No se que escribir…

Empecemos por describirme a mi misma, supongo que eso es un buen inicio.

Tengo 30 años, pero considero que la edad solo son números vacíos. Dicen que la madurez viene con los años, las experiencias y las dificultades. Yo creo que viene de otra cosa, que es un producto resultante de nosotros mismos, de lo que tenemos en nuestras cabezas; nuestro entorno, nuestra fuerza y debilidades. 

Algunas situaciones nos forzan a madurar con mayor rapidez antes que cualquier otra persona de nuestra edad, pero eso es solamente el impulso. Aquello que aprendes lo haces por cómo reaccionas ante esas situaciones. Supongo que te tomas el tiempo para reflexionar y sacar una conclusión que te da la información que necesitas para ser un poco mas sabio después. La sabiduria te lleva al renacimiento, al redescubrimiento de ti mismo, de tu alma y espíritu. No sé que cosas estoy diciendo, ya me da igual. No es como si fuera sabia ni nada por el estilo. En fin…

Mi vida empezó bien, luego se volvió algo turbia… Bueno, estuvo un poco revuelta durante los primero inicios de mi adolescencia y todo lo que tardó hasta mi adultez. Eso me ayudó a ganar un poco de madurez, pero de una forma realmente diferente a otros. Yo no terminé de crecer. No quemé mis estapas, mas bien me dediqué a sobrevivir a ellas.

No estoy arrepentida, no es como si me sumiera en remordimientos por no hacer algo en particular durante la caótica adolescencia. Incluso agradezco haber sido inteligente y evitar a personas y los lugares que seguramente me habrían llevado por un camino oscuro que sin lugar a dudas, hubiesen asesinado a mi verdadero ser. La presión social, apuntaba a destrozarme, esa era la cruda verdad.

En la actualidad, si lo pienso bien, no soy tan infeliz y salvo por mi trabajo actual, el resto de las cosas en mi vida no están tan mal. Considerando que todo pudiera estar peor; imaginándome, claro, el peor escenario posible.

Soy introvertida, poco habladora y empatizo por necesidad. Me encanta la soledad y me fascina silenciar el ruidoso mundo con el alto sonido de mi play list de spotify. Si necesito divertirme, veo memes en mi celular y videos graciosos que me hacen reir en instagram. 

Me gusta pensar que hay dos versiones de mí. Una es la que les muestro a las personas que hacen parte de mi entorno y la otra es aquella que guardo solo para mí misma. Mi verdadero yo.

Ser introvertida no me impide compartir con amigos, de hecho hay momentos en que disfruto hacer bromas y seguir el desorden. Me despojo de mi seriedad y profesionalismo y caigo en la dulce tentación del caos y la rebeldía. En el fondo, muy, muy en el fondo, un ser extrovertido es todo lo que quise ser en el pasado.

Pero solo encuentro comodidad en aquellos que de una u otra forma entablan un lazo conmigo. Un lazo fraternal, uno que me permita sentirme confortable ante su presencia. Es por eso que soy muy selectiva, no intimido con cualquiera y cuando hablo de intimidad, me refiero a la camaradería, a la confianza, al respeto mutuo entre compañeros. Yo me refiero a la amistad.

Como se imaginarán no tengo muchos amigos, pero los que tengo, son muy preciados para mí. Es curioso que nunca busco la cercanía o la aprobación de otros, me siento bien dentro de mi propio espacio y tiempo. Soy de las personas que te hacen saber que te quiero, pero que no voy a quedarme contigo mucho tiempo. Si me tienes, me tienes por ratos y puede que parezca fugaz, pero en realidad, te haré sentir que nuestra amistad es algo que perdurará por siempre. 

Mis amigos, al menos ellos saben que no fallaré, y que mis principios morales pueden llegar a ser tan fuertes como mi determinación. Me aprecian por quien soy y aunque les cause curiosidad ciertos aspectos de mi vida privada, no buscan desmarañar aquel falso misterio que lo envuelve.

Me gusta eso. Me gusta que mi vida privada, permanezca privada. Porque igual no hay mucho que contar sobre ella y se perdería el encanto.

Hace dos años me descubrí a mi misma como asexual y arromántica y me deprimí un montón cuando la revelación se dio ante mis ojos. Diferente a otros que encuentran un lugar seguro dentro de la etiqueta, yo me sentí devastada. 

