Mi vida se ha basado en resignaciones, creo que hasta el día de hoy no he concretado nada de lo que me propuse para la vida de adulto, cuando era niña quería ser bailarina, azafata, astronauta, panadera y madre, nada de todas esas profesiones soy. Mi nombre es Estela Lucia Quiroga, apellido aristocratico pero lejisimo de pertenecer a la aristocracia, trabajo en una cafetería desde hace varios años, y no se podrán imaginar las historias que esconden estas paredes, de amor, rupturas amorosos, negocios millonarios, coimas, juicios, asesinatos, escritores, compositores, soledad, angustia, encuentros clandestinos, discusiones, pasa tiempo… Con mis compañeros jugamos a adivinar la situación de cada mesa, tratamos de leer los labios para pescar alguna palabra que nos acerque a la realidad de la situación ,mira aquella, la mesa 4, esa pareja, el la va a dejar, vas a ver, el pidio algo fuerte y ella nada seguro, así fue, el pago la cuenta y ella quedará sentada llorando por horas, la 6, la de las dos mujeres, ella es abogada viene siempre acá, es la que lleva los juicios por alimento, estan planificando aniquilar al ex.la mesa 16, esos 3 hombres en algo turbio anda estan nervioso mirando para todos lados, el que se fue al baño está volviendo, el 3ro se levanta deja ese sobre sobre la mesa y se dirige al baño, oh coincidencia no? son narcos seguro, la mesa 8 la de la ventana, ese hombre viene todos los días a la misma hora y si por casualidad esa mesa está ocupada espera a que se desocupe para sentarse. pide dos lágrimas siendo él solo, al principio trataba de sacarle información,pero siempre eran las misma palabras – “está retrasada”, no hubo manera de sacarle otro bocadillo, le decimos el 8, por lo general lo atiendo yo, he tratado de hablarle del clima, de alguna noticia del dia, pero solo lo he escuchado decir buenas tardes- lo de siempre- hasta luego. Realmente es un misterio, llegamos a la hipótesis de que estaba esperando a su novia en una cafetería para pedirle casamiento y esta nunca llegó porque sufrió un accidente, la lágrima es el reflejo de su angustia por eso siempre lo pide, otro dice que perdió a una hija y que viene a tomar una lágrima con ella, como una manera de conexión. pero nadie sabe a ciencia cierta que le pasó..

Siempre soy la última en irme, mi condición de soltera sin apuros es la que me permite tomarme mi tiempo para volver a casa, no tengo nadie que me espere, ni cena que preparar o hijos y marido que atender. Una cuarta parte de mi vida se desarrolló a 234 km de la ciudad en un pueblo con menos de 50.000 habitantes, la vida de campo no era para mí, tenía grandes aspiraciones para un pueblo tan chico, sabía que mi triunfo estaba aquí en la ciudad, haber dejado a mis padres, mi abuelo Héctor y algunos amigos no fue fácil, pero la ley era esa, sabias que al finalizar el secundario, dejarias atrás la calle de tierra, la tranquilidad, la naturaleza para ir al bullicio, al mundo de oportunidades, ¡a existir! como si el campo no te diera identidad, son tantas las expectativas de un pueblerino y tan pocas las concretables, te conformas con la migaja que conseguis, seguro que es mejor que en el campo, y bueno vine con la ilusión de ser escritora y termine conformandome con siendo mesera. No me disgusta pero cuando la cosa se pone pesada vas a lo práctico. Hice algunos años de universidad,una pasantía para una revista de chisme. Esa fue toda la oportunidad que me dio Buenos Aires como escritora. Entonces de repente el reloj biológico avanzó sin darte cuenta y ves allá a lo lejos cuando saliste del pueblo con tus petates, una caja con comida casera, y un sin fin de ilusiones. Baje del micro y veía a las personas que venían hacia mí como estampida. Cómo si fuese una cebra rodeada de leones hambrientos. Dude en subirme al micro y volverme. Estaba en la capital de los sueños realizables donde aquí todo es posible, donde cualquier trabajo sería más digno que la crueldad del campo. Por supuesto viéndolos ahora, pensamiento errado . Por allá una mano entre la multitud saludándome, la tía Emma dándome una cálida bienvenida, que duró solo un par de meses, hasta que me hizo entender que su casa quedaba chica para ambas. De la casa de la tía Emma a la pensión de Don Luis sin escala. Alquilaba solo a señoritas y era un hombre de cariño excesivo. Tampoco duré mucho allí. Sentía que la ciudad me quedaba grande que era inexistente ante tanta inmensidad pero al campo solo volvía con las patitas pa’ lante. Yendo para la facultad, me topé con un cartel que decía SE BUSCA CAMARERA. -”En mi pueblo era una de las mejores baristas”. se lo decía convencida a Jorge quien se lo creyó y al otro día estaba luciendo el delantal. Es servir café y estar siempre sonriendo, muchos años avalan mi experiencia. Dejé la facultad y mi propósito de ser escritora desapareció como voluta en el aire, en fin aqui estoy. Al pueblo voy muy de vez en cuando, pero ya no lo siento como propio, la mayoría de mis amigos emigraron, la gente grande se hizo aún más grande, y los mas grandes se hicieron cenizas, incluso mi abuelo Hector, fue el quien me convenció de venirme, jamás voy a olvidar ese momento, antes de subirme al micro, me dio una lata de tomate oxidada con una nota que decía, -”NO ES MUCHO, PERO ES TODO LO QUE TENGO, TE AMO, TU ABUELO”, me dio todo lo que tenía,sus ahorros, es imposible no agachar la cabeza avergonzada cuando viene a mi mente su presencia, a él le falle más que a mi misma, los años se me escurrieron sin darme cuenta, si bien nunca es tarde para realizar los sueños pero las oportunidades y las fuerzas son inversamente proporcional a la edad, ya a mis 50 y tantos cuesta mucho más todo.

