Una de las razones de mi soledad es por las personas con las que realmente me gusta hablar.
Me gusta la gente demasiado o poco.
Y por lo general, este gusto lo adquiero conociendo realmente a la persona.
Tengo que ir muy profundo, caer en la persona para realmente conocerla. Lastimosamente no todos están dispuestos a dejarse conocer y en parte es culpa de como nos relacionamos.
Por eso odio las conversaciones superficiales, vacías o sin presencia de un alma, en las que uno pregunta por el otro y la única respuesta es un:
Bien
Parecería una molestia hablar fuera de esta conversación típica, aunque su única función sea sentirnos más solos.
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