás compartieron sus experiencias en la ciudad en caos, y las luchas que habían tenido que enfrentar.
Mientras caminaban, se dieron cuenta de que los zombies estaban cada vez más cerca. Pero seguían avanzando, con la esperanza de encontrar un lugar donde pudieran descansar y reponer fuerzas. Juntos, Sandra, Stiv, Fredi y Ninet estaban decididos a sobrevivir, pase lo que pase.
Capítulo 9: Un refugio temporal
Después de horas de caminata, Sandra, Stiv, Fredi y Ninet lograron encontrar un auto abandonado en la carretera. A pesar de que estaba un poco deteriorado, todavía estaba en buenas condiciones para ser utilizado.
Los cuatro decidieron que era mejor usar el auto que seguir caminando, ya que estaban cansados y necesitaban descansar. Así que subieron al auto y condujeron hacia el norte, en busca de un lugar seguro.
Finalmente, llegaron a un pueblo grande en las orillas de la ciudad. Aunque la ciudad parecía haber sido afectada por el virus, el pueblo parecía más tranquilo y aislado de la infección.
Mientras exploraban el pueblo en busca de un lugar seguro para pasar la noche, se encontraron con una escuela abandonada con muros fuertes. Decidieron que era el lugar perfecto para pasar la noche. La escuela que habían encontrado estaba ubicada en una zona tranquila del pueblo, rodeada de un gran patio y rodeada de altos muros de ladrillo. Al acercarse, pudieron ver que la entrada estaba sellada con grandes tablones de madera.
Sandra, Stiv, Fredi y Ninet examinaron la entrada cuidadosamente y notaron que los tablones habían sido puestos en su lugar recientemente. Con un poco de esfuerzo, lograron quitarlos y entrar en la escuela.
Una vez dentro, encontraron un gran salón de clases con escritorios y sillas volcados y una pizarra llena de mensajes escritos con tiza. Al caminar por los pasillos, se dieron cuenta de que la escuela había sido abandonada hace mucho tiempo y que estaba en muy malas condiciones.
Los pasillos estaban cubiertos de polvo y telarañas, y había un fuerte olor a moho en el aire. Los zombies habían destruido todo a su paso, arrancando los paneles de yeso y destrozando las ventanas.
A pesar de que la escuela estaba en ruinas, Sandra, Stiv, Fredi y Ninet sabían que era mejor quedarse allí que en la calle, rodeados de peligro. Así que se pusieron a trabajar para asegurar la escuela y hacerla habitable.
Utilizando tablones de madera y otros materiales que encontraron en la escuela, fortalecieron las ventanas y las puertas para evitar que los zombies entraran. También se aseguraron de tener suficientes suministros y armas para protegerse en caso de un ataque.
A pesar de las dificultades, estaban aliviados de tener un lugar seguro para pasar la noche. Sabían que tenían mucho trabajo por hacer para sobrevivir. Sandra, Stiv, Fredi y Ninet se dieron cuenta de que necesitaban suministros para sobrevivir en la escuela. Stiv y Fredi se ofrecieron voluntariamente para explorar la escuela en busca de alimentos y agua.
Mientras recorrían la escuela, se dieron cuenta de que la infección había llegado allí también. Encontraron aulas destrozadas, sillas y escritorios volcados y sangre por todas partes. Los cuerpos de los estudiantes y los maestros yacían en el suelo, sin vida.
Stiv y Fredi se sintieron desanimados al ver la destrucción que había causado el virus, pero sabían que tenían que seguir adelante. En una de las aulas, encontraron a una sobreviviente: una maestra llamada Odalis.
Odalis estaba escondida detrás de un escritorio, asustada y temblorosa. Stiv y Fredi la tranquilizaron y le preguntaron si necesitaba ayuda. Odalis les explicó que había estado en la escuela durante varios días y que había sobrevivido gracias a su inteligencia y habilidad para esconderse.
Stiv y Fredi le ofrecieron comida y agua, y le preguntaron si sabía dónde podrían encontrar más suministros. Odalis les dijo que había una pequeña cocina en la escuela, y les ofreció llevarlos allí.
Mientras caminaban hacia la cocina, Stiv y Fredi se dieron cuenta de que Odalis era una valiosa adición a su grupo. Stiv y Fredi regresaron a la habitación donde Sandra y Ninet se habían quedado, y presentaron a Odalis como un nuevo miembro del grupo. Sandra y Ninet la saludaron con una sonrisa, pero también con cautela.
Odalis les contó cómo el virus llegó a la escuela. Según ella, todo comenzó cuando uno de los estudiantes trajo una extraña enfermedad a la escuela. La enfermedad se propagó rápidamente entre los estudiantes y los maestros, y pronto se convirtió en un brote incontrolable. El gobierno intentó mantener la situación en secreto, pero pronto el virus se propagó más allá de las paredes de la escuela y se convirtió en una pandemia.
Sandra, Ninet, Stiv y Fredi se sintieron horrorizados al escuchar la historia de Odalis. La idea de que el virus hubiera comenzado en una escuela, uno de los lugares más seguros y confiables de la sociedad, era aterradora.
Odalis también les explicó que había estado tratando de encontrar una forma de escapar de la escuela. Había intentado contactar con otros sobrevivientes, pero no había encontrado a nadie. Ahora que había encontrado a Sandra, Ninet, Stiv y Fredi, se sintió aliviada de tener compañía. El grupo decidió pasar la noche en la escuela, y Odalis les ofreció mostrarles dónde podían dormir. La noche transcurrió sin incidentes, pero al amanecer, el grupo se encontró con un nuevo peligro: los zombies mutantes habían llegado a la escuela. A diferencia de los zombies que habían encontrado antes, estos parecían más agresivos y más fuertes.
Ninet, Stiv, Fredi, Sandra y Odalis trataron de luchar contra los zombies, pero se dieron cuenta de que estaban en desventaja. Los mutantes eran más rápidos y más resistentes que los zombies normales, y no parecían sentir dolor. Fue en medio de la batalla que Ninet resultó herida, una horda de mutantes la había acorralado y mordido en el brazo.
El grupo logró finalmente escapar del edificio y se refugió en una iglesia cercana. Sandra intentó curar a Ninet con los suministros médicos que habían encontrado en el supermercado, pero se dio cuenta de que la herida era demasiado grave. Sin embargo, no estaban dispuestos a rendirse.
Decidieron que debían buscar ayuda médica de inmediato y comenzaron a explorar la ciudad en busca de un hospital. Sabían que el viaje sería peligroso, pero no tenían otra opción si querían salvar a Ninet.
Mientras tanto, Ninet se debatía entre la vida y la muerte, y el grupo luchaba con la idea de que podrían perder a uno de sus miembros. Pero no podían permitirse la tristeza ni la desesperación, debían seguir adelante y hacer todo lo posible para salvar a Ninet.
Capítulo 10 centro comercial
En busca desesperada para transportarse encuentran un autobús con la llave el grupo condujo a través de la carretera en busca de un hospital para salvar a Ninet. Después de varios días de viaje, encontraron un pequeño centro comercial en las afueras de la ciudad. Era un lugar perfecto para descansar y buscar suministros.
Sandra y Odalis se encargaron de revisar el área de comida del centro comercial mientras que Stiv y Fredi revisaban las otras áreas. Ninet, todavía herida, se quedó en el autobús para descansar.
Mientras exploraban el centro comercial, el grupo se dio cuenta de que no había señales de vida. El lugar estaba completamente vacío, lo que les hizo preguntarse si habían sido los zombies los que lo habían vaciado.
Después de una hora, Sandra y Odalis regresaron con alimentos y agua, y el grupo decidió pasar la noche en el centro comercial. Hicieron barricadas en las puertas y ventanas y se prepararon para pasar la noche allí. Durante la noche, discutieron el siguiente paso. Sabían que no podrían seguir buscando un hospital. Después de revisar la herida de Ninet, el grupo se dio cuenta de que la infección se estaba propagando y que la única forma de salvar su vida era amputar su brazo. Fue una decisión difícil de tomar, y hubo una larga discusión sobre quién debía hacer la amputación.
Stiv, que tenía cierta experiencia en los restaurantes como saber cortar, se ofreció voluntariamente para hacer la operación. Sandra estaba en desacuerdo, ya que estaba preocupada de que Stiv no tuviera las habilidades necesarias para llevar a cabo una cirugía de ese tipo.
Fredi sugirió que buscaran a alguien más para hacer la amputación, pero Odalis señaló que era poco probable que encontraran a alguien con esas habilidades en un mundo lleno de zombies.
Finalmente, decidieron que Stiv sería quien llevaría a cabo la amputación. Sandra se ofreció a ayudarlo, y Odalis se encargó de buscar todo lo que necesitaban para la cirugía.
Fue una tarea difícil y dolorosa, pero lograron cortar el brazo de Ninet con éxito. Después de la operación, Ninet estaba débil y con dolor, pero estaba agradecida de estar viva.
El grupo decidió que debían quedarse en el centro comercial durante unos días más para permitir que Ninet se recuperara. Sabían que no podrían seguir buscando un hospital, y que la única opción que les quedaba era amputar el brazo de Ninet. Fue una decisión difícil, pero sabían que era la única forma de salvarla.
Fredi y Stiv caminaban por los pasillos del centro comercial, revisando cada tienda en busca de suministros y cualquier cosa que pudiera ser útil para su supervivencia.
«¿Crees que deberíamos quedarnos aquí por un tiempo más?» preguntó Stiv a Fredi.
«No lo sé», respondió Fredi. «Me preocupa que este lugar pueda ser vulnerable a ataques de zombies».
«Tienes razón», dijo Stiv. «Pero también hay muchas cosas útiles aquí. Podríamos fortificar el lugar y hacerlo seguro».
Fredi asintió, pero estaba preocupado de que quedarse en un solo lugar durante demasiado tiempo pudiera hacer que fueran un objetivo fácil para los zombies. También estaban preocupados por la seguridad de Ninet, que seguía recuperándose de la amputación. Mientras seguían caminando, se encontraron con una tienda de armas. La puerta estaba cerrada, pero Fredi notó que la cerradura parecía ser bastante débil.
«Podríamos intentar entrar», sugirió Fredi. «Podría haber armas y municiones que podríamos usar para defendernos».
Stiv asintió, pero estaba preocupado por el ruido que podrían hacer al intentar entrar. Decidieron regresar con el resto del grupo y discutirlo antes de tomar una decisión. Mientras tanto, continuaron recorriendo el centro comercial, buscando cualquier cosa que pudiera ser útil para ellos. Había muchos artículos en las tiendas que podrían usar para sobrevivir, más tarde mientras el grupo descansaba en el restaurante del centro comercial, Stiv, Fredi y Odalis comenzaron a escuchar ruidos extraños que venían del área de descarga del centro comercial. Decidieron investigar y se deslizaron silenciosamente hacia la zona de carga.
Una vez allí, se dieron cuenta de que la horda de zombies que habían visto en las afueras del centro comercial se había desplazado hacia el área de carga, probablemente atraídos por el ruido y el movimiento. Pero en lugar de estar en un frenesí de ataque, la horda parecía estar en un estado de reposo. Los zombies estaban simplemente de pie, inmóviles.
Stiv, Fredi y Odalis se quedaron paralizados en el lugar, sin saber qué hacer. Si bien los zombies parecían estar tranquilos en ese momento, no sabían si podrían atacar en cualquier momento. Decidieron que lo mejor era regresar con el resto del grupo y discutir qué hacer a continuación.
Cuando regresaron con Sandra, Ninet y el resto del grupo, explicaron lo que habían visto en la zona de carga. Sandra sugirió que podrían intentar hacer un plan para deshacerse de la horda de zombies de alguna manera, pero Ninet, que todavía se estaba recuperando de la amputación, estaba en desacuerdo.
«No podemos arriesgarnos a más peligros innecesarios», dijo Ninet. «Tenemos que centrarnos en nuestra seguridad y asegurarnos de que estamos a salvo».
El grupo decidió que lo mejor era abandonar el centro comercial y encontrar un lugar más seguro donde pudieran establecerse por un tiempo. Cargaron todo lo que pudieron en el autobús y se dirigieron hacia el oeste.
Capítulo 11 saqueadores
Después de discutir la situación con Sandra y Ninet, decidieron que lo mejor era abandonar el centro comercial y buscar otro lugar más seguro. Con el autobús lleno de suministros y combustible, se pusieron en marcha nuevamente por la carretera. Pero a medida que avanzaban, se dieron cuenta de que se estaban quedando sin gasolina y no encontraban ninguna gasolinera a su alrededor. La preocupación comenzó a aumentar, ya que no podían permitirse quedarse varados en medio de la carretera. Fue entonces que avistaron una pequeña gasolinera a lo lejos. Decidieron acercarse con precaución, pero al acercarse, notaron que había algunos zombies merodeando por allí. Con la esperanza de que la gasolina fuera suficiente para llegar a un lugar seguro, Stiv y Fredi se arriesgaron a entrar mientras los demás esperaban en el autobús.
Afortunadamente, lograron llenar el tanque y escapar sin llamar demasiado la atención de los zombies. Respiraron aliviados mientras se alejaban de la gasolinera, sabiendo que habían tenido suerte en ese encuentro, El grupo continuó conduciendo por la carretera, en busca de un lugar seguro para pasar la noche. Pero pronto se encontraron con un automóvil en llamas en medio de la carretera. Mientras intentaban pasar con cuidado, un grupo de saqueadores los vio y los persiguió.
Stiv intentó acelerar para escapar, pero los saqueadores los alcanzaron y comenzaron a golpear el autobús con objetos contundentes. En medio del caos, uno de ellos logró abrir la puerta del conductor y sacar a Stiv, arrojándolo al suelo.
El resto del grupo estaba atónito, sin saber qué hacer mientras veían a los saqueadores entrar al autobús y llevarse todo lo que tenían. Sandra, Fredi, Ninet y Odalis se escondieron detrás de las sillas, tratando de no hacer ruido mientras los saqueadores saqueaban el autobús. Después de que los saqueadores se fueran, Sandra, Fredi, Ninet y Odalis salieron del autobús para revisar a Stiv. Estaba gravemente herido y sangraba profusamente. Desesperados, intentaron detener la hemorragia, pero nada parecía funcionar.
Decidieron que tenían que encontrar ayuda médica lo antes posible. Revisaron el mapa y encontraron un hospital cercano. Con la poca gasolina que les quedaba, condujeron hasta el hospital, con Sandra conduciendo mientras Fredi cuidaba de Stiv en el asiento trasero.
Finalmente llegaron al hospital, pero se encontraron con una escena caótica. Había una gran cantidad de zombies afuera y dentro del hospital, decidieron que era un error quedarse condujeron y en pocos kilómetros encontraron unos locales comerciales que dentro estaban una farmacia, se detuvieron y cogieron todos los medicamentos necesarios que Nineth les dijo que buscaran. Sandra, Fredi, Odalis y Ninet ayudaron a Stiv a entrar a la casa que encontraron. Era una casa grande y antigua con una decoración clásica que parecía haber sido abandonada desde hace algún tiempo.
Odalis, quien había sido maestra, encontró una habitación que había sido utilizada como enfermería y la adaptaron para poder curar a Stiv. Con sumo cuidado, le lavaron las heridas y le aplicaron vendas y medicamentos que habían encontrado en una farmacia abandonada. Mientras tanto, Fredi y Sandra exploraron la casa para asegurarse de que no había ningún peligro acechando. Descubrieron que la casa estaba en buenas condiciones, pero que estaba completamente vacía. Sandra se encargó de preparar la cena con los alimentos que habían encontrado en el centro comercial y en la gasolinera. Era una cena modesta, pero suficiente para alimentar a todos.
Después de la cena, decidieron que era mejor quedarse en la casa por un tiempo hasta que Stiv estuviera lo suficientemente fuerte como para continuar su camino. Todos se pusieron de acuerdo en turnarse para vigilar la casa y asegurarse de que estuvieran protegidos de cualquier peligro que pudiera estar rondando en los alrededores.
Capítulo 12 visita inesperada
En una camioneta 4×4 que entra en la casa sin avisar
Joshumber entró en la casa sin previo aviso y sorprendió a todos los presentes. Era un hombre alto y musculoso, con una barba espesa y ojos penetrantes. Llevaba puesta una chaqueta de cuero y portaba una escopeta en la mano.
Sandra y Odalis se pusieron en guardia, pero Joshumber se presentó como un sobreviviente solitario que había logrado sobrevivir gracias a sus habilidades de supervivencia. Les explicó que había visto el autobús abandonado en la carretera y decidió seguirlo, ya que necesitaba compañía en este mundo devastado.
Stiv, que aún se estaba recuperando de sus heridas, no estaba contento con la llegada de un extraño y le pidió que se fuera. Pero Joshumber les explicó que él también había sido herido y necesitaba un lugar seguro para recuperarse.
Después de una discusión, Sandra y Odalis decidieron permitir que Joshumber se quedara en la casa. Todos acordaron trabajar juntos para sobrevivir en este nuevo mundo.
Con el tiempo, Joshumber se convirtió en un miembro valioso del grupo. Él compartió sus habilidades de caza y supervivencia, y ayudó a proteger la casa de los ataques de los zombies y otros sobrevivientes hostiles. La casa se convirtió en un lugar seguro y confortable para todos los presentes.
Odalis mira con cautela a Joshumber mientras curaba sus heridas. Después de unos minutos de silencio incómodo, ella finalmente habla.
Odalis: ¿Quién eres? ¿Cómo has logrado sobrevivir a todo esto?
Joshumber: Soy solo un tipo que ha logrado mantenerse con vida. He estado viajando solo desde el principio. Y tú, ¿cómo has sobrevivido hasta ahora?
Odalis: Estaba en la escuela cuando empezó todo. Sobreviví junto a mis alumnos durante un tiempo, pero luego tuvimos que escapar. Desde entonces, he estado con estos compañeros.
Joshumber: Pareces estar bastante bien preparada para alguien que estaba atrapada en una escuela.
Odalis: Bueno, tuvimos que aprender a sobrevivir con lo que teníamos a mano. Además, tengo algunos conocimientos médicos que han sido útiles.
Joshumber: Eso es útil. Nunca se sabe cuándo se necesitará atención médica. Por cierto, ¿sabes cómo usar una brújula y un mapa?
Odalis: Sí, lo sé. ¿Por qué lo preguntas?
Joshumber: Porque tengo un plan. He estado escuchando en la radio que hay una ciudad en la costa que ha sido evacuada por completo. Supuestamente es un lugar seguro para vivir. Si podemos encontrar un mapa y una brújula, podemos llegar allí juntos.
Odalis: ¿Y por qué deberíamos confiar en ti?
Joshumber: Porque estamos en el mismo bote, ¿no es así? Todos queremos sobrevivir. Y juntos tenemos más posibilidades de hacerlo. Además, tengo un coche 4×4 y algunas armas que podrían ser útiles.
Odalis reflexiona por un momento y luego asiente lentamente.
Odalis: Supongo que tienes razón. Si podemos llegar a esa ciudad, nuestras posibilidades de supervivencia aumentarán. Pero necesitaremos más que un mapa y una brújula para sobrevivir en el camino.
Joshumber se reúne con el resto del grupo y les explica que su plan es llegar a un refugio en la montaña donde hay un grupo de sobrevivientes que están trabajando juntos para encontrar una cura para el virus. Él cree que es la única esperanza que tienen de sobrevivir a largo plazo. Sandra y Fredi se muestran escépticos, pero Odalis y Ninet están dispuestas a seguir a Joshumber. Stiv aún está convaleciente y no puede opinar, pero los demás deciden que deben seguir adelante con el plan.
Stiv mira a Sandra con preocupación y le dice: «No me fío de ese tipo, Sandra. ¿Tú le crees todo lo que dice?»
Sandra frunce el ceño y le responde: «No lo sé, Stiv. Parece tener un plan y es mejor que trabajemos juntos si queremos sobrevivir».
Stiv suspira y agacha la cabeza. «Lo sé, pero algo no me cuadra con él. Parece demasiado seguro de sí mismo y no confío en su historia».
Sandra asiente y le da un abrazo reconfortante. «Tranquilo, Stiv. Seguiremos atentos y si algo no nos parece bien, hablaremos con los demás. No permitiremos que nos engañen o nos traicionen».
Stiv se acerca a Fredi, quien estaba observando por la ventana y le pregunta:
¿Qué piensas de ese tipo, Joshumber?
Fredi frunce el ceño y responde:
La verdad, no me da buena espina. ¿Tú qué piensas?
Stiv se rasca la barba mientras reflexiona y responde:
No sé, algo no me cuadra. Me parece extraño que llegue de la nada y se quede tan campante en la casa sin preguntar nada. Y lo peor es que ni siquiera sabemos cuál es su plan.
Fredi asiente y agrega:
Sí, tienes razón. Me da la impresión de que está ocultando algo. No me gusta.
Stiv asiente enérgicamente y dice:
Tenemos que estar alerta y no confiar ciegamente en él. No sabemos cuáles son sus verdaderas intenciones.
Fredi asiente y ambos quedan en silencio, pensando en lo que podrían hacer si Joshumber resulta ser un peligro para el grupo.
Joshumber les cuenta a Sandra, Sin, Fredi, Ninet y Odalis sobre su experiencia en la carretera. Menciona que ha visto a un nuevo tipo de zombie que sólo sale en la noche y que teme a la luz ultravioleta, conocidos como «los oscuros». Explica que ha estado investigando sobre ellos y que cree que pueden encontrar un refugio seguro en un complejo militar cercano que tiene un laboratorio con una luz ultravioleta lo suficientemente fuerte para detener a los oscuros.
La propuesta de Joshumber es arriesgada y genera desconfianza en algunos miembros del grupo, pero él insiste en que es su mejor opción para sobrevivir. Les dice que ha estado siguiendo el rastro de otros sobrevivientes que están tratando de llegar al mismo lugar y que se necesitan todos para tener éxito.
Sandra y Stiv siguen preocupados por las verdaderas intenciones de Joshumber, pero Fredi está dispuesto a tomar el riesgo. Ninet y Odalis están de acuerdo en que necesitan encontrar un lugar seguro, pero no están seguras de seguir a Joshumber.
El grupo acuerda descansar en la casa por un día más y luego tomar una decisión sobre si seguir a Joshumber o no. Joshumber agradeció a Odalis su confianza y prometió no traicionarlos. Les explicó que su objetivo era llegar a un refugio de supervivientes que se encontraba al norte de la ciudad, donde podrían estar a salvo y trabajar juntos para sobrevivir.
El grupo discutió la idea de unirse a Joshumber en su búsqueda del refugio, y después de algunas dudas y preocupaciones, decidieron seguirlo. Sabían que la vida en la casa grande no era sostenible a largo plazo y que necesitaban encontrar un lugar seguro donde poder reconstruir sus vidas. Así, todos juntos comenzaron a prepararse para partir, revisando el vehículo y equipándose con armas y suministros. Sabían que el camino sería peligroso y lleno de obstáculos, pero estaban dispuestos a enfrentar cualquier desafío para encontrar un lugar seguro donde poder vivir.
Capítulo 13 camino al norte
El grupo liderado por Joshumber siguió adelante en su camino al norte, buscando un lugar seguro donde establecerse y sobrevivir en medio del apocalipsis zombie. Sin embargo, su progreso se vio obstaculizado por la carretera destruida y el puente caído que encontraron en su camino.
Todos se detuvieron en el borde de la carretera, observando con preocupación el abismo que se abría ante ellos. No había manera de pasar al otro lado del puente sin arriesgar sus vidas, y tampoco había señales de un camino alternativo.
«¿Qué vamos a hacer ahora?», preguntó Sandra con frustración.
Joshumber miró a su alrededor, evaluando la situación. «Creo que lo mejor que podemos hacer es buscar un lugar donde pasar la noche y esperar a que amanezca. Quizás encontremos algún camino alternativo durante el día».
El grupo estuvo de acuerdo y comenzaron a buscar un lugar seguro donde pasar la noche. Después de recorrer algunos kilómetros, encontraron una pequeña aldea abandonada que parecía ofrecer refugio temporal.
Después de asegurarse de que el lugar estaba libre de peligros, el grupo entró en la aldea y comenzó a buscar un lugar donde pasar la noche. La mayoría de las casas estaban abandonadas y saqueadas, pero finalmente encontraron una casa que parecía lo suficientemente segura.
«Esta es nuestra mejor opción», dijo Joshumber mientras examinaba la casa. «Está protegida y tiene suministros suficientes para pasar la noche».
El grupo asintió, agradecido por haber encontrado un lugar seguro para descansar. Pasaron la noche allí, protegidos de los peligros del mundo exterior, y esperaron a que amaneciera para continuar su camino al norte.
Joshumber y Stiv se encuentran en un lugar apartado, lejos del resto del grupo. Stiv lo mira fijamente y le habla en tono serio:
Mira, Joshumber, no me fío de ti. Tienes pinta de ser un tipo que solo piensa en sí mismo y en sus propios intereses. No sé qué tramas, pero quiero que sepas que estamos alerta.
Joshumber lo mira con tranquilidad y le responde:
Entiendo que puedas sentir desconfianza, Stiv. Pero te aseguro que no tengo ningún plan oculto. Solo quiero sobrevivir como todos aquí. Y si puedo ayudar en algo, lo haré.
Stiv no se convence y le advierte:
Te estaré vigilando, Joshumber. Cualquier movimiento sospechoso y te juro que no dudaré en actuar.
Joshumber asiente y le dice que lo entiende. Ambos se levantan y regresan al grupo, sin mencionar nada sobre su conversación. Joshumber y Odalis conversan sobre las posibles rutas para llegar al norte. Joshumber sugiere una ruta que conoce bien, pero Odalis está en desacuerdo debido a que la zona ha sido afectada por el virus y puede ser peligroso. A pesar de las preocupaciones de Odalis, Joshumber insiste en que la ruta es segura y que ha pasado por allí antes.
Stiv se une a la conversación y también expresa su preocupación por la ruta propuesta por Joshumber. Sin embargo, Joshumber sigue convencido de que es la mejor opción y promete asegurarse de que estén a salvo en todo momento.
Mientras tanto, Sandra y Fredi vigilan los alrededores de la casa para asegurarse de que no hay peligro inmediato. Deciden hacer turnos de guardia para poder dormir un poco durante la noche.
Finalmente, después de una larga discusión, el grupo decide seguir la ruta sugerida por Joshumber. Stiv y Fredi hacían vigilancia de repente vieron unas luces eran saqueadores, quienes se dieron cuenta q una casa tenía luz y una camioneta en uso fuera de ella decidieron entrar a ver si había sobrevivientes y entraron a la casa. Cuando los saqueadores entraron en la casa, todos se pusieron alerta y se prepararon para la pelea. Joshumber tomó una posición estratégica cerca de la puerta principal, mientras que Stiv y Fredi se situaron en las esquinas opuestas de la habitación. Sandra y Ninet se escondieron detrás de un sofá y Odalis se paró detrás de la mesa de la cocina, lista para saltar en acción.
Los saqueadores estaban armados con cuchillos y palos, y rápidamente se abalanzaron sobre el grupo. Joshumber logró esquivar un golpe de cuchillo y devolvió el golpe con su propia arma, haciéndolo caer al suelo. Stiv y Fredi trabajaron juntos para enfrentar a los otros dos saqueadores, bloqueando sus ataques y golpeándolos con fuerza.
Mientras tanto, Sandra y Ninet saltaron de detrás del sofá y comenzaron a lanzar objetos al tercer saqueador para distraerlo. Odalis se acercó por detrás y lo golpeó en la cabeza con una silla, haciendo que cayera al suelo.
Después de unos minutos intensos, el grupo logró vencer a los saqueadores y tomar control de la situación. Joshumber se acercó a los saqueadores para interrogarlos, pero todos se negaron a hablar y no encontraron información útil.
Después de haber amarrado a los saqueadores, Stiv se acerca a Joshumber y le dice en tono bajo pero firme:
Mira, Joshumber, no puedo negar que tienes habilidades útiles para nuestro grupo, pero tu actitud en el camino y ahora esta situación con los saqueadores nos hacen dudar de ti. ¿Cómo sabemos que no los trajiste aquí para ponernos en peligro?
Joshumber se pone en guardia, pero luego suspira y responde:
Entiendo tu desconfianza, Stiv, pero te aseguro que no tuve nada que ver con la llegada de esos saqueadores. Yo mismo los he combatido en el pasado y sé cómo operan. Además, ¿por qué los traería aquí para arriesgar mi vida y la de los demás?
Stiv lo mira fijamente por un momento, pero luego asiente y suaviza su tono:
Bueno, tal vez tengas razón. Pero por ahora, vamos a mantener a estos tipos bajo control. Y necesitamos pensar en nuestro siguiente paso, especialmente con ese puente caído.
Joshumber asiente y se une al grupo mientras deciden qué hacer con los saqueadores y cómo seguir adelante con su viaje al norte. En la mañana decidieron salir cogieron un auto mas que estaba en buenas condiciones y se marcharon rumbo al norte. La caravana de vehículos avanzó por los caminos de terracería en dirección al norte. El paisaje seco y polvoriento se extendía por kilómetros y kilómetros a su alrededor. Joshumber lideraba la caravana en su 4×4, con Odalis mientras que el resto del grupo lo seguía Sandra y Stiv en el autobús y Fredi y Ninet en otro vehículo que habían conseguido en el pueblo.
Durante el viaje, conversaron sobre sus vidas antes del apocalipsis y sobre sus planes para el futuro. Odalis contó cómo había sido maestra antes del brote y cómo se había adaptado a la vida en el nuevo mundo, mientras que Sandra compartió su experiencia como enfermera.
Stiv se mantenían en silencio con Sandra, todavía desconfiando de Joshumber y sus motivos, seguían observando cada movimiento del hombre con sospecha.
Después de horas de conducción, llegaron a una pequeña ciudad. La mayoría de los edificios estaban abandonados, con ventanas rotas y puertas colgando de sus goznes. Solo unos pocos sobrevivientes parecían haberse establecido en la zona.
Decidieron detenerse en un pequeño mercado para buscar suministros. Mientras tanto, Joshumber se ofreció a ir por su cuenta en busca de combustible para el vehículo. Stiv y Fredi lo observaron con atención mientras se alejaba.
Una vez dentro del mercado, encontraron alimentos y suministros escasos, pero suficientes para sobrevivir unos días más. Mientras estaban ahí, se encontraron con un anciano sobreviviente que les contó historias de los «Oscuros» que habitaban en las afueras de la ciudad.
Al salir del mercado, se encontraron con Joshumber regresando con combustible en una lata. Mientras llenaban el tanque, Stiv confrontó a Joshumber sobre sus intenciones y le exigió que se fuera del grupo si no podía confiar en él.
Joshumber se mantuvo imperturbable y argumentó que solo estaba tratando de ayudar a sobrevivir. Prometió ser más transparente y explicar sus acciones en el futuro.
La caravana continuó hacia el norte, y los sobrevivientes se prepararon para enfrentar cualquier peligro que se interpusiera en su camino.
Viajaron hacia el norte y se encontraron con un refugio, Stiv, Sandra, Ninet, Fredi, Odalis y Joshumber se bajaron de los vehículos y comenzaron a inspeccionar el refugio. La entrada estaba sellada y las ventanas estaban cubiertas con tablas. No parecía haber señales de que alguien hubiera estado allí recientemente.
Después de explorar el área, decidieron entrar en el refugio. Al principio, todo parecía normal. Había camas, un comedor, un baño y una cocina, pero todo estaba vacío y polvoriento. Pronto descubrieron un diario abandonado en una de las habitaciones.
Odalis lo recogió y comenzó a leerlo en voz alta para que todos pudieran escuchar. El diario pertenecía a uno de los residentes del refugio, un hombre llamado Tom. Contaba cómo se había refugiado allí con su familia y otros sobrevivientes después de que el virus hubiera diezmado a la población.
Pero pronto las cosas comenzaron a ponerse tensas. Algunos de los sobrevivientes comenzaron a pelear y a discutir sobre los suministros y el espacio en el refugio. Tom escribió cómo había intentado mediar y mantener la paz, pero finalmente la situación se volvió insostenible.
El último registro en el diario de Tom decía que habían decidido abandonar el refugio y buscar un lugar más seguro. Pero no había más entradas después de esa fecha.
Después de leer el diario, el grupo decidió continuar buscando otro lugar para establecerse. Sabían que no podían quedarse en un lugar tan inestable. Subieron a los vehículo y continuaron su viaje sabían que lo de ir al norte ya no era una opción vieron el mapa y vieron un pueblo llamado Villa Arbustos que estaba a unos kilómetros.
Stiv manejaba el autobús mientras Sandra estaban alerta ante cualquier peligro. De repente, Sandra avistó algo extraño en la oscuridad, unos seres oscuros que se acercaban rápidamente hacia ellos.
¡Stiv, cuidado! -gritó Sandra, señalando hacia los oscuros.
¡Mantengan la calma y prepárate! -ordenó Stiv, mientras aceleraba para intentar evadir a los oscuros.
Pero los oscuros eran más rápidos y comenzaron a golpear los autos con fuerza. Fredi sacó su arma y comenzó a disparar, mientras Odalis intentaba encender la luz ultravioleta que habían encontrado en el refugio abandonado.
¡Apúrense! -gritó Odalis, mientras intentaba encontrar el interruptor de la luz ultravioleta.
Finalmente, Odalis encontró el interruptor y la luz se encendió. Los oscuros comenzaron a retroceder, asustados por la luz ultravioleta.
¡Mantengan la luz encendida! -ordenó Joshumber, mientras aceleraba para alejarse de los oscuros.
Después de varios minutos de conducir con la luz encendida, finalmente lograron dejar atrás a los oscuros.
Gracias a la luz ultravioleta logramos sobrevivir -dijo Sandra, aún temblando por la experiencia.
Sí, pero no podemos bajar la guardia -advirtió Stiv-. Quién sabe cuántos más de esos oscuros podrían estar al acecho.
Con esa advertencia, continuaron su camino a Villa Arbustos, siempre alerta ante cualquier peligro que pudiera aparecer en el camino.
Capítulo 14 muerte de Ninet
Después del encuentro con los oscuros, el grupo continuó su camino hasta que llegaron a un pueblo. Recorrieron las calles en busca de un lugar seguro para pasar la noche y encontraron un hospital pequeño que parecía estar abandonado.
Decidieron entrar y recorrerlo para asegurarse de que no hubiera peligro. Odalis encontró algunas vendas y medicinas que podrían ser útiles, y Sandra y Ninet buscaron suministros de comida en la cocina.
Stiv y Fredi se encargaron de asegurar las puertas y ventanas del hospital mientras Joshumber vigilaba desde la azotea. Afortunadamente, no encontraron señales de peligro inmediato en el interior del edificio.
Después de una cena improvisada con lo que encontraron en la cocina, decidieron dormir en habitaciones separadas para estar más seguros. Joshumber y Stiv se quedaron en la entrada del hospital, mientras que el resto se distribuyó en diferentes habitaciones.
En la mitad de la noche, Stiv despertó a Joshumber y le preguntó si había oído un ruido extraño. Joshumber le dijo que no y Stiv decidió hacer una ronda para asegurarse de que todo estaba bien.
Mientras recorría el pasillo, Stiv escuchó un ruido proveniente de una de las habitaciones. Abrió la puerta con cuidado y se encontró con un hombre infectado con el virus. Stiv luchó con él y logró matarlo, pero no sin recibir algunas heridas.
El resto del grupo escuchó el ruido y acudió al lugar. Sandra limpió las heridas de Stiv y Fredi buscó más vendajes y medicinas para curarlo. Decidieron quedarse un día más en el hospital para asegurarse de que Stiv se recuperara.
Odalis y Joshumber estaban sentados en una sala del hospital mientras el resto del grupo se encontraba en otra habitación descansando. Odalis se veía preocupada mientras Joshumber parecía estar pensativo.
Odalis: ¿Qué hacemos ahora? No encontramos un lugar seguro para quedarnos y no hemos visto a muchos sobrevivientes.
Joshumber: Lo sé, es frustrante. Pero tenemos que seguir buscando, no podemos rendirnos ahora.
Odalis: Es fácil decirlo, pero después de todo lo que hemos pasado, estoy empezando a sentir que no hay esperanza.
Joshumber: No puedes pensar así. Mira a tu alrededor, todavía estamos vivos y tenemos que seguir luchando por nuestra supervivencia.
Odalis: Supongo que tienes razón, pero es difícil mantener la esperanza cuando todo lo que ves son ruinas y zombies.
Joshumber: Lo sé, pero tenemos que mantenernos fuertes y seguir adelante. Juntos podemos sobrevivir a esto.
Odalis asintió en silencio, pareciendo un poco más esperanzada.
Ninet se unió a la conversación y escuchó la preocupación de Odalis y Joshumber.
«Estoy de acuerdo en que no hemos encontrado un lugar seguro todavía», dijo Ninet. «Pero también tenemos que tener en cuenta que estamos vivos y seguimos juntos como grupo. Eso es algo que no muchos pueden decir en estos tiempos».
«Sí, eso es cierto», dijo Odalis. «Pero también es cierto que necesitamos un lugar seguro para descansar y recuperarnos adecuadamente».
«Joshumber, ¿tienes alguna idea de a dónde podríamos ir?» preguntó Ninet.
«La verdad es que no lo sé», respondió Joshumber. «Pero creo que lo mejor que podemos hacer ahora es seguir buscando. Tal vez encontremos algún lugar que podamos fortificar y hacerlo nuestro».
«¿Y qué hay de los oscuros que encontramos?» preguntó Odalis. «No creo que podamos seguir adelante con ellos rondando por ahí».
«Tienes razón», dijo Joshumber. «Pero también tenemos que tener en cuenta que no sabemos mucho sobre ellos. Tal vez haya alguna forma de tratar con ellos o de evitarlos».
«De todas formas, no podemos quedarnos aquí para siempre», dijo Ninet. «Tenemos que seguir moviéndonos y buscando un lugar seguro. Y mientras tanto, tenemos que asegurarnos de mantenernos juntos y cuidarnos mutuamente».
Fredy decidió hacer una vigilancia nocturna alrededor del hospital para tratar de entender mejor el comportamiento de los oscuros. Después de unas horas, notó que estos seres salían solo cuando no había ningún rayo de la luz del sol en el cielo.
Al día siguiente, Fredy compartió sus observaciones con el resto del grupo. Joshumber sugirió que tal vez podrían usar esto a su favor y planear sus viajes durante las horas del día en que los oscuros estarían en reposo. Pero Odalis estaba preocupada de que esto significara pasar más tiempo en la carretera y exponerse a otros peligros.
Ninet propuso una idea diferente. Recordó haber visto un generador portátil en el hospital y sugirió que podrían usarlo para crear luz artificial durante la noche y disuadir a los oscuros de acercarse. Todos estuvieron de acuerdo en que era una buena idea y comenzaron a buscar el generador en el hospital.
Después de una búsqueda exhaustiva, finalmente encontraron el generador en un armario en el sótano. Afortunadamente, también encontraron un tanque de gasolina casi lleno cerca del generador. Fredy, que era el más hábil en el uso de herramientas, logró encender el generador y conectar algunas luces alrededor del hospital. El grupo se encontraba trabajando en instalar más luces en el hospital cuando un oscuro y varios zombies lograron entrar por una de las ventanas. Todos se pusieron en alerta y comenzaron a luchar contra ellos, pero durante el caos Ninet fue mordida por uno de los zombies y comenzó a mostrar signos de convertirse en uno de ellos.
El grupo se encontraba en shock y sin saber cómo reaccionar. Odalis y Sandra trataron de ayudar a Ninet, pero se dieron cuenta de que no había nada que pudieran hacer para salvarla. Stiv y Fredi comenzaron a prepararse para luchar contra los zombies que seguían entrando al hospital.
Joshumber decidió tomar la iniciativa y les ordenó al resto del grupo que se fueran mientras él se quedaba atrás para luchar y contener a los zombies. A pesar de las protestas del grupo, Joshumber les dijo que era su deber protegerlos y que se reuniría con ellos más adelante.
Finalmente, el grupo decidió seguir adelante, dejando atrás a Joshumber para enfrentar a los zombies. Estaban en shock por lo que acababa de suceder con Ninet. Joshumber apunta y dispara a Ninet, quien se había convertido en un zombie. El sonido del disparo hizo que los demás se detuvieran, que decidieron regresar a la zona donde se encontraba Ninet y Joshumber. Al ver lo que había sucedido, se llenaron de dolor y rabia.
Stiv se acercó a Joshumber: «¿Por qué lo hiciste? Podríamos haber encontrado una cura, podríamos haberla salvado».
Joshumber respondió con voz seria: «No había nada que hacer, ella estaba muerta en vida. Era una amenaza para nosotros y para cualquier persona que se encontrara en nuestro camino. Tomé una decisión difícil, pero necesaria».
Sandra intervino y les recordó que debían seguir adelante, que la muerte de Ninet no podía detenerlos. Todos estuvieron de acuerdo, pero no podían sacudirse la tristeza y el miedo de lo que habían enfrentado.
Decidieron continuar su camino. Odalis y Joshumber iban en la camioneta 4×4 sin rumbo junto a los demás Stiv y Sandra en el autobús y Fredi en el automóvil.
Odalis: Joshumber, no puedo creer lo que acaba de pasar. No puedo creer que tuviste que dispararle a Ninet.
Joshumber: Lo siento mucho, Odalis. No quería hacerlo, pero no había otra opción. Ella estaba infectada y se estaba convirtiendo en un zombie. Tenía que hacerlo antes de que atacara a alguien más.
Odalis: Lo sé, pero aun así es difícil de aceptar. Nunca pensé que tendríamos que enfrentar algo así. Me siento impotente, como si no pudiéramos hacer nada para detener esto.
Joshumber: Lo sé, Odalis, pero tenemos que seguir adelante. No podemos dejar que esto nos detenga. Tenemos que encontrar un lugar seguro para establecernos y protegernos de los zombies y los oscuros.
Odalis: Sí, tienes razón. Pero me preocupa que no haya lugares seguros. ¿Qué pasa si no podemos encontrar un lugar para refugiarnos?
Joshumber: No podemos permitirnos pensar así, Odalis. Tenemos que tener fe y seguir buscando. No podemos rendirnos.
Odalis: Sí, tienes razón. Gracias, Joshumber. Necesitaba escuchar eso.
Joshumber: Siempre estoy aquí para ayudar.
Stiv notó la preocupación en el rostro de Sandra mientras ella se sentaba en el asiento del copiloto, mirando hacia la oscuridad de la noche.
«¿Estás bien?», preguntó Stiv, colocando una mano en su hombro.
Sandra se estremeció ante el contacto, pero luego suspiró.
«No puedo dejar de pensar en Ninet», dijo con voz temblorosa. «Fue terrible lo que pasó».
Stiv asintió con la cabeza, sabiendo que no había nada que pudiera decir para consolarla.
«Sé que es difícil, pero tenemos que seguir adelante», dijo. «Tenemos que mantenernos juntos y hacer lo que sea necesario para sobrevivir».
Sandra asintió, pero su mirada perdida indicaba que aún estaba luchando por procesar la muerte de su amiga.
Stiv volvió su atención a la carretera, consciente de que tenían que mantenerse alerta en todo momento. «Mantén tus ojos abiertos», dijo. «No sabemos lo que nos espera».
Sandra asintió y miró hacia el oscuro paisaje que se extendía más allá de la carretera. «No sé cómo vamos a hacer esto», dijo en voz baja. «Esto es una pesadilla».
Stiv suspiró, sin saber qué decir para reconfortarla. Sabía que la situación era desesperada, pero también sabía que no podían rendirse.
«Vamos a encontrar un lugar seguro», dijo finalmente. «Tenemos que mantener la esperanza».
Sandra asintió de nuevo, pero su expresión seguía siendo sombría. Stiv sabía que no sería fácil superar la muerte de Ninet, pero también sabía que no podían permitirse caer en la desesperación.
Fredy se sentía muy afectado por lo ocurrido con Ninet. Se preguntaba si su muerte había sido necesaria, si Joshumber había actuado de la manera correcta al dispararle. Por un momento, Fredy se sintió confundido y perdido en sus pensamientos.
Sin embargo, sabía que no podía dejar que la tristeza y la duda lo paralizaran. Decidió que necesitaba encontrar una manera de seguir adelante y seguir protegiendo al grupo. Entonces, comenzó a pensar en formas de aumentar la seguridad en futuros refugios y en cómo podrían prepararse mejor para enfrentar a los oscuros y otros peligros del mundo post-apocalíptico en el que vivían. Fredy se enfocó en encontrar soluciones prácticas y se sintió más calmado al hacerlo. A medida que conducía.
Capítulo 15 refugio seguro sobrevivientes
Al día siguiente escucharon ruidos no eran zombies si no sobrevivientes refugiados en los edificios de los apartamentos, Joshumber sugiere acercarse con precaución y hablar con ellos para ver si pueden unirse y formar un grupo más grande. Odalis está de acuerdo y le pide a Stiv y Fredi que los acompañen.
Mientras se acercan al edificio, un hombre sale a su encuentro. Parece tener unos 50 años y lleva una escopeta en la mano. Odalis se presenta y explica que son un grupo de sobrevivientes en busca de un refugio seguro.
El hombre, llamado Carlos, es reacio al principio, pero después de escuchar su historia, les permite entrar en el edificio. Dentro, hay unas 20 personas, incluyendo niños y ancianos. Todos parecen cansados y hambrientos.
Odalis les dice que tienen algo de comida y agua en su vehículo y se ofrece a compartirla. Carlos y algunos otros aceptan la oferta y van a buscarla.
Stiv, Fredi y Joshumber se quedan atrás para hablar con el resto de los sobrevivientes. Preguntan sobre su situación y cómo han estado sobreviviendo. La mayoría de ellos han estado viviendo en el edificio desde que comenzó el brote y han estado sobreviviendo con lo que pudieron encontrar en los apartamentos.
Stiv pregunta si han visto algún otro grupo de sobrevivientes y si hay algún refugio seguro en la zona. Los sobrevivientes les dicen que han visto a algunos grupos en los últimos meses, pero que la mayoría de ellos estaban armados y eran peligrosos.
Joshumber sugiere que tal vez deberían formar un grupo y trabajar juntos para sobrevivir. Los sobrevivientes están de acuerdo y deciden unirse a ellos.
Carlos, Joshumber y Stiv se reunieron en el salón de uno de los apartamentos para discutir qué hacer a continuación. Carlos propuso que deberían quedarse en los apartamentos y trabajar en fortificarlos para crear un refugio seguro y duradero. Joshumber estuvo de acuerdo y agregó que podrían establecer señales de radio para tratar de contactar a otros sobrevivientes y atraerlos a su refugio.
Stiv no estaba completamente convencido de la idea y planteó algunas preocupaciones. Se preguntó si podrían mantener el lugar seguro y si tendrían suficiente comida y suministros para sobrevivir a largo plazo. También señaló que sería difícil confiar en cualquier nuevo sobreviviente que llegara al refugio.
Carlos y Joshumber intentaron tranquilizar a Stiv, diciéndole que podrían hacer turnos para vigilar el lugar y que podrían cultivar alimentos en la terraza de los apartamentos. También sugirieron que podrían establecer un sistema de votación para tomar decisiones importantes y evitar que cualquier individuo tenga demasiado poder.
Stiv finalmente aceptó la idea y los tres comenzaron a planear cómo fortificar los apartamentos y establecer las señales de radio. Sabían que sería un trabajo duro, pero estaban decididos a hacer que su refugio fuera lo más seguro y acogedor posible para ellos y otros sobrevivientes. Los sobrevivientes se reunieron en la planta baja del edificio de apartamentos mientras Carlos y Joshumber les explicaban su plan. Les dijeron que iban a trabajar juntos para crear un refugio seguro en los edificios y establecer señales de radio para contactar a más sobrevivientes.
Luego, comenzaron a delegar tareas. Algunos se encargarían de recolectar suministros y alimentos, otros trabajarían en fortificar el edificio y crear defensas, mientras que otros se encargarían de la comunicación y la búsqueda de señales de radio. Todos estaban entusiasmados con la idea de trabajar juntos para crear un refugio seguro, y comenzaron a dividirse en grupos para comenzar a trabajar en sus tareas asignadas. Carlos y Joshumber se quedaron en la planta baja para supervisar y coordinar las actividades. Estaban decididos a hacer de ese edificio de apartamentos un lugar seguro para todos los sobrevivientes.
