A
pesar de los ayeres,
a
pesar de los suspiros,
a
pesar de lo que guardan
los
armarios de doble filo.
A
pesar de la estulticia,
a
pesar de lo invadido,
a
pesar de lo que muere
lejos
o cerca del olvido.
A
pesar de las envidias,
a
pesar de los incendios,
a
pesar de lo que observa
el
sacrificio de los niños.
A
pesar de lo reciente,
a
pesar de lo escondido,
a
pesar de lo evidente
y
a pesar de quien le pese.
A
pesar de tus pensamientos,
a
pesar de tus lamentos,
a
pesar de los austeros
que
habitan la piel de los pueblos.
A
pesar de los que duermen,
a
pesar de los que mienten,
a
pesar de los que buscan
caricias
a deshora y pestilentes.
A
pesar de la noche, del oscuro
cielo,
y de los nombres sin reproche.
A
pesar de lo inefable, de lo humano
y
lo divino, de lo que pasa
en
un segundo, cometa fugaz
a
lo insoslayable, a pesar
de
tu destino.
A
pesar de lo que pienses,
de
los demás y de ti mismo,
a
pesar de lo innombrable,
a
pesar de lo que mascullas
casi
siempre por descuido.
A
pesar de lo reiterativo
de
este poema y de otros,
a
pesar de lo que pase
mañana
y otros días.
A
pesar de lo prohibido,
a
pesar de lo negativo,
a
pesar de lo insufrible
y
del miedo a lo futuro.
A
pesar de algunos rostros
a
pesar de lo invisible,
a
pesar de lo imposible,
y
a pesar de los errores.
A
pesar de las estrías,
a
pesar de las arrugas,
a
pesar de los panes repartidos,
y
a pesar de lo pasado.
A
pesar de lo pensado,
a
pesar de lo aclarado,
a
pesar de los misterios
y
del ruido en el vocabulario.
A
pesar de las palabras,
a
pesar de lo difícil, a pesar
de
lo indescifrable, y del miedo
consecuente.
A
pesar de lo trascendente,
de
las iglesias y de los sacerdotes,
que
plantan sus velas inclementes
asustando
a los pobres roedores.
A
pesar de la mente;
a
pesar de la muerte,
a
pesar de la vida,
y
a pesar de que pase
de
frente, inmisericorde.
A
pesar de lo podrido,
a
pesar de lo vivido,
a
pesar de lo presente
y
a pesar de lo olvidado.
A
pesar de la tristeza,
a
pesar de sus secuaces,
a
pesar de la ventanas
casi
siempre siempre abiertas.
A
pesar de los ruidos,
de
los matemáticos científicos,
a
pesar de las ruedas
que
aligeran a unos y no a otros,
el
peso del camino.
A
pesar de la vergüenza,
a
pesar del cinismo,
a
pesar del beso que te doy
y
del abrazo consentido.
A
pesar de los pesares,
de
los reyes y lugares,
de
los tronos y feudales,
de
las leyes legítimas y no tanto;
a
pesar de lo barato
del
que come y no lo sabe.
A
pesar de lo que sientes,
a
pesar de lo que sabes,
a
pesar de lo arbitrario
de
un verso demasiado largo.
A
pesar de lo invencible,
a
pesar de lo partido,
a
pesar de lo fraccionado
a
pesar de lo confundido.
A
pesar del cuerpo,
a
pesar del alma,
a
pesar de los amigos
y
a pesar de los enemigos.
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