Desde mi despertar hormonal hasta la actualidad he coleccionado más llantos que sonrisa por los hombres, por una cuestión de balance y no caer en el veraz, deje de darle oportunidades al amor, simplemente yo no soy para él ni el para mi, obviamente algún que otro affaire cuando se produce la alineación de mis planetas hay, con todos son máximo 3 encuentros, no mas, llegado el 3ro. desaparezco, para que arriesgarse, un llanto más y el fisco me busca.

Vivo mi vida donde mi prioridad es la tranquilidad, para algunos, tengo una vida chata y para otros da envidia, pero a mi me da igual lo que piensen los demás, más de una vez me encontré hablando con los pocillos de café mientras fajinaba unas copas, mi trabajo es todo, aca es donde río, lloro y en donde se me pasa la vida. Como a los 2 años de llegada, intente volverme al pueblo, no había logrado entrar al ritmo de la ciudad, seguía en modo pueblo con la lentitud característico del paisano, en un ataque de furia, renuncie en la

librería de la calle Uruguay al 500, agarre mi bolso con mis pilchas y me fui a la terminal, no hice más que poner un pie en el primer escalón del micro para arrepentirme y volver a la habitación de la pensión de Luis.Fue en ese momento en que me amigue con Buenos Aires, donde lo obligue a aceptarme y se ve que tanto le insistí que no tuvo más remedio que hacerme parte de él, de todos modos sigo modo paisano.

El bar es mi familia, donde reis, lloras y hasta te enojas, mil veces lo maldije y otras millones más le agradecí, siempre quise ser escritora, a ver cualquiera puede escribir, pero de allí a obtener el titulo es otra cosa, uno en la vida se propone a ser muchas cosas, pero luego el destino es el que decide, y yo no le puse mucho mérito para cambiar. Una mañana como todas las mañanas de mi vida, tuve como un especie de sueño revelador, darle una temática al bar, primero no sabía cómo encararlo, hombre conservador hasta las muelas, arisco al cambio, mucho más que yo, y sin mediar palabras le pregunté. -¿”Don Jorge, Ud, nunca se puso a pensar que es lo que piensa las personas cuando se sientan en la mesa de su bar?.-Estelita, ¡no!, solo quiero que consuman, -Y, escúcheme Don Jorge, mientras titubeaba para tirarle la bomba, -”Estelita, la conozco, que me quiere decir”, nos tratábamos de Ud aunque entre nosotros muchas veces no necesitábamos de palabras para entendernos. -”Me gustaría darle un lado literario al bar, ud, sabe que mi sueño era de ser escritora y hace 30 años que este bar anida poesía y que nos hemos perdido, las personas cuando vienen a un bar, especialmente aquellas que vienen sola, vienen a imaginarse cosas que no pueden realizar en la realidad, este bar Don Jorge, inspira, sabe cuántas voces se han callado, sabe cuantas palabras no se dijeron, es tan solo un papel y un lápiz que un corazón roto o enamorado necesita para descomprimir. Aun recuerdo mi entusiasmo y es imposible no esbozar una sonrisa, pobre hombre no tuvo más remedio que aceptar, fue sentirme niña cuando los padres cumplían sus caprichos.

