Como una hormiga

Como una hormiga

Saul Durasno

17/03/2024

La oscilación de una campana llamo la atención de la hormiga, la cual se acercó curvamente antes de subirse a una pared y escalar dificultosamente, la sencilla acción llamo la atención de un gran gato.

Mientras el humano veía una simplicidad, una mera ida y vuelta de un insecto, la hormiga se veía cara a cara con un dios, superando con creces a las hormigas más grandes, escalando el cielo con un simple salto, y recorriendo kilómetros a punta de pasitos.

Su sombra abarcó varias veces el espacio que recorrió hasta ahora, sus miradas se acercaban cada vez más, el tiempo se ralentizaba mientras más y más la hormiga veía los ojos descomunales del gato, más y más cerca.

Repentinamente, el gato levanto una pata en dirección de la hormiga, ella no supo qué hacer y salto apresuradamente, en medio de la caída sacrifico una de sus patas para detenerse pocos centímetros lejos de la pata del gato, el gato presa del desconcierto, maulló fuertemente, tratando de aturdir a la hormiga que se sostenía con sus patas temblorosas, el gato se abalanzó completamente sobre el espacio, moviendo sus patas por todos los lugares posibles donde podría estar la hormiga, en cambio, la hormiga aprovecho un descuido y se subió al gato por una de sus uñas, que previamente le quito una de sus patas traseras, la hormiga no supo qué hacer después, en el momento en que quito sus ojos de los suyos, ya no lo encontró como un dios, sino como un mundo, el gato previendo que se le podría subir, escala la pared y salta, sin ninguna intención de caer de patas, el gran dueño ve eso y abre los ojos de par en par, tratando de averiguar el porqué de sus acciones, la hormiga encontró piedras por el bosque, las junto y se preparó para enfrentar al gato cara a cara.

En el momento de la caída, la hormiga ya había llegado a la boca del gato, el gato se sorprendió y trato de comerla, pero la hormiga no se lo planteo tan fácil y lanzo las piedras que para su tamaño eran gigantes, el gato las mordió con extremadamente fiereza, rompiéndose un diente y comenzando a sangrar, para después caer de cabeza y quedar noqueado en el piso, el dueño viendo eso, se acercó al gato, lo levanto lentamente y lo saco de la habitación. El gato recordaría esta noche, como una derrota, pero no el final de sus combates.

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