Premisa: Escribe sobre una habitación secreta y un boxeador que encuentra a alguien escondido. Titula la historia «Alas rotas».

Alas rotas

Mientras busca a su hijo Timmy, John Thompson, uno de los ex boxeadores más queridos del país, recuerda las altas esferas con las que se codeaba cuando era el rey de los rings.

Alguna que otra vez coincidió con tenistas como Novak Djokovic, que por entonces había sido el número uno del mundo. También se tomó alguna copa que otra con Pau Gasol y su hermano Marc, o con las hermanas Williams.

“Vamos, papá, que me aburro”. La voz de Timmy no solo hizo que Thompson despertase de su ensoñación, sino que también le dio una pista de dónde estaba escondido. La verdad es que no volvería a los rings por nada del mundo, no podría permitir que Timmy viviese sin violencia a su alrededor. Por eso había guardado todas sus cosas en una habitación secreta de la casa, a la que solo se podía acceder entrando por la chimenea.

¿Quién le iba a decir a John que su hijo, buscando un lugar para meterse durante el escondite, iba a encontrar la habitación?

Cuando John entra, no solo está su hijo dentro, sino que también ve todos los recuerdos que llevan años ahí escondidos. Fotos, recortes de prensa, trofeos, regalos… y sus guantes de boxear.

Antes que pueda articular palabra o regañar a su hijo por haberse metido en la chimenea, puesto que John tiene un nudo en la garganta, Timmy le pregunta, extrañado. “Papá, ¿qué es todo esto? ¿Por qué en esa foto estás pegando a un señor?”.

Así que John baja la cabeza, sonríe a su hijo y, mientras se agacha para estar a la altura, piensa “Va a ser una noche muy larga”.

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