Salí del trabajo, estoy cansada y agotada después de una larga jornada. Caminé hasta el parque central y me senté frente al lago para ver a las personas pasar. Unos van de prisa, otros como si el tiempo les causara risa… y llegó una jóven chica y se sentó a mi lado y me preguntó: -¿Tú sabes? Yo no supe de que me hablaba, así que solo le dije: -¡No! La verdad, no lo sé… pero ¡Cuéntame! Y encontremos una respuesta.
La chica con la mirada perdida en el horizonte y una leve sonrisa, como quien navega en recuerdos nobles me respondió: -¿Cómo es posible amar tanto a alguien sin que se te reviente el corazón? ¿Cómo puede ser mi alma tan suya y aun estar dentro de mi? ¿Cómo puede ser su voz en mi un detonador? O ¿su mirada una caricia a mi errante confusión? ¿Cómo? ¿Cómo puedes amar a alguien tan profundo, que se convierta en tu propio sol?
Me quedé en silencio por un momento, asimilando las preguntas que me había planteado. Su voz temblaba ligeramente, y pude ver la intensidad de sus emociones reflejadas en sus ojos.
Después de un instante, reuní mis pensamientos y respondí con calma: «A pesar de mis años, hace mucho que no sé lo que es amar a alguien de esa manera, tan profundamente… Será algo complicado responderte, pero sí, una vez también amé así.
«Cuando amas a alguien de esa manera, estás en el camino correcto, estás dándote cuenta que la vida es realmente es intensa pero vale todo!
«La voz de esa persona puede ser un detonador de emociones, porque te has acostumbrado a su presencia en tu vida. Cada palabra que pronuncia se convierte en un eco en tu mente, en tu corazón y puede desencadenar una cascada de sentimientos que te envuelven por completo».
«Y su mirada puede acariciar tu confusión, porque en esos momentos, son momentos completos de su conexión. En esos ojos encontrarás siempre el refugio entre mil caos sin conclusión»
«Finalmente, ¿cómo puedes amar a alguien tan profundamente que se convierta en tu propio sol? Bueno, el amor es exactamente éso, una fuente de luz y calidez en nuestras vida». Ella suavemente interrumpió, diciéndo: ¡Sí! él es la luz que me guía a través de los momentos oscuros y me da esperanzas cuando todo parece perdido».
Terminé mi respuesta con una sonrisa reconfortante y añadí: «Amar a alguien de esa manera, es un regalo precioso, aunque a veces pueda ser complicado. No hay una respuesta definitiva a tus preguntas, tendrán que explorar y encontrar el significado detrás de esas experiencias tan intensas. Quizás, en ese proceso, también puedan enseñar y recordarle a otros, el cómo deben amarse realmente sin cuestionarse «. Sí, fueron unas preguntas desgarradoras las que aquella chica le había planteado a quien había jurado olvidarse de que alguna vez también amó así y hoy sentía que había Sido en vano.
Ella, me miró y sonrió, se levantó y en un tono de voz suave y me dijo mientras partía: «Amar nunca, jamás, será una entrega en vano». ¿Acaso escucho mis pensamientos? No lo sé, nunca lo sabré, solo sé que a ese amor bonito yo esa tarde también recordé.
Ella se fué con una respuesta y yo me quedé con una certeza. Yo también amé con todo mi ser y lo valió todo aunque él ya no esté.
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