Fredy se dedicó a instalar y reparar equipos de comunicación en el edificio, incluyendo radios de corto alcance y antenas para mejorar la recepción de señales de radio a larga distancia.
Mientras tanto, Carlos, Joshumber y Stiv trabajaron en fortalecer las defensas del edificio, colocando barricadas en las entradas y reforzando las ventanas con tablones de madera y otros materiales que encontraron en los alrededores.
Odalis y Sandra se encargaron de la cocina y la comida, usando los suministros que encontraron en los apartamentos cercanos y en la tienda de comestibles abandonada. También organizaron un sistema de racionamiento para asegurarse de que los suministros duraran el mayor tiempo posible. Después de varios días de trabajo, el grupo logró crear un refugio seguro y cómodo para ellos mismos y para los otros sobrevivientes que se unieron a ellos. Gracias al trabajo de Fredy, también lograron establecer contacto con otros grupos de sobrevivientes a través de las señales de radio, y comenzaron a planear la creación de una red de refugios y comunidades que pudieran trabajar juntos.
Carlos y Joshumber se sentaron a conversar acerca de cómo distribuirían las tareas para mantener a salvo a todos los sobrevivientes en los edificios de apartamentos. Ambos estuvieron de acuerdo en que era necesario conseguir suministros, armas, agua, comida y medicamentos de manera regular para poder sobrevivir.
Decidieron que necesitaban un grupo de personas confiables y capaces de salir en misiones de exploración y suministros. Carlos sugirió que él mismo liderara uno de estos equipos, mientras que Joshumber se ofreció para liderar el otro. Ambos estuvieron de acuerdo en que los equipos deberían rotarse en sus misiones, para que ningún grupo tuviera que salir más de lo necesario.
También discutieron la necesidad de establecer puntos de encuentro y planes de contingencia en caso de que algo saliera mal durante las misiones. Acordaron que cada grupo tendría un líder de equipo designado y un plan de comunicación establecido para que pudieran comunicarse con los demás sobrevivientes en caso de emergencia.
Finalmente, decidieron que era importante establecer un horario para que los grupos salieran en misiones de suministros, para que todos supieran cuándo se esperaba que regresaran y para que el resto de los sobrevivientes pudieran prepararse y proteger el edificio en su ausencia.
Con todas estas decisiones tomadas, Carlos y Joshumber se sintieron más seguros de que podrían mantener a todos los sobrevivientes a salvo y cómodos en su nuevo hogar en los edificios de apartamentos.
Capítulo 16 exploración y suministros
Los edificios de apartamentos son de 4 o 5 pisos de altura, construidos con ladrillo y con balcones en cada departamento. Hay unos 10 edificios en total, agrupados en un área rectangular. En el centro del complejo de edificios hay un pequeño parque con árboles y algunos bancos de concreto.
En los alrededores, hay una serie de tiendas y comercios, en su mayoría pequeños negocios familiares. Hay una farmacia, una tienda de comestibles, una ferretería, una panadería y una tienda de ropa, entre otras. También hay algunas casas y pequeñas propiedades, pero la mayoría parecen estar desocupadas. En las calles cercanas, se pueden ver algunos autos abandonados y escombros en la calle. A lo lejos, se puede ver una autopista y algunos edificios altos. l grupo de Carlos salió temprano por la mañana, llevando consigo mochilas y carros para transportar los suministros que pudieran encontrar. Los edificios de apartamentos estaban ubicados en una zona residencial, rodeados de calles tranquilas y árboles frondosos. Caminaron por las calles en busca de tiendas de conveniencia, supermercados y farmacias. Al principio todo parecía abandonado, pero pronto encontraron algunos negocios que aún tenían productos útiles. Recogieron alimentos no perecederos, agua embotellada, medicamentos y suministros médicos, y cualquier cosa que pudiera ser útil para el grupo.
También tuvieron que enfrentar algunos peligros. Encontraron varios grupos de zombies deambulando por las calles, y tuvieron que ser cautelosos para evitar atraer su atención. Carlos y su grupo de exploración estaban formados por Will, Sofia y Leonardo. Salieron de los apartamentos en busca de suministros y provisiones. Caminaron por las calles desiertas. Encontraron una tienda de comestibles y decidieron entrar con cuidado. Revisaron los estantes y encontraron algunos alimentos enlatados, agua embotellada y algo de pan. También encontraron algunas herramientas y suministros médicos en la parte trasera de la tienda.
Decidieron seguir explorando y encontraron un taller mecánico. Revisaron los alrededores y se dieron cuenta de que había varios vehículos estacionados. Decidieron buscar algo de combustible y herramientas útiles para su refugio.
Mientras tanto, en los apartamentos, Joshumber, Stiv y Odalis trabajaban en la organización del refugio. Decidieron crear un sistema de turnos para la vigilancia y la recolección de agua y suministros. También establecieron un área común donde la gente podía reunirse y compartir historias y experiencias.
Después de varias horas, Carlos y su grupo regresaron con los suministros y provisiones que habían encontrado. Se sentaron con el resto del grupo y compartieron su experiencia. Decidieron que era importante continuar explorando y recolectando suministros, pero que también debían tener precaución y trabajar juntos para mantener el refugio seguro. Joshumber está sentado en las afueras de los apartamentos en una banca y Odalis se acerca a él algo preocupada.
Odalis: Joshumber, ¿qué opinas de las expediciones que planea Carlos para conseguir suministros?
Joshumber: Creo que son necesarias para mantenernos con vida y abastecernos de todo lo que necesitamos. Pero también creo que debemos tener cuidado, no sabemos lo que podemos encontrarnos allá afuera.
Odalis: Estoy de acuerdo contigo, Joshumber. Debemos ser cuidadosos y estar siempre alertas. Nunca sabemos lo que podemos encontrar en el camino.
Joshumber: Sí, además debemos estar preparados para cualquier situación. Ya hemos aprendido que no podemos confiarnos demasiado.
Odalis: Exacto. También es importante que sepamos escoger bien a las personas que se unan a las expediciones, no podemos arriesgar nuestras vidas por alguien que no tenga experiencia o habilidades útiles.
Joshumber: Totalmente de acuerdo, Odalis. Debemos ser selectivos en la elección de los miembros de nuestras expediciones y asegurarnos de que tengan las habilidades necesarias para llevar a cabo la misión con éxito.
Joshumber: ¡Odalis! (tembloroso)
Odalis: ¿sí?
Joshumber: ¡quiero confesarte algo…! (nervioso)
Odalis: dime…
Joshumber se acercó lentamente a Odalis y poco a poco toco sus labios con los suyos, lo cual Odalis correspondió y se ruborizo.
Odalis: ¡vaya! No me esperaba esto… (sonriendo).
todos en el refugio estaban bien y pasaron varios meses viviendo allí. Con el tiempo, el refugio se fue fortaleciendo y ampliando, ya que habían logrado contactar con otros sobrevivientes y se habían unido al grupo.
Carlos y Joshumber lideraban el refugio y habían establecido un sistema de organización y seguridad muy efectivo. Fredi se encargaba de las comunicaciones y mantenía contacto con otros grupos de sobrevivientes a través de las radios.
Odalis se había convertido en la enfermera del grupo y se aseguraba de que todos estuvieran en buena salud y tuvieran suficientes suministros médicos.
Stiv y Sandra se encargaban de la cocina y la preparación de alimentos para todos en el refugio. Su creatividad y habilidades culinarias habían hecho que la comida fuera más que solo una necesidad, sino también una fuente de alegría y consuelo para los sobrevivientes.
Mientras tanto, Will, Sofia y Leonardo, el grupo de exploración de Carlos, seguían saliendo regularmente en misiones para conseguir suministros y recursos. Habían establecido una red de lugares seguros donde podían recolectar todo lo que necesitaban para el refugio.
Con el tiempo, el refugio se convirtió en un lugar donde los sobrevivientes podían sentirse seguros y protegidos. Habían creado un hogar en medio de un mundo desolado y peligroso.
Fredy estaba monitoreando las frecuencias de radio cuando de repente escuchó algo que lo dejó estupefacto. Era una señal que venía de una isla lejana y que no tenía ningún infectado. Parecía increíble después de todo lo que habían pasado, pero al mismo tiempo era una oportunidad única para salir de allí y empezar de nuevo en un lugar seguro.
Fredy trató de comunicarse con los demás miembros del grupo para contarles lo que había escuchado, pero no pudo hacerlo de inmediato porque las comunicaciones estaban caídas en ese momento. Decidió entonces tomar la iniciativa y salir en su automóvil para encontrar a los demás y contarles lo que había oído.
Cuando llegó al edificio de apartamentos, les dijo a Carlos, Joshumber, Odalis y Stiv lo que había escuchado en la radio. Todos se emocionaron al escuchar la noticia y comenzaron a hablar sobre la posibilidad de ir a la isla y empezar una nueva vida allí. Pero también se dieron cuenta de que había muchos riesgos involucrados en una misión como esa, y que necesitarían un plan cuidadoso antes de tomar cualquier decisión.
Decidieron que lo primero que tenían que hacer era investigar más sobre la isla y asegurarse de que la información que habían recibido era cierta. Fredy se encargó de seguir monitoreando las frecuencias de radio para ver si había más información disponible, mientras que Carlos y su equipo comenzaron a buscar mapas y registros de la zona para obtener más detalles sobre la isla.
Con el tiempo, lograron recopilar suficiente información para determinar que la isla era real y que parecía ser un lugar seguro para vivir. Aunque no sabían exactamente cómo llegar allí, decidieron que valía la pena intentarlo y comenzaron a planificar una expedición. Continuando con la historia, Carlos y Joshumber convocan una reunión con todos los sobrevivientes del refugio y les presentan la idea de viajar a la isla lejana que habían escuchado a través de la señal de radio interceptada por Fredi.
Explican que el plan es ir en varios vehículos, llevando consigo todos los suministros necesarios para sobrevivir en la isla, incluyendo armas, comida y medicamentos. Además, cada uno tendría una tarea específica que cumplir durante la expedición, desde conducir los vehículos hasta explorar el territorio y buscar recursos.
A pesar de la incertidumbre y los riesgos que implica viajar a una isla desconocida, los sobrevivientes aceptan el plan de Carlos y Joshumber y comienzan a prepararse para el viaje.
Mientras tanto, Fredi, Will y Leonardo se quedan en los apartamentos para cuidar del lugar y esperar la llegada del grupo de expedición a su regreso de la isla. Fredi se siente un poco decepcionado por no poder acompañar al grupo, pero entiende que su labor en el refugio es igualmente importante.
Con los preparativos terminados, el grupo de expedición parte rumbo a la isla, dejando atrás el refugio que los había mantenido a salvo durante meses
Capítulo 17 en busca de la isla
Carlos y Joshumber convocan una reunión con todos los sobrevivientes del refugio y les presentan la idea de viajar a la isla lejana que habían escuchado a través de la señal de radio interceptada por Fredi.
Explican que el plan es ir en varios vehículos, llevando consigo todos los suministros necesarios para sobrevivir en la isla, incluyendo armas, comida y medicamentos. Además, cada uno tendría una tarea específica que cumplir durante la expedición, desde conducir los vehículos hasta explorar el territorio y buscar recursos.
A pesar de la incertidumbre y los riesgos que implica viajar a una isla desconocida, los sobrevivientes aceptan el plan de Carlos y Joshumber y comienzan a prepararse para el viaje.
Mientras tanto, Fredi, Will y Leonardo se quedan en los apartamentos para cuidar del lugar y esperar la llegada del grupo de expedición a su regreso de la isla. Fredi se siente un poco decepcionado por no poder acompañar al grupo, pero entiende que su labor en el refugio es igualmente importante. Con los preparativos terminados, el grupo de expedición parte rumbo a la isla, dejando atrás el refugio que los había mantenido a salvo durante meses.
El pueblo pesquero era pequeño, con calles de tierra y casas bajas de madera pintadas de colores brillantes. El sonido de las olas golpeando la costa y los barcos de pesca moviéndose en el agua eran los únicos ruidos que se escuchaban.
Carlos, Joshumber y Odalis estaban de pie en la orilla del mar, observando los barcos y la isla en la distancia. Odalis preguntó: «¿Realmente creen que podemos llegar allí y sobrevivir en esa isla?»
Carlos respondió: «No lo sé, pero es nuestra mejor oportunidad de encontrar un lugar seguro y comenzar de nuevo. Tenemos que tomar el riesgo y ver qué pasa.»
Joshumber agregó: «Además, si la información que recibimos es correcta, la isla está libre de infectados, lo que significa que es un lugar seguro para establecernos.»
Odalis asintió, parecía estar convencida. «Estoy lista para seguir adelante y enfrentar lo que sea necesario para sobrevivir», dijo.
Los tres se miraron y compartieron una sonrisa.
Stiv: Sofia, ¿cómo llegaste al refugio de Carlos en los apartamentos?
Sofia: Bueno, estaba en mi apartamento cuando todo empezó. Pensé que podía esperar a que todo se calmara, pero la situación solo empeoraba. Finalmente decidí que tenía que irme y buscar un lugar seguro.
Sandra: ¿Y cómo llegaste a conocer a Carlos y a los demás?
Sofia: Estaba caminando por la calle cuando vi su camioneta con el logo de «ayuda» en ella. Me acerqué y le pregunté si podía unirme a su grupo. Él fue muy amable y me llevó al refugio.
Stiv: Eso fue suerte. Supongo que no esperabas encontrar un grupo de sobrevivientes tan organizado.
Sofia: No, realmente no lo esperaba. Me siento muy afortunada de haberlos encontrado.
Carlos, Joshumber y Stiv se reunieron en la sala principal del refugio para hablar sobre los planes para la expedición a la isla al día siguiente. Estaban entusiasmados y nerviosos al mismo tiempo, ya que sabían que era una misión peligrosa.
«Mañana temprano partiremos hacia la isla. Todos deben estar listos para partir a las seis en punto», dijo Carlos.
«¿Estás seguro de que estamos haciendo lo correcto, Carlos?» preguntó Stiv con una expresión preocupada en su rostro. «La isla está a una distancia considerable y no sabemos lo que podemos encontrar allí».
«Lo sé, Stiv. Pero tenemos que hacerlo. No podemos quedarnos aquí para siempre. Necesitamos encontrar un lugar seguro donde podamos empezar de nuevo», respondió Carlos.
Joshumber asintió en acuerdo. «Además, no hay garantía de que los suministros duren para siempre. Si queremos sobrevivir, necesitamos encontrar nuevas fuentes de alimento, agua y medicinas».
«Y también tenemos la esperanza de encontrar a otros sobrevivientes en el camino», agregó Carlos.
Stiv asintió, pero todavía parecía preocupado. «Entiendo, pero ¿y si algo sale mal?»
«Estaremos preparados para cualquier cosa que se presente en nuestro camino», aseguró Joshumber. «Hemos pasado por situaciones similares antes y siempre hemos logrado salir adelante».
Carlos miró a sus compañeros con determinación. «Mañana partiremos hacia la isla y nada nos detendrá. Estamos juntos en esto y lo superaremos juntos».
Joshumber y Odalis se encontraban en la cubierta del barco pesquero mientras se preparaban para zarpar hacia la isla lejana. La luz del sol comenzaba a asomarse por el horizonte y el mar estaba en calma.
Odalis tomó la mano de Joshumber y le dijo: «¿Alguna vez te imaginaste que estaríamos haciendo esto juntos?»
Joshumber sonrió y le respondió: «No, nunca lo imaginé. Pero ahora no puedo imaginar mi futuro sin ti».
Odalis se acercó y lo abrazó, sintiendo la calidez del sol en su piel y el sonido del mar en el fondo. «Estoy emocionada de comenzar esta nueva aventura juntos», dijo ella.
Joshumber la besó suavemente y dijo: «No puedo esperar para ver lo que el futuro nos depara».
Mientras tanto, Carlos y Stiv estaban revisando el equipo en el barco y asegurándose de que todo estuviera en orden. Habían cargado suministros, armas, comida, agua y medicinas para varios días.
Finalmente, el barco zarpó hacia la isla lejana, llevando consigo a los sobrevivientes
Capítulo 18 la isla
La isla era un paraíso tropical con playas de arena blanca y aguas cristalinas. A medida que el barco se acercaba a la costa, se podían ver palmeras y una densa vegetación que cubría la mayor parte de la isla. En el centro de la isla se levantaba una cordillera de montañas cubiertas de bosques tropicales.
Una vez que el barco atracó en la costa, el grupo desembarcó y comenzó a explorar la isla. Descubrieron una gran cantidad de frutas tropicales y plantas comestibles, así como también animales salvajes y aves exóticas. También encontraron una pequeña aldea de pescadores en la costa, que parecía estar abandonada.
Carlos, Joshumber y Stiv decidieron establecer el campamento base en la aldea de pescadores, que estaba situada en una hermosa bahía. Empezaron a limpiar y arreglar las casas de los pescadores para que pudieran alojar a todos los miembros del grupo.
Mientras tanto, Odalis y Sofia exploraron la costa en busca de más recursos.
Carlos se adentra en la estación de radio, una pequeña construcción de dos pisos con techos de zinc oxidado y paredes de concreto cubiertas de musgo y hiedra. Al entrar, encuentra varios equipos de radio en mal estado, algunos libros y revistas viejas, y un par de sillas rotas. Sin embargo, después de buscar por un tiempo, encuentra una grabadora antigua y algo de cinta magnética en un armario empotrado en la pared.
Carlos se siente emocionado al pensar que esta grabadora podría contener alguna información útil, y lleva el aparato afuera para examinarlo con más detenimiento. Después de limpiarlo cuidadosamente, logra hacerlo funcionar y se sorprende al escuchar la voz de una mujer que habla en un idioma que no reconoce. La voz suena débil y lejana, como si estuviera en el fondo de un pozo. Carlos trata de grabar la transmisión, pero pronto se da cuenta de que el sonido se está desvaneciendo. Desesperado, intenta sintonizar la frecuencia de nuevo, pero ya no hay señal. Incapaz de obtener más información de la grabadora, Carlos regresa al barco pesquero para discutir sus hallazgos con los demás.
Después de un breve debate, deciden continuar explorando la isla en busca de más pistas, pero pronto se dan cuenta de que no encontrarán nada más en la isla. Deciden seguir buscando en otros lugares. Con la grabadora en mano, Carlos siente que esta podría ser la clave para encontrar más supervivientes y descubrir qué sucedió.
Sofia repara las comunicaciones desde el barco pesquero y se comunica con el refugio de los apartamentos, Fredi estaba emocionado de escuchar la voz de Sofia después de tanto tiempo. Había pasado mucho desde que se separaron del refugio en los apartamentos y la expedición en la isla eran importantes para mantenerse conectados y actualizados.
Sofia le contó sobre el descubrimiento de la estación de radio y la posible presencia de otros sobrevivientes en la isla. También le informó sobre el estado de la comunidad en los apartamentos, cómo los suministros estaban bien y cómo se habían establecido nuevas rutinas para asegurarse de que todos estuvieran bien alimentados y cuidados.
Fredi agradeció a Sofia por mantenerlo informado y le deseó lo mejor en su misión en la isla. Prometió mantener las comunicaciones abiertas y asegurarse de que el refugio en los apartamentos estuviera en buen estado mientras el equipo exploraba la isla en busca de más recursos y sobrevivientes.
Fredy, Will y Leonardo están en los apartamentos cuando escuchan un ruido fuerte a lo lejos. Al asomarse por la ventana, ven tres autos con personas armadas y con una actitud sospechosa. De repente, se dan cuenta de que el ruido ha atraído a un grupo de zombies que se acercan rápidamente hacia los apartamentos.
Fredy rápidamente toma su radio y llama a Carlos para alertarlo de la situación. Carlos y los demás en la isla escuchan la llamada de Fredy y deciden regresar lo más pronto posible para ayudar.
En los apartamentos, Will y Leonardo comienzan a prepararse para defenderse de los saqueadores y de los zombies que se acercan. Mientras tanto, Fredy busca una manera de distraer a los zombies para evitar que entren al edificio.
Fredy y Will se encuentran en un lugar seguro dentro de los apartamentos, observando a los saqueadores y los zombies que se acercan.
Fredy: ¡Esto no puede estar pasando! ¿Cómo es que los saqueadores encontraron este lugar?
Will: No lo sé, pero tenemos que actuar rápido. Si esos zombies llegan aquí, estaremos en graves problemas.
Fredy: Tienes razón. Pero, ¿qué podemos hacer? No somos suficientes para detener a esos saqueadores.
Will: Bueno, tenemos que pensar en algo. ¿Qué recursos tenemos aquí? ¿Hay armas?
Fredy: Sí, hay algunas armas, pero no son suficientes para combatir a un grupo tan grande.
Will: Entonces, tenemos que pensar en una estrategia para defendernos y proteger a los demás sobrevivientes. Tal vez podríamos bloquear las entradas a los apartamentos para evitar que entren.
Fredy: Eso podría funcionar, pero no tenemos suficientes materiales para hacer barricadas sólidas.
Will: Entonces, ¿qué tal si intentamos atraer a los zombies hacia los saqueadores? Podríamos crear una distracción y aprovechar la oportunidad para escapar.
Fredy: Eso podría funcionar. Pero, ¿cómo vamos a hacer que los zombies vayan hacia los saqueadores?
Will: Podríamos utilizar los altavoces del autobús escolar para hacer ruido y atraer a los zombies hacia ellos. Si los saqueadores están distraídos por los zombies, podríamos aprovechar la oportunidad para escapar.
Fredy: Eso es una buena idea. Pero tenemos que actuar rápido. ¿Me ayudarías a conseguir los altavoces del autobús?
Will: Claro, vamos por ellos.
Fredy y Will salieron rápidamente a conseguir los altavoces del autobús escolar y preparar su plan de distracción para enfrentar a los saqueadores y zombies.
Carlos: Joshumber, necesito que reúnas un grupo para ir al refugio de los apartamentos. Hay unos saqueadores atacando y tenemos que salvar a Fredi y los demás.
Joshumber: De acuerdo, vamos a ir al rescate. ¿Cuántos saqueadores son?
Carlos: No estoy seguro, pero Fredi dijo que eran 3 vehículos llenos de ellos.
Joshumber: ¿Y cuántos somos nosotros?
Carlos: Somos 23 en total. Pero necesitamos actuar rápido antes de que los saqueadores lleguen allí.
Joshumber: De acuerdo, voy a reunir un grupo de 10 para ir conmigo. ¿Tienes algún plan?
Carlos: Sí, tiene que dividirse en dos grupos. Uno irá a la entrada del refugio para enfrentar a los saqueadores y el otro grupo irá al edificio para rescatar a Fredi y los demás.
Joshumber: Entendido, voy a buscar a Stiv, para que me acompañe ¿Tú vienes con nosotros o te quedas aquí en la isla?
Carlos: Me quedaré aquí en la isla para asegurarme de que esté todo bien. Les deseo suerte, cuídense.
Joshumber: Gracias, Carlos. Vamos a necesitarla.
Odalis se acerca a Joshumber mientras él se prepara para salir en la misión de rescate y le dice con preocupación:
Odalis: Joshumber, por favor, ten cuidado allá afuera. Sé que eres fuerte y tienes experiencia en esto, pero nunca sabes qué puede pasar. Prométeme que volverás con bien.
Joshumber: Claro que sí. Volveré. No te preocupes. Además, tengo un gran equipo conmigo., Stiv, y los otros chicos, todos ellos son muy capaces y saben lo que hacen.
Odalis: Lo sé, pero eso no quita que me preocupe por ti. Te amo, Joshumber. Si algo te llegara a pasar, no sé qué haría.
Joshumber: (sonriendo) No te preocupes, cariño. Nada me pasará. Tú eres mi motivación para volver sano y salvo. Además, tengo mucho que vivir aun contigo. Hay muchas oportunidades allí para nosotros. Pero primero, debemos asegurarnos de que nuestros amigos estén bien.
Odalis: (sonriendo también) Claro, tienes razón. Pero prométeme que volverás pronto.
Joshumber: Lo prometo. (se acerca y le da un beso) Cuídate y cuídalos a todos mientras estoy fuera.
Odalis: (asintiendo) Lo haré. Ahora ve a hacer lo que tienes que hacer.
Joshumber se aleja hacia el barco, pensando en Odalis y en cómo proteger a los sobrevivientes de los apartamentos de los saqueadores y los zombies.
Stiv alistado sus cosas para salir, en el barco pesquero, Sandra se le acerca con miedo en su rostro y preocupación.
Stiv la miró a los ojos y le tomó la mano con ternura.
Volveré, mi amor. Te lo prometo. Pero tengo que asegurarme de que los demás estén a salvo primero.
Sandra asintió, con lágrimas en los ojos.
Lo sé. Pero no quiero perderte. Eres lo más importante para mí.
Stiv la abrazó y le dio un beso en la frente.
No me perderás, Sandra. Siempre estaré contigo. Y cuando regrese, construiremos un futuro juntos, sin zombies.
Sandra le sonrió, sintiéndose reconfortada por las palabras de su amado. Sabía que Stiv era valiente y habilidoso, y confiaba en que volvería a su lado sano y salvo.
Capítulo 19 el rescate
Joshumber, Stiv y el grupo de hombres llegan a los apartamentos y ven a los saqueadores y zombies causando caos y destrucción. Rápidamente se organizan y crean un plan de ataque.
Stiv toma el liderazgo y ordena a algunos de los hombres que cubran su avance mientras él y Joshumber se mueven hacia el edificio donde están los saqueadores. Con sus armas en mano, avanzan hacia el edificio mientras disparan contra los zombies que se interponen en su camino.
Los saqueadores parecen tener el control de los pisos inferiores, y algunos de ellos disparan desde las ventanas del primer piso. Pero los hombres de Joshumber logran avanzar hasta la entrada y entran al edificio en busca de Fredi y los demás sobrevivientes.
En el interior, encuentran a Fredi y Will atrincherados en una habitación. Los saqueadores intentan entrar por la fuerza, pero Joshumber y Stiv los enfrentan y logran, contenerlos.
Mientras se defendían de los saqueadores, Carlos y el grupo lograron subir a un autobús junto con Fredi y los demás sobrevivientes. Sin embargo, Will había resultado herido en la batalla y estaba sangrando mucho.
Joshumber rápidamente se acercó a él y trató de detener la hemorragia. Mientras tanto, Carlos condujo el autobús y logró escapar de los saqueadores. A medida que se alejaban de los apartamentos, todos se preguntaban cómo habían llegado los saqueadores hasta allí.
Finalmente, llegaron a un lugar seguro donde pudieron atender a Will y curar sus heridas. Después de unos días de descanso, el grupo decidió continuar su viaje hacia la isla.
Joshumber, quien había sido herido durante la pelea, estaba determinado a llegar a la isla. Joshumber, Fredi y Stiv discuten sobre el peligro de que los saqueadores puedan interceptar sus comunicaciones y rastrear su ubicación. Joshumber propone cambiar frecuentemente las frecuencias de radio para evitar ser detectados, así como utilizar códigos para comunicarse y no revelar información importante. También sugiere que deben ser más cuidadosos al moverse y tratar de evitar lugares abiertos y visibles.
Fredi está de acuerdo y agrega que deben tomar medidas adicionales para proteger el refugio y a los sobrevivientes, como mejorar la seguridad y establecer turnos de vigilancia durante la noche Después de la intensa batalla en los apartamentos, el grupo liderado por Joshumber logró rescatar a Fredi y a los demás sobrevivientes que se encontraban en el refugio. Aunque Will resultó herido en la confrontación, lograron escapar a bordo de un autobús en una arriesgada persecución.
Finalmente, lograron llegar a la isla y se reunieron todos juntos para platicar sobre lo sucedido. Odalis corrió hacia Joshumber y se abrazaron con ternura, felices de volver a estar juntos y a salvo. Stiv y Sandra también se reunieron con un abrazo cálido y amoroso.
Joshumber explicó a Fredi y a los demás sobrevivientes sobre la importancia de mantenerse a salvo y de no emitir señales de radio innecesarias, ya que podrían ser rastreados por saqueadores y otros grupos peligrosos.
Carlos conversa con Joshumber que se encargue de la seguridad y enseñe a pelear a los refugiados
Joshumber asiente enérgicamente y responde: «Por supuesto, Carlos. La seguridad es una de las principales preocupaciones aquí en la isla. Tendremos que enseñar a los refugiados a pelear y defendernos de cualquier amenaza que se presente. También necesitaremos establecer patrullas regulares para asegurarnos de que no haya peligros cerca de nuestro refugio.»
Carlos asiente y le agradece a Joshumber por su compromiso con la seguridad de todos. «Gracias, Josh. Sé que eres el hombre adecuado para el trabajo y que harás todo lo posible para protegernos a todos.»
Joshumber sonríe y responde: «Lo haré. Prometo hacer todo lo posible para mantener a todos seguros aquí en la isla.»
Carlos y Stiv conversaron sobre la necesidad de fortificar el refugio en la isla para asegurar su supervivencia a largo plazo. Carlos le explicó que, aunque estaban en una isla aparentemente segura, nunca se podía estar seguro de qué peligros podrían surgir en el futuro.
Stiv estuvo de acuerdo con la necesidad de tomar medidas de seguridad adicionales, y propuso la construcción de torres de vigilancia en los puntos más altos de la isla para monitorear el territorio en busca de amenazas. También sugirió la creación de barricadas y trincheras alrededor del refugio para crear una defensa sólida en caso de un ataque.
Carlos aprobó estas ideas y le asignó a Stiv la tarea de liderar el equipo encargado de la construcción y fortificación del refugio. Stiv aceptó con entusiasmo y se puso a trabajar de inmediato.
Después de la reunión, Carlos asignó responsabilidades a cada uno de los miembros del grupo. Joshumber se encargó de la seguridad y la defensa del refugio, y comenzó a enseñar a los refugiados cómo defenderse en caso de un ataque. Stiv trabajó en la creación de torres de vigilancia y en la fortificación del refugio para hacerlo más seguro contra posibles ataques. Odalis y Sandra, por su parte, fueron asignadas a cargo de los suministros y las emergencias médicas en el refugio.
Odalis y Sandra comenzaron a organizar los suministros para asegurarse de que había suficientes alimentos y medicinas para todos en caso de una emergencia. También establecieron un área de hospital en el refugio y comenzaron a reclutar a aquellos con experiencia médica para ayudar en caso de una emergencia médica.
Carlos continúa su reunión con los sobrevivientes en la isla, distribuyendo responsabilidades y tareas.
«Y bien, Fredi y Sofia, ¿podrían encargarse de las comunicaciones? Es importante mantenernos conectados con otros posibles sobrevivientes y coordinar nuestros esfuerzos», dijo Carlos.
«Claro, Carlos», respondió Fredi. «Me aseguraré de que nuestras radios estén en buen estado y de que haya suficiente energía para que podamos comunicarnos».
«Sí, y también podemos establecer una estación de carga solar para que no nos quedemos sin energía», agregó Sofia.
Carlos asintió y continuó: «Leonardo, ¿te importaría encargarte de las expediciones? Necesitamos explorar la isla para buscar recursos y asegurarnos de que no haya amenazas inesperadas».
«Por supuesto, Carlos. Haré todo lo posible para mantenernos abastecidos y seguros», respondió Leonardo.
«Excelente. Y Will, ¿cómo te sientes? ¿Estás lo suficientemente recuperado para ayudar en algo?», preguntó Carlos.
«Creo que puedo hacer algunas cosas más ligeras, Carlos. Quizás pueda ayudar con la jardinería o algo así», respondió Will. «Perfecto.
Capítulo 20 visita valiosa.
La alcaldesa del pueblo pesquero, llamada Ana, llega inesperadamente a la isla en un barco pesquero encuentra el grupo de sobrevivientes liderados por Carlos. Ana les cuenta que logró sobrevivir al ataque de los zombies y de los saqueadores en su pueblo gracias a que se escondió en una bodega y logró escapar en un bote con dos guardaespaldas. Carlos les da la bienvenida a Ana y sus guardaespaldas le pregunta sobre su experiencia en el pueblo pesquero. Ana les cuenta que la situación allí es muy peligrosa y que los saqueadores están tomando el control de todo. También les comenta que la falta de alimentos y suministros médicos ha empeorado la situación.
Carlos decide ofrecer refugio y suministros a Ana y a los sus guardaespaldas de su pueblo. Además, le pregunta si estaría dispuesta a colaborar con ellos en la construcción de una comunidad segura en la isla. Ana acepta la propuesta y se compromete a trabajar junto a Carlos y su grupo.
le comentan a Ana sobre la grabación que encontraron tal vez ella sabe algo del idioma en que habla la mujer de la grabación
Ana escucha atentamente la grabación y su rostro se torna pensativo. «Este idioma es muy antiguo», dice después de unos minutos de silencio. «Lo escuché una vez de mi abuelo, él decía que era el idioma que hablaban los antiguos habitantes de esta isla antes de que llegaran los españoles».
Todos quedan sorprendidos por la información. «¿Entonces hay una posibilidad de que esta mujer haya estado aquí desde hace mucho tiempo?», pregunta Carlos.
Ana asiente. «Es una posibilidad, pero también puede ser que alguien más haya encontrado esta isla antes que nosotros y haya dejado la grabación de esta mujer aquí».
Todos se quedan pensativos ante la posibilidad de que no sean los únicos en la isla. Carlos toma la palabra. «Sea como sea, debemos tener cuidado. No sabemos qué más podemos encontrar en esta isla, así que debemos estar preparados para cualquier eventualidad».
El grupo asiente en acuerdo y comienzan a planificar medidas de seguridad adicionales para proteger el refugio.
Carlos: alcaldesa, ¿usted cree que hay más personas en la isla aparte de nosotros?
Alcaldesa: Es posible. Hemos visto señales de vida en algunas partes de la isla, pero no hemos tenido contacto directo con nadie más.
Carlos: ¿Ha visto algo sospechoso o peligroso últimamente?
Alcaldesa: Bueno, he visto algunos barcos extraños cerca de la isla en los últimos días, pero no sé quiénes son ni qué quieren. También he oído hablar de criaturas extrañas en la selva, pero no puedo confirmar nada.
Carlos: Entiendo. Tendremos que estar alerta y preparados para cualquier eventualidad. ¿Estaría dispuesta a colaborar con nosotros en la defensa y supervivencia en la isla?
Alcaldesa: Por supuesto, haré todo lo que pueda para ayudar. Pero tengo que decirles que estamos en una situación muy difícil aquí. La isla es peligrosa y hay muchas amenazas a nuestra supervivencia.
Carlos: Lo sé, pero también sé que juntos podemos superar cualquier obstáculo. Trabajaremos juntos para asegurar nuestra supervivencia en esta isla. La alcaldesa asintió en señal de acuerdo y se unió a la reunión para discutir planes.
Leonardo llega corriendo a donde se encontraba Carlos y le informa sobre la puerta de metal que había visto entre las rocas de la montaña de la isla.
Carlos frunce el ceño ante la noticia y pregunta a Leonardo si sabe algo más al respecto. Leonardo responde que no, que solo la vio de lejos mientras exploraba la isla.
Joshumber se acerca al grupo y pregunta sobre lo que está sucediendo. Carlos le cuenta sobre la puerta de metal que ha sido vista en la montaña y Joshumber sugiere que podrían enviar un grupo de exploración para investigarla.
Sandra se une a la conversación y sugiere que podrían armar un equipo de exploración para verificar la puerta, pero que primero necesitarían reunir más información sobre su ubicación y cómo llegar allí.
Carlos toma la palabra y dice que la seguridad de la base es su principal preocupación, pero que está de acuerdo en enviar un equipo de exploración para investigar la puerta de metal siempre y cuando sea seguro hacerlo.
La alcaldesa del pueblo pesquero se une al grupo y pregunta sobre lo que está sucediendo. Carlos le explica la situación y la alcaldesa sugiere que podrían tener más información sobre la puerta de metal en el pueblo pesquero.
Todos están de acuerdo en que necesitan más información antes de tomar cualquier decisión, por lo que deciden enviar un equipo de exploración para investigar la puerta de metal en cuanto sea posible.
Continuando la historia, Leonardo y Joshumber llegaron a la ubicación de la puerta de metal que había avistado Leonardo. Al acercarse, notaron que estaba firmemente asegurada y no pudieron abrirla. Decidieron regresar al refugio para informar a los demás sobre lo que habían encontrado.
En el camino de regreso, discutieron sobre la posible utilidad de la puerta y quién podría haberla construido. Joshumber pensó que podría haber sido parte de una instalación militar, pero no estaba seguro. Leonardo sugirió que podrían tratar de abrir la puerta con explosivos, pero Joshumber rechazó la idea, temiendo que pudiera causar más daño que bien.
Finalmente, llegaron al refugio y se reunieron con Carlos y los demás para informarles sobre lo que habían encontrado. Carlos decidió que sería mejor enviar un equipo más grande para investigar la puerta y decidir si valía la pena intentar abrirla. También sugirió que podrían utilizar drones para inspeccionar la zona desde el aire.
Mientras tanto, Ana había estado trabajando en descifrar la grabación que habían encontrado. Después de varios días de trabajo, logró identificar algunos patrones en el idioma desconocido y descubrió que se parecía mucho a un dialecto antiguo de la región. Aunque todavía no estaba segura de su traducción, estaba emocionada de estar haciendo progreso y planeaba continuar trabajando en ello.
Ana hace la traducción de la grabación y descubre que la puerta metálica que Leonardo y Joshumber encontraron tiene relación con un laboratorio secreto ubicado en la isla, donde se llevaron a cabo experimentos con humanos. La grabación menciona que el laboratorio es propiedad de una empresa farmacéutica ubicada fuera del pueblo y que la investigación se centraba en encontrar una cura para una enfermedad desconocida.
Carlos convoca a una reunión de emergencia y comparte la información que Ana ha descubierto sobre la puerta y el laboratorio. Todos quedan estupefactos y preocupados por lo que esto podría significar. Joshumber se ofrece voluntariamente para liderar una expedición al laboratorio para investigar y encontrar cualquier pista sobre una posible cura.
Mientras tanto, Ana sigue trabajando en la traducción y descubre que la grabación también menciona a un grupo de científicos que lograron escapar del laboratorio antes de que se cerrara la puerta y que se han escondido en algún lugar de la isla. Carlos le pide a Ana que siga investigando sobre el grupo de científicos y trate de encontrar cualquier pista que pueda ayudar en la búsqueda de una cura para la enfermedad.
Leonardo y Joshumber comienzan su expedición hacia el laboratorio secreto, armados con todo lo que puedan necesitar para enfrentar lo que podrían encontrar allí. Mientras tanto, el resto de los refugiados en el campamento de base se preparan para cualquier eventualidad y esperan ansiosamente noticias de la expedición.
Joshumber se dirige a los sobrevivientes reunidos y les habla sobre la expedición fuera de la isla:
«Amigos, hemos encontrado una puerta misteriosa en la montaña de la isla, y según nuestras investigaciones, podría haber un laboratorio secreto detrás de ella. Además, hay una pista sobre un edificio de una empresa farmacéutica fuera del pueblo, lo cual podría estar relacionado con todo esto.
Necesitamos voluntarios para explorar ambos lugares. Sabemos que es peligroso, pero si no averiguamos lo que está pasando, nunca estaremos seguros en esta isla. Si estás dispuesto a unirte a esta expedición, por favor levanta la mano.»
Varios sobrevivientes levantan la mano, algunos con una expresión decidida, otros con un poco de temor en sus ojos. Joshumber se acerca a ellos y les agradece por su valentía, asegurándoles que harán todo lo posible por mantenerlos a salvo.
Después de discutir los detalles de la expedición, Joshumber y los voluntarios comienzan a prepararse para salir de la isla.
Capítulo 21 fuera del refugio
El grupo de expedición liderado por Joshumber llegó al pueblo pesquero después de un arduo viaje en barco y la costa del pueblo. El camino había sido difícil y peligroso, con algunos encuentros con zombis y saqueadores a lo largo del camino. Pero finalmente habían llegado al ayuntamiento del pueblo, donde esperaban encontrar respuestas sobre la misteriosa puerta de metal que habían descubierto en la montaña.
Al entrar en el ayuntamiento, se encontraron con una escena desoladora. El lugar estaba en ruinas y el suelo estaba cubierto de escombros y basura. El grupo avanzó con cuidado, buscando cualquier pista sobre lo que había sucedido allí. Encontraron documentos y registros que indicaban que el lugar había sido abandonado hace años.
Finalmente, encontraron un diario que parecía ser de la alcaldesa anterior del pueblo pesquero. En él, la alcaldesa había escrito sobre la llegada de una empresa farmacéutica a la isla y la construcción de un laboratorio secreto en la montaña. También había mencionado la existencia de la puerta de metal y las terribles cosas que se habían hecho detrás de ella. Joshumber y su grupo se dieron cuenta de que habían descubierto algo muy peligroso y que necesitaban actuar rápidamente. Joshumber y el grupo de voluntarios caminaron por las calles del pueblo pesquero en busca de suministros para llevar a la isla. Se dividieron en equipos para buscar en diferentes lugares, como supermercados, farmacias y tiendas de suministros médicos. Después de una larga caminata por el pueblo, el grupo de voluntarios liderado por Joshumber llegó a un supermercado. Una vez dentro, comenzaron a recolectar todo tipo de suministros: alimentos enlatados, agua, medicinas, ropa y herramientas.
Mientras tanto, Joshumber hablaba con los voluntarios sobre la necesidad de estar preparados para cualquier situación que pudiera presentarse en la isla. Les recordó la importancia de trabajar en equipo y de mantener la calma en momentos de crisis.
Después de un rato, Joshumber decidió que pasarían la noche en el supermercado. Les explicó que era importante descansar y recuperar energías antes de regresar a la isla. Los voluntarios asintieron con la cabeza, todos estaban cansados y hambrientos.
Mientras cenaban juntos, conversaron sobre sus vidas antes del apocalipsis y compartieron anécdotas de supervivencia. Joshumber les contó acerca de su experiencia en el ejército y cómo eso le había ayudado a sobrevivir en el mundo post-apocalíptico.
Después de la cena, algunos voluntarios se encargaron de preparar las camas con las sábanas y cobijas que habían encontrado en el supermercado, mientras que otros montaron guardia en las puertas y ventanas. Joshumber se recostó en una cama improvisada, pero no pudo conciliar el sueño. Pensaba en todo lo que habían descubierto hasta el momento y en lo que aún les faltaba por encontrar. Los oscuros se habían colado en el supermercado durante la noche, alertados por el olor de la carne y la presencia de los sobrevivientes. El grupo de voluntarios liderados por Joshumber rápidamente tomaron sus armas y formaron un perímetro de defensa en el área de la tienda de comestibles. Los oscuros se acercaron lentamente, acechando en las sombras, hasta que finalmente atacaron. La batalla fue intensa y brutal, los sobrevivientes lucharon con todas sus fuerzas para protegerse y proteger los suministros que habían recolectado. Algunos voluntarios lograron abatir a los oscuros con sus armas, mientras que otros tuvieron que luchar cuerpo a cuerpo con ellos. Desafortunadamente, varios miembros del grupo perdieron la vida en la pelea. Los sobrevivientes estaban tristes y en shock por la pérdida de sus compañeros, pero sabían que tenían que continuar su misión de recolectar suministros para sobrevivir en la isla.
Después de la pelea, el grupo decidió quedarse en el supermercado por el resto de la noche para descansar y curar sus heridas. Conversaron sobre lo sucedido y lamentaron la pérdida de sus compañeros.
Capítulo 22 respuestas encontradas
Después del enfrentamiento con los oscuros en el supermercado, el grupo de voluntarios liderado por Joshumber regresó al Ayuntamiento del pueblo pesquero. Allí, revisaron cuidadosamente el mapa de la isla que habían encontrado y descubrieron coordenadas y contraseñas que podrían llevarlos a descubrir más información sobre el laboratorio secreto mencionado en la grabación. Después de una larga discusión, decidieron que lo mejor era regresar al refugio en la isla para planear su siguiente movimiento. Sin embargo, antes de partir, tomaron fotografías del mapa y de las coordenadas y contraseñas para que pudieran estudiarlas con más detalle una vez en el refugio. En el camino de regreso al refugio, todos estaban en silencio, reflexionando sobre lo que habían enfrentado en el supermercado y pensando en lo que podría significar el mapa y las coordenadas para su supervivencia en la isla. Había un ambiente tenso y preocupado entre los voluntarios, ya que sabían que estaban enfrentando peligros cada vez mayores y que sus posibilidades de supervivencia se reducían cada día que pasaba. Carlos, Stiv, la alcaldesa y Joshumber se reunieron para discutir la situación y decidir quiénes irían a investigar lo que había detrás de la puerta de metal. Después de una larga discusión, finalmente acordaron que Joshumber lideraría el grupo de exploración junto con Leonardo y algunos voluntarios más.
La alcaldesa proporcionó a Joshumber y su equipo el mapa y las coordenadas que habían encontrado en el ayuntamiento. También les dio algunas contraseñas que podrían ser útiles para acceder a las instalaciones secretas. Carlos y Stiv se encargarían de la seguridad y la protección del refugio en su ausencia. Odalis y Sandra estarían a cargo de la gestión de suministros y la atención médica de los sobrevivientes. Fredi y Sofía se encargarían de mantener la comunicación y el suministro de energía al refugio. Después de hacer todos los arreglos necesarios, Joshumber y su equipo se prepararon para partir hacia la montaña donde se encontraba la puerta de metal. Luego de una caminata larga llegan a su destino la puerta de metal que al abrirla era un pasillo oscuro en su totalidad. Joshumber y Leonardo estaban en la entrada del pasillo oscuro y frío que se abría tras la puerta de metal. Joshumber se volvió hacia Leonardo y le dijo: «¿Listo para esto?».
Leonardo asintió, mirando hacia el oscuro pasillo. «Vamos», dijo con determinación.
Joshumber y Leonardo avanzaron por el pasillo, sus pasos resonando en el suelo de metal. A medida que avanzaban, las luces del techo se encendían y se apagaban, dejándolos en la oscuridad por momentos. Finalmente, llegaron a una puerta cerrada con un teclado numérico.
Joshumber tecleó las coordenadas que habían encontrado en el mapa y las contraseñas que habían descubierto en el ayuntamiento. La puerta se abrió con un suave zumbido, revelando una habitación llena de equipos de laboratorio.
Los expedicionarios miraron alrededor, maravillados y asombrados por lo que veían. La habitación parecía estar vacía, pero había rastros de que había sido utilizada recientemente. La puerta de la sala de al lado estaba abierta, y Joshumber y Leonardo decidieron entrar.
En el centro de la habitación, encontraron un dispositivo de aspecto extraño. Parecía un escáner médico, pero mucho más grande y complejo. La pantalla estaba encendida y parecía mostrar una imagen de un objeto extraño y desconocido.
Los expedicionarios miraron con asombro mientras la imagen se enfocaba y se desvanecía, revelando algo que parecía estar vivo, pero no humano.
Joshumber frunció el ceño mientras estudiaba la imagen. «No sé lo que es», dijo. «Pero no me gusta la sensación que me da».
Los expedicionarios se miraron unos a otros, preguntándose qué hacer a continuación. Decidieron que necesitaban más información antes de tomar una decisión. Joshumber tomó una foto del dispositivo y de la imagen en la pantalla, y se dirigió con el resto del grupo.
Joshumber y Leonardo siguen explorando los pasillos del laboratorio secreto mientras el resto del grupo se queda en la entrada. Encontraron varias habitaciones vacías y pasillos sin salida, pero finalmente llegaron a la habitación número 6.
Al entrar, encontraron una escena aterradora: un zombie estaba atado a una cama con sueros y varios medicamentos. Parecía estar en coma, pero aun así emitía algunos gruñidos y movimientos.
Joshumber y Leonardo se acercaron con cautela para investigar la situación, mientras el resto del grupo se mantenía en alerta en la entrada de la habitación.
¿Qué crees que le pasó a este zombie? -preguntó Leonardo, observando los sueros y medicamentos que estaban conectados al cuerpo del monstruo.
No lo sé -respondió Joshumber-. Pero esto confirma nuestras sospechas de que este lugar estaba siendo utilizado para experimentos médicos peligrosos.