Siempre supe que había algo diferente conmigo, pero no pensé jamás que sería así. Es decir, no puedo creer que en verdad sea así. Es incluso irreal a estas alturas el ser consciente de mi propia verdad y eso me perturba, me abruma… Me agobia, o al menos, por ratos es así.

La mayor parte del tiempo estoy tranquila, tratando de sobrevivir a mi trabajo y estresándome a causa de este. Hace pocos dias cumplí treinta años y me sentí feliz por tener a mi lado las personas más importantes en mi vida. Me siento muy agradecida, pero hay momentos (y no lo voy a negar), en los que quisiera que hubieran más. No dejo de pensar en cómo sería tener un esposo, hijos, un hogar. Ser una persona que hace parte del sistema, que viva en la heteronormatividad de la sociedad. Es lo que nos han vendido durante toda la vida y no dejo de pensar en cómo sería si siguiera la corriente, en si podría ser mas feliz o no.

Sin embargo, no me puedo imaginar a mi misma teniendo un hogar, no hace parte de mi naturaleza y es por eso que me invento un personaje utópico donde veo reflejada lo que podría ser si yo fuera. Pero no soy. Es complicado explicarlo. 

Creo haber sentido atracción sexual al menos una vez en la vida, no sé cuando, cómo o con quién. Pero creo recordar la sensación. Ciertamente puedo estar equivocada y ahora que reconozco los diferentes tipos de atracción existentes, me interrogo cada vez que siento algo que pudiera parecérsele; lo que me hace cuestionar mis experiencias pasadas. Sea como fuere, no ha vuelto a suceder en años si es que alguna vez sucedió y en cuanto al romance, bueno, este si que nunca ha pasado. 

¡Y quiero hacerle una carta a mi creador para exigirle una compensación! Porque me privó de algo muy importante, el amor. 

Sé por experiencia, que algo tan fuerte como el amor se puede experimentar de muchas formas. Yo puedo amar, amo a mi familia y amigos. Amo la vida y el caos que viene con ella, amo mi propio ser, pero ¡Carajos! que bueno sería haberme enamorado al menos una vez en la vida. 

Lo mas cerca que he experimentado el enamoramiento es el «arrobamiento». Esa es la palabra que utilizamos los arrománticos para referirnos a ese sentimiento de enganche, de sentirte atraído fuertemente por una persona, pero sin el ánimo de tener un romance con ella. 

Siento un fuerte arrobamiento por una persona que no he visto en trece años. Es extraño, en ocasiones sueño con ella y pienso en ella. Es como si nuestras almas aún estuviesen enlazadas.

Fuimos muy buenas amigas en la secundaria y por causas externas a nuestros deseos, perdimos el contacto después de graduarnos. Cada una siguió con su vida y a su manera. Ella se casó y tuvo hijos, luego se divorció. Mientras que yo conocí a algunos chicos, sin llegar a experimentar nada tan fuerte con ellos como para querer ser una esposa y una madre. Después, años mas tarde me di cuenta que también me gustaban las mujeres, pero me daba flojera experimentar con ellas y al final, resultó que ni hombres ni mujeres, yo solamente sentía atracción estética por las personas sin llegar a convertirse en atracción sexual o romántica. Estaba realmente jodida en ese aspecto.

Toda mi vida estuve engañada. Me engañé a mi misma tratando de copiar a otros sin saber que lo que ellos sentían, estaba lejos de ser igual mis propios sentimientos. Claro, yo decía «si alguien me es infiel, lo elimino de mi vida», sin conocer realmente que eso no es fácil de hacer cuando estas perdidamente enamorada.

Hoy en día pienso en las relaciones como algo lejano, pero no cierro las puertas a la posibilidad de que una relación llegue a darse. Después de todo, somos seres sociales y siempre es bueno tener a alguien con quien compartir tu vida. Alguien que de verdad valga la pena y los años.

No dejo de pensar en que talvez tengo un alma gemela y que ésta se trate de una chica. Una chica muy especial que ha sobrevivido trece años metida en mis memorias. 

En un futuro espero poder resolver esa duda, aclararlo todo y continuar. 

La vida se siente mejor cuando las tinieblas de tu mente y corazón se dispersan.

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