Al principio no sabía cómo iba a encarar el proyecto, solo tenia la idea, invertí de mi sueldo en hojas y lapiceras, y las coloque en cada mesa, al principio, la gente hacía garabatos, había algo que no estaba funcionando, entonces se me ocurrió poner en la puerta un cartel que decía, “Una poesía por un café” Jorge se agarraba la cabeza, por que obvio íbamos a pérdida, pero mi entusiasmo superaba hasta las cuentas en rojo.

Eran como las 18 horas,creo que era Julio/ Agosto, un frío que calaba los huesos, de repente entra un hombre de unos 75 años, se sienta a la mesa de la ventana me acerco muy servicial, le entrego la carta, y me dice -”primero quiero un papel y lapicera”.¡ Si, cómo no señor! Lo miro a Jorge buscando una mirada de complicidad mientras hacía la mímica de escribir.

Estábamos los dos expectantes, siguiendo cada movimiento, solo cuando nos miraba, abruptamente sacabamos la vista de él, continuando con nuestra tareas para disimular.

Era placentero verlo, ver como se le perdía la mirada, fijada en el espacio sideral, estaba completamente ansiosa por leer lo que escribía, a quien se lo dedicaba, por las expresiones de su cara al escribir,, seguro era un poema de amor.

Con el índice de la mano derecha hacia arriba, me llama, esos 15 pasos hasta llegar a la mesa de el fueron una eternidad, estaba ansiosa para ver lo que me decía, si le había gustado la idea, le pregunte si podía guardarmelo que quizas en algun futuro lo expondría.

obviamente maravillado y agradecido por que hacia mucho tiempo que no se sentía fuera de este mundo, que esa es la sensacion que le pasaba cuando escribía.

…30 años han transcurrido y aún recuerdo tu cuerpo

30 años que he vivido amando tu recuerdo.

El tiempo paso tan rapido aunque aun te siento conmigo

fue difícil aceptar que por cobarde te he perdido.

30 años no son nada si podria verte en este instante

recuperaria el tiempo perdido con tan solo besarte

no se cuanto tiempo de vida quede por delante

seguiré haciendo los mismo, que es esperarte.

Alberto. 27/7/93

En cuanto puso un pie en la vereda, nos abalanzamos sobre la hoja para poder leerlo, no sabía si mi idea iba a perdurar, si era sustentable, el hecho que ese poema me hizo sentir que por primera vez en mi vida haber concretado algo, por fin había sentido el triunfo, por fin me sentí viva.

A la mesa contigua a la que estaba sentada Alberto, había una chica de unos 35 años, al ver todo el movimiento sumado a mi notable alegría, preguntó de qué se trataba y en un periquete ya estaba con lapicera en mano, y sin darme cuenta más de la mitad del salón parecía un aula en pleno examen todos escribiendo en silencio, algún que otro transeúnte se detenía con la ñata contra el vidrio para ver esa situación inusual.

NO ME SUELTES LA MANO, QUEDATE CONMIGO,

AÚN QUEDAN CAMINOS NO RECORRIDOS,

PONTE DE PIE Y SOSTENTE DE MI HOMBRO

YO ME ENCARGARÉ DE MANTENERTE ERGUIDO.

CUANDO TE SIENTAS VENCIDO,

AGITADO DE ANDAR,

NOS SENTAREMOS BAJO UN ÁRBOL A DESCANSAR

BEBEREMOS AGUA Y UN POCO DE PAN

Y SIN DARNOS CUENTA VOLVEREMOS ARRANCA

AUNQUE TUS PASOS SE HAYAN VUELTO LENTOS,

Y DEBA ESPERARTE PARA IR A LA PAR,

NUNCA OLVIDARÉ QUE FUISTES TU,

QUIEN ME ENSEÑÓ A CAMINAR.

