¿Cómo la Rutina no llegó a Matar al amor?

¿Cómo la Rutina no llegó a Matar al amor?

Hubo una vez en la historia del mundo, varios sentimientos malos y buenos…pero, creo que ya han leyeron esa obra titulada «¿Cómo la rutina mató al amor?». Solo percátense en el título, no tiene nada de coherencia con la historia, pues…Así comienza:
Pasaron años y años, el ODIO seguía en su lucha contra del AMOR, pero no lograban vencerlo. Así que, un día cuando ya estaban a punto de rendirse, apareció un misterioso sentimiento, diciendo: Yo mataré al AMOR, se los prometo. Ante esto, el ODIO se alegró porque pensaba que ésta vez si lo iban a lograr matar, pero de repente, todos los sentimientos desaparecieron, y solo quedaba el ODIO, el amor y el misterioso sentimiento, quien de la nada, se asustó al ver al AMOR por el increíble poder indestructible que poseía, el cual era su sinceridad, alegría y seguridad, quienes le apoyaban cada vez que lo tentaban.
El AMOR rápidamente agarró al misterioso y raro sentimiento del brazo y…LO ABRAZÓ. Al misterioso sentimiento no se le ocurrió moverse, ni aunque sea un poco, lo que ocasionó que se cayera al suelo como si se hubiera desmayado, diciendo: Yo, la RUTINA, no pude matar al AMOR… Con todo esto dicho, los demás se quedaron en shock al ver cómo ocurrió este onírico suceso. El ODIO finalmente, después de ver que era literalmente imposible matar al AMOR, decidió de una vez por todas «rendirse». Junto a ello, todos los malos sentimientos también decidieron rendirse y, todos los buenos sentimientos volvieron nuevamente a ser felices, cantando y bailando por tener un hogar armonioso.
Pasaron los días y años, los sentimientos buenos pasaron por diversas situaciones tristes pero nunca perdían su esencia. El AMOR llegó a casarse con la ARMONÍA ya que se entendían el uno al otro, ¿bonito no? Solo espera un poco…Y así pues, llegó el día tan especial…»El día de su boda».
La ALEGRÍA empezó a dar el discurso para los nuevos novios, hasta que, finalmente, mencionó el tan esperado «hasta que la MUERTE los separe». Bueno, pensándolo bien, no tan esperado, ya que, sin querer lo invocaron…UPS. ¡Gracias ALEGRÍA por mencionar eso…!

Fin                                                                            Autor: Felix Enrique Pinedo Quintanilla

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