Mientras tanto, los demás miembros del grupo estaban preocupados por la situación y preguntándose qué harían si el zombie despertaba. Decidieron mantenerse alerta y preparados para cualquier eventualidad.
Después de un rato, Joshumber y Leonardo concluyeron que no había mucho más que explorar en esa habitacional seguir investigando encontraron una sala con computadoras encendidas. Joshumber se acercó a la computadora que tenía el video en pausa y lo reprodujo. En el video se explicaba que se había creado un virus para tratar enfermedades degenerativas, pero algo había salido mal en las pruebas y el virus había mutado en una cepa altamente contagiosa y mortal.
El video mostraba imágenes de personas infectadas transformándose en zombies, atacando a otros y propagando el virus a través de sus mordeduras. También se veían imágenes de científicos y soldados tratando de contener la epidemia, pero finalmente, la infección se había propagado a nivel mundial.
Joshumber se quedó impactado con lo que vio en el video y se dio cuenta de que estaban en una instalación de investigación que había creado el virus. Se preguntaba por qué habían llevado a cabo tales experimentos y por qué no habían tomado medidas para detener la propagación del virus. Joshumber se sienta en una silla y da la orden de que encuentren cosas útiles para llevarse mientras leonardo se acerca a él.
Joshumber: (suspira) ¿Qué piensas, Leo? ¿En qué estás pensando?
Leonardo: (frunce el ceño) No sé. Solo me preocupa todo esto. Todo lo que hemos encontrado aquí. Me preocupa por nuestro futuro, por el futuro de los sobrevivientes. ¿Y si no podemos encontrar una cura? ¿Y si no podemos detener el virus?
Joshumber: (asiente) Lo sé. Yo también tengo esas preocupaciones. Pero tenemos que mantener la esperanza. Tenemos que seguir buscando respuestas, seguir trabajando juntos para sobrevivir y proteger a nuestra gente. No podemos rendirnos.
Leonardo: (asiente) Tienes razón. Tenemos que seguir adelante. Pero esto es mucho para procesar. Es difícil de digerir.
Joshumber: (coloca una mano en su hombro) Lo sé, amigo. Pero juntos podemos hacerlo. Vamos a salir de aquí y vamos a hacer todo lo que podamos para encontrar una solución.
Leonardo: (asiente) Sí, tienes razón. Vamos a hacerlo.
Después de revisar cuidadosamente la sala con las computadoras y tomar todo lo que pudieron encontrar de valor, el grupo de exploración decidió salir del laboratorio y regresar al refugio en la isla.
Mientras caminaban por los pasillos oscuros y polvorientos, el grupo se sentía abrumado por la información que habían descubierto en el laboratorio. La idea de que un virus mortal había sido creado y liberado en el mundo les parecía aterradora.
Finalmente, llegaron a la puerta de metal y la cerraron detrás de ellos, asegurándose de que nadie más pudiera entrar al laboratorio. Con sus mochilas llenas de suministros y la mente llena de información, se dirigieron de regreso al refugio en la isla.
Durante el camino de regreso, el grupo discutió la información que habían encontrado y comenzaron a trazar un plan para protegerse del virus y de cualquier otra amenaza que pudiera venir. Joshumber y Leonardo estaban particularmente preocupados por la posibilidad no encontrar una cura. Al llegar al refugio de la isla Joshumber reúne a todos y explica todo lo que descubrieron en el laboratorio secreto y la gravedad de la situación. Les cuenta sobre el virus que convierte a la gente en zombies y que el laboratorio estaba experimentando con humanos para encontrar una cura. También les muestra los documentos que encontraron y les habla sobre la empresa farmacéutica responsable de todo.
Luego, les dice que su idea es abandonar la isla, ya que es peligroso quedarse allí, pero algunos se muestran preocupados y otros no están de acuerdo. Carlos, por ejemplo, se opone a la idea y dice que el refugio está bien protegido y que podrían arreglar las cosas allí. Pero Joshumber insiste en que la isla no es segura y que deben encontrar un lugar más seguro. Después de una larga discusión, llegan a un acuerdo: explorarán la isla en busca de cualquier otro lugar seguro y se quedarán allí hasta que encuentren uno. Todos se ponen a trabajar en la preparación para la expedición, mientras que algunos se quedan atrás para proteger el refugio y a los sobrevivientes que no pueden irse.
Capítulo 23 decisiones
Joshumber estaba tumbado en su cama, inquieto y preocupado por la situación en la que se encontraban. Odalis, que había entrado a la habitación para preguntarle cómo se sentía, notó su angustia y se acercó a él.
¿Qué te preocupa, Joshumber? -preguntó Odalis sentándose al lado de la cama.
Estoy preocupado por la situación en la que nos encontramos, Odalis. No sé si estamos haciendo lo correcto al querer irnos de la isla. Pero a la vez, siento que es lo más seguro para todos nosotros -respondió Joshumber con un suspiro.
Entiendo tus preocupaciones, Joshumber. Pero recuerda que tomaste la decisión en base a la información que tenías en ese momento. Y lo más importante ahora es proteger a los sobrevivientes y asegurarnos de que podamos sobrevivir a largo plazo -le dijo Odalis acariciando su mano.
Joshumber asintió con la cabeza, agradecido por las palabras de Odalis. Pero entonces ella lo sorprendió con otra noticia.
Además, Joshumber, hay algo más que quiero decirte. Estoy embarazada -le dijo con una sonrisa en el rostro.
Joshumber abrió los ojos sorprendidos ante la noticia. Pero después de unos segundos de asimilación, le devolvió la sonrisa.
¡Eso es maravilloso, Odalis! -exclamó con entusiasmo- No puedo imaginar una mejor noticia en este momento. Vamos a asegurarnos de que tú y nuestro bebé estén a salvo.
Odalis se acercó a Joshumber y lo abrazó con cariño, sintiéndose segura y protegida a su lado.
Joshumber le da la noticia a Stiv y a Sandra sobre la noticia que le dio Odalis y decide que lo mejor es irse de la isla. Stiv y Sandra se quedaron sorprendidos por la noticia de que Odalis está embarazada. Luego, Joshumber les explica su plan de dejar la isla, ya que la presencia del virus y los oscuros son una amenaza constante y no es un lugar seguro para criar a un bebé. Stiv y Sandra están de acuerdo con Joshumber y deciden ayudarlo en lo que sea necesario para llevar a cabo el plan.
Más tarde, Joshumber se acerca a Ana para compartirle la noticia y Ana se muestra preocupada por que deciden dejar atrás la isla y a los sobrevivientes que no quieren irse. Ana finalmente acepta la decisión de Joshumber y le ofrece su ayuda en lo que necesite.
Carlos se entera de la noticia sobre el embarazo de Odalis y habla con Joshumber al respecto. Que si su decisión es irse los apoyaran con lo que puedan.
En la mañana siguiente, Joshumber convoca una reunión con los sobrevivientes del refugio y les explica la situación. Algunos se muestran preocupados y otros están con miedo que no habrá quien más de guardia y confianza para sobrevivir. Mientras tanto, Fredi se despide con lágrimas en los ojos de Joshumber, Stiv, Sandra y Odalis, y les desea suerte en su viaje y que no duden en tirar señales de radio que estará al pendiente de sus transmisiones. Después de empacar suministros y prepararse, el grupo de cuatro se dirige hacia el muelle para coger un bote que los lleve al pueblo pesquero.
Joshumber, Stiv, Sandra y Odalis salieron del refugio de la isla en busca de un lugar seguro donde resguardarse temporalmente. Llegaron al pueblo pesquero y comenzaron a buscar vehículos que pudieran utilizar para transportarse.
Después de un rato, encontraron dos autos que estaban en buen estado: una camioneta y un pick up. Joshumber y Odalis decidieron tomar la camioneta, mientras que Stiv y Sandra se quedaron con el pick up. Luego de hacer algunas provisiones de alimentos y medicinas, los cuatro se pusieron en marcha hacia un refugio temporal que habían ubicado en el mapa de la isla. Durante el trayecto, hablaban de la difícil decisión que habían tomado de abandonar la isla y se preguntaban si habían hecho lo correcto.
Finalmente, después de varias horas de viaje, llegaron al refugio temporal. Era un lugar alejado del pueblo, rodeado de montañas y con una vista impresionante al mar. Se trataba de una cabaña de madera que parecía estar abandonada.
Joshumber y Stiv revisaron el lugar para asegurarse de que no hubiera peligros, mientras que Sandra y Odalis preparaban algo de comida. Después de confirmar que todo estaba en orden, se instalaron en el lugar y comenzaron a planear sus siguientes pasos.
Después de pasar tres semanas en la cabaña, Joshumber, Stiv, Sandra y Odalis comenzaron a discutir sobre qué hacer a continuación. Decidieron que lo mejor sería continuar su camino hacia una pequeña ciudad llamada Castell que estaba en la ruta, en busca de suministros y un lugar más seguro para establecerse.
Antes de partir, revisaron los vehículos y recolectaron todo lo que pudieron llevar. Decidieron dejar la mayoría de las cosas en la cabaña, solo llevando lo esencial para el viaje. Luego se pusieron en marcha hacia la ciudad.
El camino fue difícil y peligroso, ya que tuvieron que cruzar por carreteras bloqueadas por accidentes y enfrentarse a grupos de oscuros en el camino. Pero después de varios días de viaje, finalmente llegaron a las afueras de Castell.
La ciudad parecía desierta y en ruinas, con edificios destruidos y calles vacías. Pero decidieron continuar avanzando, esperando encontrar algo útil. Después de horas de búsqueda, encontraron un supermercado que parecía intacto.
Decidieron entrar con precaución, asegurándose de que no hubiera oscuros en el interior. Para su sorpresa, encontraron una gran cantidad de suministros, incluyendo alimentos enlatados, agua embotellada y medicamentos.
Comenzaron a cargar los vehículos con todo lo que pudieron llevar y se prepararon para partir. Pero justo cuando estaban a punto de salir del supermercado, escucharon un ruido en el exterior. Al acercarse a la puerta, vieron a un grupo de oscuros que los rodeaban.
Decidieron que era mejor no arriesgarse y esperar a que los oscuros se alejaran antes de salir. Se escondieron en el interior del supermercado, asegurándose de no hacer ruido y esperando a que los oscuros se fueran.
Después de unas horas, los oscuros finalmente se alejaron y pudieron salir del supermercado y continuar su camino.
En la ciudad de Castell, Joshumber, Stiv, Sandra y Odalis encontraron una estación de policía aparentemente abandonada. Después de revisar el lugar, decidieron que sería una buena idea quedarse allí por un tiempo y hacerlo su base temporal.
Empezaron a revisar las habitaciones y encontraron algunos suministros útiles, como agua embotellada, latas de comida, vendajes y algunos medicamentos. También encontraron algunas armas y municiones en la armería.
Después de asegurarse de que el lugar era seguro, empezaron a organizar las habitaciones para hacerlas más cómodas. Decidieron que Joshumber y Odalis se quedarían en la oficina del jefe de policía, Stiv y Sandra tomarían una de las habitaciones de los agentes. Durante los siguientes días, exploraron la ciudad en busca de suministros. Encontraron una tienda de comestibles, una farmacia y una gasolinera. Aunque no encontraron muchos suministros, lograron recolectar lo suficiente para sobrevivir por un tiempo. También descubrieron que la ciudad había sido abandonada debido a la propagación del virus zombie. Vieron muchos cadáveres en las calles y algunos edificios parecían haber sido saqueados.
A pesar de la tristeza que sentían por la situación, estaban agradecidos por haber encontrado un lugar seguro para quedarse. En la estación de policía Stiv encuentra un mapa con señales de un lugar que está a dos días donde hay un refugio militar
Stiv mostró el mapa que había encontrado a Joshumber y Sandra, y les explicó que se trataba de un refugio militar a unos dos días de distancia. Todos se pusieron a discutir la idea de ir a ese refugio y ver si podían encontrar más suministros y, tal vez, otros sobrevivientes.
Joshumber estaba un poco escéptico, pero Sandra y Odalis se mostraron entusiasmadas con la idea. Después de un rato de discutir, decidieron que era arriesgado, pero valía la pena intentarlo.
Prepararon todo lo necesario y partieron al día siguiente temprano en la mañana. El camino fue largo y agotador, pero finalmente llegaron al lugar que indicaba el mapa. Era un antiguo centro militar abandonado y destruido.
Al entrar en el edificio principal, se encontraron con una pequeña comunidad de sobrevivientes que habían estado viviendo allí durante los últimos meses. Les recibieron con los brazos abiertos y les ofrecieron refugio y suministros. También les informaron que habían estado en contacto con otros grupos en diferentes partes del país.
Capítulo 24 base militar
Después de restablecerse en la base militar se presentó la persona cargo del lugar
Dulce: Bienvenidos a la base militar de Castell. Soy la General Dulce y estoy a cargo de este lugar. ¿Cómo puedo ayudarles?
Joshumber: Hola, General. Somos un grupo de sobrevivientes que escapamos de una isla y llegamos a la ciudad de Castell en busca de refugio y suministros. Encontramos su base militar y nos gustaría saber si podemos quedarnos aquí por un tiempo.
Dulce: Claro, entiendo su situación. Podrán quedarse aquí mientras lo necesiten. Pero primero, necesito saber si tienen alguna enfermedad o condición médica que deba ser atendida.
Stiv: Gracias, General. Algunos de nosotros necesitan atención médica.
Dulce: Entiendo. Tenemos un equipo médico aquí en la base, y también podemos proporcionarles suministros. Pero primero, necesito que me den sus nombres y antecedentes para poder registrarlos en nuestro sistema.
Sandra: Claro, entendemos. Mis compañeros y yo estamos dispuestos a cooperar en todo lo que sea necesario.
Odalis: Gracias, General. Realmente apreciamos su ayuda y hospitalidad.
La conversación continúa mientras la General Dulce registra a los sobrevivientes en el sistema de la base militar y les proporciona atención médica y suministros. El grupo se siente agradecido y más seguro en su nuevo refugio.
La General se dio cuenta de que Odalis estaba embarazada y decidió llevarla a un lugar especializado para su atención. Joshumber, Stiv y Sandra se sintieron aliviados al saber que Odalis estaría en buenas manos y agradecieron a la General por su ayuda.
Mientras tanto, la General les dio un recorrido por la base militar y les explicó las medidas de seguridad que debían seguir. Les mostró los suministros y armamento disponible, y les asignó dormitorios donde podrían descansar y hacer vida cotidiana en la base.
Pasaron varios días en la base militar, durante los cuales los cuatro supervivientes se integraron a la comunidad de personas que habían encontrado refugio allí. Joshumber ayudó en la construcción de nuevas defensas, Stiv colaboró en la organización de los suministros y Sandra se encargó de la cocina y la limpieza del lugar.
Mientras tanto, Odalis recibió la atención médica necesaria para su embarazo, y aunque había algunos riesgos debido a las condiciones del mundo en el que vivían, la General les aseguró que estaban haciendo todo lo posible para garantizar su seguridad y la del bebé.
Finalmente, la General llamó a Joshumber, Stiv y Sandra para una reunión. Les informó que habían detectado actividad en una ciudad cercana y que debían prepararse para una posible incursión de los oscuros. Les asignó roles y les proporcionó armas y suministros para la misión.
La General es una mujer de mediana edad, alta y delgada, con una mirada seria y determinada. Su cabello castaño está recogido en una coleta y viste con uniforme militar. Se la ve muy organizada y disciplinada.
La base militar es un lugar grande y bien protegido, rodeado por una gran cerca de alambre de púas. Hay varios edificios de concreto, incluyendo un centro de mando, una enfermería, una cocina y comedores, dormitorios para los soldados, y una armería. Hay también varios vehículos militares estacionados en el exterior, como jeeps y camiones de transporte.
Por dentro, la base militar está bien equipada con tecnología y recursos militares, incluyendo armas, municiones, equipos de comunicación y raciones de comida para los soldados. Las habitaciones y áreas comunes están bien iluminadas y limpias.
Después de varios meses viviendo en la base militar, Odalis finalmente dio a luz a su bebé. Era una niña saludable y hermosa, con grandes ojos oscuros y cabello rizado. La habitación donde la tuvieron era amplia y cómoda, con una cuna, una mecedora y una mesa de cambio.
La General, quien se había convertido en madrina de la bebé, se aseguró de que Odalis recibiera la mejor atención médica posible y la ayudó a cuidar de su hija. Joshumber y los demás miembros del grupo estaban muy emocionados y felices por la llegada del bebé. Era un rayo de esperanza en medio de la difícil situación en la que se encontraban. Todos se turnaban para ayudar a Odalis con el cuidado del bebé. La base militar se había convertido en su hogar, y aunque no era un lugar perfecto, habían logrado establecer una comunidad unida y solidaria. Los días estaban llenos de actividades para mantenerse ocupados y las noches se pasaban en la seguridad de la base.
Joshumber se acerca a Odalis, que estaba sosteniendo a su hija recién nacida, y le dice: «No puedo creer que tengamos una hija. Es una pequeña maravilla, ¿no crees?»
Odalis sonríe y responde: «Sí, es increíble. No puedo creer que hayamos creado algo tan hermoso juntos».
Joshumber toma la mano de Odalis y la aprieta suavemente. «Estoy tan orgulloso de ti. Has pasado por tanto durante este embarazo y has sido tan fuerte».
Odalis suspira y dice: «Sí, ha sido difícil, pero tener a nuestra hija en mis brazos hace que todo valga la pena».
Joshumber sonríe y mira a su hija. «Tenemos que pensar en un nombre para ella».
Odalis asiente. «Sí, tengo algunas ideas en mente. ¿Qué te parece si lo hablamos más tarde?»
Joshumber asiente y besa suavemente la frente de su hija. «Por supuesto, tomémonos nuestro tiempo para decidir. Lo importante es que está aquí y es saludable».
La General Dulce se reúne con algunos de sus soldados y les recuerda que la prioridad en la base son los niños y la recién nacida. Les dice que deben asegurarse de que tengan suficientes pañales, leche materna y medicinas para los bebés y niños pequeños. También les recuerda que deben mantener la base limpia y segura para que los niños puedan jugar y crecer en un ambiente saludable.
Uno de los soldados pregunta si la base tiene suficientes suministros para todos, y la General responde que están bien abastecidos por el momento, pero que deben seguir buscando suministros y recursos en los alrededores para asegurarse de que tengan suficiente para sobrevivir a largo plazo.
Luego, otro soldado le pregunta sobre los rumores que ha estado escuchando de que hay otros grupos de supervivientes en la zona, y si deberían tratar de contactar con ellos. La General responde que es una posibilidad, pero que primero deben asegurarse de que la base esté segura y bien protegida antes de intentar establecer contacto con otros grupos. Les dice que deben ser cautelosos y estar preparados para cualquier eventualidad, ya que no saben quiénes son estos otros supervivientes y si son amigos o enemigos.
Stiv se acerca a Joshumber para felicitarlo por el nacimiento de su hija. «Felicidades, amigo. Es una bendición tener un hijo», dice Stiv con una sonrisa.
Joshumber agradece a Stiv, pero su expresión es un poco más seria de lo habitual. «Sí, es un milagro que nuestra hija haya nacido en un lugar seguro y protegido. Pero no podemos olvidar que todavía estamos en una situación de peligro constante. No sabemos qué podría suceder en el futuro».
Stiv asiente con preocupación. «Tienes razón, pero al menos aquí estamos seguros por el momento. Y la General Dulce se ha asegurado de que estemos bien abastecidos y protegidos».
Joshumber suspira y asiente. «Sí, ella ha sido muy amable y generosa con nosotros. Pero aún así, no podemos depender totalmente de ella. Debemos estar preparados para cualquier eventualidad».
Stiv sonríe y le da una palmada en el hombro. «Eres un buen padre, amigo. Siempre preocupándote por el futuro de tu familia».
Joshumber sonríe levemente y agradece a Stiv. «Gracias, amigo. Solo quiero asegurarme de que estemos preparados para cualquier cosa que pueda suceder».
en la noche Stiv le dice a la general dulce que no mande a Joshumber a ninguna misión fuera de la base que él se hará cargo de eso ya que es padre, La General escucha con atención las palabras de Stiv y luego asiente con seriedad.
-«Entiendo su preocupación, Stiv», dice ella. «Joshumber es un miembro valioso de esta base, y su papel como padre es importante. Pero también es importante recordar que estamos en una situación crítica, y necesitamos a cada uno de nuestros soldados para ayudar en la protección de nuestra comunidad y en la búsqueda de suministros necesarios para nuestra supervivencia.»
Stiv asiente, pero sigue firme en su postura. «Lo entiendo, General, pero Joshumber necesita estar aquí con su hija recién nacida. Yo me encargaré de cualquier misión fuera de la base que se presente.»
La General reflexiona un momento antes de responder. «Muy bien, Stiv. Entiendo su posición, y aprecio su dedicación a Joshumber y su familia. Trataré de mantenerlo aquí en la base tanto como sea posible, pero en caso de una emergencia, espero que esté dispuesto a ayudar.»
Stiv asiente con gratitud y luego se retira a su habitación. Él sabe que la situación es complicada, pero su prioridad es proteger a Joshumber y su familia, sin importar lo que pase.
Stiv regresa con su esposa, Sandra, se acostaron en su cama en la habitación que les habían asignado en la base militar. Habían pasado meses desde que llegaron allí con Joshumber, Odalis y. A pesar de estar agradecidos por estar en un lugar seguro, no podían evitar sentir envidia de la situación de Joshumber y Odalis.
Sandra rompió el silencio: «¿Has visto a la bebé de Joshumber y Odalis? Es tan linda».
Stiv (suspiró) «Sí, es una niña hermosa. Realmente me alegro por ellos».
Sandra lo miró a los ojos y vio su tristeza. «¿Estás bien?», preguntó ella.
Stiv negó con la cabeza. «No, no lo estoy. No puedo evitar sentir envidia de ellos. Son padres ahora, tienen algo que nosotros nunca podremos tener».
Sandra lo abrazó y le acarició la espalda. «Lo sé, cariño. Pero no podemos dejar que eso nos impida ser felices y agradecidos por lo que tenemos. Tenemos el uno al otro, y eso es algo que no cambiará».
Stiv asintió con la cabeza y la besó en la frente. «Tienes razón. Gracias por recordármelo».
Stiv le confiesa a Sandra que él se encargara de las tareas de Joshumber afuera de la base y es una decisión que el tomo.
Sandra: ¿Estás seguro de esto, Stiv? Sabes que las misiones afuera de la base son peligrosas.
Stiv: Lo sé, pero es algo que tengo que hacer. Joshumber tiene una hija ahora, no puedo arriesgar su vida. Además, siempre he estado dispuesto a hacer lo que sea necesario por el bien de la base y de nuestra comunidad.
Sandra: Lo entiendo, pero no puedo evitar preocuparme por ti. No quiero perderte.
Stiv: No tienes que preocuparte tanto, amor. Voy a tomar todas las precauciones necesarias y estaré de vuelta lo más pronto posible. Además, tengo fe en que la base se mantendrá segura mientras esté ausente.
Sandra: Entiendo, pero igual no puedo evitar sentir miedo. Solo prométeme que serás cuidadoso.
Stiv: Lo prometo, mi amor. Siempre te tendré en mente y volveré a casa sano y salvo.
Capítulo 25: 2 años después
La base había crecido y se había desarrollado mucho en los últimos dos años. Las personas que vivían allí habían formado una pequeña comunidad y trabajaban juntos para mantener el lugar seguro y habitable.
Había una granja donde se cultivaban vegetales y se criaban animales para el consumo de la comunidad. Había talleres donde se reparaban vehículos y herramientas, y también había una escuela donde los niños recibían educación.
Joshumber y Odalis estaban muy felices de ver cómo había crecido su hija, y se sentían agradecidos de estar en un lugar tan seguro y próspero. Stiv y Sandra también estaban contentos de ver cómo la comunidad había florecido y de ser parte de ella.
La General Dulce se aseguraba de que la comunidad tuviera todo lo necesario para sobrevivir y prosperar, y se había ganado el respeto y la admiración de todos los que vivían allí.
Todo parecía estar yendo bien, pero había una sombra de preocupación en el horizonte. La comunidad estaba bien defendida y tenía suficientes suministros, pero siempre había una sensación de inquietud, una sensación de que no podían dejar de estar alerta y preparados para cualquier eventualidad.
Esa misma tarde decidieron hacer una celebración con música y festejo, pero jamás dieron lugar al peligro que el ruido provocaría. Los zombies llegan atraídos por el ruido de la celebración en la base militar. Se pueden escuchar sus gemidos y gruñidos a medida que se acercan, alertando a los residentes de la base de su presencia. En poco tiempo, varios zombies aparecen en la entrada de la base, tratando de irrumpir en ella. Los zombies ingresaron a la base militar a través de una sección del muro que había sido dañada previamente. Probablemente, al ser atraídos por el ruido de la celebración, lograron encontrar la abertura y se colaron dentro de la base sin ser detectados.
Joshumber tomó la iniciativa y rápidamente llevó a su familia y algunos de los sobrevivientes a una habitación segura y la cerró con llave. Él sabía que su prioridad era proteger a su hija y a Odalis, así que se aseguró de que estuvieran a salvo.
Mientras tanto, otros sobrevivientes intentaban defenderse y luchar contra los zombies. Algunos estaban armados y disparaban, mientras que otros usaban objetos a mano para golpear a los zombies y detener su avance.
Joshumber, junto con otros sobrevivientes, intentaron sellar las puertas y ventanas para evitar que más zombies entraran. También intentaron buscar una ruta de escape segura.
La tensión y el miedo eran palpables en el aire mientras luchaban por su supervivencia.
Joshumber corrió hacia donde se encontraban las armas, esquivando a los zombies que se cruzaban en su camino. Una vez que llegó a la armería, tomó un rifle y empezó a disparar contra los muertos vivientes que se acercaban.
Mientras tanto, en la habitación donde se encontraban su esposa e hija, Stiv intentaba calmarlas y tranquilizarlas. Sandra estaba llorando y temblando de miedo, mientras que la pequeña hija de Joshumber y Odalis se aferraba a su madre con fuerza.
Desde fuera se podían escuchar los disparos y los gritos de los zombies, lo que aumentaba la ansiedad de los sobrevivientes. Joshumber seguía luchando contra los muertos vivientes, haciendo todo lo posible por proteger a su familia y a los demás residentes de la base.
Stiv se acerca a Sandra, quien estaba agarrando fuertemente a Odalis, y le dice:
«Sandra, tenemos que ayudar a los demás. No podemos quedarnos aquí para siempre.
» Sandra lo mira con temor y le responde: «Pero Stiv, ¿y si no regresas? ¿Qué será de nosotros?» Stiv le toma la mano y la mira a los ojos con determinación: «No te preocupes, mi amor. No dejaré que nada nos pase. Pero necesito salir y luchar junto a los demás. Confía en mí.
» Sandra lo besa rápidamente y le dice: «Ten cuidado, Stiv. Te amo.
» Stiv le responde: «Te amo también, Sandra.»
Luego, Stiv sale de la habitación y se une a la lucha contra los zombies.
Stiv corre por los pasillos llenos de zombies, su respiración agitada y su corazón latiendo con fuerza. Llega hasta un pasillo donde ve a uno de los soldados, llamado Cori, luchando contra varios zombies. Stiv se acerca corriendo para ayudarlo, pero justo en ese momento uno de los zombies muerde a Cori en el cuello, haciéndolo caer al suelo.
Stiv intenta ahuyentar a los zombies que se acercan a Cori, pero son demasiados. Siente la desesperación de la situación y la impotencia de no poder hacer nada por Cori, le pide a Stiv que le dispare para evitar que se convierta en un zombie, pero Stiv se niega en un primer momento, diciendo que lo llevará a un lugar seguro. Sin embargo, Cori insiste, y finalmente Stiv toma su arma y dispara a su amigo en la cabeza. Stiv corre y llega donde esta Joshumber y le dice que tienen que salir para llamar la atención de los zombies a otro edifico de la base.
Joshumber asiente y toma una escopeta, mientras que Stiv coge un hacha. Juntos, salen a los pasillos y abren la puerta y se encuentran con un grupo de zombies que están intentando entrar. Joshumber levanta su escopeta y dispara, mientras que Stiv se lanza con su hacha y empieza a golpear a los zombies con fuerza.
A medida que avanzan por los pasillos de la base, se dan cuenta de que la situación es mucho peor de lo que habían imaginado. Los zombies han invadido prácticamente todo el edificio y están en todas partes.
Stiv y Joshumber siguen adelante, eliminando zombies a su paso y llamando la atención de los demás para que los sigan hacia la salida. En su camino se encuentran con algunos soldados y sobrevivientes, a los que ayudan a salir de la base.
Finalmente, logran llegar al exterior de la base, donde la lucha continúa. Los zombies siguen avanzando hacia ellos, y Stiv y Joshumber deciden separarse para llamar la atención de los zombies en diferentes direcciones.
Stiv corre hacia el edificio de al lado, gritando y agitando su hacha. Los zombies lo siguen y Stiv los conduce hacia un callejón sin salida, donde los enfrenta con todas sus fuerzas. A pesar de estar rodeado, no se rinde y sigue luchando hasta que logra eliminar a todos los zombies.
A medida que el caos de la invasión zombi se extendía por toda la base, la General Dulce se encontró luchando sola contra varios zombis en el edificio de suministros. Estaba decidida a proteger los valiosos suministros que la base había reunido a lo largo de los años.
Con movimientos rápidos, balanceó su fiel machete hacia los zombis que se acercaban, derribándolos uno por uno. Pero había demasiados, y sabía que no podría contenerlos para siempre.
Justo cuando estaba a punto de ser invadida, escuchó el sonido de pasos corriendo hacia ella. Eran Stiv y Joshumber, que habían venido a ayudarla.
«¡General, estamos aquí para ayudar!» Stiv gritó mientras balanceaba su hacha hacia la cabeza de un zombi.
Los tres lucharon codo con codo, derribando zombis a diestra y siniestra. El General Dulce quedó impresionado por su valentía y determinación.
Pero los zombis siguieron llegando y pronto fueron superados en número. El trío se dio cuenta de que tenían que retirarse e idear un nuevo plan.
«Volvamos al edificio principal», sugirió Joshumber. «Podemos fortificarlo y mantener a raya a los zombis desde allí».
Los demás estuvieron de acuerdo y corrieron hacia el edificio principal, con zombis pisándoles los talones. Se las arreglaron para entrar y bloquearon las puertas detrás de ellos.
Ahora, estaban a salvo por el momento. Joshumber queriendo salir al edificio donde dejo a su familia, pero la general se niega.
Joshumber y Stiv se reunieron en una esquina de la sala de control donde estaban discutiendo un plan mientras observaban las cámaras de seguridad de la base militar.
«Tenemos que sacar a nuestras familias de ese edificio, pero la General no nos deja», dijo Joshumber en voz baja, frunciendo el ceño.
«Sí, pero si salimos al edificio ahora, los zombies nos seguirán y probablemente no podremos proteger a nuestras familias», respondió Stiv, pensativo.
«¿Entonces qué hacemos?», preguntó Joshumber.
«Podemos intentar distraer a los zombies para que se alejen del edificio de la familia y luego intentamos rescatarlos», sugirió Stiv.
Joshumber asintió con la cabeza. «Pero necesitamos un plan detallado para hacerlo. No podemos simplemente correr hacia los zombies sin saber lo que estamos haciendo».
Stiv asintió de acuerdo. «Lo sé, pero no tenemos mucho tiempo. Los zombies están acercándose cada vez más al edificio. Tenemos que actuar rápido».
Joshumber asintió, «Entonces, ¿qué plan propones?»
Stiv pensó por un momento y luego dijo: «Podemos usar algunas bengalas para distraer a los zombies. Podemos dispararlos desde la azotea del edificio de la sala de control para atraer la atención de los zombies lejos del edificio de la familia».
«Podría funcionar», dijo Joshumber, asintiendo. «Pero ¿cómo nos aseguramos de que nuestras familias sepan que es seguro salir del edificio?»
«Podemos usar el sistema de megafonía de la base militar para decirles que se muevan a un lugar seguro mientras los zombies están distraídos», sugirió Stiv.
Joshumber sonrió y asintió, «Eso suena como un buen plan. Vamos a hacerlo». Stiv y Joshumber le comentan el plan a la general. Al escuchar el plan tira por radio que todos los soldados que aún estaban activos que llegaran a su posición para explicarles el plan y poder ejecutarlo. En unos minutos llegaron unos soldados eran pocos, pero era la única esperanza que tenían.
La general asiente con la cabeza y les da la orden de proceder con el plan. Stiv y Joshumber corren hacia la sala de control mientras el general y algunos soldados mantienen a los zombies a raya en el edificio de los suministros. Una vez en la sala de control, Stiv y Joshumber encuentran las bengalas y preparan para disparar para enviarlos al aire.
Cuando todo esté listo, disparen las bengalas y éstas explotan en el cielo nocturno, creando un espectáculo de luces y sonidos. Los zombies comienzan a desplazarse hacia la fuente del ruido y luz, alejándose del edificio donde están las familias. Stiv y Joshumber observan con alivio cómo los zombies se alejan, Joshumber regresa rápidamente al edificio donde están las familias y stiv habla por los parlantes para que puedan salir rápido.
La general Dulce y los soldados ya han eliminado la mayoría de los zombies.
Joshumber llegó a la habitación donde había dejado a su familia, al entrar encontró a Odalis con la pequeña durmiendo en brazos.
Tranquilas, todo estará bien -dijo Joshumber, abrazando a Odalis e hija-. Tenemos que salir de aquí.
¿Y los zombies? -preguntó Odalis con voz temblorosa.
Los soldados y la General están distrayéndolos -respondió Joshumber-. Tenemos que movernos rápido.
Mientras tanto, Stiv había llegado a la habitación donde se encontraba Sandra. La encontró sentada en el suelo, llorando y temblando de miedo.
Vamos, tenemos que irnos -dijo Stiv, tomando a Sandra de la mano y ayudándola a levantarse.
¿Y los demás? -preguntó Sandra, preocupada.
Ya no hay nada que hacer por ellos -respondió Stiv con tristeza-. Tenemos que salvarnos nosotros.
Juntos, Stiv y Sandra salieron de la habitación y corrieron por los pasillos de la base en busca de un lugar seguro. En su camino, encontraron a otros sobrevivientes que se unieron a ellos en su huida.
Finalmente, después de una larga y agotadora carrera, lograron llegar a un refugio subterráneo que habían construido meses atrás en previsión de este tipo de situaciones. Allí, se encontraron con otros sobrevivientes que ya habían llegado antes que ellos.
¿Dónde están Joshumber, Odalis y la bebe? -preguntó Stiv, preocupado.
Todavía no han llegado -respondió uno de los sobrevivientes-. Esperamos que estén bien.
Stiv y Sandra se miraron, preocupados por la suerte de sus amigos. Sin embargo, sabían que habían hecho todo lo posible para protegerse a sí mismos y a los demás sobrevivientes de la base militar.
Stiv y Sandra estaban esperando en el refugio subterráneo cuando Joshumber llegó con Odalis y su hija. Sandra y Odalis se abrazaron aliviadas de estar a salvo.
Joshumber miró a su alrededor y se dio cuenta de que el refugio era bastante grande y tenía suficiente espacio para acomodar a todos las personas. Stiv le explicó que había suficiente comida y suministros para unas pocas semanas, Odalis estaba preocupada por la seguridad del equipo y por la posibilidad de encontrarse con más zombies, pero Joshumber y Stiv le aseguraron que tomarían todas las precauciones necesarias para mantenerlos a salvo.
La General llega al refugio subterráneo con el rostro cansado y triste, acompañada de cinco soldados. Al entrar, mira alrededor del lugar y se da cuenta de que hay varias personas reunidas, incluyendo a Joshumber, Odalis, su hija, Stiv y Sandra.
General: – suspira – Lo siento, chicos. Todo quedó destruido, no hay nada que podamos hacer al respecto.
Joshumber: ¿Qué hay de los otros sobrevivientes? ¿Están bien?
General: – niega con la cabeza – No hay muchos sobrevivientes más que nosotros. Los zombies han invadido cada rincón de la base. Intentamos luchar contra ellos, pero eran demasiados. Tuvimos que huir.
Stiv: ¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Cómo vamos a sobrevivir?
General: – toma aire – Lo primero que tenemos que hacer es asegurarnos de que estamos seguros aquí. Necesitamos revisar todas las entradas y salidas del refugio subterráneo para estar seguros de que los zombies no pueden entrar.
Sandra: Y después de eso, ¿qué haremos? No podemos quedarnos aquí para siempre.
General: – mira a cada uno de los presentes – Tienen razón. Necesitamos un plan. Tendremos que buscar un lugar seguro donde podamos estar juntos y protegidos. Y mientras tanto, necesitamos buscar suministros y armas para defendernos.
Odalis: – abraza a su hija con fuerza – Yo puedo ayudar con eso. Puedo ir a buscar suministros con alguien.
General Dulce: – la ve fijamente – NO es una buena idea. Tienes que proteger a tu hija cuida de ella y de los demás aquí dentro. Es peligroso ahí fuera.
Joshumber: – se acerca a la General – General, ¿podemos contar contigo y con tus soldados para protegernos?
General: – sonríe con tristeza – Por supuesto, Joshumber. Somos un equipo, y debemos trabajar juntos para sobrevivir.
La General se reúne con Joshumber y Stiv en una sala del refugio subterráneo y les dice con un tono serio:
«Chicos, tenemos que salir de aquí, la base ya no es segura. Pero tenemos una oportunidad, en el hangar hay algunos vehículos que podemos usar para escapar. Tenemos que actuar rápido y salir juntos.»
Joshumber asiente en silencio mientras se masajea la barba. Stiv, por su parte, frunce el ceño y pregunta: «¿Y qué hay de los demás sobrevivientes? ¿No podemos intentar salvar a más personas?»
La General responde con tristeza en su voz: «Lo siento, Stiv, pero no hay más tiempo. No podemos poner en riesgo nuestras vidas y las de nuestros seres queridos por tratar de salvar a todos. Ya hemos perdido demasiado. Debemos ser pragmáticos y escapar de aquí lo más pronto posible.»
Stiv suspira resignado y dice: «Entiendo, General. Hagamos lo que tengamos que hacer para salir de aquí con vida.»
Joshumber asiente en silencio, pero se aferra con más fuerza a Odalis y su hija. Todos se preparan para salir del refugio.
Capítulo 26 sin rumbo
Los soldados y los dos sobrevivientes corrieron hacia el hangar de la base, evitando a los zombies que aún vagaban por allí. Una vez allí, se dividieron rápidamente para coger los vehículos que necesitaban.
Joshumber cogió las llaves de una camioneta grande, mientras que Stiv decidió tomar un autobús de reos que encontró. Los tres soldados cogieron un jeep cada uno. Con los vehículos en marcha.
La camioneta grande de Joshumber era de color gris oscuro y una gran caja de carga en la parte trasera. Tenía varios rasguños y abolladuras de batallas pasadas, pero aún parecía ser un vehículo robusto y confiable. En el interior, estaba equipado con asientos de cuero negro y un sistema de sonido potente. Odalis se sentó en el asiento del copiloto, con Joshumber al volante y Sandra y la hija de Odalis en la parte trasera.
El autobús de reos de Stiv era grande y viejo, con una carrocería desgastada y ventanas opacas que apenas permitían ver hacia adentro. En el interior, había varios asientos de plástico endurecido, algunos de los cuales estaban rasgados o rotos. Había barrotes en las ventanas y en la puerta trasera, indicando que era un vehículo de transporte de prisioneros. Stiv había tenido que improvisar para acomodar a todos los sobrevivientes en el autobús, y algunos de ellos estaban de pie o sentados en el piso, tratando de mantener el equilibrio mientras el vehículo se movía. El ambiente era tenso y agobiante, con un hedor a sudor y miedo en el aire.
El jeep militar conducida por la General era de color verde oliva con grandes ruedas todo terreno y un parabrisas inclinado hacia adelante. En el techo había una ametralladora montada y en el interior había dos asientos delanteros y un banco para tres personas en la parte posterior. El soldado que la acompañaba iba armado con un rifle de asalto y llevaba una mochila llena de municiones y suministros.
Continuaron avanzando por la carretera, siguiendo la caravana que se había formado. El jeep de la General lideraba el camino, seguido por el autobús de reos que conducía Stiv. Detrás de ellos, un jeep con otros dos soldados los escoltaba, mientras que, en cuarto lugar, la camioneta grande de Joshumber llevaba a Odalis, su hija y Sandra.
A pesar de la tensión del momento, todos parecían estar en calma y concentrados en el objetivo de escapar de la base militar y encontrar un lugar seguro. Los motores de los vehículos ronroneaban mientras avanzaban por la carretera, y en el cielo, las nubes oscuras anunciaban una tormenta inminente.
Stiv miraba por el espejo retrovisor para asegurarse de que nadie se quedara atrás, mientras que Joshumber mantenía la vista fija en la carretera y en los posibles obstáculos que pudieran aparecer. La General hablaba por radio con los demás vehículos, asegurándose de que todo iba bien.
Poco a poco, fueron dejando atrás la base militar y adentrándose en la carretera, sin saber qué les esperaba en el camino, mientras todos conducían por la carretera callo la tormenta fuerte lluvia con truenos el general tiro por radio que a unos kilómetros estaba una gasolinera con una tienda de subvenir para poder descansar. Los sobrevivientes de la caravana estaban cansados después de haber huido de la base militar y agradecieron el aviso de la general. Pronto llegaron a la gasolinera y se estacionaron en el área de descanso, bajo una gran marquesina que cubría varios surtidores de gasolina.
La general dio la orden de que todos debían estar alerta, ya que no sabían si los zombies los habían seguido o si había otros peligros a la vuelta de la esquina. Mientras tanto, algunos de los sobrevivientes bajaron de los vehículos para estirar las piernas y buscar algo de comer en la tienda de conveniencia.
Stiv y Joshumber se acercaron a la general para discutir el plan de acción para el resto del viaje. Decidieron que lo mejor sería seguir manejando durante la noche para mantenerse alejados de los zombies. La general estuvo de acuerdo y les dio algunas recomendaciones sobre la mejor ruta a seguir. Después de descansar y recargar los vehículos, la caravana continuó su viaje en medio de la tormenta. La lluvia golpeaba los parabrisas de los vehículos y la luz de los faros apenas iluminaba la carretera.
Tras conducir por la noche, en la madrugada la General tiro por radio sobre un letrero de una aldea llamada los Aros que podían pasar allí, Stiv respondió a la llamada de la general y le preguntó sobre la aldea. La caravana llegó a la aldea de Los Aros y encontraron un pueblo abandonado. Las casas estaban en ruinas y las calles estaban llenas de maleza y basura. No había señales de vida humana ni de zombies. La tienda local estaba cerrada y vacía, y parecía que había sido saqueada.
La caravana se detuvo en el centro de la aldea, y la general ordenó que los vehículos se estacionaran y que se estableciera una guardia en el perímetro. Los sobrevivientes salieron de los vehículos para estirar las piernas y explorar el lugar. Algunos de ellos se quedaron cerca de los vehículos mientras que otros se aventuraron un poco más lejos. Los sobrevivientes seguían sintiendo una sensación de inquietud. La lluvia había disminuido, pero el viento soplaba fuerte y hacía que las puertas de las casas abandonadas se abrieran y cerraran. Todos estaban alertas y listos para cualquier amenaza que pudiera presentarse.
«Esto es siniestro», dijo Sandra, mientras miraba a su alrededor. «¿Dónde se fueron todos?»
«No lo sé», respondió la General. «Pero tenemos que ser cautelosos. Stiv, asegúrate de que el autobús esté bien estacionado y bloquea todas las entradas y salidas. Joshumber, ven conmigo, vamos a investigar la zona».
Stiv y los otros soldados rápidamente bloquearon las entradas y salidas del pueblo con los autos de la caravana. Mientras tanto, la general Dulce y Joshumber se adentraron en la aldea, buscando cualquier signo de vida o peligro.
Después de inspeccionar varias casas, la general y Joshumber llegaron a la plaza central del pueblo, donde encontraron un cartel que decía «Evacuación obligatoria «. Parecía que los habitantes de Los Aros habían sido evacuados hace tiempo.
De repente, un ruido proveniente de una de las casas cercanas los sobresaltó. La general y Joshumber sacaron sus armas y se acercaron con cautela a la casa. Al entrar, encontraron a un perro solitario que había estado ladrando. Al ver que no había peligro inmediato, la general se relajó un poco y habló con Joshumber.
«No hay señales de lucha aquí», dijo la general. «Parece que la gente simplemente se fue».
«Pero, ¿no hay más bases o refugios?», preguntó Joshumber.
«No lo sé», respondió la general. «Pero no hay nada más que podamos hacer aquí. Vamos a volver al autobús y descansar. Mañana seguimos nuestro camino».
La caravana pasó la noche en Los Aros, aunque la mayoría de los sobrevivientes tuvieron dificultades para conciliar el sueño, preocupados por lo que les depararía el futuro. Al día siguiente, la General anunció que continuarían su viaje hacia la costa, en busca de un refugio seguro.
Al día siguiente antes de partir de la aldea Joshumber se acerca a la General y le dice sobre lo que descubrió en la isla hace años.
Joshumber: General, necesito hablar con usted. Hay algo que descubrí en la isla hace años y que creo que es importante para la situación actual.
General Dulce: ¿Qué es lo que descubriste en la isla, Joshumber? ¿Por qué no me lo habías mencionado antes?
Joshumber: Lo siento, General, pero en ese momento no pensé que fuera relevante. Pero ahora creo que podría tener relación con lo que está sucediendo. Encontré un laboratorio abandonado en la isla, donde estaban haciendo investigaciones con virus.
General Dulce: ¿Investigaciones con virus? ¿Y por qué no me dijiste nada de esto antes?
Joshumber: Como le dije, General, en ese momento no pensé que fuera importante. Pero ahora creo que podría haber una conexión entre lo que encontré en la isla y lo que está sucediendo aquí.
General Dulce: Muy bien. Me alegra que finalmente hayas decidido compartir esta información conmigo. Vamos a tener que investigar más a fondo. ¿Recuerdas la ubicación exacta?
Joshumber: Sí, General, tengo la ubicación exacta. Pero antes de que vayamos allí, creo que deberíamos asegurarnos de que todos estemos a salvo y de que tengamos lo que necesitamos para sobrevivir.
General: Tiene razón. La seguridad de nuestro grupo es lo primero. Pero una vez que estemos seguros, investigaremos.
Joshumber: Entendido, General.
Capítulo 26 La costa
Después de la conversación la general ordena que todos suban a los vehículos y seguir su camino a la costa, en el camino encuentran vehículos blindados destruidos y una ambulancia volcada. La General ordena a algunos soldados que salgan de los vehículos y revisen los alrededores para asegurarse de que no haya ninguna amenaza.
Joshumber, Stiv y Sandra salen del autobús para investigar también. Observan que hay rastros de sangre y casquillos de bala en el suelo cerca de los vehículos destruidos. Parece que hubo una pelea violenta aquí.
Uno de los soldados encuentra un diario en el suelo y se lo entrega a la General. La General lo lee y se da cuenta de que el diario pertenece a un grupo de sobrevivientes que intentaba llegar a un lugar seguro en la costa. El grupo incluía a una mujer embarazada y un niño pequeño. La general se preocupa por la posibilidad de que los sobrevivientes estén en peligro y decide enviar a algunos soldados para buscarlos.
Después de una búsqueda intensiva, encuentran a los sobrevivientes escondidos en una zona boscosa cerca de la carretera. La General ordena que sean llevados al autobús y se unan a ellos en su camino a la costa. La caravana continúa su camino a la costa con un nuevo grupo de sobrevivientes a bordo.
La caravana llegó finalmente a la costa, donde se encontró un pequeño pueblo pesquero. El lugar parecía abandonado y silencioso, pero la presencia de varios vehículos abandonados y casas con puertas abiertas indicaba que la población había huido en algún momento.
La General seguramente a sus hombres explorar el pueblo y buscar suministros. Encontraron algunas cosas útiles en las casas, como comida enlatada y botellas de agua, pero también había rastros de que la zona había sido saqueada anteriormente.
Después de explorar el pueblo, la general convocó a una reunión con los sobrevivientes para discutir los planes futuros. Decidieron que quedarse en el pueblo por unos días para descansar y planear sus próximos movimientos. Los vehículos fueron estacionados en una zona segura y se asignaron turnos de vigilancia.
