Sí, te quiero,
No como todos pues nunca me gustó ser común,
Es la plenitud de un cariño sincero,
La torpeza de un cariño nervioso.
Si te quiero como te quise,
Voy a quererte como te quiero ahora,
Y será un interminable bucle de mi querer,
Que se abre paso entre relojes de arena.
¿Quién puede decirme qué es el querer?
Es acaso escucharte entre los azotes del viento,
Es acaso ver tus ojos en el rostro de los desconocidos,
O es sentir el aroma de tu piel en medio de una fragancia nocturna.
¿Cómo puedo saber que te quiero?
Solo lo sé yo y ahora lo sabes tú,
Que te quiero porque el querer no tiene explicación,
Que te quiero porque mis días más alegres tienen tu nombre.
Si necesito quererte, lo haré a mi manera;
Con la inquietud entre mis labios,
Con el deseo de abrazarte cada noche,
Y con estas cartas que a puño y letra;
Serán testigos de que pude decirte que te quiero.
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