Arquitectura de una Ausencia

Arquitectura de una Ausencia

yesica Vergara

20/12/2025

Yo sé bien, mujer, que el remordimiento no te alcanza; caminas ligera, sin el peso de una conciencia que te reclame el daño. No obstante, yo sigo aquí, con el deseo de escucharlo todo de tus labios, aunque me cueste aceptar que te extraño en medio de este diciembre que ya comienza a helarme los huesos. Te he visto a través de las pantallas y he sentido un impulso violento, una rabia que nace de saber que ya no eres para mí; Entonces, recuerdo tus promesas, aquel amor que jurabas eterno y creciente, y hoy me pregunto si tus palabras siempre fueron cáscaras vacías. Me siento pequeña al recordarlo, pues creí con ingenuidad que el amor era un tributo correspondido, sin saber que solo estaba alimentando mi propio martirio.

Caí como caen las lágrimas sobre este papel mientras te escribo. Fui incapaz de leer entre líneas, de ver el abismo que se escondía tras tu mirada, y hoy comprendo que tenías razón: vivía en piloto automático, ignorando las advertencias de quienes ya veían en tu belleza el presagio del sufrimiento. A pesar de todo, aún te sigo amando, y me carcome este deseo de tenerte; una presencia que molesta como una piedra en el zapato, porque sé que no puedo volver. Mi decisión es radical: no mereces mi amor, aunque sienta que los meses transcurren con la lentitud de los años y mi sentimiento permanezca intacto, resistiéndose a morir.

Me dejaste por otra mujer y hoy sé que la has dejado por un hombre; cambias de parecer con la misma ligereza con la que cambias de ropa, y eso no está bien. En ultima Instancia, he decidido dejar de ser una pieza en tu juego. Aunque el amor persista en mis adentros, mi orgullo es ahora el muro que me protege de tu inestabilidad. Prefiero habitar este vacío y dejar que el tiempo me cure, antes que permitirme regresar, una vez más, al circulo de tu trastorno.

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