Durante su estadía en el pueblo, la caravana reparó y fortaleció las defensas del lugar, y se estableció una rutina diaria para mantener la moral alta y la organización en orden. También se discutieron los planos para encontrar un lugar seguro para establecer una base permanente, y se enviaron patrullas para explorar la zona cercana en busca de sitios posibles.
A medida que pasaron los días, la caravana comenzó a sentirse más segura y protegida en su pequeño refugio costero. La General caminaba por la costa y observaba los numerosos botes y yates atracados en el puerto. Pensó en voz alta que quizás sería mejor intentar viajar a otro país cruzando el mar, ya que era una forma más segura de escapar de los peligros que les acechaban en el continente. Sabía que el viaje podría durar alrededor de tres días en alta mar, pero creía que era una opción viable para salvar a su grupo de sobrevivientes.
Decidió que era mejor buscar un bote lo suficientemente grande para que pudiéramos viajar todos juntos. Después de revisar varios yates, encontramos uno que parecía adecuado. Era un yate de lujo que estaba en excelente estado y podía alojar a todo el grupo de sobrevivientes.
La General y su equipo se encargaron de preparar el yate para la travesía. Revisaron los motores, abastecieron el barco con combustible, comida y agua suficiente para los tres días de viaje. También revisen los equipos de navegación y los suministros médicos.
La General convoca una reunión y dice su idea, pero un grupo les dice que se deciden quedar La General escuchó las objeciones del grupo que quería quedarse y les preguntó por qué. Uno de los sobrevivientes, un hombre mayor, dijo que su familia había vivido en ese pueblo durante generaciones y que no quería dejar el lugar donde habían construido su hogar. Otro miembro del grupo dijo que ya habían pasado por tanto que no querían más cambios o incertidumbres.
La General entendió sus razones y les aseguró que podrían quedarse si así lo deseaban, pero les recordó que el pueblo no era seguro y que tendrían que estar preparados para defenderse de los zombies que eventualmente podrían llegar allí. También les dijo que, si cambiaran de opinión más tarde, ella y su equipo estarían dispuestos a ayudar a evacuar.
Después de la reunión, la General se reunió con su equipo para planificar el viaje en bote
Joshumber y stiv le dicen que su grupo está listo para irse con ella en el yate
La General asiente y les agradece su lealtad. Les informa que necesitan provisiones y combustible para el viaje, así como armamento y equipo de supervivencia. Les ordena que se dividan en grupos para conseguir lo necesario lo antes posible. Joshumber y Stiv lideran un grupo para conseguir combustible y provisiones. Consiguen algunos bidones de gasolina y alimentos no perecederos en una gasolinera cercana, aunque también encuentran algunos cadáveres de sobrevivientes y zombis. El día era soleado y el cielo estaba despejado. A medida que el yate se alejaba del puerto, se podía sentir la brisa fresca del mar en la piel y el sonido del agua chocando contra el casco del barco era relajante. A bordo del yate, los sobrevivientes estaban emocionados por el nuevo rumbo que habían tomado. Algunos se aferraban a la barandilla del yate para disfrutar de la vista del mar y otros se sentaban en los asientos de cubierta para disfrutar del sol. La emoción de estar en el mar y en un viaje desconocido era palpable en el aire.
Capítulo 27 un nuevo comienzo
El yate choca contra las olas antes de llegar a puerto firme la General y la tripulación exhausto después de 3 días navegando por fin llegan a una ciudad llamada Mirma. La ciudad de Mirma se encuentra sumida en la oscuridad y el silencio, como si hubiera sido abandonada de repente. Las calles están desiertas y cubiertas de polvo y escombros, los edificios están en ruinas y las señales de vida son escasas.
La vegetación ha comenzado a invadir las calles, con ramas y hojas que se abren paso por las grietas de las aceras y las paredes de los edificios. Los coches están abandonados en las calles, oxidándose y cubiertos de polvo y óxido. No hay ruido ni movimiento, excepto por el ocasional aleteo de una bandada de pájaros que se mueven en el aire.
La ciudad parece haber sido abandonada apresuradamente, como si los habitantes hubieran huido en masa y nunca hubieran regresado. Hay tiendas y casas con las puertas abiertas y los objetos personales tirados en el suelo, como si los propietarios hubieran salido corriendo sin preocuparse por nada más. El ambiente es lúgubre y misterioso, creando una sensación de que algo terrible ha sucedido en la ciudad y que hay un peligro oculto en cada esquina. El equipo de la General se siente tenso y alerta mientras avanza por las calles silenciosas de la ciudad.
La General ordena que cada persona que eligiera una casa para establecerse y que la revisen bien y que a las 3 de la tarde se juntaran en la plaza del centro para discutir asuntos para poder establecerse, cada uno de los sobrevivientes eligió una casa en la ciudad fantasma de Mirma para establecerse temporalmente. La mayoría de las casas parecían abandonadas hace mucho tiempo, con ventanas rotas, puertas desgastadas y techos agrietados. Pero al menos proporcionaban un refugio contra el sol abrasador del mediodía.
A las 3 de la tarde, todos los sobrevivientes se reunieron en la plaza del centro de la ciudad para discutir los próximos pasos. La plaza estaba llena de maleza y arbustos, y en el centro había una fuente oxidada y seca. La sensación de abandono y desolación de la ciudad era abrumadora.
La General comenzó la reunión, explicando que necesitaban establecerse temporalmente en la ciudad para descansar, reagruparse y hacer planes. Dijo que tenían que asegurarse de tener suficiente agua y comida, y que necesitaban encontrar un lugar más seguro para establecerse a largo plazo.
Luego, les pidió a todos que compartieran sus ideas y sugerencias. Algunos sugirieron buscar alimentos en los alrededores, otros propusieron buscar un vehículo para explorar la ciudad y sus alrededores, y otros sugirieron buscar un lugar más seguro para establecerse.
La General escuchó atentamente todas las sugerencias y decidió que lo mejor era enviar grupos de exploración para buscar suministros y evaluar la seguridad de la zona. También decidió que era importante establecer un punto de encuentro en caso de una emergencia y que la plaza del centro de la ciudad sería el lugar más adecuado para ello.
Después de la reunión, todos los sobrevivientes comenzaron a explorar la ciudad y sus alrededores. Algunos encontraron suministros útiles en las casas abandonadas, mientras que otros descubrieron herramientas y materiales en tiendas y talleres cercanos. Los grupos de exploración también regresaron con informes sobre la seguridad y las fuentes de agua y alimentos en los alrededores.
La ciudad fantasma de Mirma se convirtió en su hogar temporal mientras los sobrevivientes buscaban una forma de sobrevivir.
La casa donde se estableció Joshumber, Odalis y su hija Alys era una casa de dos pisos con paredes de ladrillo y techo de tejas rojas. La fachada de la casa estaba pintada de un color amarillo pastel y tenía ventanas grandes con marcos de madera. En la planta baja había un pequeño jardín con plantas y flores, y una entrada principal con una puerta de madera tallada.
Después de revisar la casa y asegurarse de que todo estaba en orden, Odalis y Joshumber se sentaron en el jardín y comenzaron a conversar.
¿Crees que podremos establecernos aquí por un tiempo? – preguntó Odalis con una mirada preocupada en su rostro.
No lo sé, pero la General parece tener un plan – respondió Joshumber con una voz tranquilizadora – Tenemos que tener paciencia y esperar a ver cómo se desarrollan las cosas.
Supongo que tienes razón – suspiró Odalis – Solo espero que podamos estar seguros aquí, al menos por un tiempo.
Lo estaremos – aseguró Joshumber con una sonrisa reconfortante – Ahora vamos a descansar un poco.
Stiv y Sandra eligieron una casa con un local que anteriormente funcionaba como farmacia. La casa era grande y espaciosa, con amplios ventanales que permitían la entrada de luz natural y una pequeña terraza en la parte trasera.
Mientras acomodaban sus cosas en la casa, Stiv y Sandra hablaban sobre los planes futuros. «¿Qué piensas hacer aquí en Mirma?», preguntó Sandra.
«No lo sé, tal vez podamos encontrar alguna forma de crear algo para la protección de todos algo temporal y ahorrar un poco de suministros propios para seguir adelante», respondió Stiv.
Sandra frunció el ceño y agregó: «Pero también debemos pensar en la seguridad de nosotros, no podemos confiar en que este lugar sea seguro por siempre». Stiv asintió en silencio, sabía que Sandra tenía razón y que debían estar preparados para cualquier eventualidad.
Decidieron salir a caminar y explorar el pueblo. A medida que caminaban, notaron que muchas de las casas estaban en ruinas y que la mayoría de las calles estaban desoladas y vacías. Se preguntaron qué habría pasado con la gente que alguna vez habitó la ciudad.
La General decidió quedarse en el ayuntamiento de la ciudad junto a dos soldados y otros sobrevivientes. El ayuntamiento de la ciudad de Mirma era un edificio antiguo de estilo colonial, de dos plantas, con amplias ventanas y balcones de hierro forjado. En la planta baja había un gran vestíbulo con un mostrador de madera y un par de sillas antiguas. En la planta superior, la general Dulce había instalado su base de operaciones junto con los otros sobrevivientes y dos soldados.
Mientras la General revisaba unos mapas y documentos en su mesa, uno de los soldados se acercó a ella y le informó sobre la situación en la ciudad.
Soldado: General, hemos estado patrullando la ciudad y no hemos encontrado ningún signo de vida. Todas las casas parecen abandonadas, las tiendas cerradas, no hay señales de actividad humana.
General : Entiendo. Esto es lo que temía, la ciudad ha sido abandonada por completo. Pero eso no significa que no haya peligro. Debemos seguir siendo cautelosos y prepararnos para cualquier eventualidad.
Soldado: Por supuesto, general. Pero también encontramos algunos suministros y armas en una tienda cercana. Quizás podrían ser de utilidad.
General: Muy bien, asegúrate de que todo sea llevado al ayuntamiento y colocado en nuestro depósito. Cualquier recurso que podamos encontrar es valioso en estos tiempos.
El soldado asintió y se retiró, dejando a la general en sus pensamientos mientras continuaba revisando los documentos en su mesa.
Joshumber camina con su hija Alys en brazos, mirando a su alrededor mientras recorren las calles de la ciudad. La pequeña Alys, de tan solo 2 años, lo mira con curiosidad y trata de alcanzar las cosas que llaman su atención.
Joshumber le sonríe y le habla en voz baja: «¿Ves eso, Alys? Esa es una casa grande y bonita. Y esa allí es una tienda donde venden cosas deliciosas. ¿Te gustaría probar algo?»
Alys asiente con entusiasmo, balbuceando algunas palabras ininteligibles. Joshumber ríe suavemente y continúa caminando por la ciudad, explorando cada calle y esquina.
Mientras caminan, Joshumber piensa en todo lo que ha sucedido y en las decisiones difíciles que han tenido que tomar para sobrevivir. Se siente agradecido de tener a su hija con él, y promete hacer todo lo que esté en su poder para protegerla y mantenerla a salvo.
Finalmente, llegan a la plaza central, donde se encuentran con la general y los demás sobrevivientes. Joshumber saluda a la general y se une a la discusión sobre cómo salir a explorar las afueras de la ciudad.
La General convoca a una reunión en la plaza del centro de la ciudad de Mirma para hablar sobre cómo salir a explorar las zonas exteriores de la ciudad y encontrar suministros. Joshumber y otros sobrevivientes se unen a la reunión.
La General comienza a hablar sobre la importancia de salir a buscar suministros y recursos para asegurar su supervivencia en la ciudad. Ella les dice que es peligroso aventurarse fuera de la ciudad, pero que es necesario si quieren sobrevivir a largo plazo.
Joshumber levanta la mano y pregunta cuál es el plan para explorar las zonas afuera de la ciudad. La General responde que van a formar un equipo de exploración y que cada persona interesada en unirse debe presentarse a ella al final de la reunión.
La General también menciona que necesitan encontrar una forma de comunicarse con el mundo exterior y pedir ayuda, y que necesitan investigar las posibles causas de la catástrofe para poder prepararse para futuros desastres.
Joshumber se muestra interesado en unirse al equipo de exploración y le pregunta a la General cómo pueden prepararse para la exploración. La General le dice que necesitan recolectar suministros, como alimentos y agua, y armar un equipo de rescate en caso de emergencia.
Después de la reunión, Joshumber se acerca a la General y le dice que está dispuesto a unirse al equipo de exploración y ayudar en todo lo que pueda. La General agradece su disposición y le dice que va a organizar el equipo y que le informará sobre la fecha de partida.
Stiv y Sandra seguían caminando por la ciudad de Mirma hasta llegar a una estación de bomberos. La estructura de ladrillos rojos estaba medio derruida, pero aún parecía sólida. La puerta principal estaba abierta, y la pareja entró. Dentro, encontramos cascos de bomberos, hachas y mangueras tiradas por todas partes. La mayoría de las luces estaban apagadas, y solo un parpadeo rojo y blanco emitido por una radio de emergencia iluminaba el lugar.
Stiv se acercó a la radio y comenzó a revisar los controles. Sandra, mientras tanto, caminaba alrededor del lugar, examinando los detalles.
«¿Estás encontrando algo?», preguntó Sandra, mientras levantaba un hacha oxidada.
«No estoy seguro», respondió Stiv. «Parece que la radio de emergencia todavía funciona. Si logramos encontrar algún canal que esté activo, podemos pedir ayuda».
Sandra asintió, pero su mirada se detuvo en la pared opuesta. «Mira esto», dijo, mientras señalaba un mapa colgado en la pared. «¿Ves esas marcas rojas? Parece que alguien ha estado explorando y marcando la ciudad».
Stiv se acercó para echar un vistazo. «Sí, definitivamente hay algo aquí. Quizás podamos averiguar quién lo hizo y unirnos a ellos».
La pareja se quedó allí un rato más, examinando los detalles del mapa y discutiendo sus planos.
Stiv y Sandra después de explorar la estación de bomberos fueron con la general. La General escuchó atentamente a Stiv y Sandra mientras les explicaban lo que habían descubierto en la estación de bomberos. Les preguntó sobre el mapa y la radio, y les pidió que se los mostraran. Stiv le entregó el mapa y Sandra la radio.
La General observo el mapa detenidamente y les preguntaron si habían encontrado alguna otra información útil. Stiv y Sandra explicaron que habían visto algunos documentos en la estación de bomberos, pero no los habían revisado a fondo. La General les agradeció la información y les pidió que la acompañaran para ir a revisar los documentos.
Mientras caminaban hacia la estación de bomberos, la General les preguntó sobre si tenían alguna experiencia en el campo de la medicina.
Sandra asintió la cabeza, la general les da la tarea de trabajar juntos para establecer una clínica en la ciudad. Stiv y Sandra aceptaron encantados y le agradecieron por la oportunidad.
Al llegar a la estación de bomberos, la General resumen los documentos que habían visto Stiv y Sandra. Descubrió que algunos de ellos eran mapas detallados de la zona, con información sobre posibles fuentes de agua, alimentos y otros recursos. También encontré información sobre los lugares más peligrosos en los alrededores de la ciudad, así como sobre los posibles refugios en caso de emergencia. La General dedicó que era importante recopilar toda la información posible sobre la zona para poder establecer una estrategia de supervivencia a largo plazo. Les pidió a Stiv y Sandra que le ayudaran a recopilar más información ya establecer contactos con otros sobrevivientes en la zona. Juntos, trabajaron en la recopilación de información y en la planificación de la estrategia de supervivencia para la ciudad de Mirma.
en la noche cuando todos dormían unos sonidos extraños salieron de la nada. Los ruidos y quejidos en la noche eran espeluznantes, como si alguien estuviera llorando o gemidos de dolor. Se podía escuchar el viento soplando fuerte y algunas ramas de los árboles golpeando las ventanas. Los sonidos eran muy inquietantes y parecían venir de fuera de las casas. Algunos sobrevivientes se despertaron asustados y salieron a la calle con linternas para investigar, pero no encontraron nada sospechoso. Otros prefirieron quedarse dentro de sus casas y cerrar las puertas y ventanas con trozos de madera. La noche fue muy tensa y algunos sobrevivientes apenas pudieron dormir.
Joshumber salió de la casa con su escopeta en mano, tratando de encontrar la fuente de los extraños sonidos que se escuchaban en la noche. Subió a la terraza de su casa para tener una mejor vista y poder escuchar con más claridad.
A lo lejos, pudo ver algunas figuras moviéndose en la oscuridad, pero no podía distinguirlas con claridad. Los gemidos y quejidos seguían sonando, y parecían cada vez más cercanos. Joshumber se mantuvo alerta, preparado para defenderse si era necesario.
El viento soplaba fuerte, agitando las ramas de los árboles y haciendo que las puertas y ventanas de las casas cercanas golpearan con fuerza. Joshumber se movió con cuidado para no hacer ruido y no llamar la atención de las figuras que se movían en la oscuridad.
La General salió con sus dos soldados, armados con linternas y armas de fuego, a la calle donde se escuchaban los gemidos y ruidos. La noche era oscura y el viento soplaba con fuerza, moviendo las ramas de los árboles y haciendo crujir las puertas y ventanas de las casas.
La General caminó con precaución, con la linterna en una mano y el arma en la otra. Los soldados la seguían de cerca, revisando los rincones y callejones. Pero a medida que avanzaban, los gemidos y ruidos parecían desvanecerse, hasta que finalmente no se escuchó nada.
La General se detuvo en seco y ordenó a los soldados que mantuvieran los ojos bien abiertos y las armas en alto. Luego, volvieron a escuchar un sonido, esta vez proveniente de una casa abandonada. Se acercaron con cuidado y abrieron la puerta con un chirrido.
Dentro de la casa, encontraron a una mujer herida, que parecía haber estado allí por un tiempo. La General ordenó que la llevaran al ayuntamiento para curarla, y que revisaran las demás casas en la zona para asegurarse de que no hubiera más personas en peligro.
Después de asegurar la zona, la General regresó al ayuntamiento con la mujer herida y los soldados. La general y los soldados llevaron a la mujer herida al ayuntamiento para intentar salvarle la vida, pero desafortunadamente ella no sobrevivió a sus heridas y falleció poco después. Antes de morir, la mujer contó todo lo que había pasado en la ciudad de Mirma: cómo todo empezó con un brote de una enfermedad desconocida que convirtió a las personas en zombies, cómo las autoridades locales no supieron cómo controlar la situación y cómo la ciudad se sumió en el caos y la anarquía.
La mujer también habló sobre cómo ella y su familia intentaron sobrevivir en la ciudad, escondiéndose en su hogar y defendiéndose de los ataques de los zombies. Pero finalmente, fueron superados y ella fue la única sobreviviente de su familia.
La general y los demás sobrevivientes escucharon con atención la historia de la mujer y se dieron cuenta de que estaban en un mundo muy diferente al que conocían. Sabían que tenían que hacer todo lo posible para sobrevivir.
La General convoca a todos los sobrevivientes en la plaza central y les cuenta lo que sucedió la noche anterior, incluyendo los ruidos extraños y la aparición de la mujer herida que narró los acontecimientos del brote de zombies en la ciudad de Mirma.
Luego de escuchar atentamente, la General les hace un llamado a todos para trabajar juntos en la reconstrucción de la ciudad y en la búsqueda de suministros y armamento. También les explica que es necesario explorar más allá de la ciudad para encontrar recursos y establecer contacto con otros sobrevivientes.
La General asigna a cada uno tareas específicas y les recuerda que deben permanecer alerta en todo momento ante la posible aparición de los zombies. Finalmente, les reitera que trabajar juntos es la única forma de sobrevivir.
Capítulo 28 primera expedición fuera de Mirma
2 meses después de la llegada a la ciudad de Mirma la general se reúne con Joshumber.
General: Joshumber, necesitamos salir a explorar los alrededores de la ciudad para buscar suministros y posibles lugares seguros para establecernos. ¿Estás listo para unirte a la expedición?
Joshumber: Sí, estoy listo. ¿Cómo vamos a organizarnos?
General: Seremos un grupo de seis personas, incluyéndonos a ti y a mí. Y otras cuatro personas nos acompañarán. Un soldado se quedará para proteger a Odalis y a Alys en la casa.
Joshumber: Entiendo. ¿Cuándo partimos?
General: Mañana al amanecer. Necesitamos estar preparados para cualquier cosa, así que asegúrate de llevar suficientes suministros y armamento. Es posible que encontremos otros sobrevivientes en el camino, así que debemos estar preparados para ayudarlos también.
Joshumber: Entendido, general. Me aseguraré de estar listo para partir mañana.
General: Perfecto, nos reuniremos temprano en la plaza para partir juntos. ¡Mantengámonos alerta y seguros!
Joshumber se acercó a Odalis, quien estaba sentada en el suelo jugando con Alis, y se sentó a su lado.
Joshumber: Odalis, necesito hablarte.
Odalis: Claro, ¿qué sucede?
Joshumber: La general me ha pedido que salgamos a explorar los alrededores de la ciudad. Es importante para nosotros encontrar recursos y asegurarnos de que no haya amenazas.
Odalis: Entiendo. Pero me preocupa tu seguridad.
Joshumber: Lo sé, pero no puedo quedarme aquí sentado sin hacer nada. Necesitamos mantenernos en movimiento y encontrar formas de sobrevivir.
Odalis: Lo sé, pero no quiero que te alejes demasiado. Prométeme que volverás sano y salvo.
Joshumber: Te lo prometo. Además, uno de los soldados se quedará aquí para proteger a ti y a Alis.
Odalis: Eso me tranquiliza un poco. Pero, aun así, no dejo de preocuparme.
Joshumber: Lo sé, pero confía en mí. Haré todo lo posible para volver pronto.
Luego, Joshumber se dirigió a Alis, que estaba jugando con sus juguetes en el suelo.
Joshumber: Alis, papi tiene que irse por un tiempo, pero prometo volver pronto, ¿de acuerdo?
Alis asintió con la cabeza, sin saber realmente lo que estaba sucediendo.
Joshumber: Cuídate mucho y obedece a mami.
Después de despedirse de su familia, Joshumber se unió a la general y los otros sobrevivientes para comenzar su exploración.
La general y el pequeño grupo de exploradores salieron de la ciudad de Mirma temprano en la mañana, armados con mochilas, provisiones y armas. El cielo estaba despejado y el sol comenzaba a calentar la piel de los exploradores mientras caminaban por las calles de la ciudad en dirección a la zona desconocida.
El paisaje a su alrededor era desolador, con edificios en ruinas y calles llenas de escombros. Pero la general y su equipo estaban decididos a encontrar algo nuevo y esperanzador en el mundo exterior.
Joshumber caminaba con determinación, su escopeta apoyada en su hombro. Un sobreviviente estaba a su lado, con su machete en la mano, listo para enfrentar cualquier peligro. La general caminaba con ellos, con su rifle en la mano y mirando constantemente alrededor para detectar cualquier amenaza. La cuarta persona era un joven, que caminaba detrás de ellos, cargando una mochila llena de suministros.
Después de caminar durante varias horas, llegaron a un pequeño pueblo abandonado. La general ordenó a todos que buscaran suministros útiles, armas y municiones mientras ella vigilaba el perímetro del pueblo. Después de una hora, se reunieron de nuevo en la plaza central del pueblo para discutir los hallazgos. El joven encontró un botiquín de primeros auxilios en una farmacia cercana, mientras que Joshumber descubrió un hacha en una ferretería. El sobreviviente encontró algunos paquetes de alimentos en una tienda de conveniencia.
La general los escuchó atentamente mientras sopesaba sus opciones. Finalmente, decidió que seguirían explorando en dirección al sur, donde encontró marcado en el mapa que le dio Stiv un círculo que decía que había un grupo de sobrevivientes que habían establecido un campamento seguro. Los exploradores se pusieron en marcha de nuevo en marcha a lo desconocido-.
En la ciudad de Mirma Odalis salió a caminar con su hija Alis y fueron a la estación de policía La estación de policía de la ciudad de Mirma era un edificio de dos plantas, construido con ladrillos rojos y con una pequeña torre en la esquina delantera derecha. Había varias ventanas con rejas de metal y una puerta de entrada principal de madera maciza. En la entrada había un cartel que decía «Policía de Mirma». Al entrar, Odalis y Alis se encontraron con un vestíbulo amplio y oscuro, iluminado por algunas bombillas de luz tenue. A la derecha había un escritorio grande con un joven encargado de estar allí en busca de señales sentado detrás, mirando fijamente un ordenador. Al fondo del vestíbulo había una puerta que llevaba a las celdas y a la izquierda una puerta que conducía a las oficinas administrativas.
Odalis caminó hasta el escritorio y el joven la saludó cordialmente. Odalis preguntó si podía dar una vuelta por el edificio y el joven le permitió hacerlo. Odalis y Alis caminaron por el vestíbulo y luego entraron en las oficinas administrativas, donde encontraron archivos y papeles por todas partes. Continuaron caminando y llegaron a las celdas, donde había varias celdas vacías. Odalis se preguntó cuántas personas habrían estado encarceladas allí antes del apocalipsis.
Mientras exploraban, el soldado las seguía de cerca, asegurándose de que estuvieran a salvo. Después de un rato, Odalis y Alis regresaron a la calle y caminaron hacia la plaza central de la ciudad para reunirse con los demás sobrevivientes.
En la plaza central de Mirma, el soldado Rodrigo estaba al mando de la distribución de agua y comida enlatada a los sobrevivientes. La gente se formaba en fila para recibir su ración diaria, mientras que Rodrigo y otros soldados vigilaban para mantener el orden.
Odalis y su hija Alis se unieron a la fila y recibieron su porción de agua y comida. El soldado que las acompañaba se mantuvo alerta en todo momento, asegurándose de que nadie las molestara.
Mientras esperaban su turno, Odalis miró a su alrededor y notó que la ciudad todavía estaba en ruinas. Los edificios estaban dañados y las calles estaban llenas de escombros. Pero a pesar de todo, la gente estaba tratando de reconstruir y recuperarse.
Finalmente, Odalis y Alis recibieron su ración y se retiraron a su casa. El soldado las acompañó de cerca para asegurarse de que estuvieran seguras.
En el camino de regreso, Odalis se preguntó qué estarían haciendo Joshumber y los demás exploradores fuera de la ciudad. Esperaba que estuvieran bien y que pudieran encontrar algo útil para ayudar a todos los sobrevivientes de Mirma.
En la casa donde estaba Odalis conversaba con el soldado de como se hizo militar.
Soldado: Bueno, es una larga historia. Siempre me ha gustado la disciplina y el orden, y el ejército parecía el lugar adecuado para mí. Me uní cuando tenía 18 años y pasé por el entrenamiento básico, y luego fui asignado a diferentes misiones en diferentes partes del país.
Odalis: Debe haber sido difícil estar lejos de su familia y amigos.
Soldado: Sí, lo fue. Pero es parte del trabajo, ¿sabes? A veces tienes que sacrificar cosas para hacer lo que se debe hacer. Pero siempre trato de mantenerme en contacto con mi familia cuando estoy lejos.
Odalis: ¿Cómo te sientes ahora? ¿Estás listo para luchar contra los zombies si es necesario?
Soldado: Por supuesto. Eso es lo que se supone que debemos hacer, ¿no? Proteger a los civiles y asegurarnos de que todos estén seguros. Además, la General nos ha entrenado muy bien para este tipo de situaciones. Confío en que podremos manejarlo.
Odalis: Me alegra escuchar eso. Creo que estamos en buenas manos.
Soldado: Absolutamente. Y no te preocupes, estaré aquí para proteger a ti y a tu hija en caso de cualquier emergencia.
Mientras Odalis y el soldado conversaban, en la calle se escucharon gritos y disparos, la ciudad de Mirma se vio invadida por una horda de zombies que avanzaban sin cesar. Los gritos de los sobrevivientes y el sonido de los disparos resonaban en las calles. Odalis, Alis y el soldado salieron rápidamente de la casa y se dirigieron a la plaza central, donde se encontraba Rodrigo repartiendo suministros.
Cuando llegaron, se dieron cuenta de que la situación era caótica. Los zombies estaban por todas partes y los sobrevivientes luchaban por su vida. Odalis y el soldado se unieron a la lucha y dispararon a los zombies que se acercaban peligrosamente.
La situación era cada vez más tensa, y los sobrevivientes comenzaron a retroceder hacia el ayuntamiento, que se había convertido en el refugio de la ciudad. Odalis y el soldado siguieron a los demás, disparando a los zombies que se acercaban.
Finalmente, lograron llegar al ayuntamiento, donde se encontraron con algunos sobrevivientes. La ciudad de Mirma se había convertido en un campo de batalla y nadie sabía cuánto tiempo podrían resistir.
Los sobrevivientes que se encontraban cerca corrieron hacia las casas más cercanas para protegerse de los zombies. Algunos optaron por subir a los techos de las casas, donde se sentían más seguros. Desde allí, comenzaron a hacer señales a los demás sobrevivientes que se encontraban en otros techos, intentando coordinar una estrategia para enfrentar a los zombies.
Los gritos y disparos continuaban, indicando que la situación se estaba volviendo cada vez más peligrosa. Los sobrevivientes se mantenían alerta, buscando cualquier oportunidad para defenderse y sobrevivir. En el ayuntamiento estaban todos encerrados, el soldado rodrigo hablo con todos que subiría al techo del ayuntamiento y observaría como estaba todo desde arriba.
Rodrigo subió al techo del ayuntamiento para observar cómo estaba la situación en la ciudad de Mirma. Desde allí, pudo ver un panorama aterrador: zombies por todas partes, caos total y sin salida aparente. La gente corría en todas direcciones, algunos se escondían en las casas o en los techos, mientras que otros intentaban huir de la ciudad corriendo. La mayoría de las calles estaban bloqueadas por los zombies. Rodrigo bajó al interior del ayuntamiento y se reunió con los demás sobrevivientes. Les explicó la situación y les dijo que era imposible salir de la ciudad en ese momento. Les recomendó que se quedaran en el ayuntamiento y que se prepararan para lo peor. Les pidió que buscaran cualquier tipo de arma o herramienta que pudieran usar como defensa.
La gente estaba atemorizada, pero sabían que debían hacer algo para sobrevivir. Se pusieron a buscar en los cajones, armarios y estanterías del ayuntamiento, y encontraron algunas herramientas y armas antiguas, como martillos, destornilladores, hachas y cuchillos. También encontraron algunas escopetas y pistolas que pertenecían a la policía local.
Rodrigo organizó a los sobrevivientes en grupos y les asignó tareas específicas, como barricar las ventanas y las puertas, preparar trampas para los zombies y patrullar los alrededores del ayuntamiento.
Capítulo 29 entre techos
Stiv y Sandra observaban la situación desde el techo de una casa cercana al ayuntamiento, tratando de encontrar una forma de comunicarse con los sobrevivientes en otros techos. Se dieron cuenta de que algunos estaban tratando de construir puentes provisionales entre los edificios para poder cruzar entre ellos.
Sandra se acercó a Stiv y le dijo: «Debemos ayudar a construir esos puentes, es nuestra única forma de salir de aquí».
Stiv asintió y ambos empezaron a buscar objetos que pudieran servir para construir los puentes. Encontraron algunas tablas y cuerdas en una casa cercana y las llevaron al techo donde estaban los demás sobrevivientes.
Entre todos comenzaron a construir los puentes, uniendo los techos de las casas con tablas y cuerdas. La tarea era peligrosa y requería mucho cuidado, pero poco a poco lograron crear varios puentes provisionales que permitían a los sobrevivientes moverse entre los techos de las casas.
Una vez terminados los puentes, Stiv y Sandra se unieron a los demás sobrevivientes para discutir sobre la siguiente acción a tomar. Todos sabían que necesitaban salir de la ciudad de Mirma lo más pronto posible, pero no sabían hacia dónde ir.
Stiv llegó al techo del ayuntamiento y les explicó a todos los sobrevivientes que se encontraban allí acerca de la construcción de puentes provisionales entre los techos. Les dijo que la idea era crear una ruta segura para que pudieran moverse de un edificio a otro sin tener que bajar a las calles infestadas de zombies.
Rodrigo escuchaba atentamente y le preguntó a Stiv si era seguro cruzar por los puentes, a lo que él respondió que estaban asegurados con cuerdas y tablas firmes para soportar el peso de las personas. Rodrigo asintió con la cabeza y les dijo a todos que comenzaran a cruzar.
Los sobrevivientes se movieron con cuidado, cruzando de un techo a otro sobre los puentes provisionales que habían construido. La mayoría de ellos estaban nerviosos, pero sabían que era su única opción para escapar del caos en las calles. Empezaron a cruzar al otro lado del techo del edificio vecino.
Rodrigo les pidió a todos que se mantuvieran juntos y que estuvieran atentos a su alrededor. Les dijo que encontrarían una forma de salir de la ciudad de Mirma, pero que debían ser pacientes y cuidadosos.
Alis, la hija de Odalis, se aferraba a su madre con miedo mientras observaba el puente provisional hecho con tablas y cuerdas que unía el ayuntamiento con la de los vecinos. El soldado que las protegía, trató de animarla, diciéndole que era muy valiente y que él estaría esperando del otro lado para recibirla.
Odalis intentaba calmar a su hija, diciéndole que debía cruzar para estar a salvo, que todo estaría bien. Con mucho cuidado, la madre colocó a la pequeña Alis en el extremo del puente y comenzó a cruzar junto a ella.
El puente se movía peligrosamente con cada paso que daban, y Alis lloraba de miedo, aferrándose con fuerza a su madre. Odalis trataba de mantener la calma y darle ánimos, asegurándole que estaba a salvo.
Finalmente, lograron llegar al otro lado del puente, donde el soldado las esperaba con los brazos abiertos. Alis, todavía asustada, se abrazó a él y agradeció por estar allí para protegerlas. Odalis también le agradeció al soldado por su ayuda y juntos se dirigieron hacia el techo de la casa para reunirse con los demás sobrevivientes.
El último en cruzar seria Rodrigo, estaba cruzando la cuerda tensa, moviéndose lentamente y con precaución, tratando de no caer. Los demás sobrevivientes observaban desde el otro lado, con la respiración contenida, deseando que llegara sano y salvo.
Sin embargo, cuando Rodrigo estaba a mitad de camino, la cuerda se rompió de repente y se precipitó al vacío. Los gritos de terror de Rodrigo resonaron por toda la ciudad mientras caía hacia los zombies que se encontraban debajo.
Los demás sobrevivientes se quedaron en shock y horrorizados al ver lo que acababa de suceder. Sandra y Stiv corrieron hacia el borde del techo para ver si podían hacer algo, pero ya era demasiado tarde. Rodrigo había caído en medio de la horda de zombies que se agolpaban debajo, y comenzaron a devorarlo inmediatamente.
El puente colgante también se había roto, dejando a los sobrevivientes atrapados en el edificio sin ninguna forma segura de escapar. Los gemidos de los zombies se escuchaban cada vez más cerca y el miedo comenzaba a apoderarse de todos.
La tristeza invadía a los sobrevivientes tras la pérdida de Rodrigo, y el miedo se apoderaba de ellos al preguntarse quién tomaría el liderazgo en ausencia de la General. Stiv se acercó a ellos para tratar de calmarlos y les explicó que debían mantenerse unidos y seguir adelante, ya que esa era la única manera de sobrevivir en ese mundo caótico.
Sandra también habló con los sobrevivientes y les dijo que no debían perder la esperanza, que siempre había una solución para los problemas, y que juntos podrían encontrarla. Mientras tanto, Odalis intentaba tranquilizar a su hija Alis, que seguía asustada tras la experiencia de cruzar el puente.
A pesar del dolor y el miedo, los sobrevivientes decidieron seguir adelante, y comenzaron a planear cómo sobrevivirían sin la presencia de la General. Sabían que tendrían que trabajar juntos, confiar el uno en el otro y estar dispuestos a hacer sacrificios para seguir adelante.
Stiv se le ocurrió hacer una tipo tirolesa para llegar a un edificio que estaba a pocos metros del techo donde encontraban.
Stiv explicó su plan a los sobrevivientes y todos aceptaron seguirlo. Descendió del techo y cruzo la calle con precaución. Llego al otro edificio y colocó la cuerda en uno de los bordes del tejado y la tensó hasta el otro extremo.
Sandra fue el primera en probar la tirolesa y pudo cruzar exitosamente. Luego, uno por uno, los sobrevivientes cruzaron la calle gracias a la tirolesa improvisada por Stiv. Odalis y su hija Alis fueron los últimos en cruzar y lo hicieron con éxito gracias a la ayuda de los demás sobrevivientes.
Ya en el otro edificio, la tensión y el miedo seguían presentes en el ambiente. Decidieron buscar un lugar seguro para resguardarse y descansar. Stiv y Sandra se ofrecieron a explorar el edificio y buscar una habitación que estuviera en mejores condiciones.
Finalmente, encontraron unas habitaciones que parecía segura y las limpiaron para que los sobrevivientes pudieran descansar allí. La tensión y el miedo seguían presentes, pero al menos tenían un lugar para resguardarse por el momento.
Stiv y el soldado que cuidaba a Odalis hicieron guardia con otros hombres en el edificio mientras los demás intentaban dormir. El silencio de la noche solo era interrumpido por los gemidos de los zombies que se encontraron a pocos metros de ellos.
Mientras tanto, en la habitación donde se encontraron Odalis y su hija Alis, el soldado revisó constantemente las puertas y ventanas para asegurarse de que estuvieran cerradas y protegidas. Odalis consiguió de mantener a su hija tranquila, acariciándola y cantándole canciones de cuna en un intento por hacerla dormir.
De repente se escuchó un ruido en la puerta. El soldado se acercó sigilosamente. Vio a un hombre ensangrentado intentando abrir la puerta. Era un sobreviviente que se había perdido en la ciudad y estaba buscando refugio. El soldado abrió la puerta y lo dejó entrar, pero le detectaron que no hicieron ruido para no atraer a los zombies.
La noche continuó sin mayores incidentes y al amanecer, Stiv y el soldado fueron a revisar los alrededores del edificio. Vieron que los zombies se habían alejado un poco, por lo que decidieron que era el momento de intentar cruzar la calle y llevar a cabo un nuevo plan.
La general y el grupo de expedición regresaron a la ciudad de Mirma sin éxito en su búsqueda. Al llegar, se dio cuenta de que algo catastrófico había sucedido y se encontró con varios zombies en las calles. La General probablemente que todos se pusieran en alerta y se prepararan para la lucha.
Joshumber sugirió que podrían encontrar un lugar seguro para protegerse de los zombies, pero la General estaba decidida a encontrar a su equipo de soldados ya los sobrevivientes de la ciudad de Mirma. La General dio órdenes para que se prepararan para una batalla en la ciudad y que buscaran a cualquier sobreviviente que pudiera estar escondido en algún lugar.
Mientras tanto, en el edificio donde estaba Odalis, su hija Alis y el soldado que las protegía, Stiv y el resto de los hombres se mantuvieron alerta y vigilantes. De repente, se escuchó ruidos en las calles y se dieron cuenta de que los zombis estaban cerca. Rápidamente, cerraron todas las ventanas y puertas para protegerse.
El soldado le dijo a Odalis que se escondiera con su hija y que se mantuviera en silencio, mientras que él y Stiv se preparaban para luchar contra los zombies. Con mucho miedo, Odalis tomó a su hija y se escondió debajo de una mesa. Desde allí, pudo escuchar los sonidos de la lucha en la calle y los gritos de los hombres.
Finalmente, después de horas de luchar contra los zombies, la General y sus soldados lograron vencerlos y aseguraron la ciudad. Fueron capaces de encontrar a Odalis ya su hija a salvo en el edificio donde estaban escondidas juntos con Sandra y los demás sobrevivientes.
Joshumber y Odalis se encontraron con un cálido abrazo después de haber estado separados por tanto tiempo. Alis, la hija de Odalis, también se unió al abrazo, feliz de tener a su padre de regreso. Joshumber se mostró aliviado al ver que Odalis y Alis estaban a salvo en el edificio donde se habían refugiado. La General Dulce escuchó con tristeza la noticia de la pérdida de Rodrigo, pero se alegró al ver que el resto de los sobrevivientes estaban a salvo.
Stiv le dice a la general que ya no queda nada más en la ciudad y es hora de irse antes que suceda lo peor La General asiente en silencio, comprendiendo la gravedad de la situación. Junto a los demás sobrevivientes, empiecen a empacar todo lo que puedan llevar, alimentos, medicamentos, ropa y herramientas útiles para su supervivencia.
Joshumber se acerca a Odalis y le pregunta si ella y Alis están bien. Odalis le responde afirmativamente, pero su mirada refleja la tristeza y el miedo que ha experimentado en los últimos días.
La General llama a todos para reunirse y les comunica que van a partir de la ciudad de Mirma, ya que es demasiado peligroso quedarse allí. Les pide que se mantengan unidos y trabajen en equipo para sobrevivir.
La pequeña Alis se aferra a la mano de su madre, temerosa por lo que vendrá. Pero Odalis intenta mantener una actitud fuerte y optimista, sabiendo que la situación es difícil pero que todavía tienen una oportunidad de salir adelante.
Finalmente, la General da la orden de partir y el grupo comienza su camino hacia lo desconocido, La caminata del grupo de sobrevivientes fuera de la ciudad de Mirma fue silenciosa y tensa. Todos parecían reflexionar sobre lo que acababan de vivir y lo que les esperaba en el futuro.
La General Dulce iba al frente, con Joshumber a su lado, y Odalis y Alis seguían detrás, escoltadas por el soldado que las había cuidado en la ciudad. Stiv caminaba en el centro del grupo, vigilando el camino y la posible aparición de zombies.
Después de un rato, Stiv rompió el silencio: «No podemos quedarnos aquí, tenemos que seguir adelante y buscar un lugar seguro para establecernos».
La General asintió: «Tienes razón, Stiv. No podemos quedarnos a la deriva, necesitamos encontrar un lugar seguro y empezar de nuevo».
Joshumber intervino: «Pero, ¿hacia dónde vamos? No tenemos un plan concreto».
La General suspiró: «No lo sé, Joshumber. Pero tenemos que seguir caminando, buscar recursos y refugio, y veremos qué se presenta en el camino».
Odalis, que había estado callada todo el tiempo, preguntó tímidamente: «¿Y qué pasará con nosotros? ¿Dónde iremos?»
La General se detuvo y se volvió hacia ella: «Ustedes son parte de nuestro grupo, Odalis. No los dejaremos solos. Buscaremos un lugar seguro para todos».
El soldado que las acompañaba agregó: «Y yo prometo protegerlas, no las dejaré solas en este mundo peligroso».
El grupo siguió caminando, sin saber hacia dónde iban exactamente.
El paisaje por donde caminaban era desolado y árido, con pocas señales de vida. A lo lejos se podían ver las montañas y algunas colinas cubiertas de vegetación. El suelo estaba seco y polvoriento, con pequeñas piedras y arbustos esparcidos aquí y allá. El sol brillaba con fuerza en el cielo y el calor era sofocante, lo que aumentaba aún más la fatiga que todos sentían después de haber caminado durante horas sin descanso.
Los miembros del grupo caminaban en silencio, con la mirada perdida en el horizonte, sumidos en sus pensamientos y preocupaciones. Algunos de ellos cojeaban por el cansancio, otros se apoyaban en sus armas para mantener el equilibrio. La general Dulce iba en cabeza del grupo, con una expresión seria en su rostro, tratando de mantener la compostura y guiar al grupo hacia un lugar seguro. De vez en cuando, alguno de los miembros del grupo se detenía para beber agua o descansar.
A lo lejos divisaron un letrero que decía «Pueblo de Silver, 300 metros». Los sobrevivientes se sintieron aliviados al ver que finalmente habían encontrado algo de esperanza. Se apresuraron a caminar hacia allí, aunque la fatiga y el cansancio se hacían cada vez más evidentes en sus rostros.
El paisaje que les rodeaba era desolado, con grandes extensiones de tierra baldía y edificios abandonados a lo largo del camino. El sol ardiente los golpeaba sin piedad, y el cansancio se acumulaba en sus cuerpos.
Sin embargo, la promesa de un refugio seguro los impulsaba a seguir adelante. Finalmente, llegaron a las afueras del pueblo de Silver y pudieron ver que las casas estaban relativamente intactas y había una comunidad activa y viva.
Joshumber y la General Dulce lideraron al grupo hacia el pueblo, y pronto se encontraron rodeados de gente amable y acogedora. Los habitantes de Silver les ofrecieron refugio, agua y comida, y le dieron la bienvenida a su comunidad.
Después de tanto tiempo en el camino, los sobrevivientes finalmente encontraron un lugar donde podían descansar y recuperarse.
Capítulo 30 un pueblo acogedor
después de la llegada al puedo de Silver los habitantes le presentaron a Darwin les explicó que en el pueblo de Silver tenían algunas reglas muy importantes que debían seguir todos los habitantes. La primera regla era no salir del pueblo sin permiso, ya que fuera del pueblo había una gran cantidad de zombies que representaban una gran amenaza. La segunda regla era colaborar con las tareas del pueblo, como la agricultura y la limpieza. Y la tercera regla era no causar problemas ni conflictos entre los habitantes.
Después de explicar las reglas, Darwin les mostró algunas de las casas desocupadas donde podrían alojarse. Las casas no estaban en las mejores condiciones, pero al menos ofrecían un techo y algo de seguridad. También les mostró el lugar donde se encontraba la cocina comunitaria, donde todos los habitantes compartían la comida. También les informo que en el pueblo viven un total de 45 personas contando niño y niñas, les mostro igual el mapa del pueblo que tiene en total 10 calles enumeradas y 5 avenidas de igual manera todo enumerado y en orden.
La casa que le dieron a Joshumber, Odalis y su hija Alis era una pequeña casa de madera pintada de color blanco con techos de tejas rojas. Estaba ubicada cerca del parque del pueblo, rodeada de árboles y arbustos. La casa tenía una puerta principal y dos ventanas en la fachada principal, y una puerta trasera que daba a un pequeño patio trasero. En el interior de la casa había una sala de estar con una pequeña chimenea, una cocina con una estufa a gas y un pequeño comedor con una mesa y cuatro sillas. Había dos habitaciones, una para Joshumber y Odalis, con una cama matrimonial y un armario, y otra para Alis, con una cama individual y un pequeño armario. El baño era pequeño pero funcional, con un lavabo, un inodoro y una ducha. En general, la casa era modesta pero acogedora, y ofrecía un refugio seguro y cómodo para la familia en medio de la situación difícil que estaban enfrentando.
La casa que le dieron a Stiv y Sandra era de tamaño mediano, con paredes de color blanco y techo a dos aguas de color rojo oscuro. Tenía una entrada principal de madera y dos ventanas a cada lado de la puerta. En el interior, había una sala amplia con muebles rústicos de madera, una pequeña cocina con una mesa de comedor y una alacena, un baño completo y dos habitaciones con camas cómodas y armarios para guardar la ropa.
La casa estaba bien iluminada gracias a las ventanas que permitían la entrada de luz natural y contaba con suministro de agua y electricidad. Además, tenía un pequeño patio trasero con un tendedero para secar la ropa y un par de sillas de jardín donde se podía sentar a relajarse y disfrutar del aire libre.
La casa que le dieron a la general y dos soldados era una casa grande de dos pisos ubicada en el centro del pueblo de Silver. Tenía una fachada de color blanco y tejas rojas en el techo. En la planta baja había un amplio recibidor que conectaba con un salón de estar, una sala de comedor y una cocina equipada con electrodomésticos modernos y una despensa. También había un baño completo y un pequeño estudio.
En el primer piso había tres habitaciones con camas dobles y armarios, una habitación con dos camas individuales y un baño completo con ducha. La casa tenía ventanas grandes que dejaban entrar mucha luz natural y una terraza en el segundo piso con vistas al parque del pueblo. En el jardín trasero había una pequeña huerta y un área de descanso con hamacas y sillas. En general, la casa era muy espaciosa y cómoda, perfecta para alojar a la general y sus soldados.
