Camina solo el desarrapado

en su cárcel de piel y huesos condenado,

con la miseria carcomiendo su persona

bajo la banda sonora de sus pasos.

A nadie importa ya

si vuelve a casa

si ríe o llora

si ayuna o come

si vive o muere.

Invisible a los ojos de los transeúntes

que se apartan de su olor

y miran al vacío como si fuese aire….

deshumanizado como un viejo juguete

abandonado a su suerte,

sin futuro ni presente, 

y al que se le niega un pasado.

Camina solo y si no llueve

esa noche duerme al raso,

pero sin romanticismos baratos

pues por más estrellas que inunden el cielo

tiene el estómago vacío y el corazón ajado.

El invierno,

acerca la guadaña a su garganta

y sólo espera que sea suave….

que el frío envuelva su cuerpo

con un gélido beso y ya no despierte,

antes que una neumonía

le arrebate su única pertenencia,

el aire…..

Ya ni siquiera es un número,

ninguna institución le brindó ayuda…

despojo de la sociedad

que engulle seres humanos y los abandona en la puñetera calle,

y de una economía 

que los arroja a la basura…

El resto, 

expropiados de corazón y de conciencia,

vive la mentira fabricada a su manera

sin saber que crece día a día

un enorme ejército de hambrientos,

y que quizás un dedo los señala

como futuros legionarios

de la legión de los desheredados.

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