La Chica del Tren

La Chica del Tren

Pasajera #15

12/11/2023

La chica del tren

P.S.M

La estación

Cada mañana en la pequeña villa entre el canto de los pájaros, el revoloteo de las aves, se escucha el tenue subido del tren a lo lejos. Con sus vagones cargados de almas autómatas, adormiladas y, exhaustas por las largas jornadas laborales, algunas que aún tienen viva su embriaguez y el frenesí de la noche anterior. Talarean su canción predilecta, llevan vivo el recuerdo a algún amor furtivo.

Llegan a su destino y como si fuera una maratón desembarcan y en segundos se esfuman como el humo en el viento. Aquella imponente máquina negra, con su silbato anuncia su salida. De nuevo será cargada de seres ensimismados, con el pensamiento perdido. Nadie cruza palabra, nadie se fija en quien va compartiendo el mismo destino. El majestuoso paisaje, de árboles reverdecidos con su follaje tierno, sus montañas esbeltas hacen juego con el hermoso cielo azul, se deslumbran los primeros rayos de sol.

El guarda con su grito anuncia la pronta salida, personas caminan y corren presurosos para alcanzar aquel aparato que lo llevará a su destino. Locomotoras van y vienen en un circuito ordenado y casi que hipnótico. Las puertas se abren mientras las del siguiente artefacto se cierran. Tumultos de seres entran mientas otros bajan, mujeres y hombres entremezclados recorren largos pasillos antes de llegar o salir de la estación.

La chica de rojo

A lo lejos se observa a una mujer de larga cabellera, tés blanca, contrario a lo que el lector se puede imaginar, aquella mujer es de estatura baja, robusta lleva tacones negros y luce un vestido rojo, llamativo tanto para el lugar como para el escenario. Lleva un bolso negro, al juzgar por su tamaño pareciera que lleva un sinfín de objetos ( algunos inexplicablemente innecesarios ). Llama la atención su forma de caminar, en su interior va personificando a una diva en pasarela, sus enormes curvas se dejan al descubierto por su extraño y llamativo vestido rojo.

Las personas murmuran al ver tan extraña mujer, otros la miran y en sus ojos reflejan su desaprobación, otros van ensimismados en sus pensamientos que logra pasar inadvertida aquella extraña mujer de vestido rojo, tacones negros y cartera de gran tamaño .

Al fin llega el transporte que la llevará a su destino. Se sube en el último vagón, extrañamente casi vacío. Acomoda su humanidad en la ultima silla. De repente abre su bolso y extrae de su interior un libro, retoma la lectura que momentos antes había suspendido. Por su mejilla redonda y ligeramente colorada empieza a rodar lentamente una lágrima y sin percatarse que tan emotivo momento hace que su delineador se entremezcla con sus lágrimas dando una apariencia de caminos ennegrecidos por socavones de carbón. Aquella escena es observada al detalle por un hombre que en silencio ha hecho de aquella mujer la Muza de sus pensamientos mundanos y carnales. La chica de rojo no se percata que aquel hombre la observa como un feroz depredador a su presa.

La chica de rojo continua perdida en aquel mundo impreso en aquellas hojas, de vez en cuando levanta la mirada y mira por la ventana como para que su instinto le avisé geográficamente su punto exacto y el tiempo que tendrá antes de arribar de aquel vagón.

De nuevo busca entre su bolso y saca un pañuelo. Sin examinar su rostro se seca las enormes gotas negras que han rodado por sus mejillas. El extraño hombre la observa, pero esta vez ella siente la mirada de aquel extraño y algo en su interior la pone inquieta, cierra su libro y lo guarda en su maleta, se acomoda su deslumbrante y exótico escote, el hombre la mira lanzando con su mirada señales de perversidad y libidinosidad. La chica de rojo siente que su corazón late aceleradamente, intenta mantener la calma, no quiere llamar la atención. Sus manos temblorosas segregan sudor, se siente incómoda con la mirada de aquel depravado hombre.

De repente alguien que dos sillas más adelante se percata de la situación, se acerca a la chica de rojo y en tono amistoso y casi que confianzudo entabla una conversación ligera, poco a poco la calma y la tranquilidad retorno a la chica de rojo, se sentía segura con aquel a quien ella llamo un ángel protector. El camino transcurrió entre risas, experiencias y anécdotas. Aquel “ angel” le hizo olvidar la incómoda sensación q le había generado el depredador al asecho.

Al fin escucha el anuncio de su parada y su protector coincidencialmente también se bajaría en la misma estación. La chica de rojo y tacones negros tenía un brillo en sus ojos, aquel que sólo se deja ver cuándo brota de dentro la chispa del amor.

Caminaron juntos por casi 10 minutos, intercambiaron números telefónicos y pactaron un nuevo encuentro ese mismo día al terminar sus jornadas. El día parecía largo, pues para la chica de rojo su “angel” la había logrado cautivar, las horas parecían arrastrarse lentamente y casi que sin esperar el aviso, timbro su tarjeta y salió con sus tacones a paso largo. Su vestido peculiar cobraba un sentido diferente. Sus prominentes curvas y su baja estatura la hacían ver diferente ante los demás. Al llegar al sitio acordado con su “angel” se acomodó el cabello, se perfumo un poco puso si mejor sonrisa y al ver a lo lejos que se aproximaba el causante de tal excitación intento disimular para no parecer ansiosa. Aquel suave beso en su mejilla la hizo sonrojar, su corazón se quería salir, una sudoración apareció enmarcando su rostro, sus ojos brillaban, sus labios de color carmesí se veían como una fruta madura para ser degustados con placer.

Luego de las respectivas venías y saludos caminaron juntos, el mundo había desaparecido en ese instante, para la chica de rojo solo existían su “ángel” y ella, un suave roce de sus manos activo el fulgor sus miradas se enlazaron y sin mediar palabra sus labios se confundieron en uno solo beso. La chica de rojo no quería que el tiempo pasara, era tanta la emoción que sentía que olvidó por completo y casi que agradeció a aquel depredador por tan incómoda experiencia.

Al día siguiente la gente se encontraba horrorizada al ver el encabezado del periódico local

APARECE SIN VIDA…la nota decía “ aparece sin vida el cuerpo de mujer caucásica, contextura gruesa, tés blanca, larga cabellera negra. Junto al cuerpo fueron encontrados un bolso negro en cuyo interior se encontraba un libro, y algunas pertenencias de la víctima, junto a este acomodados muy delicadamente se encontraron sus zapatos de tacón negros y sobre la víctima un extraño vestido rojo. La occisa fue vista por última vez en compañía de un hombre de quien no se tiene mayor descripción, la mujer luego de ser brutalmente golpeada, fue violada y posteriormente asesinada”…

Así queda el interrogante ¿Acaso su “angel” era el verdadero depredador? ¿ Tendría más víctimas? ¿Cuál será la próxima presa?¿Sería su “angel” el asesino o su perverso y degenerado libidinoso q la había acosado en el vagón del tren?

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