La casa de Darwin era una de las más grandes del pueblo, con dos pisos y un jardín delantero bien cuidado. Tenía una fachada de color blanco con ventanas y puertas de madera oscura que contrastaban elegantemente. En la planta baja, había una sala de estar amplia y bien iluminada con cómodos sofás, había una cocina completamente equipada con electrodomésticos modernos y una mesa de comedor grande. También había un pequeño baño en la planta baja. En el segundo piso, se encontraban las habitaciones, tres en total, todas con camas dobles y un baño grande con una bañera y una ducha separadas. La casa estaba decorada con sencillez y elegancia, con paredes de color crema y detalles en tonos tierra.
La general se reunió con Darwin en la noche para hablar sobre cómo el pueblo tenía electricidad. Darwin explicó que tenían paneles solares instalados en las casas y edificios, lo que les permitía tener electricidad incluso después de la catástrofe. También les mostró cómo habían logrado obtener agua limpia a través de un pozo en el centro del pueblo, que estaba conectado a un sistema de purificación. La general estaba impresionada por la eficiencia del pueblo y le preguntó a Darwin si tenían algún plan de defensa en caso de un ataque zombie. Darwin respondió que habían construido muros alrededor del pueblo y habían establecido turnos de guardia para mantener la seguridad.
Darwin le dijo a la general que cada fin de semana reparte suministros por igual a todos que se hace por medio de listados que en este fin de semana los incluirán. La conversación continuó hasta tarde en la noche, y luego de acordar el reparto de suministros, la general y los soldados regresaron a sus respectivas casas para descansar. A pesar de la situación difícil en la que se encontraban, la sensación de seguridad que les brindaba Silver los hizo sentir un poco más aliviados.
Continuando la historia, Joshumber, Odalis y Alis caminaban por las calles del pueblo de Silver, disfrutando de la tranquilidad y la seguridad que encontraron allí. Mientras caminaban, conversaban sobre su nueva vida en el pueblo y las posibilidades que tenían para sobrevivir y prosperar allí.
Sin embargo, a lo lejos se escuchaban sonidos extraños que venían desde fuera del pueblo: gritos, rugidos y gemidos que parecían ser de zombis. Joshumber se puso alerta y dijo:
-¿Escuchan eso? Parece que hay zombis afuera del pueblo.
Odalis también escuchó los sonidos y respondió:
-Sí, pero aquí estamos a salvo, ¿verdad? Estamos en un lugar seguro.
Alis, la pequeña hija de Odalis y Joshumber, se aferró a la mano de su madre con miedo. Joshumber intentó tranquilizarla:
-Tranquila, Alis, estamos a salvo aquí en el pueblo. No hay nada de qué preocuparse.
Mientras tanto, los sonidos extraños continuaban y se acercaban cada vez más al pueblo. Joshumber y Odalis decidieron regresar a su casa para evitar cualquier peligro. Al llegar, cerraron las puertas y ventanas y se prepararon para pasar la noche en su casa, esperando que los sonidos extraños desaparecieran.
Stiv y Sandra escucharon los ruidos y Stiv salió a revisar un guardia del pueblo le explico que es normal escuchar eso ya que los muros son grandes les es imposible ingresar al pueblo, Stiv regresó a la casa y le contó a Sandra lo que había sucedido.
De repente, se escuchó un fuerte rugido y un estruendo en el muro que rodeaba el pueblo, La general decidió reunirse con Darwin para hablar sobre la seguridad del pueblo. Darwin le explicó que era normal escuchar ruidos y que el muro era lo suficientemente resistente como para protegerlos de cualquier peligro.
La general pidió que se hiciera una revisión del muro para asegurarse de que estaba en buenas condiciones y que no había ninguna brecha por donde pudieran entrar los zombies. Darwin prometió que enviaría a alguien para hacer una revisión a primera hora de la mañana.
La noche transcurrió sin más incidentes y al día siguiente, un grupo de hombres del pueblo revisó el muro y confirmó que estaba en perfectas condiciones.
Stiv estaba sentado en la sala de su casa cuando Darwin llegó y le propuso el trabajo de conducir los camiones para ir por suministros. Stiv pensó en la oferta y decidió aceptarla, ya que necesitaba una forma de contribuir en el pueblo y ganar la confianza de la gente del pueblo.
Después de aceptar el trabajo, Stiv se reunió con los demás conductores de camiones para recibir instrucciones sobre cómo llevar a cabo el trabajo. Les explicaron que debían ir en grupos y que debían tener cuidado al conducir en las carreteras, ya que podían encontrar zombies u otros peligros en el camino.
Capítulo 31 camiones en ruta
la primera misión de Stiv y su equipo de conducción de camiones era la aldea de San Benito, un lugar desolado y sin vida. La carretera que llevaba allí estaba en malas condiciones y tuvieron que detenerse varias veces para reparar los vehículos.
Finalmente, llegaron a la aldea, donde se encontraron con un paisaje desolador: casas abandonadas y destruidas, calles vacías y silenciosas. La sensación de tristeza y soledad que se respiraba allí era abrumadora.
Stiv y los demás comenzaron a cargar los camiones con todo lo que pudieron encontrar en la aldea, como comida enlatada, agua embotellada, medicamentos y mantas. También encontraron algunas armas y municiones que habían sido abandonadas por los habitantes anteriores.
De repente, escucharon un ruido extraño y se dieron cuenta de que algo estaba moviéndose en la aldea. Pronto descubrieron que se trataba de un pequeño grupo de zombies que había estado acechando en las casas cercanas. Rápidamente, Stiv y su equipo tomaron sus armas y lucharon contra los zombies. Afortunadamente, lograron repeler el ataque y escaparon de la aldea sin sufrir bajas. De regreso en el pueblo de Silver, descargaron los suministros y los distribuyeron equitativamente entre los habitantes. Darwin estaba muy agradecido y le ofreció a Stiv la oportunidad de trabajar en más misiones de suministro.
Así estuvieron durante unos meses stiv se volvió jefe de rutas de suministros, Darwin le dijo que tenía que ir a un pueblo llamado Printer que estaba a 2 días de allí que allí que era el pueblo que aún no han ido a buscar suministros y es el más alejados según el mapa que tenían.
Stiv preparó todo para la expedición hacia el pueblo de Printer. Junto a él irían otros hombres del pueblo armados para protegerlos en caso de encontrar algún peligro. Darwin les entregó un mapa detallado y les advirtió sobre la posibilidad de encontrarse con grupos de zombies en el camino, por lo que deberían mantenerse alerta en todo momento.
Partieron temprano en la mañana, llevando consigo agua, comida y armas. La ruta hacia Printer era agotadora, con caminos empinados y bosques espesos que dificultaban el paso de los camiones. Sin embargo, Stiv y los demás hombres perseveraron y lograron llegar al pueblo dos días después.
Printer era un pueblo pequeño y antiguo, con casas de adobe y calles de tierra. No había señales de vida en el lugar, ni siquiera de zombies. Stiv y su equipo se dividieron para buscar suministros en las casas abandonadas. Lograron encontrar algunas cosas útiles, como alimentos enlatados, medicinas y herramientas, pero en general el pueblo estaba bastante saqueado.
Mientras estaban cargando los camiones con los suministros encontrados, escucharon unos extraños ruidos que venían de un edificio cercano. Stiv, que estaba en guardia, se acercó al lugar y descubrió que era una tienda de música, y que los ruidos venían de un piano viejo que había sido tocado por el viento.
Stiv se encontraba en el pueblo de Printer con su grupo de hombres, listos para partir en la misión de recolectar suministros, cuando de repente sintió un fuerte golpe en la nuca y perdió el conocimiento.
Horas después, Stiv despertó aturdido y dolorido. Se dio cuenta de que se encontraba en una celda de la cárcel del pueblo, rodeado de sus propios hombres, quienes lo habían traicionado y amotinado. A su alrededor, podía ver a los guardias del pueblo y a los líderes del motín discutiendo en voz baja.
Stiv intentó levantarse, pero las cadenas que lo sujetaban a la pared se lo impidieron. Frustrado y enojado, empezó a gritar a sus hombres, acusándolos de traición y cobardía. Sin embargo, ninguno de ellos parecía prestarle atención.
Fue entonces cuando uno de los líderes del motín se acercó a la celda y le explicó la situación. Le dijeron que habían decidido quedarse en Printer y establecerse allí, ya que consideraban que era un lugar más seguro y fácil de defender que Silver. Además, habían descubierto que en el pueblo había una gran cantidad de suministros y recursos que podían utilizar para sobrevivir.
Stiv se dio cuenta de que la situación era grave. Sabía que no podía permitir que sus hombres se quedaran allí y abandonaran su misión de recolectar suministros para Silver. Desesperado, intentó persuadir a sus hombres para que cambiaran de opinión y volvieran a su misión original.
Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano. Sus hombres se habían dejado llevar por la promesa de seguridad y riquezas que Printer les ofrecía,
Su compañero le dijo que regresarían a Silver y dirán que a stiv lo ataco un zombie y luego tomaran el control de Silver, Stiv intenta hablar con el resto del grupo, tratando de persuadirlos para que cambien de opinión, pero sus palabras caen en oídos sordos. Se da cuenta de que no hay vuelta atrás y que su situación es peligrosa.
Finalmente, el grupo decide llevar a cabo su plan y abandonan a Stiv en la celda de la aldea le dejan un poco de pan y agua en la celda de Printer. Stiv se siente atrapado y sin esperanza, pero sigue buscando una manera de escapar y volver a Silver para advertir a Darwin sobre el peligro que representa el grupo amotinado.
Después de tres días el grupo llega al pueblo de Pinter sin Stiv, con lágrimas en los ojos le dicen a Sandra y Darwin que stiv había muerto, Sandra y Darwin se quedan atónitos al escuchar la noticia de la muerte de Stiv. La tristeza y la rabia se apoderan de ellos al pensar en todo lo que Stiv había hecho por el pueblo y en cómo había sido traicionado por su propio grupo.
Sin embargo, el caos se desata en el pueblo cuando los amotinados llegan y empiezan a exigir cambios y la destitución de Darwin como representante. La situación se vuelve violenta y la pequeña comunidad se divide en dos grupos: los que apoyan a Darwin y los que apoyan al grupo amotinado.
La General, quien había mantenido cierta distancia del pueblo y había estado más enfocada en el suministro de recursos, se une a Darwin y juntos intentan calmar a la multitud y buscar una solución pacífica.
Cuando la general busca una solución pacífica un amotinado le dispara a la general en el brazo La General se desploma al sentir el impacto de la bala en su brazo, pero logra mantenerse en pie y esquivar las siguientes balas que se disparan en su dirección. Con rapidez, se cubre detrás de una de las casas cercanas y se comunica por radio con sus soldados.
Sandra, que estaba con ella, intenta ayudarla a cubrirse mientras los disturbios siguen en aumento. Darwin, el representante del pueblo, se acerca a ellas para tratar de mediar la situación, pero es recibido con hostilidad por los amotinados.
En medio del caos, la General ordena a sus dos soldados que tomen posiciones y devuelvan el fuego. Se escuchan explosiones y el sonido de cristales rotos, mientras la gente corre y se esconde en busca de refugio.
Sandra ayuda a la General a ponerse a salvo detrás de una pared y examina su herida. Afortunadamente, la bala solo ha rozado su brazo, pero necesita atención médica inmediata.
Mientras tanto, los dos soldados de la General siguen luchando contra los amotinados, intentando recuperar el control del pueblo. La situación se ha vuelto crítica y parece que la paz y la tranquilidad de Silver están a punto de desaparecer para siempre.
Joshumber salió de su casa con su escopeta en mano, preocupado por los disturbios que se escuchaban en el pueblo. Odalis se quedó en casa con su hija Alis, cerrando todas las puertas y ventanas para mantenerse seguras.
Al salir a la calle, Joshumber vio a un grupo de hombres armados que parecían estar saqueando algunas tiendas y casas. La situación era peligrosa y no sabía qué hacer. Pensó en ir a la casa de la general para ofrecer su ayuda, pero no sabía si eso sería una buena idea.
Mientras tanto, los disparos y los gritos se intensificaron. Joshumber decidió que lo mejor era proteger a su familia y regresar a su casa. Caminó con cautela, tratando de evitar a los amotinados que estaban por todas partes.
Finalmente llegó a su casa, encontrando a Odalis y Alis a salvo. Se sentó con ellas, tratando de calmar a su esposa y su hija. No sabía qué iba a pasar, pero sabía que tenían que estar preparados para cualquier eventualidad.
Odalis se ofrece a salir con él y dejar a su hija tras los armarios el plan de Odalis es salir al techo de la casa y con su arco disparar flechas mientras que Joshumber se desplaza por las calles. Joshumber y Odalis salen de su casa, la pequeña Alis se queda resguardada detrás de los armarios. Odalis sube al techo con su arco en mano mientras Joshumber avanza por las calles hacia el centro del pueblo. En el camino, se topa con algunos amotinados que intentan agredirlo, pero con su escopeta logra ahuyentarlos.
En el centro del pueblo, la situación es aún más caótica, con disparos y gritos por todas partes. Joshumber trata de buscar a la General y a Darwin para ayudarlos, pero se topa con un grupo de amotinados armados que lo rodean.
Odalis, desde el techo, ve la situación y dispara varias flechas a los amotinados dando bajas graves a los amotinados y permitir que Joshumber escape, corren hacia la casa de la General para buscar refugio, pero no consigue llegar con la general.
Odalis agarra a su hija Alis y se coloca una mochila con algunas flechas y provisiones. En su espalda sale de la casa con precaución, mirando a ambos lados de la calle. A lo lejos puede escuchar los disparos y gritos que provienen del centro del pueblo. Odalis camina sigilosamente hacia la casa de la general, tratando de evitar ser vista por cualquier persona que pudiera ser peligrosa. A medida que se acerca a la casa de la general, puede ver que hay un pequeño grupo de personas que se están congregando en la calle. Odalis se detiene por un momento y evalúa la situación antes de continuar avanzando con Alis a su lado. Joshumber se encuentra con Odalis en uno de los muros de una casa y le pide silencio idean un plan. Se mantuvieron agazapados detrás de los muros de las casas, utilizando el terreno a su favor para evitar ser descubiertos.
Una vez que llegaron a un punto donde se encontraban dos amotinados que impedían su paso hacia la casa de la general, Odalis bajó a su hija al suelo, le dio un beso en la frente y la escondió detrás de unos arbustos cercanos, mientras Joshumber se preparaba para cargar con ella en la espalda. Odalis agarró su arco y disparó dos flechas a los amotinados dándoles muerte instantánea, permitiendo que Joshumber se acercara y tomara a Alis en su espalda.
Juntos, corrieron lo más rápido que pudieron hacia la casa de la general, saltando obstáculos y esquivando disparos que se oían a su alrededor. Finalmente, lograron llegar a la casa de la general, Joshumber y Odalis llegan a la casa de la General, donde se encuentran con Sandra, Darwin y la General, así como con otras personas heridas y aterrorizadas por los disturbios que se están produciendo en el pueblo. Joshumber deja a Alis con una mujer que está allí y luego se une a la defensa de la casa.
Odalis, por su parte, se une a la defensa desde el techo de la casa, donde tiene una visión privilegiada de los alborotadores que se acercan. Con su arco en mano, dispara flechas con precisión, derribando a varios de los amotinados que intentan acercarse.
Mientras tanto, dentro de la casa, Darwin y la General intentan encontrar una solución pacífica a la situación, pero los amotinados están cada vez más cerca y más violentos. Sandra se ocupa de las personas heridas, haciendo lo que puede para aliviar su dolor y curar sus heridas.
La tensión en la casa es palpable mientras la defensa continúa, con Joshumber y Odalis trabajando juntos para repeler a los amotinados y proteger a las personas dentro de la casa. La general, cansada de buscar una solución pacífica, decide tomar su rifle y defenderse desde la ventana de la casa. Dispara certeramente a varios de los amotinados que intentan ingresar al edificio, lo que les hace retroceder momentáneamente. Sandra y Darwin se unen a la defensa, tomando también sus armas y disparando a los atacantes. Odalis desde el techo con su arco hace varias bajas y Joshumber detrás de la puerta dispara con su escopeta, después de horas de batalla los amotinados corren por las bajas que sufren, la general corre tras uno de ellos derribándolo, lo voltea y lo comienza a golpear fuertemente en el rostro, luego de los golpes deciden interrogarlo para obtener información sobre lo sucedido con Stiv. Después de una intensa sesión de interrogatorio que le dio la general, el amotinado finalmente confiesa que Stiv sigue vivo, encerrado en una celda en el pueblo de Printer.
La general reúne a un grupo de personas valientes y deciden partir hacia Printer para rescatar a Stiv. Darwin y Sandra se quedan en Silver para proteger a las personas que quedaron atrás. Odalis se queda en una de las torres para vigilar desde la distancia.
Capítulo 32 viviendo bajo tierra
la General y un grupo de personas llegan a Pinter y empiezan a buscar a Stiv. Luego de revisar varias casas abandonadas, logran encontrarlo en una celda en muy malas condiciones de salud y deshidratación. La general ordena inmediatamente que lo lleven de vuelta a Silver para recibir atención médica.
Mientras tanto, la situación en Silver seguía siendo tensa y peligrosa. La general se comunica con Sandra y Darwin para informarles que han encontrado a Stiv y que pronto volverán a Silver. También les pide que traten de calmar a la gente y evitar más violencia.
Sandra y Darwin trabajan duro para calmar a la multitud y logran hacer que la situación se tranquilice un poco. Aunque algunos todavía estaban molestos por la situación, se sentían más seguros sabiendo que la general estaba de regreso con Stiv y que pronto volverían a tener suministros.
Finalmente, la general y su grupo regresan a Silver con Stiv y lo llevan directamente a la pequeña farmacia que está en el pueblo para recibir tratamiento.
La general se reúne con Darwin y conversan sobre que Silver ya no es un lugar seguro para vivir y lo mejor es emigrar a otro lugar. Darwin está de acuerdo con la General y empiezan a planear cómo emigrar con el resto de los habitantes de Silver. Deciden que la mejor opción es buscar un lugar alejado de la civilización, donde puedan vivir tranquilos y sin peligro de ser atacados.
La general invoca una reunión en el pueblo y les comenta la situación y les explica la solución que tienen de emigrar, los habitantes de Silver aceptan la propuesta y empiezan a empacar sus pertenencias para la partida. La General organiza un grupo de exploración para verificar zonas seguras para la travesía. Finalmente, luego de varios días de preparación, parten hacia el nuevo destino en caravanas de camiones luego de horas de conducir decidieron parar en una gasolinera a orillas de la carretera principal. La gasolinera parecía haber estado abandonada por años, con las bombas de gasolina oxidadas y sin funcionar. Sin embargo, los camiones necesitaban reabastecerse de combustible y la única opción era revisar la tienda de la estación.
Al entrar, encontraron una tienda polvorienta y vacía, pero en la pared del fondo había un mapa dibujado a mano. Estaba marcada una ciudad llamada «New Hope», a unas cuantas horas de camino. La General tomó el mapa y lo estudió detenidamente. La ciudad parecía ser un buen destino para establecerse, con suficientes recursos y espacio para la población que quedaba. Además, estaba lo suficientemente alejada de Silver como para que no hubiera problemas con los amotinados o los infectados.
La General le mostró el mapa a Darwin y le explicó que esa sería su nueva meta. Darwin estaba de acuerdo, pero señaló que era necesario abastecerse bien de combustible y alimentos antes de partir.
Mientras tanto, Sandra y Odalis revisaban la tienda en busca de cualquier cosa que pudiera ser útil. Encontraron algunas herramientas, medicamentos y algunos alimentos no perecederos. También había un pequeño generador, que podrían usar para cargar las baterías de los radios y las linternas.
La ruta hacia New Hope. Después de cargar los camiones con suficiente combustible y suministros, el grupo emprendió su camino hacia New Hope, la carretera hacia la ciudad estaba llena de obstáculos, con vehículos abandonados y escombros esparcidos por todas partes. Los camiones no podían avanzar debido a los obstáculos, por lo que la decisión fue dejarlos atrás y continuar a pie.
La caminata fue agotadora, el sol del mediodía caía sin piedad sobre ellos y cada paso se volvía más difícil debido a la fatiga. Tenían que pasar por encima y alrededor de los vehículos abandonados y a veces incluso tenían que encontrar caminos alternativos. La ciudad estaba a la vista, pero parecía estar muy lejos, cada vez que pensaban que estaban cerca, resultaba que todavía había mucho camino por recorrer.
Finalmente, después de horas de caminar, llegaron a la ciudad. Estaba en ruinas, edificios derrumbados y autos destrozados estaban esparcidos por todas partes. Pero, en medio de todo esto, vieron signos de vida, personas caminando.
Al entrarse a la ciudad el grupo fue recibidos con personas armadas. El grupo de la general y Darwin y los demás se detienen en seco al ver a las personas armadas y tapadas del rostro. La tensión en el aire es palpable y todos se mantienen en silencio, sin saber qué hacer.
Uno de los hombres armados se acerca a ellos y les habla con voz ronca y autoritaria: «No hagan nada tonto y síganos. Si hacen algo fuera de lo normal, les dispararemos sin pensarlo dos veces».
La general, con calma, pero firmeza, pregunta: «¿Quiénes son ustedes y qué quieren de nosotros?»
El hombre armado responde: «Somos parte de la comunidad de New Hope. Aquí las cosas se hacen a nuestra manera y ustedes deben seguir nuestras reglas si quieren quedarse».
La general, sabiendo que no tienen otra opción, asiente y le dice al grupo que sigan a los hombres armados. Juntos caminan por las calles de la ciudad, que, a diferencia de Silver, parece estar bastante bien organizada y protegida.
Las casas y edificios están cercados por altas vallas de metal y vigilados por personas armadas en las torres de vigilancia. Los pocos habitantes que se ven por las calles, también están armados y vigilantes.
Finalmente, llegan a una gran casa con la fachada decorada con pinturas y grafitis coloridos. Los hombres armados les piden que entren y les dicen que esperen a que el líder de la comunidad los reciba. El grupo, exhausto y preocupado, entra en la casa y espera nerviosamente mientras los hombres armados los vigilan de cerca.
Después de unos minutos llega el líder de la ciudad llamado Sergio se presenta y les comenta como es la situación en la ciudad, les explica que en la superficie nadie vive.
La general le pregunta el porqué. –
Sergio le comenta que en las noches en la ciudad bajan las temperaturas y el frio es demasiado y la otra es que salen unas criaturas extrañas que ni parecen zombies sino grandes mutaciones en animales que son muy peligrosas las únicas personas que salen a la superficie son los hombres designados por el y la seguridad de la ciudad. Pero en la superficie es donde verdaderamente esta la comunidad completa bajo redes del metro de la ciudad que funcionaba hace tiempo, Sergio les ofrece un lugar en su comunidad si están dispuestos a trabajar y contribuir. El grupo acepta la oferta y se les lleva a la entrada de los túneles del metro.
Los túneles del metro están oscuros y húmedos, con paredes llenas de musgo y charcos de agua en el suelo. A medida que el grupo se adentra en los túneles, pueden ver pequeñas luces eléctricas colgando de los techos y las paredes, lo que proporciona la única fuente de luz en el área.
La comunidad que vive bajo la superficie está compuesta principalmente por personas que escaparon de la superficie debido a la pandemia. Han creado un sistema de vida sostenible allí, cultivando hortalizas y frutas en pequeñas parcelas y criando animales para obtener carne y huevos.
Sergio les muestra a los miembros del grupo las áreas comunes, que incluyen una cocina comunitaria y un centro de reuniones. Les informa que la moneda de aluminio fundido llamada «M» es la moneda que utilizan en la comunidad y que pueden ganarlas trabajando en áreas como la agricultura, la fabricación de herramientas y la protección de la comunidad.
Mientras caminan, Sergio les muestra cómo las paredes de los túneles están cubiertas de arte callejero y grafiti, lo que le da una sensación de comunidad y vida a un lugar que de otra manera estaría oscuro y silencioso. También les informa sobre los peligros de vivir bajo la superficie, como inundaciones y fallas en el sistema de ventilación, que deben ser monitoreados y reparados regularmente.
Sergio les explica que los niveles del metro son muy distintos entre sí. En los dos primeros niveles se encuentran las estaciones de metro abandonadas, las cuales son utilizadas como refugio para la gente que vive bajo la superficie. En estas estaciones se han acondicionado las áreas de espera y los andenes como dormitorios, cocinas y zonas de almacenamiento.
En el tercer nivel, se encuentran los talleres y las fábricas que utilizan la energía que se genera en la superficie a través de paneles solares y turbinas eólicas. En estos talleres se construyen las herramientas y maquinarias que se necesitan para mantener la vida bajo la superficie.
El cuarto nivel es conocido como «La Ciudad». En este nivel se encuentran las tiendas, los mercados y las áreas recreativas donde la gente puede socializar y divertirse. También hay centros de salud, escuelas y un gobierno local.
El quinto y octavo nivel son los más peligroso y está completamente abandonados. Nadie se aventura a explorarlo ya que se rumorea que allí habitan criaturas extrañas y peligrosas según es lo que dicen. Antes de marcharse les dice que elijan unos vagones para que sea su nueva casa y que se instalen y le da 5 “M” a cada miembro del grupo para que empiecen su vida bajo en los túneles del metro. El grupo agradece a Sergio y se dirigen hacia los vagones asignados. Después de acomodarse, deciden explorar un poco la zona en la que están viviendo ahora. Bajan a los niveles 2 y 3, donde encuentran a muchas personas trabajando en diferentes áreas: algunos cultivando plantas en huertos hidropónicos, otros recolectando agua de las tuberías de lluvia, y otros construyendo nuevas estructuras y reparando las existentes.
Mientras caminan por los túneles, el grupo se sorprende al ver que hay una gran cantidad de personas que han hecho del metro su hogar. Los niveles inferiores están menos iluminados y tienen un ambiente más oscuro, lo que hace que el grupo sienta un poco de miedo y tensión.
Finalmente, deciden regresar a su vagón para descansar. Comienzan a pensar en cómo comenzarán sus vidas en este nuevo lugar. Se dan cuenta de que tendrán que trabajar duro para ganar suficientes M para poder comprar los suministros que necesitan para vivir.
Con esta idea en mente, deciden que al día siguiente comenzarán a buscar trabajo. Mientras tanto, se preparan para pasar su primera noche en su nuevo hogar.
Capítulo 33 nuevo comienzo con una moneda llamada “M”
El vagón en el que Joshumber y su familia se alojaron era bastante amplio, comparado con algunos de los otros vagones. Tenía asientos acolchados que se convertían en camas, una pequeña cocina con una estufa y un fregadero, y un baño con una ducha y un inodoro. Había armarios y estantes para guardar pertenencias y suministros. La iluminación era tenue y provenía de lámparas de queroseno. Había una pequeña mesa en el centro del vagón y algunos libros y juegos de mesa para pasar el tiempo. A pesar de que el vagón tenía algunas señales de desgaste, Joshumber y su familia lo encontraron cómodo y acogedor. Pusieron sus pertenencias en los armarios y empezaron a planificar su vida en la comunidad subterránea.
El vagón donde se quedó Stiv y Sandra era un poco más pequeño que el de Joshumber y su familia. Estaba amueblado con un sofá cama, una pequeña mesa, una cocina de gas, un lavabo y un inodoro. Había algunas estanterías y armarios para guardar sus pertenencias, así como algunas cajas de cartón para usar como muebles improvisados. Las paredes del vagón estaban cubiertas de grafiti y la iluminación era tenue, proveniente de algunas lámparas colgantes de luz roja. A pesar de las condiciones austeras, Stiv y Sandra se esforzaron por hacerlo sentir cómodo, colocando algunas mantas y cojines en el sofá cama y decorando con algunas fotografías y pequeños adornos que habían traído consigo.
El vagón de la general y Darwin y su grupo era más amplio que los demás, con capacidad para acomodar a unas diez personas. Tenía dos literas en la parte trasera y una mesa central en la que se podían sentar todos a comer juntos. En una de las esquinas del vagón, se encontraba un pequeño armario que se utilizaba como despensa, donde se guardaban alimentos no perecederos y utensilios de cocina. Había también algunas estanterías en las que se almacenaban objetos personales y herramientas. En la parte frontal del vagón, se ubicaba un pequeño baño con lo esencial para poder hacer sus necesidades, lavarse y asearse. En la pared del fondo, una pequeña ventana permitía la entrada de luz natural y permitía una vista hacia el túnel del metro.
Al día siguiente Joshumber se dirige al mercado en el nivel 4 para saber que puede adquirir con 5M y se da cuenta que con 1 M puede comprar 3 trozos de carne 3 huevos y 2 cajas de leche y descubre que la moneda tiene un valor alto dentro de esa nueva comunidad. Joshumber se sorprende al ver que la moneda M tiene un valor grande dentro de la comunidad subterránea. Con su pequeña cantidad de 5M, puede comprar suficiente comida para su familia durante varios días.
Mientras pasea por el mercado, Joshumber observa cómo los vendedores intercambian una variedad de bienes, desde alimentos hasta ropa y herramientas, utilizando las monedas M. También ve a la gente trabajando en talleres improvisados, creando nuevos productos para vender en el mercado.
Impresionado por la eficacia de la economía subterránea, Joshumber regresa a su vagón y comparte la noticia con su familia y compañeros de viaje. Juntos, deciden que necesitan encontrar una forma de ganar más monedas M para poder vivir cómodamente en su nuevo hogar.
Al día siguiente, Joshumber se une a un grupo de trabajadores que se ofrecen para limpiar y reparar los túneles del metro. A cambio, reciben una cantidad justa de monedas M por su trabajo. Continuando la historia, Stiv se encontró un trabajo como recolector de legumbres en el nivel 3 del metro, donde pasaba largas horas recogiendo alimentos de la tierra cultivada allí. Joshumber, por otro lado, encontró un trabajo como limpiador de túneles en el nivel 2, donde debía mantener los túneles libres de escombros y peligros para la comunidad.
Odalis se dedicó a recolectar abrigos y ropa en los vagones abandonados del metro, y luego los vendía a otros habitantes por unas pocas monedas de M. Sandra, por su parte, decidió poner en práctica sus conocimientos médicos y se convirtió en la vendedora de medicamentos, un trabajo muy valorado en la comunidad subterránea.
La General y Darwin encontraron su lugar en la venta de balas, y en poco tiempo se hicieron muy populares entre los miembros de la comunidad. Mientras pasando los mese Alis la hija de Joshumber y Odalis seguía creciendo ya no era una niña de 2 años ahora tenía 5 y se relacionaba con otros niños de los túneles. Alis disfrutaba de su vida bajo la superficie y se había adaptado bien a su nueva vida en los túneles del metro. Había conocido a otros niños de su edad y disfrutaba de jugar con ellos en los espacios comunes de la comunidad subterránea.
Joshumber y Odalis estaban felices de ver a su hija crecer y adaptarse bien a su nueva vida. A pesar de las dificultades de vivir en un lugar tan diferente a lo que estaban acostumbrados, estaban contentos de haber encontrado un lugar seguro para vivir y criar a su familia.
Mientras tanto, Stiv seguía trabajando como recolector de legumbres y estaba contento con su trabajo. Había encontrado un grupo de amigos en su lugar de trabajo y disfrutaba de su tiempo libre explorando los túneles subterráneos.
Sandra había logrado establecer un negocio exitoso vendiendo medicamentos y se había convertido en una figura importante en la comunidad subterránea.
Capítulo 34 salir o morir
La General convocó a Joshumber y Stiv para una reunión en un rincón tranquilo de los túneles. Había notado que Sergio, el líder de la comunidad subterránea, no había sido visto ni escuchado en varias semanas, lo que generaba preocupación y desconcierto entre los habitantes.
Sentados en un viejo banco de madera, la General expresó su inquietud mientras miraba a Joshumber y Stiv con seriedad. Los tres compartían una sensación de preocupación creciente por la ausencia de Sergio, quien había sido una figura central en la comunidad y su guía durante todo ese tiempo.
La General comenzó la conversación, preguntando: «¿Han notado algo extraño últimamente? No hemos visto a Sergio y no tenemos noticias de él. Me preocupa que algo haya sucedido o que haya ocurrido algún problema importante en los niveles superiores».
Joshumber asintió, mostrando su preocupación. «Es cierto, no hemos tenido noticias de él ni de su equipo. Sergio siempre ha sido muy confiable y responsable. No es su estilo desaparecer sin dejar rastro. Me preocupa que algo grave haya sucedido».
Stiv, con una expresión de intranquilidad en su rostro, añadió: «Tienes razón, General. Sergio era nuestro líder y siempre se aseguraba de mantener todo en orden. Sin él, la comunidad puede volverse caótica y vulnerable. Necesitamos saber qué ha pasado y si hay alguna acción que debamos tomar».
La General asintió, compartiendo sus preocupaciones. «Estoy de acuerdo. Debemos descubrir qué ha sucedido y tomar las medidas necesarias para mantener la estabilidad y seguridad de nuestra comunidad. Necesitamos encontrar respuestas y asegurarnos de que estamos preparados para cualquier eventualidad».
Los tres se miraron con determinación, conscientes de que debían actuar rápidamente. Decidieron iniciar una investigación dentro de la comunidad, hablar con otros residentes y recabar cualquier información relevante que pudiera arrojar luz sobre la situación de Sergio.
La General se adentró en los túneles, siguiendo el camino que la llevaría hasta el vagón donde se encontraba Darwin. Mientras caminaba, se daba cuenta de lo silencioso que estaba todo en comparación con los días anteriores. El ambiente era tenso y la preocupación se palpaba en el aire.
Al llegar al vagón, la General encontró a Darwin sentado en un viejo sofá, mirando pensativamente hacia el suelo. Al verla, levantó la mirada y notó su expresión preocupada. Sin necesidad de palabras, la General supo que Darwin también estaba al tanto de la situación.
La General se acercó y se sentó a su lado. Mirándolo fijamente, le dijo: «Darwin, necesitamos encontrar respuestas sobre Sergio. ¿Has escuchado algo más desde la última vez que hablamos?».
Darwin suspiró y asintió con tristeza. «Hace unas horas, mientras caminaba por los túneles, escuché a algunos miembros de la comunidad hablando. Decían que están solos, que Sergio y su equipo ya no están en la superficie. Parece que algo ha sucedido, pero nadie sabe exactamente qué».
La General frunció el ceño, procesando la información. «¿Alguien mencionó alguna pista sobre lo que podría haber sucedido o hacia dónde podría haber ido Sergio?»
Darwin sacudió la cabeza. «No, nadie tenía información concreta. Solo hablaban de rumores y especulaciones. Parece que la situación en la superficie se ha vuelto aún más peligrosa, y Sergio y su equipo tomaron la decisión de partir».
La General se levantó, con determinación en su mirada. «Tenemos que seguir buscando respuestas, Darwin. No podemos permitir que la incertidumbre se apodere de nuestra comunidad
Stiv escuchó atentamente las palabras del anciano llamado Luis mientras realizaba su trabajo como recolector de legumbres. La sugerencia de ir a la superficie en busca de algo para hacer más fuego en las zonas más oscuras resonó en su mente. Decidió que valía la pena explorar la superficie y obtener más información sobre lo que había sucedido durante el tiempo en que estuvieron bajo tierra.
Con su determinación fortalecida, Stiv se preparó para su expedición hacia la superficie. Subió por los túneles, cada paso lleno de anticipación y emoción. Al salir a la superficie, quedó atónito ante el escenario que se presentaba ante sus ojos.
Todo estaba cubierto de una gruesa capa de nieve, los edificios y las casas lucían congelados y abandonados. El viento soplaba frío y penetrante, envolviendo el paisaje en un manto gélido. Era un panorama desolador y silencioso.
Stiv caminó cautelosamente entre la nieve, explorando las calles con una mezcla de curiosidad y preocupación. Todo parecía estar sumido en un largo invierno, como si el tiempo se hubiera detenido durante su ausencia en la superficie. Se preguntaba qué había sucedido durante todo ese tiempo y cómo la ciudad había llegado a ese estado.
En medio de su exploración, Stiv se encontró con el anciano Luis, quien también parecía estar asombrado por el paisaje helado. Se acercaron y comenzaron a conversar, compartiendo sus impresiones y dudas.
Luis, con su voz tranquila y arrugada, le dijo a Stiv: «Hijo, esto es lo que ha ocurrido mientras estuvimos bajo tierra. El mundo ha cambiado drásticamente. El clima se ha vuelto más severo, los recursos escasean y las personas han tenido que adaptarse de formas que nunca hubiéramos imaginado».
Stiv escuchaba con atención las palabras de Luis, asimilando la magnitud de los cambios que habían ocurrido en la superficie. Se dio cuenta de que, en su búsqueda de respuestas, había encontrado más preguntas y desafíos por enfrentar.
Stiv regresó a los túneles con pasos rápidos y decididos, su mente llena de la impactante visión que había presenciado en la superficie. Corrió hacia el vagón de Joshumber, donde sabía que encontraría a su amigo y su familia.
Al llegar al vagón, Stiv estaba agitado y emocionado por compartir lo que había presenciado. Encontró a Joshumber sentado cerca de la entrada, absorto en sus pensamientos. Se acercó rápidamente y con una expresión de urgencia en su rostro.
«Joshumber, debes escuchar lo que he visto en la superficie», exclamó Stiv, tratando de recuperar el aliento. «Todo está cubierto de nieve, los edificios, las calles… es como si el invierno se hubiera apoderado del mundo entero».
Joshumber levantó la mirada, sorprendido por la energía y la excitación en la voz de Stiv. Se acercó a él y le preguntó: «¿Qué quieres decir, Stiv? ¿Qué ha sucedido allí arriba?». Su rostro reflejaba curiosidad y ansiedad por conocer la verdad.
Stiv comenzó a describir en detalle la escena que había presenciado en la superficie. Explicó cómo todo estaba congelado, los edificios cubiertos de nieve y el viento frío que soplaba sin piedad. Habló de la sensación de desolación y silencio que había en el ambiente, como si el tiempo se hubiera detenido.
«Es como si el mundo estuviera en un eterno invierno, Joshumber», continuó Stiv. «No sé qué ha pasado exactamente, pero algo importante ha cambiado. La superficie ya no es como la recordábamos».
Joshumber escuchaba atentamente, sus ojos reflejaban sorpresa y preocupación. «¿Y las personas?», preguntó con voz entrecortada. «¿Había alguien más allí? ¿Algún rastro de vida?».
Stiv suspiró y asintió. «Vi algunas señales de que había habido actividad humana en el pasado, pero no encontré a nadie en ese momento. Parece que la gente ha debido adaptarse a estas nuevas condiciones y tal vez se han refugiado en otros lugares».
Joshumber miró a su familia, pensativo. «Entonces, ¿qué significa esto para nosotros, para nuestra comunidad en los túneles?», preguntó con cierta aprehensión.
Stiv reflexionó por un momento antes de responder. «Significa que debemos centrarnos en fortalecer nuestra comunidad aquí abajo. La superficie es un lugar hostil y desconocido en este momento. Tenemos que encontrar formas de subsistir y adaptarnos a estas condiciones cambiantes. Pero también debemos ser solidarios y trabajar juntos para asegurar nuestro futuro».
Joshumber asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. «Tienes razón, Stiv. Nuestro hogar está aquí, en estos túneles. Debemos mantenernos unidos y encontrar formas de sobrevivir y prosperar, incluso en estas circunstancias desafiantes»
Stiv, Joshumber, la general y Darwin se reunieron en un espacio común bajo la superficie. Encendieron un fuego que iluminaba débilmente el lugar, mientras el calor proporcionaba cierta comodidad en medio de la oscuridad. Sentados en círculo, compartieron sus pensamientos y preocupaciones.
Stiv tomó la palabra, repitiendo lo que había presenciado en la superficie. Describió detalladamente la desolación del paisaje cubierto de nieve y la ausencia de vida. Explicó cómo las estructuras estaban abandonadas y cómo el frío implacable parecía haber tomado el control.
Joshumber asintió, recordando la inquietante imagen que Stiv había pintado con sus palabras. La preocupación estaba grabada en sus ojos mientras reflexionaba sobre el futuro incierto que les esperaba bajo tierra.
La general, con su mirada firme y decidida, tomó la palabra. Expresó su desacuerdo con la idea de quedarse permanentemente bajo tierra. Argumentó que, a pesar de las dificultades en la superficie, no podían renunciar a la posibilidad de buscar una vida mejor en otro lugar.
«Sergio puede estar muerto», dijo la general con voz grave. «No sabemos qué ha ocurrido realmente, pero si queremos sobrevivir a largo plazo, debemos explorar otras opciones. Quedarnos aquí indefinidamente no es una solución sostenible».
La expresión en los rostros de todos reflejaba la incertidumbre y la duda. No había respuestas claras ni certezas absolutas en ese momento. Cada uno se quedó pensativo, reflexionando sobre las palabras de la general y las visiones compartidas por Stiv.
Después de un breve silencio, se despidieron y cada uno se retiró a sus respectivos vagones, sumidos en sus pensamientos. La incertidumbre se aferraba a ellos mientras se acurrucaban en sus cobijas y se entregaban al sueño.
En sus vagones, Stiv, Joshumber, la general y Darwin se preguntaban qué depararía el futuro. La idea de abandonar su hogar bajo la superficie generaba miedo y dudas, pero también despertaba una chispa de esperanza. Sabían que debían tomar decisiones difíciles y enfrentar nuevos desafíos en busca de un futuro mejor.
Joshumber se acercó a Odalis en su vagón, donde Alis estaba jugando con sus juguetes. Con un semblante serio pero decidido, le explicó a Odalis la conversación que tuvo con Stiv y la general, así como las preocupaciones que habían surgido a raíz de lo que habían presenciado en la superficie.
«Odalis, creo que es hora de dejar esta vida bajo tierra», dijo Joshumber con una voz suave pero firme. «Las cosas están cambiando allá afuera, y no podemos quedarnos atrapados en este lugar para siempre. Necesitamos buscar un nuevo hogar, uno donde podamos vivir en paz y seguridad».
Odalis asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Miró a Alis, que estaba escuchando atentamente la conversación, y se agachó para estar a su altura. «Alis, cariño, papá y yo hemos estado hablando y hemos decidido que es hora de irnos de aquí. Hay un mundo más grande ahí fuera que queremos explorar y encontrar un lugar donde podamos vivir felices y seguros».
Alis frunció el ceño, mostrando cierta confusión en su rostro infantil. «¿No nos gusta aquí?», preguntó con inocencia.
«No es que no nos guste, cariño», respondió Odalis, acariciando suavemente el cabello de Alis. «Simplemente creemos que hay un lugar mejor para nosotros, donde podamos tener una vida diferente, con más posibilidades y oportunidades».
Joshumber tomó la mano de Odalis, mostrando su apoyo mutuo y su determinación en la decisión tomada. «Prometemos cuidarte y protegerte, Alis. Iremos juntos en esta aventura y encontraremos un nuevo hogar donde podamos ser felices».
Alis miró a sus padres con sus ojos curiosos y, finalmente, asintió. «Está bien, papá y mamá. Confío en ustedes. Vamos a encontrar nuestro nuevo hogar juntos».
Stiv buscó a Sandra en su vagón y la encontró leyendo un libro en un rincón tranquilo. Se acercó a ella con expresión seria pero determinada, y se sentó a su lado.
«Sandra, necesito hablar contigo sobre algo importante», comenzó Stiv, buscando su mirada. «Joshumber y la general han tomado una decisión. Han decidido abandonar este lugar y buscar un nuevo hogar en la superficie».
Sandra frunció el ceño, sorprendida por la noticia. «¿Abandonar todo esto? ¿Por qué? ¿Qué está pasando?»
Stiv suspiró, buscando las palabras adecuadas. «Hemos visto cosas extrañas y preocupantes en la superficie, y la general piensa que ya no es seguro quedarnos aquí. Ella cree que sergio, nuestro líder, puede haber muerto, y que es hora de buscar un lugar donde podamos tener una vida mejor y más segura».
Sandra parecía inquieta, pero también entendía la lógica detrás de la decisión. Miró a Stiv, sus ojos llenos de preocupación. «¿Y qué piensas tú, Stiv? ¿Crees que es lo correcto?»
Stiv tomó las manos de Sandra entre las suyas, transmitiéndole su seriedad y determinación. «Sandra, confío en Joshumber y la general. Han demostrado su valentía y liderazgo en situaciones difíciles. Creo que esta es nuestra oportunidad de buscar un futuro mejor.
Sandra asintió lentamente, dejando escapar un suspiro. «Entiendo, Stiv. No puedo negar que también siento la inquietud de quedarnos aquí. Si Joshumber y la general creen que es lo mejor, entonces debemos confiar en ellos».
Capítulo 35 obscuridad total
En el nivel 4 de los túneles, el grupo se había preparado meticulosamente para su partida hacia la superficie. Cada miembro llevaba una mochila en la espalda, repleta de suministros y equipamiento necesario para enfrentar los desafíos que les esperaban.
Joshumber y su familia llevaban mochilas robustas, cargadas con alimentos no perecederos, botellas de agua, mantas térmicas y ropa de abrigo resistente al frío. También tenían linternas y baterías adicionales para asegurarse de tener suficiente luz en su camino.
Stiv y Sandra habían preparado mochilas similares, incluyendo elementos esenciales como botiquines de primeros auxilios, herramientas multiusos y provisiones adicionales de municiones. Además, habían incluido ropa extra y accesorios para protegerse del frío, como guantes, bufandas y gorros.
La general y Darwin portaban mochilas más grandes, cargadas con suministros estratégicos como mapas detallados de la región, brújulas, walkie-talkies y radios de comunicación de largo alcance. También llevaban consigo una selección de armas de fuego y municiones adicionales, preparados para cualquier posible encuentro hostil en su camino.
Mientras el grupo se reunía y se preparaba para partir, el anciano Luis, quien había acompañado a Stiv a la superficie, se acercó a ellos con una mirada grave pero decidida.
«Si realmente desean irse, deben usar los túneles 6 y 7», les dijo Luis. «Son peligrosos, pero los llevarán a otra ciudad. Es mejor enfrentar los peligros de los túneles que quedarse aquí y morir congelados».
Joshumber asintió, comprendiendo la importancia de la advertencia de Luis. «Agradecemos tus consejos, Luis. Estamos listos para enfrentar los desafíos que vengan. Es mejor arriesgarnos en busca de un nuevo hogar que quedarnos aquí sin esperanza».
El anciano asintió con aprobación y les deseó suerte en su travesía. «Que los dioses los guíen y los protejan en su camino. No olviden que su determinación y unidad son sus mayores fortalezas».
Después de la breve conversación, el grupo se encaminó hacia los túneles 6 y 7, El túnel 6 se extendía en la oscuridad absoluta, sin visibilidad más allá del alcance de las linternas. Los destellos de luz iluminaban el camino mientras el grupo avanzaba con precaución, siguiendo las flechas y señalizaciones del metro que indicaban la ruta.
La pequeña Alis, aferrada a la mano de su madre, miraba con ojos asustados a su alrededor. El ambiente tenebroso y desconocido le provocaba temor, y comentaba en voz baja lo aterrador que era estar allí. Odalis, su madre, la tranquilizaba suavemente, asegurándole que estaban juntos y que pronto encontrarían un lugar seguro.
Mientras caminaban, la general, Stiv y Joshumber mantenían sus armas en mano, listos para cualquier eventualidad. Las linternas iluminaban parcialmente el entorno, revelando paredes cubiertas de hongos y moho, y el sonido inquietante de goteras resonaba a su alrededor, creando un ambiente opresivo.
A medida que avanzaban, se escuchaban gruñidos y gemidos espeluznantes provenientes de las profundidades del túnel. El eco amplificaba esos sonidos, creando una atmósfera aún más inquietante. Era difícil discernir la procedencia de esos ruidos, pero el grupo permanecía alerta y continuaba su marcha sin desviarse de su camino.
Las conversaciones entre ellos eran breves y susurros, en un intento de no atraer la atención de cualquier criatura o peligro que pudiera acechar en las sombras. Compartían palabras de aliento y recordaban los motivos por los que habían tomado la decisión de abandonar los túneles y buscar una nueva vida en la superficie. A pesar del miedo y la incertidumbre que los rodeaba, se apoyaban mutuamente, encontrando fuerzas en su determinación colectiva.
El túnel 6 era un lugar inhóspito y aterrador, donde cada paso se tomaba con precaución. El ambiente oscuro, los ruidos amenazantes y la sensación de lo desconocido provocaban una mezcla de temor y emoción en el grupo. Mientras el grupo avanzaba por el túnel 6, los ruidos repentinos provenientes de sus espaldas los hicieron voltear rápidamente. Con las linternas en alto, iluminaron la oscuridad que les rodeaba, pero no encontraron nada visible. La sensación de tensión se apoderó de ellos, y continuaron su marcha con mayor cautela.