PROMETO LLEVARTE DE VUELTA A TU SITIO ,

DONDE ESTÁ TU HUERTA, TU CERRO Y TU RÍO,

TODO QUEDÓ INTACTO DESDE TU PARTIDA,

HE JURADO AL CIELO QUE VOLVERÍAS

NO ME SUELTES LA MANO, QUEDATE.CONMIGO

AÚN NO ES LA HORA DE DESPEDIRNOS

ESTARÉ A TU LADO Y SERÉ YO,

QUIEN CIERRE TUS OJOS AL FINAL DEL CAMINO.

PATRICIA, 27/1/1997

Poco a poco el boca en boca, hizo que las paredes del bar se vistan de poesía, que ibamos renovando cada tantos meses, hemos sido noticias en varios diarios locales y hasta en el diario de mi pueblo, el bar se había convertido en el refugio, del enamorado, del desahuciado, del tímido, del poeta, del artista, el bar se había convertido en lo mejor que me había pasado en la vida.

Brindo por los desamores, por los corazones rotos, brindo por las ganas de besar a esas bocas no correspondidas. Brindo por la espera desahuciada que nunca se termina, por las ilusiones no concretas, brindo por conformarnos de verlos de lejos, por las miradas no cruzadas. Brindo por los deseos que solo quedan en eso. Brindo por la espera de ese mensaje que nunca se escribe o por el llamado que nunca se hace. Brindo por la búsqueda incesante entre la multitud, por la esperanza de cada mañana y la desilusión de cada noche. Brindo por mis ganas de tenerte pero no tengo, brindo por qué no me queda otra cosa más que brindar. ¡Salud mi amor!
Mariano 17/9/2000

Ese martes de octubre, no bastó más que un llamado telefónico para que el rumbo de tu vida cambie, se confirmaba el diagnóstico de Jorge y con ello la propuesta de la venta del bar. Mi vida entera se resumía en ellos, sabía que el dolor era inminente e imposible de revertir la situación, Les juro que veía como ambos se apagaban con la impotencia de no poder hacer nada al respecto, en un ataque de furia, blasfemando y con ginebra en mano, desnude a las paredes que alguna vez fueron vestidas de poesías, todas! esa situación era totalmente injusta, primero por Don Jorge y después por mi. No quería resignar a sentirme viva, ¿que sí me sientí egoísta con ese pensamiento? ¡Totalmente!. Es que llevaba conmigo años de frustraciones, de angustias y cuando de repente te liberas de esa mochila nunca más querrás cargar con ella, sabía que iba derecho a eso, es como querer desviar el cauce de un río,mi vida no era la fantasía de esos años en el bar.

De a poco los clientes dejaron de frecuentar, las paredes volvieron a ser blancas como todos los papeles que quedaron sin escribirse, faltando poco para que sea navidad, entra Jorgel con su cuerpo esquelético del brazo de Elvira, una carpeta en mano y con un hombre trajeado. Hacía meses que él se recluía en su casa. Estaba feliz por su presencia pero su visita olía a despedida, nos sentamos los 4, ese señor de traje era escribano. Sabía que el cartel de venta era lo que se vendría, Jorge me mira fijo a los ojos, en esa mirada donde le dije lo agradecida por haberme hecho tan feliz pero sin palabras, por que ante una situacion asi lo que digas será insignificante, fue un padre para mi, despues de esos segundos, me dice -Estelita, bien sabes lo que significa este lugar para mi, ha transcurrido la mayoría de mi vida entre olor a café e historias, teníamos una conexión simbiótica con el bar, si yo tenia un mal dia, las ventas caían y viceversa, pero desde que llegaste vos, el bar se deslumbró, y me dejo de lado para ser tu reflejo, lo vi transformarse en vos, en la mejor poesía que cualquier poeta puede escribir, por eso Estelita ahora el bar te pertenece, y sólo vine a entregártelo en mano. Desde la puerta con un pie afuera, se voltea como puede y me bombardea con un “cumpli tu sueño de escritora”. Un 27 de enero se fue, no se volvieron a escribir más poemas, pero marcha bien conservando el bar al estilo Jorge, y con respecto a mi hace una semana publiqué mi libro, aquel que comencé a escribir cuando apenas baje del micro y que lo titulé como mi bar, “BAR EL RELATO”.

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