La Sonrisa de Cada Mañana

El tiempo se detuvo por un momento cuando ella entro a mi vida, sonrisas dibujadas en cada esquina donde ella aparecía y sus cuentos de hadas que yo siempre me los creía. Ese pequeño tiempo donde el latir de cada momento permanecía inquieto cuando ella me veía. Su nombre está escrito en cada suspiro de cada tarde, donde al despedirnos cerraba los ojos y la veía por un pequeño instante. Y cuando el bus la aleja de mis abrazos miraba al cielo, para pedirle a Dios que regrese a su casa sin un rasguño en el cuerpo. Los detalles de cada mañana alegraban el brillo de la sonrisa que ella daba, que hasta el mismo sol envidiaba. Cuando ella aparecía el mundo se maravillaba, cuando ella desaparecía el mundo se apagaba, cada día y cada recuerdo permanecía en un bucle de tiempo de lo infinito del amor que yo siento.

Cada sonrisa que ella me dibujaba, permanecía en los latidos de mi corazón donde al despertar de cada mañana, ella era el principió y el final de mi bella historia sin terminar. Palabras pequeñas que dejaran un espacio cuando ella partirá y su recuerdo estará en cada estación donde el tiempo no podrá curar. La tendré siempre en mis sueños hasta que la nieve pinte de blanco mi cabello y que cada invierno sea testigo del amor que yo le tengo. Cuando su estadilla termina sabrá el significado que el amor no es cuestión de tiempo sino de acelerar el corazón a su debido momento. El principio y el fin de mi cuento de fantasía donde gritare con toda la alegría. ¡NATALY, QUÉDATE JUNTO A MÍ! Porque si esa bella mujer me hace feliz que más yo puedo pedir.