A medida que se acercaban a la estación 7, encontraron un rótulo que indicaba que faltaba un kilómetro para llegar. El grupo se mantuvo alerta, consciente de que cada paso los acercaba más al siguiente túnel. Sin embargo, la tranquilidad se vio abruptamente interrumpida cuando Darwin fue jaloneado desde la oscuridad por la espalda. Su grito aterrador resonó en todo el túnel, causando un escalofrío en los demás.
La general alzó rápidamente su linterna hacia el techo, revelando unos oscuros y una horda de zombies avanzando por el túnel 6. El grupo se llenó de pánico y la general gritó con todas sus fuerzas: «¡Corran!». Disparos resonaron en el aire mientras todos corrían sin cesar, tratando de mantener a raya a los zombies.
Las luces de las linternas se movían frenéticamente, iluminando el camino y creando sombras inquietantes que se proyectaban en las paredes. Odalis, cargando a Alis entre sus brazos, lloraba mientras corría, protegiendo a su hija de la aterradora escena.
Las conversaciones entre ellos se redujeron a exclamaciones de urgencia y órdenes rápidas. La adrenalina y el miedo impulsaban sus acciones, y cada miembro del grupo disparaba en un intento desesperado de mantener a raya a los zombies y abrirse paso hacia la seguridad del túnel 7.
La situación angustiante incluía la imagen de la horda de zombies acercándose rápidamente, sus ojos sin vida y sus movimientos torpes pero implacables. El sonido de los disparos y los gritos se mezclaban en un caos ensordecedor mientras el grupo luchaba por su supervivencia.
El grupo avanzaba a toda velocidad, sus pulmones ardiendo y sus piernas temblando, mientras se adentraban en el túnel 7 en busca de refugio. La incertidumbre del peligro que aún les esperaba y el dolor por la pérdida de Darwin se mezclaban en sus pensamientos mientras corrían, Mientras el grupo corría desesperadamente hacia la estación 7, sus corazones latían con fuerza y el agotamiento comenzaba a hacer mella en sus cuerpos. De repente, avistaron un rótulo que indicaba la presencia de la estación y, justo al lado, encontraron una puerta de metal entreabierta que emanaba una luz débil desde el interior.
Joshumber, con una determinación feroz, se subió rápidamente a la puerta y les gritó a los demás: «¡Corran!». Mientras disparaba a los zombies que se acercaban, brindaba cobertura a sus compañeros para que pudieran ingresar a la estación. Uno a uno, comenzaron a entrar, y Stiv y Joshumber cerraron la pesada puerta de metal, sellando su escape y dejando atrás los gruñidos, gemidos y golpes desesperados.
Dentro de la estación 7 era una mezcla de alivio y tensión. La luz tenue revelaba un espacio amplio pero sombrío, con bancos deteriorados y un andén cubierto de polvo y escombros. El grupo, exhausto y con los corazones aún palpitantes, se reunió en el centro de la estación.
Las conversaciones comenzaron entre jadeos y suspiros agitados, mientras cada miembro del grupo procesaba la experiencia aterradora que acababan de vivir. Se miraron unos a otros, buscando a consuelo y asegurándose las condiciones que estaban a salvo por el momento. Las palabras eran breves pero cargadas de alivio y gratitud por haber escapado de los zombies y haber encontrado refugio en la estación 7.
Sin embargo, el sonido persistente de los golpes en la puerta de metal grababa a todos que aún estaban en peligro. La conversación se centró en cómo asegurar la puerta y buscar posibles rutas de escape o lugares seguros dentro de la estación. Las ideas se lanzaron rápidamente, cada uno aportando sus pensamientos y conocimientos para garantizar la supervivencia del grupo.
El pasillo de la estación 7 era estrecho y oscuro, con paredes de concreto desconchadas y manchas de humedad. A lo largo del pasillo, se vieron bancos deteriorados y carteles desgastados que indicaban las distintas salidas y destinos de los trenes que alguna vez pasaron por allí. La luz débil de las linternas y las pequeñas luces de emergencia apenas iluminaban el lugar, creando sombras alargadas que daban un aspecto lúgubre al entorno.
Mientras la general examinaba el pasillo, el resto del grupo se sentó en los bancos, agotados y recuperando el aliento. Todos compartieron sus provisiones de agua embotellada y alimentos enlatados, buscando recuperar fuerzas para continuar. Las conversaciones eran una mezcla de alivio por haber escapado con vida y tristeza por la pérdida de Darwin.
La general lideraba la conversación, buscando mantener la moral del grupo en alto. Hablaban sobre el plan de acción para asegurar la puerta y explorar posibles rutas de escape. Surgieron ideas y estrategias, y cada uno aportó su experiencia y conocimientos para encontrar la mejor solución. Discutieron la importancia de mantenerse unidos y recordaron la valentía y el sacrificio de Darwin.
Capítulo 36 Villa las Flores
El grupo continuó su marcha, guiados por el rótulo que indicaba la bienvenida a «Villa Las Flores» a tres kilómetros de distancia. Mientras caminaban, seguían conversando para mantener el ánimo y compartieron la luz de sus linternas para iluminar el camino oscuro. La emoción y la expectativa crecían a medida que se acercaban al resplandor de luz proveniente de la superficie.
Después de varias horas de caminata y algunas paradas para descansar, finalmente encontramos unas escaleras que los llevaban a la superficie. Al subir, quedaron maravillados al descubrir una ciudad abandonada frente a ellos. Los autos se encontraron esparcidos por las calles, con hierba creciendo entre ellos. Los edificios altos se alzaban como siluetas sombrías en el horizonte, mostrando señales de abandono y deterioro. Aunque la ciudad parecía desolada, algunos edificios y casas aún contaban con electricidad, lo cual les sorprendió gratamente.
El grupo se aventuró a explorar Villa Las Flores, cautelosos pero emocionados por las posibilidades que plantearon. Las calles vacías resonaban con el eco de sus pasos mientras se adentraban más en la ciudad. Conversaban entre ellos, comentando sobre los edificios abandonados y especulando sobre cómo sería la vida allí antes de la catástrofe. Compartían sus expectativas sobre encontrar suministros y recursos valiosos en los diferentes lugares que exploraban.
Finalmente, encontraron un restaurante que parecía estar en mejores condiciones que otros edificios cercanos. Se adentraron en él con precaución, alumbrando con sus linternas y quedaron gratamente sorprendidos al descubrir pan y comida que todavía estaban en buen estado. También encontraron bebidas enlatadas que parecían haber resistido el paso del tiempo.
Mientras disfrutaban de un merecido descanso y se alimentaban, la conversación se centraba en la asombrosa realidad de haber encontrado una ciudad aparentemente habitable y con recursos disponibles.
La general reunió a todos los miembros del grupo y les propuso realizar una votación para decidir en qué edificio se establecerían antes de que cayera la noche. Todos se agruparon en un lugar seguro, en medio de la ciudad abandonada de Villa Las Flores, mientras la general explicaba la importancia de tomar una decisión rápidamente.
La general: Compañeros, hemos llegado a un punto crucial en nuestro viaje. La noche se avecina y necesitamos encontrar un lugar seguro para establecernos temporalmente. Propongo que realicemos una votación para decidir en qué edificio nos quedaremos esta noche. Necesitamos tomar esta decisión juntos y considerar todos los aspectos importantes. ¿Están todos de acuerdo?
Stiv: Me parece una buena idea. No podemos quedarnos al aire libre durante la noche, y es importante encontrar un lugar que ofrezca protección y recursos.
Joshumber: Estoy de acuerdo. Necesitamos tener un refugio seguro donde podamos descansar y planificar nuestro próximo paso. Además, debemos considerar la accesibilidad a suministros y la posibilidad de fortificar el lugar en caso de necesidad.
Sandra: Sí, es fundamental encontrar un lugar que pueda albergarnos a todos y brindarnos seguridad. También debemos considerar la cercanía a fuentes de agua y la capacidad de mantenernos ocultos de posibles amenazas.
Odalis: Estoy de acuerdo con lo que han dicho. También deberíamos considerar la posibilidad de encontrar algún lugar donde podamos establecer un campamento base a largo plazo.
La general: Muy bien, parece que todos estamos de acuerdo en la importancia de encontrar un lugar adecuado. Ahora, propongo que cada uno de nosotros presente una opción de edificio y luego votaremos por la mejor opción. Tomaremos en cuenta la seguridad, los recursos disponibles y cualquier otro factor relevante. ¿Alguien quiere empezar presentando una opción?
Stiv: Puedo presentar una opción. Hay un edificio de apartamentos cercano que parece estar en buenas condiciones. Tiene varias plantas y podría albergarnos a todos. Además, cuenta con balcones que podrían servir como puntos de observación.
Sandra: Yo también tengo una opción en mente. He visto un almacén abandonado cerca de aquí. Aunque no es tan grande como un edificio de apartamentos, tiene espacio suficiente para nosotros y probablemente podamos encontrar suministros útiles allí.
Joshumber: Me parece bien. Además de esas opciones, he notado un antiguo hotel en el centro de la ciudad. Aunque puede requerir más trabajo para asegurarlo, podría ofrecer habitaciones privadas y una estructura más sólida.
Odalis: Me gusta la idea del hotel. Sería agradable tener un poco de privacidad y espacio propio después de todo lo que hemos pasado. Además, podríamos aprovechar las instalaciones comunes, como la cocina y el comedor, si aún están en condiciones.
La General: Excelentes opciones. Ahora, es el momento de votar. Por favor, indiquen su preferencia levantando la mano. Recuerden que debemos considerar la seguridad, los recursos y la capacidad de fortificación del lugar.
Después de que todos votaron, la general contó los votos y anunció los resultados.
La General: Hemos tomado una decisión. El hotel ha recibido la mayoría de los votos, seguido por el edificio de apartamentos y el almacén. Nos dirigiremos al hotel y evaluaremos las condiciones antes de tomar una decisión final. Todos, prepárense para moverse en breve.
El grupo se preparó para dirigirse al hotel seleccionado, conscientes de la importancia de establecer un refugio seguro para pasar la noche.
El grupo llegó al hotel seleccionado, cuyo rótulo parpadeante anunciaba su presencia en medio de la ciudad abandonada. A pesar de su aspecto desgastado, el hotel aún conservaba su iluminación y tenía agua corriente, lo que resultaba reconfortante para todos. Se trataba de un edificio de cinco pisos, con habitaciones de tamaño similar en cada uno de ellos.
Tras evaluar las condiciones, decidieron establecerse en el cuarto piso, donde se ubicaron las habitaciones. Cada miembro del grupo se distribuyó en diferentes habitaciones, tratando de asegurar su comodidad y privacidad.
Joshumber, Odalis y Alis se instalaron en una habitación con dos camas individuales, agradecidos de tener un espacio propio después de tanto tiempo bajo tierra. Sandra y Stiv compartieron una habitación con una cama matrimonial, aprovechando la cercanía y el apoyo mutuo.
En cuanto a la general, decidió quedarse en la habitación del lobby del hotel, donde tendría una visión panorámica del lugar y podría vigilar cualquier posible amenaza. Se sentó en una silla junto a la ventana, reflexionando sobre los eventos recientes y pensando en las decisiones que tendrían que tomar en el futuro.
Joshumber: (mirando alrededor de la habitación) Parece que estamos en un lugar decente. Al menos aquí podremos descansar un poco y planificar nuestro próximo paso.
Odalis: Sí, estoy agradecida de tener una cama y un techo sobre nuestras cabezas. Tal vez podamos buscar suministros y recursos en este hotel.
Sandra: (sentada en la cama de su habitación) Definitivamente es un alivio estar en un lugar más cómodo. Necesitamos aprovechar esta oportunidad para recuperarnos y reorganizarnos.
Stiv: (mirando por la ventana) La vista desde aquí es sorprendente. Parece que esta ciudad estuvo llena de vida en algún momento. Ahora solo queda el recuerdo de lo que fue.
La general: (en su habitación del lobby) Debemos estar preparados para cualquier eventualidad. Esta ciudad abandonada puede ocultar peligros desconocidos. Mantengámonos alerta y aseguremos nuestras defensas.
Cada miembro del grupo se sumergió en sus propios pensamientos, conscientes de que habían dejado atrás los túneles subterráneos y ahora se enfrentaban a nuevos desafíos en la superficie. Con incertidumbre en el aire, pero también con una chispa de esperanza en sus corazones, se prepararon para descansar y recargar energías.
Después de una noche tranquila y renovadora, todos se levantaron y aprovecharon el agua disponible en el hotel para ducharse y sentirse frescos. Agradecidos por tener acceso a este recurso tan preciado, se reunieron en el lobby donde se encontraba la general, lista para discutir los planes del día.
Stiv: (observando por la ventana) Desde aquí pude ver un supermercado no muy lejos. Creo que sería una buena idea explorarlo en busca de suministros adicionales, como ropa y más medicamentos.
La General: Estoy de acuerdo, Stiv. Sería prudente aprovechar la oportunidad de abastecernos. Iré contigo para asegurarnos de que todo se realice de manera segura y eficiente.
Joshumber: Entiendo. Me quedaré aquí para cuidar de mi familia y Sandra, mantener la seguridad en el hotel. Si necesitan algo, estaré aquí.
Sandra: No te preocupes, Josh. Estaremos bien. Estaremos atentos y mantendremos la comunicación. Si hay algo urgente, te lo haremos saber de inmediato.
La General: Es importante que mantengamos la seguridad como prioridad. Si notan cualquier señal de peligro, regresen de inmediato. No arriesgaremos nuestras vidas innecesariamente.
Stiv: Por supuesto, general. Estaremos alerta y tomaremos precauciones adicionales. No queremos poner en riesgo a nadie.
Después de esta conversación, Stiv y la general se prepararon para su exploración en el supermercado cercano. Llevaron consigo mochilas vacías para cargar cualquier suministro que pudieran encontrar. Mientras tanto, Joshumber se aseguró de que su familia estuviera cómoda y segura en su habitación, y Sandra estuvo dispuesta a ayudar en lo que fuera necesario.
Stiv y la general salieron del hotel y se dirigieron hacia el supermercado, cautelosos pero decididos. Mientras tanto, en el hotel, Joshumber y Sandra continuaron conversando sobre los planes futuros, la importancia de mantenerse unidos y las esperanzas de encontrar más recursos en la ciudad abandonada.
Capítulo 37 enseñanzas y recolección
Odalis: (sacando su arco y flechas) Josh, quiero practicar un poco en el techo del hotel. Será una buena oportunidad para mantenerme en forma y también vigilar desde arriba. ¿Te parece bien?
Joshumber: Claro. Es una excelente idea. Además, es importante que sigamos mejorando nuestras habilidades de combate. Yo me quedaré con Alis y le enseñaré algunos conceptos básicos sobre el uso de armas. Es crucial que ella también esté preparada para cualquier situación.
Odalis se dirige al techo del hotel, donde tiene espacio suficiente para practicar con su arco y flechas. Mientras tanto, Joshumber se queda en una habitación con Alis, preparando un ambiente seguro para enseñarle sobre el manejo de armas.
Odalis: (ajustando su postura y tensando el arco) Bien, voy a practicar algunos disparos a objetivos improvisados. Estoy enfocada en mejorar mi precisión y velocidad.
Joshumber: (sentado en una silla junto a Alis) Alis, presta atención. Esta es una lección importante para ti. Las armas son herramientas poderosas, pero también requieren responsabilidad y disciplina. Ahora, primero, debes aprender a sostener correctamente un arma.
Joshumber muestra a Alis cómo sostener una pequeña pistola de juguete, enseñándole a tener un agarre firme pero cómodo.
Mientras tanto, Sandra recorre las habitaciones del hotel en busca de cosas útiles para todos. Abre armarios y cajones, revisando minuciosamente cada rincón en busca de suministros valiosos.
Sandra: (examinando una habitación) Veamos… aquí hay algunos paquetes de baterías y una radio portátil. Esto puede ser útil para mantenernos informados. También encontré una caja de vendajes y medicamentos básicos.
Sandra continúa explorando habitación tras habitación, recopilando objetos que puedan ser útiles para el grupo, como alimentos enlatados, mantas adicionales y herramientas prácticas.
Odalis, en el techo del hotel, sigue practicando su puntería con el arco y flechas, tratando de alcanzar objetivos colocados a diferentes distancias. Cada disparo muestra su determinación por mejorar y mantenerse preparada.
Joshumber, por su parte, continúa enseñando a Alis los fundamentos del manejo de armas, centrándose en la importancia de la seguridad y el respeto por las armas.
La práctica de Odalis y la enseñanza de Joshumber a Alis, así como la búsqueda de Sandra en el hotel, muestran el compromiso del grupo por fortalecerse y adaptarse a las circunstancias.
Joshumber: (mostrando diferentes armas a Alis) Alis, es importante que aprendas a usar distintas armas para adaptarte a diferentes situaciones. Aquí tienes una pistola, un hacha, un machete, un bate y un pico. ¿Cuál te gusta más?
Alis: (entusiasmada) ¡Me gustan las hachas, papá! Parecen poderosas y me hacen sentir valiente.
Joshumber: Muy bien, Alis. Las hachas pueden ser herramientas muy útiles y efectivas en situaciones de combate. Pero recuerda, siempre debes tener mucho cuidado y seguir las instrucciones que te di sobre la seguridad y el respeto por las armas.
Joshumber y Alis comienzan a practicar con las hachas, realizando movimientos controlados y simulando combates de lucha. Josh guía a su hija, enseñándole las técnicas básicas y la importancia de la precisión y el control.
Mientras tanto, Stiv y la comandante exploran el supermercado en busca de suministros adicionales. Al entrar, se encuentran con congeladores llenos de comida y estantes con agua embotellada. Además, descubren una pequeña farmacia dentro del supermercado, con medicamentos y otros elementos útiles para la supervivencia.
Sin embargo, su exploración se ve interrumpida cuando se encuentran con tres personas desconocidas: dos hombres y una mujer. Al ver a Stiv y a la comandante, los hombres los apuntan con sus armas y les exigen que bajen las suyas.
Hombre 1: (con voz tensa) Bajen las armas y no intenten nada extraño. ¿Quiénes son ustedes y qué están haciendo aquí?
Stiv: (manteniendo la calma) Somos sobrevivientes como ustedes. Estamos buscando suministros para nuestra comunidad.
Hombre 2: (escéptico) ¿Y cómo podemos estar seguros de eso?
Comandante: (levantando las manos) Somos pacíficos. No buscamos problemas. Estamos dispuestos a compartir lo que tenemos si también están dispuestos a hacerlo.
La conversación se vuelve tensa mientras Stiv y la comandante intentan establecer una conexión con las personas desconocidas y disipar cualquier desconfianza. La comandante alza la voz y les dice soy la comandante Dulce de la brigada de infantería 238 de las afuera de la ciudad de Recfas solo estamos recolectando suministros para nosotros y nuestros amigos que tenemos una menor, después de decir eso la mujer les dice que bajen las armas a sus amigos y presentan una disculpa
¡creímos que eran saqueadores! (Con ojos de disculpa) -me presento mi nombre es Yulisa quien está con el rifle es mi esposo Leo y con la escopeta mi hermano Víctor.
General: (respirando aliviada) Entiendo su preocupación, Víctor, Leo y Yulisa. Es comprensible que estén cuidando sus propios intereses en estos tiempos difíciles. Nosotros también estamos tratando de asegurar nuestra supervivencia y la de nuestras familias. Estamos en Villa Las Flores en busca de un refugio seguro y suministros para nuestras comunidades. Si podemos establecer una colaboración mutua, todos podríamos beneficiarnos.
Víctor: (bajando la escopeta) Lo siento por la desconfianza inicial. Es difícil confiar en extraños en estos días. Pero si están dispuestos a ayudarnos, tal vez podamos encontrar una manera de cooperar. Leo, ¿qué opinas?
Leo: (bajando el rifle) Estoy de acuerdo con Víctor. La solidaridad entre nosotros puede ser crucial para nuestra supervivencia. Si ustedes tienen recursos que puedan compartir, podríamos establecer un intercambio justo y mutuamente beneficioso.
Yulisa: (asintiendo) Sí, definitivamente necesitamos ampliar nuestras redes de apoyo. Las cosas se han vuelto difíciles y tener aliados confiables podría marcar la diferencia. Tal vez podríamos organizar una reunión con nuestras respectivas comunidades y discutir cómo podemos ayudarnos mutuamente.
Yulisa: Nosotros nos encontramos en un centro de clínicas que está a unas cuantas calles de aquí. Tenemos algunas comodidades básicas y un grupo de personas que están trabajando juntas para sobrevivir. Si lo desean, pueden acompañarnos y evaluar si es un lugar adecuado para establecerse.
La General: Agradecemos tu amabilidad, Yulisa. Pero antes de tomar una decisión, necesitamos buscar a nuestros amigos que se quedaron en el hotel. No podemos dejarlos atrás.
Yulisa: Entiendo. Es importante mantenerse unidos en estos tiempos difíciles. Siempre es bueno tener personas de confianza a tu lado. Si deciden ir a buscar a sus amigos, nosotros los acompañaremos y, si es necesario, podemos brindar apoyo.
La General y Stiv se dirigen hacia el hotel, guiados por Yulisa. Caminan por las calles desoladas de Villa Las Flores, observando los edificios abandonados y los autos abandonados en las carreteras. Después de unos minutos, llegan al hotel y se encuentran con Joshumber, Odalis, Alis y Sandra, quienes están esperando en el vestíbulo.
Joshumber: ¡La General! ¡Stiv! ¡Qué alegría verlos!
La General: Nos alegra verte también, Joshumber. Tenemos compañía. Yulisa, Víctor y Leo nos encontraron en el supermercado y nos ofrecieron su ayuda.
Joshumber: Bienvenidos. Es bueno saber que hay más personas dispuestas a colaborar. Necesitamos todo el apoyo que podamos obtener en estos tiempos difíciles.
Sandra: (abrazando a la General) Me alegra ver que están a salvo. ¿Cómo ha sido el encuentro con estos nuevos amigos?
Stiv: Hemos tenido una conversación bastante positiva. Parece que comparten nuestras preocupaciones y están dispuestos a trabajar juntos. Yulisa nos ha invitado a su centro de clínicas para evaluar si es un lugar adecuado para establecernos.
La General: Antes de tomar una decisión, debemos discutirlo entre todos. Es importante que todos estemos de acuerdo y que nuestras necesidades y seguridad estén garantizadas.
El grupo se reúne en el vestíbulo del hotel y comienzan a discutir las opciones. Expresan sus preocupaciones, comparten ideas y evalúan los riesgos y beneficios de unirse al grupo de Yulisa.
El grupo camina rápidamente por las calles desiertas de Villa Las Flores mientras el sol se pone lentamente en el horizonte. Yulisa les insta a apresurar el paso, consciente de que es peligroso estar afuera cuando oscurece. El grupo de la General muestra rostros de asombro ante la situación, pero siguen el ritmo acelerado.
Finalmente, llegan a las clínicas y Yulisa los presenta al doctor Rolando, quien los recibe amablemente. A su lado, se encuentra Peter, un electricista, y Elsa, una antigua secretaria de oficina. Las clínicas están ubicadas en un edificio grande y bien equipado, con varias habitaciones y áreas comunes adaptadas para la supervivencia.
La General: (expresando alivio) Gracias por recibirnos, doctor Rolando. Yulisa nos ha hablado muy bien de este lugar.
Doctor Rolando: Bienvenidos al Centro de Clínicas. Nos complace brindar refugio y atención médica a quienes lo necesitan en estos tiempos difíciles.
Peter: (extendiendo la mano) Soy Peter, el electricista del grupo. Si necesitan reparaciones o mejoras en la infraestructura eléctrica, estoy a su disposición.
Elsa: (sonriendo) Y yo soy Elsa. Antes de que todo esto sucediera, trabajaba como secretaria en una oficina cercana. Ahora, trato de mantener las cosas organizadas por aquí.
La General: Apreciamos su hospitalidad y su disposición para trabajar juntos. Antes de tomar una decisión final, nos gustaría conocer más sobre las instalaciones. También debemos discutirlo con nuestro grupo y asegurarnos de que sea lo mejor para todos.
El grupo se toma un momento para explorar las clínicas y familiarizarse con el entorno. Observan las diferentes habitaciones, áreas comunes y suministros disponibles. Mientras tanto, la General y Yulisa tienen una conversación privada para discutir detalles logísticos y la dinámica del grupo.
La General: (mirando a Yulisa) Parece que aquí hay potencial para una buena colaboración. Pero quiero asegurarme de que nuestras necesidades y seguridad estén cubiertas. Además, debemos considerar la opinión de cada miembro de nuestro grupo.
Yulisa: Entiendo completamente. Es importante que todos estén de acuerdo y se sientan seguros. Permíteme mostrarte las áreas donde podemos acomodar a tu grupo y discutir cómo podemos organizar las tareas y la distribución de recursos.
La general sigue hablando con Yulisa y le expresa su inquietud sobre porque tenerle miedo a la noche, Yulisa le explica sobre los peligros de la noche. Le cuenta sobre las hordas de oscuros y zombies que corren a una velocidad sorprendente, algo que aún no logran comprender cómo surgió. La General muestra preocupación por la seguridad de su grupo y la posibilidad de enfrentarse a estos nuevos y ágiles enemigos.
La General: Es preocupante escuchar sobre esas hordas de oscuros y zombies que corren como personas normales. Debemos tomar todas las precauciones necesarias para mantenernos seguros. ¿Han encontrado alguna forma efectiva de defenderse o repelerlos?
Yulisa: Hemos tenido algunos encuentros con esas hordas y hemos aprendido a mantenernos en movimiento, usar armas de largo alcance y buscar refugio en lugares seguros. Pero aún estamos explorando opciones para una defensa más efectiva. Es un desafío constante.
La General: Comprendo. La seguridad de nuestro grupo es una prioridad absoluta. Necesitamos asegurarnos de que tengamos planes de escape y puntos de defensa estratégicos en caso de un ataque. Trabajemos juntas para fortalecer nuestras defensas y compartir conocimientos de supervivencia.
Después de su conversación, el grupo de la General se instala en habitaciones amplias dentro del Centro de Clínicas. Las habitaciones son espaciosas y están equipadas con camas, armarios y mesas. La iluminación eléctrica proporciona un ambiente acogedor y seguro.
Yulisa se reúne con su esposo Leo en una de las habitaciones del Centro de Clínicas. Están sentados cerca de la ventana, mirando hacia el exterior mientras conversan sobre la necesidad de obtener más suministros.
Yulisa: Leo, ¿creo que deberíamos considerar salir a buscar más suministros mañana?
Leo: (reflexionando) ¡No!, tenemos suficiente para una semana, hay que preparados y tener un poco más de calma no podemos arriesgarnos a salir tanto tiempo.
En la habitación de la familia de Joshumber, el doctor Roland llega para verificar si todo está bien y mantenerse al tanto de su estado de salud.
Doctor Rolando: ¿Cómo se sienten todos? ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?
Joshumber: Gracias por venir, doctor. Nos encontramos bien hasta ahora. Estamos agradecidos de haber encontrado este lugar seguro.
Doctor Rolando: Comprendo. Si necesitan algo, no duden en decirme. Estoy aquí para brindarles asistencia médica y apoyo en lo que necesiten.
En la habitación de Sandra y Stiv, están disfrutando de un momento de intimidad después de un día agotador. Mientras se acurrucan, conversan sobre la posibilidad de salir más a menudo juntos para explorar y buscar suministros.
Sandra: Stiv, me encanta que estemos juntos y que nos cuidemos el uno al otro. ¿Has pensado en salir más a menudo para buscar suministros y explorar los alrededores, pero juntos?
Stiv: Sí, pero… no me perdonaría si algo te pasara te amo y quiero mantenerte siempre a salvo en todo momento.
En la azotea del edificio de las clínicas, la General se dirige hacia donde Víctor está vigilando y se acerca para conversar con él.
General: Víctor, agradezco que estés aquí vigilando. Tu experiencia en seguridad es invaluable para todos nosotros. ¿Cómo te sientes con la situación actual y cómo crees que podríamos mejorar nuestras defensas?
Víctor: General, estoy comprometido a mantener a todos a salvo. Creo que debemos fortalecer nuestras defensas en el punto de acceso de emergencias donde están las ambulancias, es un lugar fácil de acceder si mantenemos el silencio no pasara nada.
Capítulo 38 combate en el edificio de oficinas
Víctor reúne a todos en el comedor del Centro de Clínicas mientras disfrutan del desayuno. Su rostro denota seriedad mientras les comenta sobre sus observaciones durante la vigilancia nocturna.
Víctor: Buenos días a todos. Quiero compartir algo importante que he notado durante mi turno de vigilancia esta madrugada. En primer lugar, el clima ha cambiado de manera drástica y ha comenzado a nevar. Es extraño, considerando que estamos en pleno verano. Esto podría afectar nuestra movilidad y la disponibilidad de recursos externos.
Mientras los miembros del grupo escuchan atentamente, Víctor continúa con sus informes.
Víctor: En segundo lugar, desde la azotea del edificio de oficinas del Centro del Parque, observé señales de SOS en lo alto. Parece haber alguien más en la zona que podría necesitar nuestra ayuda.
La General asiente con seriedad, evaluando la información proporcionada.
General: Gracias por compartir esto, Víctor. Es importante estar al tanto de los cambios en el clima y de cualquier señal de posibles supervivientes. Ahora, me gustaría escuchar las opiniones de todos. ¿Creen que debemos ir a explorar el edificio de oficinas y ver si hay alguien más que necesite nuestra ayuda?
Las miradas se dirigen entre los miembros del grupo, quienes comienzan a debatir entre sí sobre los pros y contras de emprender esa exploración.
Alis: Creo que deberíamos ir a ayudar si hay otras personas en necesidad. Todos merecen tener una oportunidad de sobrevivir.
Sandra: Estoy de acuerdo. Si hay alguien en peligro, es nuestra responsabilidad ayudar y brindarles apoyo.
Joshumber: Es arriesgado, pero también podemos encontrar aliados y fortalecer nuestra comunidad. Quizás podamos establecer una red de sobrevivientes que nos beneficien a todos.
Leo da instrucciones claras sobre lo que necesitan llevar consigo para la exploración. Todos se abrigan adecuadamente, asegurándose de estar preparados para enfrentar las inclemencias del clima. Llevan consigo agua, armas y cualquier equipo necesario para su seguridad.
En la entrada de las clínicas, Leo espera a que los demás se reúnan con él. Stiv, Joshumber y el electricista se unen rápidamente, mientras Odalis llega con su arco en mano. Una discusión surge entre Odalis y Joshumber, con respecto a si es peligroso o no que ella se una a la expedición.
Odalis: Amor, entiendo tus preocupaciones, pero creo que es necesario que alguien con habilidades de combate a distancia nos acompañe. Además, Sandra cuidará de Alis y estaremos más seguros si vamos juntos.
Joshumber: Sé que eres fuerte y capaz, pero también quiero asegurarme de que estés a salvo. No quiero arriesgar tu vida de manera innecesaria.
La discusión se intensifica por un momento, pero Leo interviene para poner fin a la disputa.
Leo: Escuchen, entiendo las preocupaciones de ambos. Pero debemos trabajar juntos y confiar en las habilidades de cada uno. Odalis, si te sientes segura y estás dispuesta a acompañarnos, te acepto como parte de este equipo. Todos debemos cuidarnos mutuamente y estar alerta. Ahora, vamos, tenemos un objetivo que alcanzar.
El grupo se pone en marcha. El viento sopla fuerte mientras caminan hacia el edificio del centro del parque, siguiendo las señales de SOS. La ciudad parece aún más desolada en medio de la nevada. Durante el camino, conversan en voz baja, manteniendo la alerta y la concentración. Comparten pensamientos sobre la situación en la ciudad. Finalmente, llegan a la entrada del edificio del centro del parque.
El grupo se detiene frente al imponente edificio, cuya magnitud parece intimidante. Leo toma la iniciativa y da órdenes claras para su estrategia de entrada.
Leo: Escuchen, todos. Este edificio parece ser grande y potencialmente peligroso. Joshumber, te asigno la tarea de vigilar nuestra retaguardia. Mantente atento y asegúrate de que nadie nos siga. Stiv, tú estarás en medio, cubriendo a los demás. Peter, busca un automóvil en el estacionamiento subterráneo, por si necesitamos una forma rápida de escape o si encontramos a más personas. Odalis, estarás a cargo de detectar peligros a distancia y asegurarte de que estemos alerta.
Siguiendo las órdenes de Leo, el grupo ingresa al edificio con cautela. Las puertas se abren con un crujido, revelando un vestíbulo oscuro y abandonado. Utilizan sus linternas para iluminar el camino y comienzan a subir las escaleras hacia los niveles superiores.
Las escaleras son empinadas y el aire se vuelve más denso a medida que avanzan. Los murmullos de conversaciones pasadas llenan el silencio, recordándoles la vida que alguna vez ocupó este lugar.
Cada paso es tomado con precaución, revisando cada rincón en busca de posibles sobrevivientes. Las puertas de las oficinas y los pasillos se abren lentamente, revelando habitaciones vacías y escritorios desordenados. Algunas áreas están cubiertas de polvo y evidencian el paso del tiempo.
A medida que suben de piso en piso, el grupo se mantiene alerta, con los sentidos agudizados. La tensión aumenta con cada nueva puerta que abren, sin saber qué encontrarán al otro lado. Odalis inspecciona cada rincón, utilizando su arco y su agudo ojo para detectar cualquier amenaza a distancia.
El sonido de sus pisadas y los latidos acelerados de sus corazones llenan el espacio silencioso mientras avanzan por los pasillos y salas vacías. Cada movimiento es calculado y coordinado, sabiendo que cualquier encuentro puede ser crucial para la supervivencia de los posibles sobrevivientes que puedan encontrar.
Peter busca entre los vehículos del estacionamiento en busca de un medio de transporte y sus ojos se posan en un camión de correos espacioso. Utilizando sus habilidades eléctricas, logra encender el vehículo y la luz del camión ilumina el oscuro estacionamiento, revelando varios autos cubiertos de polvo y deteriorados por el paso del tiempo.
Mientras Peter está ocupado con el camión, se escuchan gemidos y pasos provenientes de la oscuridad. Sin previo aviso, un grupo de zombies surge de entre las sombras, sus ojos muertos fijos en Peter. El terror se apodera de él y sus movimientos se vuelven torpes mientras trata de escapar.
Peter sale del camión, dejándolo encendido, y comienza a correr en dirección a la salida del estacionamiento, pero los zombies rápidamente se acercan. Su corazón late desbocado mientras el pánico se apodera de su mente. Sus pies tropiezan y cae al suelo, dejando una oportunidad para que los zombies se le acerquen.
Los despiadados seres se abalanzan sobre Peter, mordiéndolo y desgarrando su carne. El dolor y el horror se mezclan mientras los zombies se alimentan de su cuerpo indefenso. Los gemidos y los sonidos de la carne siendo desgarrada llenan el aire, creando una imagen aterradora y sangrienta.
El grito aterrador de Peter resuena en los oídos del grupo, llenando el ambiente con un escalofriante eco de peligro inminente. Sin perder tiempo, todos se ponen en movimiento, corriendo hacia las escaleras para descender al vestíbulo del edificio. Sin embargo, a medida que avanzan, se encuentran con una sorpresa desagradable: varios zombies emergen de las habitaciones, mientras otros suben las escaleras del vestíbulo.
Odalis, manteniendo la calma y la concentración, dispara certeras flechas que dan en la cabeza de varios zombies, neutralizándolos al instante. Los sonidos de los disparos y los gruñidos de los zombies llenan el aire, creando un ambiente tenso y frenético.
Leo grita a todos que corran, instándolos a separarse para mejorar sus posibilidades de supervivencia. Joshumber decide acompañar a Odalis, confiando en su destreza con la escopeta. Juntos, se dirigen a una habitación de oficinas cercana, tomando posiciones estratégicas para enfrentarse a la horda de zombies.
La batalla es feroz y desafiante. Odalis dispara flecha tras flecha con precisión letal, mientras Joshumber descarga disparos de su escopeta, diezmando a los zombies que se acercan. La combinación de sus habilidades y trabajo en equipo es efectiva, pero la lucha es ardua y agotadora.
Entre los disparos y el ruido de la batalla, se escuchan conversaciones entrecortadas entre Odalis y Joshumber. Comparten palabras de ánimo y estrategias, comunicándose en medio de la caótica pelea. La adrenalina fluye por sus venas mientras se mantienen alertas y concentrados en su objetivo: sobrevivir.
La batalla continúa, con cada disparo y cada flecha lanzada. Stiv entra rápidamente en una sala cercana, enfrentándose a varios zombies con su pistola en una mano y un machete en la otra. El combate es frenético y caótico, con los zombies acercándose rápidamente y atacando con ferocidad.
Stiv dispara con precisión, apuntando a las cabezas de los zombies para neutralizarlos de manera efectiva. El sonido ensordecedor de los disparos se mezcla con los gruñidos y los gemidos de los muertos vivientes, creando una atmósfera de peligro y tensión.
Con cada bala que se dispara y cada golpe de machete, Stiv se enfrenta a los zombies con una determinación feroz. En medio de la lucha, no se guarda nada y utiliza palabras fuertes e insultos para canalizar su ira y mantenerse concentrado en la batalla.
«¡Malditos monstruos sin cerebro!» exclama Stiv mientras esquiva los ataques de los zombies y contrarresta con precisión letal. Su voz resuena en la sala, mezclándose con los sonidos de los disparos y los golpes.
A medida que la lucha continúa, Stiv encuentra un equilibrio entre la agresividad y la habilidad táctica.
Leo se enfrenta valientemente a los zombies en los estrechos pasillos del edificio, disparando con precisión y rapidez con su rifle. Justo en ese momento, Joshumber y Odalis llegan para unirse a la batalla, aportando su fuerza y habilidades letales.
Odalis dispara flechas con una destreza excepcional, apuntando directamente a las cabezas de los zombies, mientras Joshumber utiliza su escopeta con precisión letal. Juntos, forman un equipo letal que lucha contra los muertos vivientes que amenazan sus vidas.
En medio de la intensidad de la batalla, escuchan gritos desesperados de ayuda provenientes de una de las habitaciones cercanas. Sin dudarlo, el grupo se dirige hacia los gritos, abriendo la puerta con precaución.
Al abrir la puerta, se encuentran con dos jóvenes, Elisa y Thiago, ambos de 16 años. Elisa está asustada y llorando, mientras Thiago intenta protegerla. Ambos están visiblemente heridos y agotados por el enfrentamiento con los zombies.
Leo, Joshumber y Odalis se acercan a ellos con cautela, asegurándoles que están allí para ayudar. Con palabras tranquilizadoras, les explican que están en un grupo de sobrevivientes y que harán todo lo posible para mantenerlos a salvo.
Elisa y Thiago se sienten aliviados al ver caras amigables y se apresuran a contar su historia. Explican que se habían refugiado en la habitación, pero fueron sorprendidos por un grupo de zombies que los atacaron. Lucharon valientemente, pero quedaron atrapados y sin posibilidad de escapar.
Leo les asegura que ahora están a salvo y que se unirán al grupo de sobrevivientes. Les ofrecen agua y vendajes para tratar sus heridas.
Stiv llega a donde está el grupo con los jóvenes y les dice que momento de irse.
Lamentablemente, la situación se vuelve aún más desesperada cuando Stiv llega con la noticia que encontró el cuerpo de Peter sin vida. Todos quedan horrorizados al ver su cuerpo desmembrado en el suelo.
Con el corazón lleno de dolor, el grupo se apresura a subirse al camión que Peter había dejado encendido en el estacionamiento subterráneo. Abren la parte trasera del vehículo y suben a bordo, pero antes de que puedan recuperarse por completo, un zombi se abalanza sobre Leo y lo derriba. El zombi logra morderle la pierna, y Leo grita de dolor.
Sin embargo, Leo le dispara al zombie en la cabeza y se ve la pierna mientras la sangre sale, Odalis apunta a Leo con el arco y Leo la ve y le mueve la cabeza que “no”.
Leo: – yo me encargo Odalis, dile a Yulisa que la amo (con lágrimas en los ojos).
en un acto de valentía y sacrificio, Leo toma su pistola y, con un disparo certero en la cabeza, se quita la vida para evitar convertirse en uno de ellos. Un silencio pesado llena el aire mientras todos contemplan la trágica escena.
Joshumber, con voz temblorosa pero decidida, les insta a que se marchen de inmediato. Con lágrimas en los ojos y el corazón roto, el grupo comprende que no hay tiempo para lamentarse y deben seguir adelante.
El grupo llega nuevamente a las clínicas y Odalis se acerca a Yulisa, quien está atendiendo a los jóvenes rescatados, Elisa y Thiago.
Odalis le explica con tristeza lo sucedido con Leo, y cómo se sacrificó para evitar convertirse en un zombie. Al escuchar las devastadoras noticias, Yulisa se deja caer al suelo, su cuerpo lleno de dolor y tristeza. Sus gritos y llantos llenan el aire mientras la angustia se apodera de ella.
Odalis, con lágrimas en los ojos, se arrodilla a su lado, tratando de consolarla en medio de su propio dolor. Abraza a Yulisa con fuerza, permitiéndole liberar todas las emociones abrumadoras que la invaden. Ambas comparten un momento de profunda tristeza y duelo, encontrando consuelo en el apoyo mutuo.
El resto del grupo, también afectado por la pérdida de Leo, se mantiene a distancia, respetando el dolor y la intimidad de Yulisa. Los corazones están llenos de pesar mientras cada uno procesa sus propios sentimientos y reflexiona sobre la fragilidad de la vida en un mundo plagado de peligros.
A medida que los sollozos de Yulisa se desvanecen y el silencio se instala, el grupo se une en un abrazo colectivo, ofreciéndose apoyo y consuelo mutuo en este momento tan difícil. Saben que deben seguir adelante, pero también reconocen la importancia de permitirse sentir y sanar de las heridas emocionales que esta dura realidad les ha infligido.
Después de un tiempo, Yulisa se pone de pie con la ayuda de Odalis, su rostro marcado por el dolor.
Capítulo 39 tiempo de paz por instantes
Después de seis meses en las clínicas, el grupo ha logrado establecer una dinámica sólida y un sentido de comunidad. Han encontrado una fortaleza en la unión y el apoyo mutuo, lo que ha llevado a un ambiente de camaradería y solidaridad.
Las clínicas se han convertido en un refugio seguro y organizado. Han logrado adaptar el lugar a sus necesidades, estableciendo áreas designadas para dormir, comer y realizar actividades diarias. Han construido defensas adicionales alrededor de las instalaciones, como barricadas y sistemas de seguridad improvisados, lo que les brinda una sensación de protección.
En este entorno, todos se han vuelto más cercanos y se conocen mejor. Han aprendido a confiar unos en otros y a trabajar en equipo. Han compartido momentos de alegría y tristeza, celebrando pequeños logros y apoyándose mutuamente en momentos difíciles.
Las habilidades individuales de cada miembro del grupo se han fortalecido y se complementan entre sí. Joshumber se ha convertido en un experto en seguridad y defensa, asegurando el perímetro y manteniendo la vigilancia. Sandra ha demostrado ser una buscadora incansable de recursos, encontrando suministros esenciales y medicamentos para todos. Yulisa, con su experiencia médica, ha sido fundamental para tratar heridas y enfermedades, asegurando la salud del grupo.
Además, Odalis ha demostrado ser una cazadora y arquera excepcional, asegurando una fuente constante de alimentos frescos. Stiv ha demostrado su valentía y habilidad en el combate, protegiendo al grupo en situaciones peligrosas.
En este tiempo, las relaciones personales han crecido y se han formado lazos más profundos. Han compartido historias y experiencias, riendo juntos en momentos de alegría y brindándose consuelo en momentos de tristeza.
El grupo se reúne en la sala común, donde cada uno está ocupado con sus labores diarias. En ese momento, el doctor llega y se acerca a Víctor para discutir un problema con el camión, que ha dejado de funcionar. El doctor expresa la necesidad de encontrar otros vehículos que puedan usar, y preferiblemente aquellos que tengan llaves disponibles.
Stiv, quien ha estado escuchando la conversación, se une a la discusión y pregunta si hay algún plan establecido para conseguir los vehículos. Víctor menciona que hay una venta de automóviles ubicada en las afueras de la ciudad. Sugiere que podrían ir allí en busca de autos y traer algunos de vuelta por cualquier eventualidad.
El grupo comienza a discutir los detalles del plan. Evalúan la distancia y los posibles riesgos del viaje, así como la cantidad de vehículos que podrían necesitar. Deciden que es una misión importante y que valdría la pena el esfuerzo.
Después de una conversación, fundamenta un plan de acción. Acuerdan salir temprano al día siguiente, llevar consigo suministros esenciales, armas y herramientas que puedan ser útiles durante la búsqueda y el regreso con los vehículos.
Mientras tanto, algunos miembros del grupo se encargan de hacer una lista de los tipos de vehículos que serían más útiles, como autos compactos, camionetas y posiblemente motocicletas. También se preparan estrategias de seguridad para enfrentar cualquier posible amenaza durante la operación.
Al salir de las clínicas, el grupo se encuentra con un cielo nublado y una sensación de frío que se hace presente en el ambiente. El viento sopla suavemente, llevando consigo pequeños remolinos de hojas secas que dan un aire melancólico al paisaje. La temperatura baja hace que todos se abriguen más, ajustando sus chaquetas y bufandas para protegerse del frío.
Víctor, consciente de la importancia de evitar atraer a los zombies, le advierte al grupo que eviten golpear los autos estacionados en las calles durante su búsqueda. Explica que algunos vehículos podrían tener sistemas de alarmas activos, lo que podría llamar la atención de los no-muertos y generar problemas innecesarios.
El grupo continúa caminando durante unos pocos kilómetros, atravesando calles desiertas y silenciosas. Finalmente, llegan a su destino: la «Venta de Autos Master». El edificio se alza imponente, con dos pisos completamente revestidos de cristal que permiten una visión clara de los vehículos en su interior. La fachada muestra letreros desgastados por el tiempo y el abandono, pero aún se pueden apreciar los distintivos colores brillantes de los autos.
Una vez dentro, el grupo fuerza la puerta de metal del área de descarga y comienza a explorar. Observan los vehículos que se encuentran en perfecto estado, listos para ser utilizados. Inspeccionan cada automóvil en busca de las llaves correspondientes, revisando los interiores y los compartimentos de almacenamiento.
Stiv encuentra un impresionante auto de lujo, una pick-up grande de doble cabina. El vehículo luce impecable, con una carrocería reluciente y una amplia capacidad de carga. Se imagina conducirlo con confianza y lo elige como su compañero de viaje.
Joshumber, por su parte, se siente atraído por una motocicleta tipo touring, equipada con alforjas para el almacenamiento de objetos. La moto tiene un motor potente de 1,200 CC. y está en excelentes condiciones. Se coloca el traje completo de protección y se siente preparado para enfrentar cualquier desafío en el camino.
La general opta por una camioneta doble propósito, con una toma de aire prominente y una apariencia robusta. El vehículo parece resistente y versátil, perfecto para transportar personas y suministros de manera segura.
Víctor, finalmente, selecciona una camioneta de lujo que destaca por su elegancia y comodidad. El interior está equipado con detalles sofisticados y tecnología de vanguardia, lo que le brinda un aire de confort en medio del apocalipsis.
Con las llaves en mano y los vehículos seleccionados, el grupo se prepara para regresar a las clínicas. Se acomodan en sus respectivos automóviles y emprenden el camino de vuelta, conscientes de que estos vehículos serán una valiosa adición a su supervivencia y movilidad en un mundo en constante peligro.
Víctor, tras regresar a las clínicas con los vehículos, decide subir a la azotea para realizar su rutina de vigilancia. Mientras el sol se va poniendo en el horizonte, el ambiente en la ciudad se torna más sombrío y desolado. Las calles están cubiertas de escombros y el silencio pesa en el aire.
En medio de ese escenario, Víctor escucha un sonido inusual que rompe la tranquilidad: el ruido de motores de helicópteros. Levanta la vista y observa en el cielo la presencia de dos helicópteros militares que se dirigen hacia el norte de la ciudad. El sonido ensordecedor de las aspas se mezcla con la brisa que sopla suavemente, creando una atmósfera de incertidumbre y expectativa.
Rápidamente, Víctor desciende de la azotea y corre hacia donde se encuentran los demás miembros del grupo. Los reúne y les informa emocionado sobre lo que acaba de presenciar: dos helicópteros militares volando en dirección al norte de la ciudad. Todos se asombran y empiezan a hacerse preguntas sobre el motivo de la presencia de los helicópteros y hacia dónde podrían estar dirigiéndose.
Deciden dirigirse nuevamente a la azotea para tener una mejor vista de la situación. El grupo sube apresuradamente, con la esperanza de obtener más información y entender lo que está sucediendo. Desde allí, observan cómo los helicópteros se alejan en la distancia, dejando una estela de incógnitas y especulaciones en el aire.
De regreso a la sala común, todos se sientan y comienzan a hacer preguntas sobre lo ocurrido. La general expresa su opinión de que podría ser beneficioso seguir la ruta de los helicópteros, ya que podrían encontrar refugio o ayuda en esa dirección. Sin embargo, tanto Víctor como el doctor expresan su preocupación y se oponen a la idea.
Se desata una conversación animada y llena de argumentos a favor y en contra. Cada miembro del grupo expone su punto de vista y comparte sus preocupaciones y expectativas. Discuten sobre los posibles peligros de seguir a los helicópteros, la incertidumbre de lo que encontrarían y la necesidad de evaluar cuidadosamente las opciones antes de tomar una decisión.
Capítulo 40 decisiones de ruta
La general, Joshumber y Stiv se reúnen en una habitación a las 7 de la noche para discutir la posibilidad de seguir a los helicópteros. La general expresa su preocupación acerca de la escasez de comida, gasolina y recursos en las clínicas, recordando que los suministros no durarán para siempre. Menciona que cuando se agoten los recuerdos de la ciudad, la energía eléctrica y el combustible, la situación se volverá insostenible.
Joshumber comparte su opinión, diciendo que está comprometido con el grupo y que hará lo que sea necesario por su familia. Les insta a Stiv que acepte la idea de seguir a los helicópteros, ya que eso sería lo mejor para asegurar la seguridad de Odalis y Alis. La conversación entre ellos se vuelve intensa, discutiendo los pros y contras de tomar esa decisión.
Stiv toma un momento para reflexionar y finalmente está de acuerdo con la propuesta de la general. Reconoce la importancia de buscar nuevas oportunidades fuera de las clínicas, pero señala que necesitarán convencer a Yulisa, Víctor y el doctor para que todos estén de acuerdo en irse.
Luego de la reunión, cada uno se dirige a sus respectivas habitaciones. Joshumber habla con su familia y les explica la situación, compartiendo sus pensamientos y preocupaciones. Les asegura que hará todo lo posible para mantenerlos a salvo y busca su apoyo en esta decisión.
Stiv tiene una conversación franca con Sandra sobre la decepción que siente por la negativa del doctor a unirse al grupo. Expresan su deseo de encontrar un lugar seguro y discuten la importancia de buscar nuevas oportunidades más allá de las clínicas.
Por otro lado, la general se dirige a platicar con Víctor, Yulisa y el doctor para discutir la situación. Se genera un debate entre ellos, donde Víctor reflexiona sobre las palabras de la general y finalmente acepta la propuesta de seguir a los helicópteros. Yulisa también está de acuerdo, reconociendo la necesidad de buscar un lugar mejor para su familia.
Sin embargo, el doctor toma una postura diferente y decide quedarse en las clínicas. Argumenta que su labor es atender a los sobrevivientes y que solo en casos extremos abandonaría el lugar. Aunque los demás intentan persuadirlo, el doctor se mantiene firme en su decisión de recibir y ayudar a más personas que lleguen en busca de refugio.
El grupo se pone en marcha, cada uno en su respectivo vehículo, siguiendo a los helicópteros que representan una esperanza para ellos. En la camioneta de lujo, Víctor y Yulisa van conversando sobre las expectativas y los posibles desafíos que podrían enfrentar en su búsqueda de un lugar seguro. Comparten sus esperanzas de encontrar una comunidad estable y reconstruir sus vidas.
En el pickup de lujo, Sandra y Stiv van comentando sobre el paisaje que atraviesan, admirando la belleza natural que aún se conserva a pesar de la devastación. Habla sobre la importancia de mantenerse unidos.
En la camioneta todo terreno, la general y Alis disfrutan de la compañía mutua. La general le explica a Alis la importancia de ser valiente y mantener la esperanza en medio de las dificultades. Alis, aunque joven, demuestra una valentía sorprendente y le asegura a la general que hará todo lo posible para ayudar.
En la motocicleta, Joshumber y Odalis mantienen una comunicación silenciosa, confiando en su habilidad para anticipar peligros y protegerse peligrosamente. Odalis lleva su arco en la espalda, lista para usar en caso de necesidad. Ambos se mantienen alerta, observando el camino y los alrededores en busca de cualquier indicio de amenaza.
En la noche, avanzan por la autopista, iluminados por los faros de los vehículos. La carretera se extiende frente a ellos, mostrando signos de abandono y deterioro. A medida que avanzan, la oscuridad y el silencio de la noche los rodean, creando una atmosfera de tensión y cautela.
Finalmente, se encuentra una gasolina a unos 30 kilómetros fuera de Villa Las Flores. Es un lugar solitario, pero afortunadamente todavía tiene combustible y espacio suficiente para ocultar los vehículos. Decide detenerse y descansar probablemente antes de continuar su viaje al amanecer. Aprovechan la oportunidad para tomar una pequeña siesta y recuperar energías.
La gasolinera está en silencio, solo se escucha el zumbido distante de la autopista. Los vehículos se acomodan en el área designada, mientras el grupo se prepara para descansar.
Al amanecer, Víctor se encarga de preparar el desayuno para todos. Sirve frijoles enlatados con frutas enlatadas, una comida sencilla pero nutritiva que pueden disfrutar en su travesía. Mientras comparten la comida, conversan sobre sus expectativas y opciones para el día. Se animan sensibles y reafirman su compromiso de fortalecerse unidos y enfrentar los desafíos que se les presentan.
Después de desayunar, vuelven a subir a sus respectivos vehículos y resultan su camino por la autopista. Avanza varios kilómetros hasta encontrarse con una gran muralla de autos que bloquea el paso. Los vehículos abandonados forman una barrera infranqueable, dificultando su avance.
Deciden bajarse de los vehículos y la general toma la iniciativa de reunir a todos para discutir las opciones. Analizan la situación y comparten ideas sobre cómo sortear el obstáculo. Conversar sobre la posibilidad de buscar una ruta alternativa o encontrar una forma de mover los vehículos que bloquean el camino.
En ese momento, Víctor sugiere retroceder aproximadamente un kilómetro para tomar un desvío que conduce a una carretera antigua. Explica que es una ruta menos transitada y podría ofrecer una oportunidad de avanzar sin encontrar obstáculos similares. El grupo asiente y toma la decisión de seguir la sugerencia de Víctor.
Retroceden hasta el desvío mencionado por Víctor y se adentran en la carretera antigua. A medida que avanza, notan que está cubierta de hojas y visiblemente abandonada. Los vehículos abandonados se encuentran dispersos a lo largo del camino, recordando el caos y la desesperación que alguna vez dominaron ese lugar.
Después de varias horas de conducción, llegan a un pequeño pueblo que se encuentra a orillas de la carretera. El pueblo muestra signos de abandono, pero aún conserva cierto encanto rústico. En el centro del pueblo, encuentran una pequeña estación de radio que llama su atención. A pesar de la desolación, la estación de radio parece estar en funcionamiento, lo que les da una chispa de esperanza y la posibilidad de obtener información valiosa.
Una vez en el pueblo, la general toma el liderazgo y comienza a asignar tareas a cada miembro del grupo. Les explica la importancia de alerta mantener y asegurar la zona antes de adentrarse más en el pueblo.
Se acerca a Stiv y Sandra, y les asigna la tarea de buscar suministros en las casas abandonadas. Les recuerda la importancia de actuar con precaución y de no separarse demasiado del grupo. Stiv y Sandra asienten y se preparan para comenzar su búsqueda.
La general se dirige luego a Joshumber, destacando su habilidad como vigía. Le pide que se mantenga alerta y vigile los alrededores del pueblo en busca de cualquier señal de vida o de posibles amenazas.
La general le encomienda la tarea a Odalis de encontrar un punto alto en alguna de las casas o edificios cercanos y vigilar desde allí con su arco. También le indica que lleve a su hija Alis para mantenerla a salvo. Odalis asiente y se asegura de tener su arco listo antes de partir con su hija.
Yulisa recibe la orden de quedarse vigilando los vehículos para asegurarse de que estén protegidos y de que nadie se acerque.
Finalmente, la general se dirige a Víctor y le propone que ambos vayan juntos a explorar la estación de radio. Le comenta la posibilidad de obtener información y la importancia de estar preparada para cualquier eventualidad. Víctor asiente y ambos se encaminan hacia la estación de radio.
Capítulo 41 información valiosa
Stiv y Sandra se adentran en las casas y edificios abandonados en busca de suministros. Avanzan con cautela, revisando cada habitación en busca de alimentos, agua y cualquier otro recurso que puedan encontrar. Stiv y Sandra comentan sobre la importancia de encontrar suministros que les permitan mantenerse alimentados y con energía. Comenten sobre la escasez de recursos en las clínicas y la necesidad de encontrar provisiones para el grupo.
Mientras exploran, encuentran un auto de policía estacionado cerca de una de las casas. Decide investigarlo en busca de posibles municiones u otros elementos útiles. Stiv se acerca al vehículo y observa su interior con detenimiento.
Para su sorpresa, encuentre municiones en la guantera del auto. Las recoge cuidadosamente y las guarda en su bolsa. Además, descubre un mapa con letras rojas que dice «Estoy en la estación de policía». Intrigado por el mensaje, Stiv guarda el mapa en su bolsillo y decide investigarlo más adelante.
Continúen su búsqueda de suministros, registrando otras casas y edificios pequeños en busca de alimentos enlatados, agua embotellada y otros artículos útiles. Observan el estado de abandono de las viviendas, con muebles desgastados y polvo acumulado, recordando el tiempo que ha pasado desde que la ciudad fue abandonada.
El escenario que observan está lleno de silencio y nostalgia. Las calles desiertas están cubiertas de hojas caídas, testigos del paso de las estaciones sin ser barridas por nadie. Las ventanas rotas y las puertas abiertas revelan la ausencia de vida en aquel lugar, grabando la difícil situación en la que se encuentran.
Joshumber monta en su motocicleta y registra los alrededores del pueblo en busca de signos de vida o amenazas. A medida que avanza por las calles desiertas, se siente la brisa fresca acariciando su rostro y el sonido del motor de la motocicleta cortando el silencio.
Observa detenidamente cada rincón, prestando atención a cualquier movimiento o indicio de actividad. Sus ojos escudriñan los edificios abandonados, los vehículos desatendidos y los callejones oscuros, en busca de señales de vida o posibles peligros.
Odalis y Alis suben al edificio alto, cada paso que dan resuena en el silencio del lugar. Odalis lleva su arco en mano, listo para disparar flechas certeras, mientras Alis afirma firmemente su machete en la cintura, lista para defenderse si es necesario. La escalada requiere un esfuerzo considerable, pero juntos avanzan con determinación.
Una vez en la azotea, Odalis se posiciona como un francotirador, buscando el mejor punto de observación y cobertura. Se coloca en posición, su mirada fija en el horizonte y su arco tenso, listo para actuar. Alis, a su lado, vigila la puerta, con los sentidos alerta y el machete en posicion de combate.
En medio de la tensión del momento, Odalis toma un momento para conversar con Alis, transmitiendo su experiencia y conocimiento. Le habla en voz baja, pero firme, recordándole la importancia de estabilizarse a salvo y estar siempre alerta. Le explica los posibles peligros que podrían enfrentar y cómo deben actuar como equipo para enfrentar cualquier amenaza.
Odalis le insta a Alis a mantener los ojos bien abiertos, a confiar en sus instintos ya nunca dudar en defenderse si se encuentran en peligro. Le recuerda la importancia de la comunicación constante y de seguir las instrucciones de manera disciplinada. La conversación es cargada de responsabilidad y confianza, reforzando el vínculo entre madre e hija.
La General y Víctor ingresan a la estación de radio, la atmósfera cargada de incertidumbre y esperanza. A medida que exploran el lugar, se dan cuenta de que, a pesar del caos reinante, la estación aún emite una señal débil pero audible de estática. Víctor, hábilmente, intenta transmitir un mensaje en busca de una respuesta, pero sus esfuerzos son en vano, ya que no recibió ninguna respuesta.
Mientras Víctor intenta establecer contacto, la General continúa explorando la estación de radio en busca de cualquier pista o información útil. Entre los objetos dispersos en el lugar, encuentra un diario que ha sido dejado atrás. Con curiosidad y ansiedad, lo abre y comienza a leer su contenido.
En las páginas del diario, la General descubre una narración desgarradora de cómo todo el disturbio y caos comenzaron en aquel pueblo. El diario relata los eventos iniciales, las primeras señales de peligro y la rápida propagación de la infección que transformó a la población en hordas de muertos vivientes sedientos de sangre. También se menciona el último mensaje transmitido por el locutor de la radio antes de que todo quede en silencio.
A medida que la General lee las palabras escritas con angustia y desesperación en el diario, se ve inundada por una mezcla de tristeza, rabia y determinación. Comprende la magnitud de la situación y se da cuenta de que están luchando contra algo mucho más grande de lo que imaginaron. El peso de la responsabilidad y la incertidumbre se refleja en su rostro.
Víctor, al no recibir respuesta a su intento de comunicación, comprende que es momento de reagruparse con el resto del grupo, especialmente con Yulisa, quien está vigilando los vehículos.
Luego de que la General y Víctor se reúnen con Yulisa, la General hace una señal a Odalis desde la distancia, indicándole que es momento de reunirse con el grupo. Odalis, consciente de la señal, le dice a Alis que deben bajar de la azotea del edificio en el que se encontraron.
Mientras tanto, Joshumber también se une al grupo, acercándose al punto de reunión. A lo lejos, se divisa a Stiv y Sandra regresando con pocos suministros que lograron encontrar en su búsqueda.
Una vez que todos están reunidos en el lugar donde abandonaron los vehículos, Stiv comparte la emocionante noticia de que encontró un mapa que apunta directamente a la estación de policía. Expresa su opinión de que sería beneficioso para el grupo dirigirse allí. El ambiente se llena de expectación y los demás miembros del grupo prestan atención a las palabras de Stiv, esperando escuchar más detalles.
Stiv describe cómo se encontró el mapa entre los suministros y lo muestra al resto del grupo. Les explica que el mapa parece indicar la ubicación exacta de la estación de policía, que podría albergar recursos valiosos y proporcionarles un lugar seguro temporal.
El grupo se reúne en torno a Stiv, escuchando con atención y evaluando la propuesta. Hay un intercambio de opiniones mientras cada miembro expresa sus pensamientos y preocupaciones.
Stiv: Chicos, creo que sería conveniente seguir el mapa y dirigirnos hacia la estación de policía. Podríamos encontrar suministros valiosos y tal vez obtener más información sobre lo que está sucediendo.
La General: Es una posibilidad, pero también podría ser una trampa. No sabemos qué nos espera allí. Debemos considerar los riesgos.
Joshumber: Estoy de acuerdo con Stiv. Necesitamos tomar ciertos riesgos para obtener respuestas y asegurarnos de que estamos tomando las decisiones correctas.
Víctor: A veces, si no nos arriesgamos un poco, nunca sabremos la verdad. Podríamos encontrar pistas cruciales o incluso ayuda en la estación de policía. Creo que vale la pena intentarlo.
La General: Entiendo tu punto, Víctor. Es cierto que necesitamos información y recursos adicionales. Pero también debemos estar preparados para cualquier peligro que podamos encontrar.
La conversación continúa mientras cada miembro del grupo expresa sus opiniones y preocupaciones.
Odalis: ¿Y si nos acercamos a la estación de policía en los vehículos y evaluamos desde la distancia si vale la pena investigar o si es mejor marcharnos? Podemos mantenernos preparados para cualquier situación y tomar una decisión informada.
Stiv: Es una buena idea, Odalis. Nos acercamos lo suficiente para evaluar la situación sin comprometernos por completo. Si vemos algún indicio de peligro o algo sospechoso, podemos retroceder y reevaluar nuestra estrategia.
Joshumber: Estoy de acuerdo. No perdemos nada al acercarnos y echar un vistazo desde lejos.
La General: Es una opción prudente.
Víctor: Me parece una buena forma de abordar la situación.
La conversación continúa, con cada miembro del grupo expresando su acuerdo con la propuesta de Odalis, suben a los vehículos y se dirige a la estación de policías, al llegar el edificio es pequeño, pero dentro se ve luz, Joshumber se baja junto con Odalis de la moto, Odalis prepara su arco.
Odalis: (mirando a Josh) Ten cuidado.
Joshumber se dirige a la puerta de la estación de policía y la abre. Al ingresar, se da cuenta de que no hay ninguna amenaza y sale rápidamente para darles una señal de pulgar arriba a los demás.
Joshumber: ¡Está despejado! Pueden bajar.
Todos descienden de los vehículos, llevando consigo sus provisiones, y se acercan a la estación de policía. Sus rostros reflejan una mezcla de emoción y alivio al ver que el lugar parece seguro.
La General: (con una sonrisa) ¡Lo logramos! Parece que hemos encontrado un refugio temporal.
Víctor: (exhalando profundamente) Qué alivio.
Yulisa: (mirando a su alrededor) Es increíble cómo algo tan simple como un edificio con luz puede brindarnos felicidad.
Sandra: (agarrando la mano de Stiv) Estoy agradecida de que estemos todos juntos y hayamos encontrado este lugar. Nos merecemos un poco de tranquilidad.
Odalis: (relajando su postura, pero aún atento) Aunque parezca seguro, debemos mantenernos alerta.
Con cautela, el grupo ingresa a la estación de policía, dejando sus provisiones cerca de la entrada. A medida que exploran el lugar, se dan cuenta de que se encuentran en una sala de control con monitores apagados y archivos en desorden.
Capítulo 42 descanso merecido
Dentro de la estación la general encuentra unos radios.
La General: (Mientras examina los radios) Encontré estos radios, podrían ser útiles para mantenernos comunicados. Sandra y Yulisa, encárguense de preparar algo de comer para todos. Asegúrense de utilizar los suministros que trajimos.
Sandra: Claro, nos encargaremos de ello. ¡Vamos, Yulisa!
La General: Víctor, quiero que asegures las ventanas y puertas. Se está haciendo de noche y no queremos arriesgarnos a que algo nos tome por sorpresa.
Víctor: Entendido.
La General: Stiv, continúa buscando más suministros dentro de la estación. Mira en los armarios, cajones, cualquier lugar que pueda contener algo útil.
Stiv: En seguida.
La General: Joshumber, tú y yo nos encargaremos de vigilar desde el techo. Necesitamos estar atentos a cualquier movimiento sospechoso en los alrededores.
Joshumber: Entendido.
(Odalis se acerca a la General, mostrando inquietud en su rostro).
Odalis: General, ¿y yo qué haré?
La General: Odalis, descansa un momento con tu hija. Haremos turnos de vigilancia para asegurarnos de que todos estén protegidos. Pronto llegará tu turno de vigilar, pero por ahora, aprovecha para descansar y cuidar de Alis.
Odalis: Gracias. Estaré preparado cuando llegue mi turno.
La General y Odalis se separan, cada uno asumiendo sus responsabilidades expuestas.
Sandra: (acercándose a Odalis y Alis) Aquí tienes la comida, Odalis. ¿Cómo está Alis?
Odalis: (acariciando el cabello de Alis) Gracias, Sandra. Alis está dormida, parece que el día la ha agotado.
Yulisa: (uniéndose a la conversación) Es hermosa, Odalis. Me alegra ver cuánto la quieres y cómo cuidas de ella.
Odalis: (con una sonrisa) Ser madre ha sido la mayor bendición en mi vida. Amo a Alis y a Josh con todo mi corazón.
Sandra: (sentándose junto a ellos) Estoy feliz de estar en este grupo, es como una familia para mí. Y estar con Stiv… me hace sentir completa.
Odalis: (asintiendo) Es maravilloso tener un lugar donde pertenecer y sentirnos apoyados. Me alegra verte feliz, Sandra.
Yulisa: (con una mirada nostálgica) Aunque he pasado por mucho dolor, también encuentro consuelo y felicidad aquí. Sé que la pérdida de mi esposo Leo fue dolorosa, pero sé que su sacrificio no fue en vano. Estoy agradecida por estar en este grupo.
Sandra: (conmovida) Yulisa, lamento mucho lo que has pasado. Pero estoy segura de que Leo estaría orgulloso de ti y de la fuerza que tienes. Estamos aquí para apoyarte.
Yulisa: (con una lagrima en el ojo) Gracias, Sandra. Significa mucho para mí tener este apoyo.
(Las tres continúan conversando, compartiendo sus experiencias, sentimientos y planes para el futuro. A medida que se conocen más profundamente, el vínculo entre ellas se fortalece.
Joshumber: (enciende la fogata y se sienta junto a la general) General, quería agradecerte una vez más por todo lo que has hecho por mí y mi grupo. Nunca olvidaré el día en que nos diste refugio en la base militar y permitiste que presenciara el nacimiento de mi hija.
La General: Joshumber, siempre estaré agradecida de haber podido ayudar y ser testigo de ese hermoso momento. Esas son las cosas que nos dan esperanza en estos tiempos difíciles.
Joshumber: (con emoción en su rostro) Sí, son momentos que nos recuerdan por qué luchamos y por quiénes. Quisiera saber si tenemos algún plan para mañana.
La General: Aún no tenemos un plan definido, pero nuestra prioridad principal es mantenernos a salvo y protegidos. Tenemos que evaluar nuestra situación y los recursos que tenemos antes de tomar decisiones. La seguridad de todos es mi responsabilidad.
Stiv: (interrumpiendo la conversación) ¡Chicos, tienen que ver lo que encontré! Síganme.
(La general y Joshumber siguen a Stiv hacia una habitación llena de armas y municiones)
La General: (asombrada) Esto es impresionante, Stiv. Has encontrado un verdadero tesoro aquí. Mañana veremos qué podemos hacer con todo esto. Es importante utilizarlo sabiamente y en beneficio de todos.
Joshumber: (observando las armas) Es ciertamente una ventaja tener más recursos para nuestra supervivencia. Pero recordemos que la verdadera fuerza radica en nuestra unidad y en protegernos unos a otros.
General: (se acerca a Odalis) Odalis, es momento de que tomemos turno en la vigilancia. Coge tu arco y dirígete a la azotea. Ahí te espera tu marido. Mantengan los ojos bien abiertos.
Odalis: (coge su arco y asiente) Entendido, General. Estaré en la azotea.
(Odalis sube a la azotea y se encuentra con Joshumber, sentado junto a la fogata)
Odalis: (se acerca a Joshumber) ¿Por qué estás tan solito, guapo?
Joshumber: (sonríe y la abraza) Ahora estoy contigo, mi amor. Finalmente estamos solos y podemos disfrutar de un merecido descanso.
(Los dos se besan apasionadamente junto a la fogata y se sientan para conversar)
Odalis: (mirando a Joshumber) Ha sido un camino difícil, pero estoy agradecida de tener a alguien como tú a mi lado. Me has dado fuerzas y amor en los momentos más difíciles.
Joshumber: (acariciando su rostro) Y yo estoy agradecido de tenerte a ti y a nuestra hija Alis. Eres mi razón de ser, mi inspiración. Juntos superaremos cualquier obstáculo que se presente.
Odalis: (con ternura) Sí, juntos somos más fuertes. Quiero que sepas lo mucho que te amo y que estoy dispuesta a enfrentar cualquier desafío a tu lado.
Joshumber: (con emoción en sus ojos) Y yo te amo más de lo que las palabras pueden expresar, Odalis. Eres mi luz en la oscuridad, mi motivación para seguir adelante.
(Los dos continúan conversando, compartiendo sus sentimientos y disfrutando de la compañía del otro en ese merecido descanso.
Víctor: (llega donde se encuentran la General y los demás) General, ¿qué ha sucedido mientras estuve fuera?
General: Víctor, bienvenido de vuelta. No ha pasado mucho. Hemos asegurado la estación y estamos preparados para descansar. Mañana será un día agotador.
Víctor: Entendido, General. Me alegra ver que todos están a salvo. Creo que también necesitamos descansar para recargar energías.
General: Exacto, es importante que estemos en plenas condiciones para enfrentar lo que nos espera. Encuentra un lugar cómodo para descansar.
(Todos comienzan a buscar sillones y camas en las celdas de la estación. Mientras tanto, Alis se dirige a la azotea donde se encuentran Odalis y Joshumber junto a la fogata)
Alis: (entrando sonriendo) ¡Papá, mamá! ¿Qué hacen aquí arriba?
Odalis: (sonríe) Hola, cariño. Estábamos disfrutando del momento y conversando un poco. ¿Quieres unirte a nosotros?
Alis: (se acerca y se sienta con ellos) ¡Claro que sí!
(Los tres conversan, riendo y compartiendo momentos especiales como familia en medio de la difícil situación)
Joshumber: (mirando a Odalis) Odalis, creo que es momento de que bajes a descansar con Alis. Yo me quedaré aquí un rato más y luego me iré a descansar con ustedes.
Odalis: (asiente) Está bien, amor. Bajaré con Alis y le diré a Stiv que suba. Descansa un poco y únete a nosotros cuando estés listo.
Luego de despedirse, Odalis baja de la azotea con Alis y se dirige a descansar. Joshumber se queda un momento más, contemplando el paisaje nocturno.
Odalis: (llega donde todos están a punto de descansar) Stiv, es tu turno de hacer guardia. Toma el relevo.
Stiv: (asiente) Entendido, Odalis. Gracias por avisarme. Sandra, ¿puedes subir unas cobijas a la azotea? Tendremos que hacer guardia aquí.
Sandra: Claro. Subiré las cobijas. Necesitaremos estar cómodos durante nuestra guardia.
(Sandra sube las cobijas a la azotea mientras Odalis observa)
Odalis: Stiv, ten cuidado y mantengan los ojos bien abiertos. La noche puede ser peligrosa.
Stiv: Descuida, Odalis. Estaremos alerta. No dejaremos que nada nos tome por sorpresa.
Joshumber: (se acerca) Está bien, amigo mío. Ojos bien abiertos (risas).
Stiv: (sonriendo) ¡Exacto! Puedes confiar en nosotros, Josh. Ojos bien abiertos.
(Joshumber se despide con una risa y se retira a descansar. Sandra y Stiv se quedan en la azotea, conversando y compartiendo momentos íntimos bajo las estrellas).
Sandra: Es bueno estar aquí contigo, Stiv. Aunque las circunstancias sean difíciles, encontré consuelo y felicidad en nuestro grupo.
Stiv: Yo también, Sandra. Me siento agradecido por tener a alguien como tú a mi lado en este momento. Juntos somos más fuertes.
(Los dos continúan conversando y compartiendo momentos íntimos en la azotea).
Capítulo 42 me llaman reina
Stiv: (se despierta y se levanta, observando el sol saliendo desde las montañas) ¡Sandra, despierta! Hay algo que debes ver.
Sandra: (se despierta y se levanta, preocupada) ¿Qué sucede, Stiv?
Stiv: (se acerca al borde de la azotea) Mira allí, en la distancia. Dos camionetas militares se están acercando hacia nosotros.
Sandra: (preocupada) Debemos alertar a los demás. Vamos.
(Stiv y Sandra se dirigen a donde están todos descansando y los alertan sobre la llegada de las camionetas)
Stiv: ¡Despierten! Tenemos visitantes.
General: (se despierta rápidamente y coge su arma, al igual que Victor y Josh) Prepárense para cualquier cosa.
(En ese momento, afuera de la estación, se escucha que las camionetas se detienen y se oyen pasos. Luego, una voz femenina se hace presente)
Voz femenina: (Golpea la puerta fuerte) ¡Hola! ¿Hay alguien allí?
Yulisa: (grita desde adentro) ¡No hagan nada! ¡Hay una niña dentro!
Voz femenina (Emma): Me llamo Emma. Venimos pacíficamente. Por favor, abran la puerta.
General: (desde adentro) No podemos confiar ciegamente en tus palabras. ¿Qué nos asegura que no vienen a hacernos daño?
Emma: (desde afuera) Entendemos tus preocupaciones, pero simplemente vimos sus vehículos y nos llamó la atención que fueran nuevos. Venimos a este pueblo de vez en cuando para buscar provisiones. Por favor, solo queremos saber cómo están.
Odalis: (con su arco preparado) (susurro) No podemos bajar la guardia. Debemos asegurarnos de que no representan una amenaza.
Sandra: (desde adentro) Está bien, abriremos la puerta, pero les pedimos que bajen sus armas y mantengan las manos en alto.
Emma: (desde fuera) Está bien, comprendemos su precaución. No somos una amenaza.
(Víctor se acerca a la puerta y la abre lentamente. Emma se mantiene con las manos en alto para mostrar que no representa peligro)
Emma: Como dije, solo estamos interesados en saber cómo están y si necesitan alguna ayuda. No tenemos malas intenciones, les aseguro.
Emma: Solo queremos ayudar, este es mi equipo de exploración y tenemos una comunidad con muros vigilados. Necesitamos más sobrevivientes para fortalecer nuestra comunidad.
Alis: (desconfiada) ¿Es cierto que tienes un lugar seguro donde vivir?
Emma: Sí, cariño, hay de todo allí. No les haremos daño, te lo prometo.
General: (firme) Aceptaremos tu oferta, pero debes saber que si algo no nos cuadra, no dudaremos en defendernos. Un movimiento en falso y recibirás un disparo en la cabeza.
(Un miembro del grupo de Emma se acerca, pero Emma le hace una señal de alto)
Emma: Está bien. Los guiaremos. Suban a sus vehículos y síganos. Preparen sus cosas.
(Los miembros del grupo intercambian miradas de determinación y se preparan para seguir a Emma y su equipo, manteniendo su precaución).
El grupo de la general toma las armas y municiones disponibles y sube a sus vehículos, siguiendo los dos vehículos de Emma. Después de conducir varios kilómetros, llegan a una carretera de terracería que bordea un lago. A lo lejos, se vislumbra un imponente muro hecho de vehículos destruidos y concreto, con una gran puerta de metal. Emma, liderando la caravana, saca su mano por la ventana del auto y las puertas se abren.
Al ingresar al lugar, se encuentran con un condominio de casas, todas con el mismo diseño. Es un refugio grande y seguro. Una vez que los vehículos están dentro, todos descienden. Varias personas armadas se acercan a Emma y le dan la bienvenida.
Persona 1: ¡Bienvenida de nuevo, Reina Emma!
Emma: Gracias. Atiendan a los nuevos. Encuéntrenles un lugar donde instalarse y una casa.
Emma observa a todos los miembros del grupo con detenimiento, tomando nota de sus reacciones y comportamiento. Aprecia el alivio en sus rostros al encontrar un lugar seguro, pero también mantiene su cautela.
General: (mirando a su grupo) Manténganse alerta. Aunque esto parece prometedor, no podemos bajar la guardia.
Los miembros del grupo asienten y siguen a los miembros de la comunidad de Emma mientras encuentran alojamiento y se instalan en su nuevo hogar.
Emma entra en la casa después de recibir permiso de la general. Sus dos escoltas esperan afuera mientras ella se encuentra con el grupo.
Emma: Creo que tienen preguntas, ¿verdad?
La general asiente y Emma continúa.
Emma: Les contaré todo. Mi padre era el propietario de estos condominios, pero se convirtió en un zombi. Me convertí en la dueña de todo esto y comencé a recibir a personas que necesitaban refugio. A medida que más personas se unían, compartían sus suministros y lo que tenían. Con el tiempo, se formó un grupo y me eligieron como su líder, dándome el apodo de «Reina de los Caminos». Aunque no me agrada el título, me reconforta saber que cuando salgo con ellos o les doy charlas, todos se mantienen a salvo.
La general y los demás miembros del grupo escuchan atentamente, procesando la historia de Emma y su papel en esta comunidad. Comienzan a comprender cómo ella ha logrado mantener a salvo a un grupo tan grande y la responsabilidad que conlleva.
General: Es impresionante lo que has logrado, Emma. No puedo evitar sentir curiosidad acerca de cómo mantienes la seguridad y cómo te organizas en este refugio.
Emma: Estoy dispuesta a responder todas tus preguntas y a compartir todos los detalles. Quiero que confíen en mí y en esta comunidad. Juntos, podemos enfrentar los desafíos que nos esperan.
La general asiente, sintiendo una mezcla de admiración y cautela.
Emma les explica a todos funcionamiento básico de la comunidad y cómo obtienen los suministros necesarios para su supervivencia.
Emma: Para el agua potable, contamos con pozos y también utilizamos el lago que se encuentra fuera del condominio. La electricidad la generamos a través de paneles solares instalados en los techos de cada casa. En cuanto a la comida y las provisiones, realizamos exploraciones cada 15 días para abastecernos.
Los miembros del grupo escuchan atentamente, asimilando la información y admirando la organización que ha establecido Emma en este refugio. Alis, la hija de Odalis y Josh, se acerca a Emma con curiosidad y admiración.
Alis: Nunca había conocido a una reina antes.
Emma, con ternura, se agacha a la altura de Alis y le responde.
Emma: Querida, en este lugar, todos somos especiales y únicos. Tú también eres una reina en tu propia forma. Cada uno de nosotros tiene un papel importante que desempeñar en esta comunidad, y todos somos valiosos.
Alis sonríe, sintiéndose reconfortada por las palabras de Emma. Se siente acogida y comprende que, en este nuevo lugar, todos tienen un propósito y una importancia significativa.
El diálogo y la interacción entre Emma y Alis reflejan el espíritu de unidad y apoyo que prevalece en la comunidad.
La General le explica a Emma que su plan original era seguir a dos helicópteros que habían avistado días atrás. Emma sonríe y responde afirmativamente, indicándoles que la sigan. El grupo se pone en movimiento, saliendo de la casa y dirigiéndose hacia la parte trasera de la casa de Emma, donde tiene un amplio espacio verde.
Una vez en la parte trasera de la casa, Emma señala hacia arriba y le dice a la General que esos son los dos helicópteros que querían seguir. Víctor, quien los había visualizado previamente, se sorprende al confirmar que son los mismos.
Víctor: ¡Son esos helicópteros que vi! ¿Cómo los encontraron?
La General mira a Emma con asombro y le pregunta cómo logró seguirlos.
Emma responde con confianza, revelando un detalle de su pasado.
Emma: Hace algún tiempo, estuve resguardada en una base militar y soy piloto de helicóptero. Aprendí algunas habilidades y conocimientos que me permitieron seguirlos y no los encontré son de nosotros, a quienes vieron ese día fue a mí y mi equipo piloteando.
Comandante: (impresionada) Eso explica cómo los encontraste. Aprecio tus habilidades y conocimientos. Gracias otra vez por darnos donde vivir.
Capítulo 43 necesito una gelatina
Después de instalarse en sus habitaciones, el grupo de la General se despertó al día siguiente y se preparó para el nuevo día. Desayunaron, se ducharon y salieron a las calles del condominio. El lugar alberga a alrededor de 47 personas, incluyendo al grupo de la General.
Todos los habitantes del condominio se reunieron, y la General tomó la palabra para dirigirse a ellos. Explicó la necesidad de salir a buscar comida, ya que escaseaba, y les informó sobre los nuevos sobrevivientes que habían encontrado, asegurando que serían tratados como familia.
Después de su discurso, Emma se acercó a la General y le expresó su necesidad de contar con dos de sus mejores combatientes para una misión. Le sugirió que Josh y Stiv eran los más adecuados para esa tarea. La General asintió y respondió a Emma:
General: Les diré a Josh y Stiv que se reúnan contigo afuera de tu casa.
La General se reunió con Josh y Stiv y les informó sobre la necesidad de los servicios de Emma. Juntos, se dirigieron a la casa de Emma, donde ella los esperaba.
Emma: ¿Están listos?
Josh: Sí, estamos listos.
Stiv: ¿A dónde nos dirigimos?
Emma: Vamos a un supermercado que no está muy lejos. Hay suministros que necesitamos obtener.
Se subieron a los vehículos, con Stiv tomando el volante, Josh ocupando el asiento del copiloto y Emma en los asientos traseros. Dos autos más los acompañaban, cada uno con cuatro escoltas. Llegaron al supermercado y descendieron de los vehículos.
Emma: Dos de ustedes se quedarán afuera vigilando. Los otros dos aseguren la zona y estén atentos. El resto de nosotros entrará al supermercado.
El grupo se dividió en equipos, cada uno con una tarea específica dentro del supermercado.
Dentro del supermercado, Emma le indica al grupo qué artículos necesitan: granos básicos, lácteos, frutas y comida. Les pide que estén atentos y menciona que también quiere encontrar una gelatina de sabor uva.
Cada miembro del grupo toma un carrito y se adentra en los pasillos del supermercado, siempre alerta y con armas en mano. Josh comienza a seleccionar las frutas que encuentra, hablando consigo mismo sobre cuáles son las más frescas. Stiv revisa los alimentos y lee las etiquetas de los productos en busca de información relevante.
Emma, por su parte, busca desesperadamente su gelatina de uva. Un escolta se acerca corriendo y le informa que ha encontrado la gelatina que tanto deseaba. Emma muestra emoción en sus ojos y agradece al escolta, entregándole las demás que encuentre.
Una vez que han seleccionado todos los suministros necesarios, comienzan a cargarlos en los vehículos. Mientras colocan las cosas en los autos.
Emma: (subiendo una caja al auto) Tu hija es muy valiente, considerando el mundo en el que estamos viviendo. ¿Cuántos años tiene?
Josh: (sonriendo) Pronto cumplirá 6 años en unas semanas.
Emma: (con emoción) Bueno, creo que deberíamos celebrar su cumpleaños.
Josh: Sería su primera fiesta.
Emma sonríe ante la idea y ambos continúan con sus tareas. Finalmente, se suben a los vehículos y emprenden el regreso al condominio.
Emma, caminando y disfrutando de su gelatina, se acerca a Josh y le invita a él, a su esposa y a su hija a almorzar en su casa. Josh agradece la invitación y se dirige a su casa para hablar con Odalis.
Josh: Amor, Emma nos ha invitado a almorzar en su casa. ¿Qué te parece?
Odalis: (sorprendida) ¡Oh, eso suena genial!
Josh y Odalis llegan a la casa de Emma para el almuerzo y se sientan en el comedor. Odalis no puede evitar comentar sobre la belleza de la casa.
Odalis: (observando alrededor) Emma, tu casa es realmente hermosa. Me encanta cómo has logrado convertir este lugar en un refugio acogedor.
Emma agradece el cumplido
Emma: (con alegría) Odalis, quiero hacer algo especial para el cumpleaños de Alis. Sería el primer cumpleaños que celebramos aquí en el condominio. Me encantaría que todos los habitantes se unieran para festejar.
Odalis: (con lágrimas en los ojos) ¡Eso suena maravilloso, Emma! Estoy segura de que Alis estará encantada. Será un hito importante para todos nosotros.
La emoción se refleja en los rostros de Emma y Odalis, quienes están emocionadas por la idea de celebrar el cumpleaños de Alis y crear un momento especial para todos en el condominio.
Después de varias semanas de preparativos, llega el esperado día del cumpleaños de Alis. El condominio se llena de globos, pasteles y dulces, y los niños están emocionados. Alis se muestra feliz y abraza a sus padres, agradeciéndoles por todo.
Odalis: Alis, ¿estás disfrutando tu cumpleaños? Quiero que sepas que Emma ha hecho todo esto posible. Deberías agradecerle.
Alis se acerca a Emma, quien la recibe con una sonrisa.
Alis: (corriendo de felicidad) Gracias, Reina Emma. Todo esto es increíble. Me siento muy feliz aquí.
Emma: (con alegría) No tienes nada que agradecer, Alis. Eres una parte especial de esta comunidad y mereces ser celebrada. Estoy feliz de verte disfrutar tu día.
Alis sonríe y abraza a Emma, agradecida por el amor y la atención que ha recibido en su cumpleaños. Luego de la fiesta todos limpiaron el área de la fiesta y se fueron a descansar
Stiv sale afuera de la casa en busca de un momento de tranquilidad para fumar un cigarro. Para su sorpresa, la general también sale y lo descubre.
Stiv: (tosiendo) Oh, general. No sabía que usted también estaba aquí. Lo siento, no era mi intención fumar delante suyo.
La general: (con risas) No te preocupes, Stiv. No tengo problema con eso. De hecho, ¿me das uno? Me apetece probarlos.
Stiv se sorprende por la respuesta de la general y le ofrece un cigarro. Ambos comienzan a conversar mientras fuman.
Stiv: (intentando no toser) Es mi primera vez fumando, así que no sé si esto es realmente lo mío. ¿Qué piensa usted al respecto, general?
La general: (riéndose) Bueno, Stiv, todos tenemos nuestros vicios. No te preocupes, no te juzgaré por eso. Además, en este mundo incierto, a veces necesitamos esos pequeños placeres para mantenernos cuerdos.
Mientras conversan, Stiv y la general pasean por el área cercana a la casa. La noche está estrellada, y se puede sentir una brisa suave que acaricia sus rostros. La tranquilidad del entorno contrasta con la incertidumbre del futuro.
La general: (sacando humo y cigarro en mano) Stiv, sé que hemos encontrado un refugio seguro aquí, pero a largo plazo, tendremos que enfrentar la escasez de alimentos. Necesitaremos ser autosuficientes y comenzar a cultivar nuestros propios alimentos y criar animales.
Stiv asiente, pensativo. Ambos comprenden la importancia de asegurar el sustento a largo plazo para la supervivencia de todos en el condominio.
Mientras continúan su conversación, caminan lentamente de regreso a la casa. La noche está en calma, y la luz de la luna ilumina su camino.
La general se despide de Stiv y se queda afuera, fumando, perdida en sus pensamientos. Mientras observa su entorno, suspira profundamente, reflexionando sobre los eventos que han ocurrido desde el inicio de la infección y sobre su vida anterior en el ejército.
De repente, escucha ruidos de pasos provenientes de fuera de los muros. La general se pone en alerta y decide investigar. Se dirige hacia una pequeña torre de vigilancia desde donde provienen los sonidos. Al llegar, se encuentra con un hombre armado con un rifle.
General: (con mirada a la torre) ¿Qué fue eso?
Hombre (Alejandro): (dando la espalda desde lo alto) Son zombis que caminan. No hay de qué preocuparse. Por cierto, me llamo Alejandro. Un gusto.
General: (con mirada firme) Un gusto, Alejandro. ¿Quieres un cigarro?
Alejandro: (observando) Gracias, me encantaría.
Alejandro baja de la torre y se acerca a la general. Ambos comienzan a entablar una conversación mientras fuman.
Mientras hablan, la luz de la luna ilumina el rostro de Alejandro. Es un hombre de aspecto rudo pero amable, con una mirada firme y decidida. Lleva consigo una mochila con suministros y su rifle siempre a mano. Su presencia denota experiencia en situaciones de supervivencia.
El ambiente que los rodea es tranquilo, a pesar de los ruidos ocasionales de los zombis a lo lejos. Se respira un aire de serenidad, mezclado con una ligera tensión debido a la constante amenaza de los muertos vivientes.
La conversación fluye entre ellos, compartiendo experiencias y conocimientos sobre cómo sobrevivir en este nuevo mundo. Ambos se dan cuenta de que tienen habilidades complementarias y que pueden ser un gran apoyo mutuo.
La general se siente intrigada por Alejandro, quien muestra una valentía y una actitud positiva frente a la adversidad. Juntos, continúan profundizando en sus historias de vida, compartiendo anécdotas y encontrando un vínculo en medio de la desolación.
A medida que la noche avanza, su conversación se vuelve cada vez más íntima y sincera. El ambiente se carga de complicidad y confianza, creando un lazo especial entre ambos supervivientes.
Mientras continúan hablando, los dos comprenden que, en este mundo devastado, encontrar compañía y apoyo mutuo es un verdadero tesoro. Saben que tendrán que enfrentar desafíos juntos, pero también encuentran consuelo y fortaleza en la presencia del otro.
La noche avanza, y la conversación entre la general y Alejandro se convierte en un bálsamo para sus almas agotadas por las circunstancias. A medida que se conocen mejor, descubren una conexión profunda y una promesa de enfrentar los peligros futuros como un equipo unido.
La luna sigue brillando en el cielo, testigo silencioso de su encuentro. En ese momento, el mundo se siente un poco menos sombrío.
Capítulo 44 mal clima
Luego de una bella y larga conversación entre la general y Alejandro ambos se despiden ya que esta apunto de amanecer la general se va a la casa a descansar y Alejandro vuelve a su turno de vigilancia, en la mañana Emma junta a su equipo de expedición en busca de más suministros, Emma se dirige a casa de la general.
Emma: (tocando la puerta) General necesito tu ayuda.
General: (abriendo la puerta) buen día ¿necesitas algo todo está bien?
Emma: tengo una tarea para ti, sígueme.
Emma: (caminando) en una de las casas tenemos un hospital dentro con equipo por cualquier emergencia de igual manera un equipo de comunicaciones, hemos estado recibiendo señales encriptadas.
General: (confundida) ¿Señales de radio encriptadas? ¿Estás segura de esto, Emma?
Emma: Sí, general. Hemos estado monitoreando las transmisiones y parece que alguien está intentando comunicarse con nosotros utilizando códigos militares. Pensé que tal vez podrías descifrarlos, dada tu experiencia.
La general examina el equipo de comunicaciones y escucha atentamente las transmisiones en busca de patrones y claves que pueden ayudarla a descifrar el mensaje. La tensión se puede sentir en el aire mientras ambas esperan ansiosamente por cualquier avance.
General: (sorprendida) ¡Estos códigos son complicados, pero voy a hacer todo lo posible para descifrarlos! Si alguien está tratando de comunicarse con nosotros, podría ser información valiosa.
Emma: Gracias, general. Confió en tus habilidades. Estoy seguro de que, si alguien está enviando estas señales, es porque necesitan o tienen información importante que compartir.
La general continúa su trabajo, concentrándose intensamente en las transmisiones.
Mientras tanto, Emma espera pacientemente, consciente de la importancia de esta comunicación potencial.
Después de un tiempo, la expresión en el rostro de la general cambia, mostrando una mezcla de emoción y satisfacción.
General: ¡Lo tengo! (Descifrado el mensaje) Es un llamado de auxilio de un grupo de supervivientes en una base militar cercana. Están luchando contra zombis y necesitan refuerzos y suministros.
Emma: ¡Eso es increíble! Debemos ayudar. Podemos organizar una misión de rescate y llevarles los suministros que necesitan.
La general asiente con determinación, consciente de que esta podría ser una oportunidad para establecer alianzas.
General: (dando respuesta al mensaje) Prepararemos a nuestro equipo y nos dirigiremos hacia esa base militar. Necesitaremos ser cautelosos y estar listos para cualquier situación. ¡Estamos en camino para brindarles ayuda!
La caravana se pone en marcha desde el condominio, con Emma, la general, Stiv, Joshumber y varios miembros del grupo. Cada uno de ellos lleva armas y provisiones necesarias para la misión. Mientras se suben a los vehículos, Emma se acerca a Alejandro, quien ha decidido quedarse con una carga de proteger a los demás en el condominio.
Emma: Alejandro, te quedas un cargo aquí. Cuida de todos con tu vida, ¿entendido?
Alejandro: Así será, reina. Puedes confiar en mí. También hay varias personas armadas aquí que ayudan en la protección.
Emma asiente, confiando en la capacidad de Alejandro para mantener la seguridad en el condominio. Una vez que todos están listos, suben a los vehículos y comienzan su viaje hacia la base militar. Sin embargo, a medida que avanzan, se encuentran con una repentina y poderosa tormenta. La lluvia cae con fuerza y los truenos iluminan el camino en el cielo oscuro. El ambiente se llena de tensión y preocupación.
Emma: (gritando para hacerse escuchar por encima del ruido de la lluvia) ¡Cuidado con los baches en el camino, mantengan una distancia segura y manténganse alerta!
General: (con risas) Esta tormenta no nos lo está poniendo fácil.
Stiv: (gritando para ser oído) ¡Vaya manera de comenzar nuestra misión, con una tormenta épica! Pero no hay nada que el equipo no pueda manejar, ¿verdad?
Joshumber: (asintiendo con risas) Así es, Stiv. Estamos juntos en esto y superaremos cualquier obstáculo que se nos presente. La tormenta es solo una prueba más.
Las luces de los vehículos cortan a través de la lluvia mientras avanzan con precaución.
Joshumber: (gritando para ser escuchado sobre el ruido de la lluvia) ¡Esta tormenta es feroz! Pero debemos seguir adelante y llegar a la base.
Stiv: (agarrando con fuerza el volante) Estoy concentrado en conducir deja de hablar (risas).
A medida que avanzan por el camino embarrado y lleno de charcos, los truenos regresan en el cielo, creando una atmosfera tensa y llena de adrenalina. Los rayos iluminan probablemente el paisaje, revelando la devastación que la infección ha dejado a su paso. Emma, sentada en la parte trasera del vehículo, se apoya en la ventana, contemplando el poderío de la tormenta.
Emma: (murmurando para sí misma) Esta tormenta es solo una muestra más de la adversidad que enfrentamos en este nuevo mundo. Pero no nos rendiremos. Llegaremos a la base y haremos todo lo posible para ayudar a esos supervivientes.
A medida que la caravana avanza a través de la tormenta, el ambiente se vuelve más intenso. Los relámpagos y la lluvia azotan los vehículos, haciendo que el viaje sea aún más desafiante.
La caravana se detiene abruptamente en medio de la base militar abandonada. La lluvia sigue cayendo implacablemente, empapando a los miembros del equipo mientras se mantiene alerta, mirando a su alrededor con cautela.
General: (susurrando) Algo no está bien aquí. No hay vehículos ni señales de actividad. Estén atentos, puede que haya algo más de lo que esperamos.
Con las armas en alto, avanzan hacia el edificio principal de la base. Cada paso que dan aumenta la tensión en el ambiente. Abren puertas y revisan habitaciones, pero se encuentran solo vacío y silencio.
Emma: (susurrando a los demás) Esto no tiene sentido. Debería haber algo, alguien aquí. Algo no está bien. Tenemos que irnos de aquí.
Mientras salen del edificio, el sonido de un disparo rompe el silencio. Uno de los miembros del equipo cae al suelo, hiriéndose gravemente. La general reacciona rápidamente, gritando a todos que se cubran.
General: ¡Cúbranse! ¡Nos están atacando!
Emma, con determinación en sus ojos, se une al enfrentamiento, disparando hacia la dirección del disparo.
Emma: (gritando) ¿Dónde están los demás enemigos? ¡No los veo!
General: (respondiendo) Están en el tejado del edificio azul. La tormenta dificulta la visibilidad.
En medio del caos, una voz amenazante se hace oír desde la oscuridad, sosteniendo a un miembro del equipo como rehén.
Hombre desconocido: ¡Bajen las armas o le vuelo la cabeza!
Emma, con preocupación en su rostro, mira a su equipo y toma una decisión rápida.
Emma: (con voz firme) Bajen las armas. No quiero que nadie más de nuestro equipo resulte herido.
El equipo, obedeciendo las órdenes de Emma, baja lentamente las armas, evitando cualquier acto que pueda poner en mayor peligro a su compañero.
Luego de que Emma y su equipo bajaran las armas, el hombre que tenía a uno de los miembros de Emma se presenta
Brad: (con risa en el rostro) Buenas noches me llamo Brad (soltando al compañero de Emma y dándole un disparo en la cabeza).
Emma, con las manos atadas y el corazón acelerado, mira fijamente a Brad, el hombre que acaba de asesinar a uno de sus compañeros frente a sus ojos. La ira y la impotencia se reflejan en su rostro, pero también una determinación inquebrantable.
Brad: (con voz firme y apuntando a Emma) ¿Dime donde están refugiados, tienen ropa limpia y se ven muy sanos donde está su puto refugio?
Emma: (con voz temblorosa) No necesitas hacer esto. Te diré dónde está nuestro refugio, pero por favor, déjanos en paz.
Brad se acerca a Emma, su expresión fría y despiadada. Observa detenidamente a Emma, como si estuviera evaluando la veracidad de sus palabras.
Brad: (con tono amenazante) Muy bien, perra. Háblame, y tal vez te permita vivir un poco más.
Emma, luchando por mantener la calma, le da la ubicación del refugio a Brad. Aunque la decisión le resulta dolorosa, sabe que es la única forma de proteger a los demás miembros de su equipo.
Emma: Está a unos 30 kilómetros al este de aquí, en un viejo almacén abandonado. Pero prométeme que no les harás daño a nadie de nuestro grupo.
Brad sonríe satisfecho por haber obtenido la información que buscaba. Ordena a sus hombres que bajen a otro miembro del equipo de Emma, sosteniendo a Josh del cabello con violencia.
Brad: (con voz siniestra) Muy bien, estúpida ahora vamos a asegurarnos de que estás diciendo la verdad. Y si nos has engañado, tu amigo pagará por ello.
Emma, con los ojos llenos de preocupación y desesperación, dirige su mirada a Josh, quien está indefenso en manos de Brad.
Emma: (con voz entrecortada) Por favor, Brad, no hagas esto. Te dije la verdad. Permíteme demostrártelo. No dejes que esto termine en más derramamiento de sangre.
Brad: (a punto de jalar el gatillo) Muy bien otro que tendrá un agujero en la cabeza.
Emma: (llorando con voz quebrada) ¡Esta bien! Estamos un condominio a 30 kilómetros al sur.
Brad: (sonriendo) ¡eso es todo! Decir la verdad salva vidas, jejeje.
Capítulo 45 persecución
Brad ordena que metan a Emma y su equipo a la palangana del vehículo y ordena a sus hombres ir al condominio, al subirse a los vehículos y dar marcha después de unos minutos conduciendo bajo la lluvia Brad llega a los muros del condominio. Emma da la señal que abran las puertas del condominio.
Emma, con las manos aún atadas, siente una mezcla de miedo y rabia mientras observa cómo Brad y su equipo irrumpen en el condominio. La lluvia intensa y los truenos aumentan la tensión en el ambiente, creando un escenario sombrío y amenazante.
Brad: (con voz autoritaria) ¡Todos abajo y baje a la perra!
Los miembros del equipo de Brad, armados y listos para actuar, rodean a Emma y su equipo, obligándolos a arrodillarse en la entrada del condominio. Las miradas de los residentes, que se asoman desde las ventanas y balcones, reflejan el miedo y la incertidumbre.
Emma, consciente de que su vida y la de sus compañeros están en peligro, mantiene la calma y busca una oportunidad para revertir la situación.
Emma: (con determinación) Brad, esto no tiene que terminar así. Podemos encontrar una solución pacífica. No es necesario derramar más sangre.
Brad, con una sonrisa burlona en el rostro, se acerca a Emma y la mira con desprecio.
Brad: (con voz desafiante) ¿Una solución pacífica? Eso no existe en este mundo, perra. Ustedes son nuestros prisioneros.
Mientras Brad se deleita en su poder, Emma busca una oportunidad de escape. Observa a su alrededor, evaluando las posibilidades y buscando alguna debilidad en la seguridad del grupo de Brad.
Emma: (en voz baja, para sus compañeros) Manténganse alerta.
La lluvia continúa cayendo implacablemente, como si reflejara el sombrío destino que parece acechar a Emma y su equipo.
La lluvia sigue cayendo intensamente mientras Brad proclama su liderazgo sobre el grupo de Emma, justificando los sacrificios que se harán en son para una supuesta comunidad mejor.
Brad: (gritando sobre el ruido de la lluvia) ¡Estos son sus líderes, estos son los sacrificios que haremos por un futuro próspero! A partir de ahora, yo seré su líder.
El ambiente está cargado de tensión y miedo. Ante la mirada atónita de Emma y su equipo, Brad dispara a sangre fría a uno de los miembros del grupo, cuyo cuerpo cae sin vida al suelo.
Mientras tanto, Odalis, al escuchar las palabras de Brad y ver la violencia desatada, decide tomar acción. Con sigilo, se dirige a una de las torres de vigilancia, se oculta y prepara su arco con una flecha. Desde allí, observa cómo están a punto de dispararle a Josh, sin dudarlo suelta la flecha que impacta directamente en la cabeza de uno de los hombres de Brad.
Alejandro, ubicado en la otra torre de vigilancia, también comienza a disparar contra los enemigos, tratando de neutralizarlos. Víctor y Sandra, desde la casa, se suman al enfrentamiento, disparando desde las ventanas.
En medio de la confusión, la general corre con las manos aún atadas hacia uno de los vehículos, para cubrirse. Mientras tanto, Josh se libera de sus ataduras y se enfrenta directamente a Brad en una lucha cuerpo a cuerpo.
Emma, decidida a encontrar un arma para defenderse, corre hacia su casa con las manos aún atadas. Busca desesperadamente entre sus pertenencias y encuentra una pistola.
Stiv, con una determinación feroz, se libera como puede y se abalanza sobre los enemigos que rodean al grupo, buscando proteger a sus compañeros.
La general, liberada de sus ataduras, se lanza tras uno de los enemigos, lo neutraliza. Luego, toma un arma y comienza a disparar, luchando junto a su equipo.
En medio del caos y la lluvia implacable, se desata una batalla desesperada por la supervivencia. Josh y Brad están inmersos en una intensa pelea. Josh logra sujetar a Brad por el cuello, pero en un intento desesperado por liberarse, Brad encuentra una roca en el suelo y golpea a Josh en la cabeza, dejándolo aturdido. Brad aprovecha la confusión y corre para resguardarse de los disparos.
Mientras tanto, uno de los hombres de Brad entra a la casa donde se encuentran Yulisa y Alis. Dispara, alcanzando a Yulisa, quien cae sin vida. Luego, toma a Alis en brazos y la lleva a un automóvil mientras ella grita y llora desesperadamente.
Odalis, desde la distancia, observa la terrible escena y sin dudarlo, apunta con su arco y dispara una flecha que impacta en la espalda del hombre que lleva a Alis. El hombre cae al suelo, liberando a Alis, quien se levanta y corre bajo la lluvia.
Brad, al percatarse de la situación, toma a Alis en sus brazos y la sube rápidamente a uno de los autos, escapando de la escena. Odalis se baja de la torre a toda prisa y corre hacia donde yace Josh, quien yace tirado en el suelo. Con voz preocupada, le habla y le da una cachetada para intentar que recobre la conciencia.
Odalis: (agitada) ¡Josh, despierta! ¡te necesito, se llevaron a nuestra hija! ¡Reacciona!
El ambiente sigue cargado de lluvia y truenos, reflejando la tensión y el peligro en el aire. La tensión se intensifica cuando Odalis revela que su hija Alis ha sido llevada por Brad. Stiv, arrastrando a tres hombres atados, se acerca al grupo y propone utilizarlos para obtener información sobre el paradero de Alis. La General se acerca decidida y, de manera despiadada, entierra su cuchillo en la pierna de uno de los hombres, quien grita de dolor. Tras un interrogatorio doloroso, la General logra obtener la información necesaria para localizar a Brad.
Mientras discuten sobre el rescate, un ruido ensordecedor se hace presente. Uno de los muros del condominio colapsa, permitiendo la entrada de una horda de zombis captada por los ruidos de los disparos. La General actúa con rapidez y ordena a Josh y Stiv que se suban al auto para recuperar a Alis. Odalis corre y se sube a la moto de Josh, siguiendo de cerca al vehículo.
Mientras tanto, en el condominio, Emma toma el liderazgo y ordena a todos que luchen contra los zombis con lo que tengan una mano. La batalla se desata, y tanto Emma como Alejandro comienza a disparar, mientras que los residentes del condominio pelean valientemente usando palos, cuchillos, machetes y cualquier otra arma disponible.
El ambiente se llena de caos y desesperación. El sonido de los disparos se mezcla con los gritos de los zombis y las voces de los combatientes. La lluvia sigue cayendo implacablemente, sumándose a la intensidad de la situación. La lucha por recuperar a Alis se entrelaza con la batalla contra los zombis. La lluvia sigue azotando el entorno mientras la General ocupa el asiento del copiloto, Stiv está al volante y Josh se encuentra en la parte trasera del vehículo. Repentinamente, Stiv observa a través del retrovisor una luz que los sigue de cerca y les alerta sobre la presencia de alguien detrás de ellos. La General decide detener el auto
General: (gritando para hacerse escuchar) detén el auto.
y todos bajan del vehículo para investigar. Descubren que es Odalis quien los ha estado siguiendo. Josh se acerca
Joshumber: (con preocupación) amor que haces es muy peligroso.
Odalis: (con voz fuerte y autoridad) es mi hija también y si tendré que arrancarle la cabeza con mis propias manos lo hare (decidida a encontrar a su hija)
Joshumber: (con admiración) está bien, pero yo me llevo la moto tu sube al auto.
Después de conducir a través del barro y el viento, finalmente llegan a unas bodegas que coinciden con la ubicación proporcionada por los hombres de Brad. La General detiene el auto y les indica que se preparen y tomen sus armas. Caminan alrededor de las bodegas, y Stiv señala una entrada. Deciden ingresar, y al hacerlo, las luces se encienden de repente y se escucha la voz de Brad.
Brad: (con burlas) bueno es hora de hacer este sacrificio ya que es un alma inocente tal vez así se quita esta desgracia que vivimos.
Mientras salen varios hombres de sus espaldas con palos y machetes.
Odalis: (gritando) te cortare las bolas y las meteré en tu boca estúpido.
Brad: (entre dientes) mantén vigilada la puerta donde está la niña.
Brad: (con enojo) mátenlos.
Odalis grita desafiante a Brad, amenazando con mutilarlo, mientras él ordena a uno de sus hombres que vigile la habitación donde Alis está encerrada. Brad da la orden y, en medio del caos, Odalis saca su arco y comienza a disparar flechas. Stiv y la General también abren fuego, mientras que Josh corre tras Brad, quien intenta escapar.
Capítulo 46 helicópteros
Luego de que Stiv, Odalis y la general acabaran con los hombres de Brad, Josh encuentra a Brad en una habitación con balco.
Brad: (con voz amenazante) No te acerques, o sufrirás las consecuencias. ¡No me importa matarla!
La tensión se apodera del ambiente mientras Josh avanza lentamente hacia Brad. Alis está aterrada, con los ojos llenos de lágrimas, y Brad la utiliza como escudo humano, manteniendo un cuchillo en su cuello.
Josh: Brad, sabes que no puedes salirte con la tuya. Ya has hecho suficiente daño. Deja a mi hija y enfrenta las consecuencias.
Brad: (con una sonrisa maliciosa) ¿Consecuencias? Creo que eres tú quien enfrentará las consecuencias, No te conviene acercarte más.
En un rápido movimiento, una flecha atraviesa el hombro de Brad, lo que le hace soltar a Alis. Josh aprovecha la distracción y se acerca a Brad, sacando su pistola.
Josh: (con determinación) Esto se acabó, Brad.
Sin dudarlo, Josh dispara a Brad en la cabeza, poniendo fin a su amenaza. Luego, le propina una patada en el pecho, haciendo que Brad caiga desde el balcón hasta el suelo.
Josh toma a Alis en sus brazos y la abraza con fuerza, aliviado de tenerla a salvo.
Josh: (susurrando) Estás a salvo, mi niña. Todo está bien ahora.
Josh voltea a ver y Odalis desde la distancia con el arco en alto había disparado la flecha.
Luego de rescatar a Alis regresan, Con la tormenta aún furiosa, llegan al condominio y presencian una intensa batalla entre zombies y humanos. Emma les grita a todos que corran hacia los helicópteros, y rápidamente se dirigen hacia ellos. Emma y Alejandro corren junto a la general, quien les pide ayuda para pilotar uno de los helicópteros y escapar de allí, ya que la mayoría de las personas en el condominio han sido víctimas de los zombies.
La general se sube al helicóptero y Stiv, Odalis, Alis y Josh la siguen. En el otro helicóptero, Víctor, Alejandro y Sandra se preparan para partir. Víctor les comunica que Yulisa ha fallecido, lo cual entristece a todos. Emma les dice decidida que es hora de irse, y ambos helicópteros despegan, dejando atrás a los zombies y su antiguo refugio en el condominio.
Las hélices de los helicópteros cortan el aire, mientras los personajes se acomodan en sus asientos y se preparan para la huida. La lluvia azota los cristales de las cabinas, dificultando la visibilidad, pero el ruido ensordecedor del viento y el motor del helicóptero no permite que el silencio se apodere del ambiente.
Dentro del helicóptero de Emma, Víctor, Alejandro y Sandra procesan la triste noticia de la pérdida de Yulisa. Emma, aunque afectada, mantiene la determinación en su rostro y les insta a seguir adelante.
Emma: (con voz firme) Nos vamos. Tenemos que sobrevivir y encontrar un lugar seguro para reconstruir nuestras vidas.
Los rostros de los personajes reflejan el cansancio y el pesar de lo que han vivido, pero también una chispa de esperanza se enciende en sus ojos. A medida que los helicópteros se alejan del caos y la destrucción, la ciudad se va reduciendo a diminutos puntos en el horizonte.
Emma, piloteando el helicóptero, se comunica con la torre de control del aeropuerto de Pokall, solicitando permiso para utilizar el helipuerto y mencionando que traen a sobrevivientes. Sin embargo, no reciben respuesta.
La general, consciente de la urgencia y la necesidad de un lugar seguro, insta a Emma a aterrizar sin esperar confirmación.
General: (a través de la radio) Emma, aterrice en el helipuerto. No podemos esperar más, necesitamos un lugar seguro para nuestros sobrevivientes.
Emma, confiando en la decisión de la general, maniobra el helicóptero hacia el helipuerto del aeropuerto de Pokall. El viento azota la aeronave mientras se acerca a la pista de aterrizaje.
Emma: (con determinación) Vamos a aterrizar, mantengan la calma, estamos cerca de encontrar refugio.
Con precisión y habilidad, Emma guía el helicóptero hacia el helipuerto, buscando un lugar despejado para posarse. A medida que se acercan al suelo. El helicóptero desciende suavemente y finalmente toca tierra en el helipuerto. Las hélices se van desacelerando, y el sonido del motor se desvanece. Emma apaga el motor y el silencio se adueña de la cabina.
Emma: (suspira aliviada) Hemos llegado. Estamos a salvo por ahora. Con cautela, salen de la aeronave, conscientes, mientras tanto, el aeropuerto de Pokall se presenta como un lugar desolado, envuelto en silencio y ruinas. El viento sopla a través de los escombros, llevando consigo ecos del pasado.
Emma: (mirando a la general) ¿Y ahora qué hacemos? Necesitamos agua, comida y algo para poder calentarnos.
General: (asiente) Tienes razón, Emma. Primero, debemos asegurarnos de abastecernos de suministros básicos. Ingresemos al aeropuerto y dividámonos para buscar lo que necesitamos.
Emma: ¿Cuál es el plan, General?
General: Stiv y Sandra, su misión será buscar suministros en la planta alta. Recuerden ser cautelosos y mantenerse en contacto por el canal de radio 3.
Stiv: Entendido, nos mantendremos en contacto y buscaremos lo que necesitamos.
General: Víctor y Alejandro, su tarea será encontrar un lugar seguro donde podamos descansar y establecernos temporalmente.
Alejandro: Claro, General. Buscaremos un espacio adecuado para todos.
General: Josh y Odalis, necesito que busquen cualquier cosa útil para salir de aquí o pistas que puedan ayudarnos. Estamos en territorio desconocido, y necesitamos estar preparados.
Josh: Entendido.
Emma, Alis y la General se dirigen hacia la sala de revisión de maletas, mientras los demás se dispersan por el aeropuerto en busca de lo necesario para sobrevivir. Todos están conscientes de la importancia de trabajar en equipo y mantenerse comunicados.
En la sala de revisión de maletas, Emma y la General examinan meticulosamente cada objeto en busca de algo que pueda ser útil para su situación.
Emma: (susurrando) General, ¿cree que encontraremos algo valioso aquí?
General: Es posible, Emma. Nunca se sabe qué podemos encontrar en lugares inesperados. Sigamos buscando con atención.
Capítulo 47 Doctor Anderson Bierke
Sandra y Stiv avanzaron cautelosamente por los oscuros pasillos del aeropuerto de Pokall. La tenue luz de las linternas que llevaban consigo apenas lograba disipar la oscuridad que parecía haberse apoderado del lugar. A cada paso, el eco de sus pisadas resonaba en las paredes, recordándoles la soledad y el abandono que rodeaban aquel espacio que solía estar lleno de vida y movimiento.
Sandra, con su mirada decidida y su cabello recogido en una coleta, sostenía una linterna en una mano y en la otra una pequeña bolsa para recolectar los suministros que encontraran. Stiv, llevaba una mochila en sus hombros, lista para ser llenada con lo que pudieran encontrar.
Se detuvieron frente a un antiguo quiosco de revistas que parecía haber sido abandonado en medio de su funcionamiento. Las estanterías estaban llenas de polvo y desorden, pero en la parte trasera encontraron un par de botellas de agua que aún estaban selladas. Sandra las sostuvo en sus manos como si fueran tesoros invaluables.
«Sabía que encontraríamos algo útil aquí», susurró Stiv con una sonrisa leve pero cansada.
Sandra asintió y luego continuaron su camino, explorando cada rincón en busca de más suministros. Pasaron por una cafetería con mesas y sillas en desorden, y en las vitrinas de exhibición apenas quedaban migajas de lo que alguna vez fueron pasteles y bocadillos deliciosos.
«Es increíble cómo todo esto ha cambiado», dijo Sandra con un tono melancólico.
Stiv la miró comprensivamente. «Las cosas han cambiado para todos, Sandra. Pero vamos a encontrar lo que necesitamos y luego podremos salir de aquí.»
Siguiendo su búsqueda, llegaron a una tienda de conveniencia que estaba casi irreconocible. Las estanterías habían sido saqueadas, y solo quedaban algunos paquetes de galletas aplastadas y latas abolladas en los pasillos. A pesar de la escasez, lograron recoger un par de latas de comida en conserva y unas cuantas galletas.
«Mira esto», dijo Stiv al sostener una lata en su mano. «No es la mejor comida, pero al menos es algo.»
Sandra asintió, su expresión determinada. «Cualquier cosa es mejor que nada. Vamos a llevar todo esto de regreso.»
Con sus bolsas y mochilas un poco más llenas, Sandra y Stiv regresaron por el camino que habían recorrido, cuidando cada paso y manteniendo la esperanza de que sus esfuerzos valdrían la pena.
Víctor y Alejandro avanzaron con precaución por las zonas de seguridad del aeropuerto, siguiendo el eco lejano de sus propios pasos. Las luces parpadeantes sobre sus cabezas parecían crear sombras danzantes en las paredes, y el aire tenía un aura de abandono que casi se podía sentir.
A medida que se adentraban en el interior del aeropuerto, una sala de cámaras de vigilancia se materializó ante ellos. Las pantallas de monitores oscuros y apagados daban una impresión fantasmal, como si los ojos vigilantes del lugar hubieran cerrado sus párpados. Alejandro observó las pantallas y murmuró: «Parece que todo quedó en silencio aquí hace tiempo».
Víctor asintió, con su mirada aguda recorriendo la sala. «Parece que estamos solos en este rincón olvidado del mundo».
Continuaron explorando, llegando a una serie de habitaciones y camas desordenadas. Las sábanas estaban manchadas con rastros de sangre seca, y el aire estaba impregnado con un aroma metálico y desagradable. Las imágenes que se encontraban ante ellos eran un testimonio silencioso de los eventos pasados y del caos que había asolado el aeropuerto.
«Es difícil imaginar lo que pudo haber sucedido aquí», dijo Alejandro en un tono sombrío. «Parece que esto fue el escenario de algo más grande que nosotros».
Víctor asintió, su mandíbula tensa. «Sí, y nuestra prioridad ahora es asegurarnos de que estamos a salvo aquí. Vamos a tener reforzar esta área antes de que llegue el resto del grupo».
Continuaron su búsqueda, avanzando más allá de las habitaciones ensangrentadas hasta que encontraron una cinta amarilla que cruzaba una entrada. «Prohibido el paso», decía en letras grandes y audaces. Pero en lugar de detenerse, Víctor y Alejandro intercambiaron una mirada decidida y comenzaron a rodear el área.
«Si logramos establecer una base aquí, podríamos estar en un lugar más seguro», comentó Alejandro mientras ajustaba su mochila.
Víctor asintió y sonrió levemente. «Exacto. Esta zona puede ser nuestro refugio en medio de todo esto. Solo necesitamos asegurarnos de que esté lo más segura posible».
Con paso firme y cauteloso, rodearon el área prohibida, trazando un camino que marcaba sus intenciones de establecerse allí.
Víctor tira un mensaje por radio de que encontraron un lugar seguro para pasar la noche, Después de transmitir el mensaje por la radio, un sentimiento de alivio se extendió por el grupo al escuchar el mensaje. En poco tiempo, se pudo ver a Stiv y Sandra avanzando con cautela hacia ellos, cargando las bolsas de suministros que habían conseguido. Sus rostros cansados pero llenos de determinación reflejaban el esfuerzo que habían puesto para asegurarse de que todos tuvieran algo que llevarse a la boca.
El grupo estaba en una suerte de área central, donde las luces titilantes del aeropuerto creaban una atmósfera surrealista. Emma, la mirada penetrante como siempre, se unió al grupo, seguida por la General y Alis, con su mochila llena de cosas que había encontrado en el área de las maletas, sus expresiones reflejando una mezcla de alivio y ansiedad.
El grupo se reunió en un círculo improvisado, compartiendo miradas de alivio y sonrisas de reconocimiento mutuo. «Estamos todos a salvo», suspiró Emma, su voz cargada de emoción. «Es un alivio verlos a todos aquí».
Alis, que había estado ansiosa por la seguridad de sus padres, no pudo evitar preguntar: «¿Y mis padres? ¿Los vieron?»
Los miembros del grupo intercambiaron miradas preocupadas, sus ojos escrutando los alrededores como si pudieran encontrar una respuesta en las sombras. Fue entonces cuando Alejandro, con una expresión decidida, se adelantó: «Voy a buscarlos. No deben estar lejos. Mientras tanto, ¿por qué no intentamos hacer una fogata para mantenernos cálidos?»
La sugerencia de Alejandro fue acogida con asentimientos y movimientos de acción inmediata. Stiv y Sandra comenzaron a buscar cosas para hacer la fogata, mientras que la General, con su destreza militar, se unió a ellos para organizar el proceso de construcción de la fogata.
Mientras el grupo se ocupaba con la tarea, Emma se acercó a Alis y le puso una mano reconfortante en el hombro. «No te preocupes. Vamos a encontrar a tus padres. Estamos juntos en esto.»
Alis asintió, sus ojos llenos de gratitud y esperanza. Los otros miembros del grupo también compartieron palabras de aliento y apoyo, creando un ambiente de solidaridad en medio de la incertidumbre que los rodeaba.
Poco a poco, la fogata empezó a tomar forma, y el resplandor de las llamas se unió a las luces parpadeantes del aeropuerto.
Odalis y Josh avanzaban con cautela por los pasillos oscuros del aeropuerto. La tenue luz que emitían sus linternas apenas lograba disipar la oscuridad que los rodeaba. En medio de la quietud, una sombra a lo lejos capturó la atención de Josh, quien se detuvo y susurró a Odalis: «Saca tu arco».
Odalis asintió en silencio y empuñó su arco con determinación. Con pasos sigilosos, avanzaron hacia donde habían visto la sombra, preparados para lo que pudieran encontrar. Cuando entraron en la habitación que habían avistado, se encontraron con un espacio vacío y oscuro. Sin embargo, desde la penumbra emergió una voz temblorosa que rompió el silencio: «Tiren las armas».
Josh mantuvo la calma y respondió con una voz tranquila pero firme: «No te haremos daño. Solo estamos buscando suministros para nuestro grupo».
La penumbra se rompió un poco más cuando un hombre con gafas y un arma en la mano se acercó a la luz. A su lado, un señor de edad avanzada con cabello canoso y una gran barba también emergió. Josh continuó hablando en un intento de disipar cualquier temor: «Tranquilos, no somos una amenaza. Me llamo Josh y ella es Odalis».
El hombre con gafas dejó escapar un suspiro de alivio. «Qué fortuna que no sean hostiles. Soy Franco», dijo, relajando su postura mientras soltaba el arma. «Soy piloto».
El hombre de edad avanzada también se presentó con una voz suave pero autoritaria: «Yo soy el doctor Anderson Bieker. Aprecio la prudencia, pero permítanme disculparme por nuestra reacción inicial».
Josh sonrió con sinceridad. «Entendemos que la situación está tensa. Nosotros también estamos tratando de sobrevivir en medio de todo esto».
Franco asintió y explicó: «Estábamos explorando los pasillos en busca de algún rincón seguro. Parece que hemos encontrado compañía».
Odalis bajó su arco con precaución, indicando que el peligro había pasado por ahora. «Nosotros también estamos buscando un lugar seguro. Si están dispuestos, podríamos unir fuerzas y enfrentar lo que venga juntos».
El doctor Bieker asintió con agradecimiento. «Su propuesta suena razonable. En tiempos como estos, la cooperación es esencial».
Capítulos 48 Noruega
Alejandro avanzaba por los pasillos del aeropuerto, su pistola en mano, en busca de Josh y Odalis. Sus ojos escudriñaban cada rincón en busca de cualquier signo de sus compañeros. Finalmente, salió de uno de los pasillos y se detuvo al ver a Josh y Odalis acompañados por nuevos rostros. Josh rompió el silencio al saludarlo: «¡Alejandro, ¡qué bueno verte! Baja tu arma.»
Alejandro exhaló un suspiro de alivio y bajó su arma, aliviado al ver que sus amigos estaban bien y que no había amenaza inmediata. Se acercó al grupo y se unió a ellos mientras regresaban al área donde habían encendido la fogata.
Alis, al ver a sus padres, no pudo contener su emoción y corrió hacia ellos. Abrazó a su papá y a su mamá con fuerza, sintiendo la seguridad y la calidez de su presencia. Franco saludó al resto del grupo con una sonrisa sincera, mientras el doctor Anderson asentía con respeto.
Después de los abrazos y los saludos, el grupo se sentó alrededor de la fogata, aceptando la comida y el agua que Franco y el doctor habían traído consigo. Las sonrisas y el alivio eran evidentes en los rostros de todos, sabiendo que estaban juntos y a salvo.
La General, siempre directa, no perdió la oportunidad de preguntar al doctor: «Una pregunta, ¿qué hace un doctor aquí?»
El doctor Anderson respondió con calma: «Quedé atrapado en el aeropuerto cuando los zombies comenzaron a devastarlo. Franco me auxilió. Tengo colegas en Noruega que están trabajando en una cura y han establecido un refugio seguro. Planeo dirigirme allí.»
La noticia resonó en el grupo como una luz de esperanza en medio de la oscuridad. Franco continuó: «El problema es que necesitamos otro piloto para poder salir del aeropuerto y hacer un viaje directo a Noruega.»
La General, siempre dispuesta a asumir el control de la situación, respondió con firmeza: «Estás de suerte. Seré tu piloto si mi grupo tiene un lugar asegurado en ese refugio.»
El doctor Anderson asintió con gratitud. «Eso es exactamente lo que necesitamos: gente decidida. Mañana nos iremos a Noruega.
Al día siguiente, el grupo se reunió, sus expresiones reflejando la mezcla de emoción y anticipación que llenaba el aire. La General tomó la palabra, su voz firme y decidida: «Creo que el momento que hemos esperado durante muchos años finalmente ha llegado. Primero quiero agradecer a Emma por su contribución con los helicópteros. Sin ellos, quién sabe dónde estaríamos ahora. En segundo lugar, necesitamos confiar en Franco. Él conoce el aeropuerto y sus detalles, así que lo que él diga, hagámoslo.»
Franco asintió con gratitud, agradeciendo la confianza depositada en él. «Amigos, les estoy muy agradecido por aceptar esta misión conmigo. Hoy tenemos una serie de tareas cruciales por delante para que nuestro viaje a Noruega sea un éxito.»
La General cedió la palabra a Franco, permitiéndole guiar al grupo a través de los próximos pasos. Franco se aclaró la garganta y comenzó: «Necesito la ayuda de alguien para mover el avión utilizando el tractor de pushback. Además, necesitamos abastecer los motores con combustible, así que alguien deberá dirigirse a los hangares donde están las pipas de combustible. Por último, es esencial que se busque y se traiga suficiente comida y agua para el viaje, ya que estamos hablando de 21 horas en el aire.»
Josh asintió, levantando la mano. «Yo puedo encargarme de mover el avión con el tractor de pushback. He manejado maquinaria similar antes.»
Franco asintió con aprobación.
Stiv se puso de pie. «Yo me encargaré de organizar el abastecimiento de combustible. Conozco los procedimientos.»
La General miró al grupo, evaluando quién podría encargarse de la tarea restante. «Necesitamos alguien con experiencia en la búsqueda de suministros y que sepa seleccionar adecuadamente lo que necesitamos. ¿Alguna sugerencia?»
Sandra levantó la mano. «Puedo encargarme de buscar comida y agua con Odalis. Hemos tenido experiencia con esto desde que empezó todo.»
La General asintió con aprobación. «Muy bien. Estoy segura de que lo harán bien.»
Con las tareas asignadas y la misión clara ante ellos, el grupo se dispersó para poner manos a la obra.
Después de horas de arduo trabajo y preparativos, todo estaba listo para el vuelo. El avión estaba abastecido, los motores listos, y el grupo estaba reunido, ansioso por emprender su viaje hacia la seguridad. Alis, en busca de ropa de abrigo, escucho un ruido una puerta de vidrio se derrumbó de repente se encontró con una situación peligrosa, un grupo de zombies que se dirigían hacia ella que había sido atraída por los ruidos de las pipas y el avión. El corazón de Alis latía con fuerza mientras los zombies se acercaban cada vez más.
Un grito de Alis resonó en el aire y, en un acto de valentía, Emma embistió a uno de los zombies y le gritó a Alis que corriera. Alis, aterrada, comenzó a correr en busca de ayuda. El resto del grupo salió corriendo en su dirección, comprendiendo la urgencia de la situación. Alejandro llegó a donde estaba Emma y la ayudó, mientras los demás se enfrentaban a los zombies en su camino.
Franco gritó con urgencia: «¡Es hora de irnos! ¡Corran al avión!» mientras encendía los motores. La General se unió al coro, instando al grupo a moverse rápidamente. Josh cargó a Alis en sus brazos y la llevó hacia el avión. Desde la puerta del avión, Alis no se rindió; disparó flechas con su arco, derribando a varios zombies que se acercaban peligrosamente.
El doctor, Emma y Alejandro corrieron hacia el avión, seguidos de cerca por Sandra, quien habían estado buscando suministros en el aeropuerto. Stiv, manejando una pipa de combustible, la lanzó hacia un grupo de zombies y saltó de ella, provocando una explosión que creó un caos momentáneo entre los muertos vivientes. Junto a Sandra, se unieron a la carrera hacia el avión.
En la distancia, Víctor corría, perseguido por zombies que se abalanzaban sobre él. Con una resistencia sobrehumana, Víctor logró llegar al avión justo antes de que fuera demasiado tarde. La puerta se cerró tras él, y finalmente, con el grupo a salvo a bordo, la General se dirigió a la cabina.
Franco, asintió y comenzó a poner en marcha el avión en la pista. Los motores rugieron y el avión empezó a moverse. Los corazones latían acelerados en anticipación mientras el avión cobraba velocidad en la pista. La General, desde la cabina, miró a Franco y le instó: «¡Vámonos! ¡YA!»
El avión aceleró y, finalmente, con un rugido ensordecedor, se elevó en el aire.
Capítulo 49 Laboratorio de Oslo
En el aire, a bordo del avión que surcaba los cielos, el grupo estaba reunido en la primera clase. Los asientos cómodos y los pasillos amplios permitían un poco de alivio y comodidad en medio de la travesía. Mientras compartían agua y comida, el doctor revisaba a cada miembro del grupo, asegurándose de que estuvieran en buen estado. La General se dirigió al grupo, su tono de voz revelando una mezcla de determinación y preocupación: «¿Hacia qué parte de Noruega nos dirigimos?»
El doctor miró a la General y respondió con seriedad: «Nos dirigimos a Oslo, al laboratorio central. Allí tendrán acceso a toda la información sobre los avances y las investigaciones en curso».
A medida que el avión avanzaba, las ventanas revelaban una vista desoladora desde las alturas: la ciudad destruida y en ruinas. Las expresiones en los rostros de los miembros del grupo eran un reflejo de la tristeza y la conmoción que sentían al presenciar la devastación que el mundo había sufrido.
Desde la cabina, Franco habló por los altavoces: «Les ruego que se sienten y abrochen sus cinturones. Estamos a punto de aterrizar».
El avión descendió lentamente y finalmente tocó tierra con un suave impacto. A medida que se detenía, la General se puso de pie y les indicó a todos que se prepararan. » Pónganse la ropa de frío. Nos espera un cambio brusco de temperatura».
Cuando la puerta del avión se abrió y la escalera de emergencia fue desplegada, un aire frío y cortante ingresó en la cabina. La General asintió y dirigió al grupo para que comenzaran a descender del avión con precaución. Los primeros pasos en suelo noruego les recordaron a todos la importancia de abrigarse bien.
El doctor Anderson se unió al grupo mientras avanzaban hacia el aeropuerto. «El laboratorio está a unos kilómetros de aquí. Pero primero, necesitamos encontrar un lugar donde resguardarnos del frío. Busquemos una casa cercana».
El grupo caminó en silencio, sus pasos resonando en el aire gélido. A medida que se adentraban en el aeropuerto abandonado, la sensación de aislamiento y desolación se intensificaba. Sin embargo, la esperanza de encontrar un refugio y la posibilidad de obtener respuestas los impulsaban a seguir adelante.
Finalmente, una casa en el horizonte atrajo su atención. Aunque sus paredes mostraban signos de abandono, representaba una posibilidad de resguardo contra el frío implacable. El doctor se acercó a la casa y entró para inspeccionarla. Al confirmar que estaba vacía y segura, llamó al grupo para que ingresara. Todos entraron y comenzaron a acomodarse. Josh cuidadosamente acostó a Alis en una cama con una cobija gruesa, asegurándose de que estuviera cómoda y abrigada. Stiv y Franco encontraron leña y encendieron una chimenea en la casa, llenando la habitación con un cálido resplandor. Sandra y Emma se acomodaron en los sillones, buscando descanso tras las últimas emociones vividas.
Víctor recorrió la casa para asegurarse de que no hubiera sorpresas desagradables. Encontró un armario con cobijas gruesas y distribuyó una para cada miembro del grupo. Después de dar un beso en la frente a Odalis, Josh salió de la habitación y se dirigió al grupo. «¿Cuál es el plan?», preguntó.
El doctor Anderson observó por la ventana, notando los signos de una tormenta en el horizonte. «Parece que se avecina una tormenta y necesitamos agua. Las tuberías están congeladas y necesitamos provisiones de comida. Será mejor que nos resguardemos aquí por hoy. Estamos a unos 35 kilómetros al suroeste de la ciudad central, y los autos podrían no funcionar en estas condiciones. Tendremos que salir a buscar suministros».
Josh y Stiv se ofrecieron voluntarios para salir en busca de provisiones. Víctor repartió más cobijas a cada uno antes de que salieran. «Asegúrense de proteger bien la entrada y mantengan una vigilancia constante», advirtió Josh mientras él y Stiv se dirigían hacia la puerta.
Mientras esperaban su regreso, el grupo pasó tiempo juntos en la casa, compartiendo historias y esperanzas.
En la ciudad de Jessheim, Josh y Stiv encontraron un pequeño supermercado que parecía haber resistido los estragos del tiempo. Mientras ingresaban, Stiv se quejaba por el frío con un tono humorístico: «Espero que haya algo que comer aquí. Hace un puto frío».
Josh sonrió y asintió mientras caminaban por los pasillos del supermercado. En medio de la búsqueda de alimentos, Josh reflexionó sobre cómo su relación con Stiv había evolucionado desde sus primeros encuentros. «¿Recuerdas cuando al principio parecía que me odiabas?», comentó Josh. «Y ahora aquí estamos, como grandes amigos».
Stiv soltó una risa genuina y le respondió: «Sí, es gracioso cómo las cosas pueden cambiar. Ahora hasta doy la vida por ti».
Ambos se embarcaron en la tarea de buscar comida enlatada y otros suministros esenciales. Stiv le preguntó a Josh si hablaba noruego, a lo que Josh respondió con una sonrisa: «Creo que deberíamos haber traído al doctor para que nos ayude en esto».
Stiv asintió, riendo. «Bueno, entonces guiémonos por las figuras en los envases. Nos las arreglaremos».
La diversión y la camaradería llenaban el aire mientras buscaban entre los estantes. Después de un rato, llenaron dos carritos con una variedad de alimentos enlatados y otros productos útiles. Mientras regresaban a la casa, notaron figuras congeladas en la nieve a lo lejos: zombies que habían sido atrapados por el frío.
Al llegar a la casa, Stiv se acercó al doctor y le entregó los carritos llenos de provisiones. «Espero que esto sea útil», comentó, expresando su esperanza de que sus esfuerzos marcaran la diferencia.
El doctor comenzó a leer los productos y explicó a Sandra y Emma qué contenían. Mientras los demás se reunían alrededor, la casa se llenó de movimiento y actividad. Pronto, Sandra y Emma estaba calentando agua y preparando una sopa caliente para todos. El aroma reconfortante se mezclaba con el sonido del viento frío que soplaba afuera.
Los corazones se calentaban tanto por la sopa caliente como por la compañía mutua. Los rostros sonreían, unidos por los desafíos que habían enfrentado juntos y por la esperanza que compartían. La noche avanzaba, pero el interior de la casa estaba lleno de luz y calor.
Capítulo 50 Esperanza…
Al amanecer, los restos de la tormenta se habían disipado, dejando atrás un paisaje blanco y tranquilo. El grupo despertó en la casa, cada uno recuperando fuerzas tras una noche de descanso reparador. Franco se puso manos a la obra y preparó café caliente para todos, llenando la casa con un aroma revitalizante. Mientras los miembros del grupo bebían el café, se sintieron reconfortados por su calor y sabor.
De repente, el sonido de un motor resonó en el aire, atrayendo la atención de todos. El doctor salió corriendo de la casa para ver qué estaba sucediendo. En la distancia, se acercaba un camión militar. El camión se detuvo frente a la casa, y un hombre vestido con uniforme militar descendió del vehículo. El doctor habló con él en una conversación breve pero significativa.
El grupo observaba con anticipación mientras el doctor regresaba a la casa. «Todos, suban al camión», anunció con una expresión llena de emoción. «Nos llevará al laboratorio».
El grupo subió al camión, algunos con lágrimas en los ojos, incapaces de creer que finalmente estaban en camino hacia la seguridad y la esperanza que tanto habían anhelado. El camión se puso en marcha, llevándolos a través de paisajes que habían sido marcados por la devastación, pero que ahora presentaban una nueva posibilidad de salvación.
Después de un largo viaje, el camión llegó a su destino en el centro de Oslo. El doctor bajó primero del camión y, con gestos en las cámaras de vigilancia, hizo que las enormes puertas del laboratorio se abrieran. La magnitud de lo que estaban a punto de presenciar dejó a todos sin palabras.
El camión ingresó al laboratorio, y a medida que se adentraban en las instalaciones, el grupo podía sentir la tensión y la emoción en el aire. Las paredes blancas y las luces brillantes creaban un ambiente clínico, pero también rebosante de potencial. Finalmente, el camión se detuvo, y todos bajaron con un sentido de asombro y anticipación.
Las puertas se cerraron tras ellos, varios soldados se acercaron al grupo, y el doctor Anderson los tranquilizó al decir: «Ellos vienen conmigo». Desde la distancia, un hombre alto se acercó a ellos y les dio la bienvenida. «Bienvenido otra vez, doctor. Les haremos una inspección a estas personas. Síganme».
El grupo siguió al hombre alto mientras entraban al laboratorio. Allí, les tomaron la temperatura, los revisaron y les proporcionaron mantas térmicas para combatir el frío. La puerta del patio se abrió, revelando a varios sobrevivientes que habían encontrado refugio en el lugar. Casas de campaña y construcciones improvisadas se alineaban en el patio, un recordatorio visual de la adaptabilidad y la lucha por la supervivencia.
El hombre alto, identificado como el General Yocsco, se presentó ante el grupo. La General Dulce se acercó a él y se identificó como la líder del grupo. El doctor Anderson intentó continuar, pero el General Yocsco hizo una señal para que avanzaran, indicándoles que lo siguieran.
El grupo fue conducido a una gran sala donde varios hombres con batas de laboratorio los esperaban. Uno de ellos, el Doctor Arismany, se acercó con una sonrisa. «Un gusto conocerlos. Creo que, gracias a ustedes, el Doctor Anderson sigue vivo. Mi nombre es el Doctor Arismany, y soy el director del laboratorio».
El Doctor Arismany abrazó al Doctor Anderson, marcando un momento de emoción y reconocimiento.
Josh expresó su agradecimiento al Doctor Arismany por el refugio y planteó la cuestión de la cura. “¿Doc. Mil disculpas, pero Anderson nos platicó de una cura?”
Arismany los llevó a una sala donde una cápsula contenía a un zombie. Les explicó que estaban trabajando en una cura.
“Es cierto, pero más que una cura es un protector que hemos desarrollado solo funciona si te no estas infectado, te explico si te muerden no te conviertes, pero si ya estas infectado no sirve de nada. Sin embargo, las mordidas causan una infección adicional en los tejidos, esto quiere decir que, aunque tengas la vacuna no significa que tienes que dejar que te muerdan. lo que complicaba aún más la situación”.
Explicó que planeaban administrar la vacuna cuando estuviera lista en masa.
En ese momento, el General Yocsco llamó a la General Dulce y le pidió su ayuda en las tareas militares y organizativas. “general necesito de su ayuda”.
La general observa a su grupo con tristeza, todos asienten, A pesar de la despedida, la General dejó en claro su compromiso y responsabilidad con su grupo. Llamó a Alejandro y lo besó y le dice “ven con nosotros tienes entrenamiento militar necesito que estes cerca”.
antes de marcharse juntos a Yocsco.
Josh agradeció por la información brindada. El Doctor Anderson aprovechó la oportunidad para agradecer a Josh y Stiv por llevarlo hasta allí, “gracias por mantenerme con vida”, dejándolos con un mensaje de gratitud y optimismo. Luego, se retiró con Arismany para seguir trabajando en la búsqueda de soluciones.
Después de su partida, el grupo Josh, Alys, Odalis, Stiv y Sandra, se dirigió a un amplio balcón. Desde allí, la vista se abría ante ellos que ofrecía una vista panorámica de un vasto espacio verde y las montañas nevadas en el horizonte. La luz del sol brillaba sobre el paisaje, creando un contraste vívido entre el verde intenso y el blanco inmaculado. El aire fresco soplaba suavemente, trayendo consigo una sensación de renovación y cambio. El grupo se encontraba en un momento de calma y reflexión, sintiendo la magnitud de lo que habían logrado y la promesa de un futuro incierto pero lleno de posibilidades. Josh cargaba a Alis en sus brazos, entrelazando sus dedos con los de Odalis. Stiv sostenía la mano de Sandra, creando un vínculo tangible de apoyo y conexión.
La voz de Alis rompió el silencio, llena de alivio y esperanza: «¿Estamos a salvo, papá?». Las palabras resonaron en el aire, cargadas de emoción y una sensación de victoria en medio de la adversidad.
Josh observó a su alrededor, viendo a Stiv, Sandra y Odalis. Luego, dirigió su mirada hacia las majestuosas montañas cubiertas de nieve a lo lejos. Un sentido de determinación llenó sus ojos, y sus palabras fluyeron con convicción: «Esto solo es el comienzo».
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