Textos de garche, de locura y de muerte

Textos de garche, de locura y de muerte

Txus

29/09/2023

TEXTOS DE GARCHE, DE LOCURA Y DE MUERTE 

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Estos y otros textos en el blog:

mutantesbajocero.blogspot.com 

A los chongos, por darme letra.

A las amistades, por ayudarme a sobrevivir.

A Juan Falco, por su edición de medianoche.

A Gustavo de la Oligarca Puto!, por ayudarme a pensar el título.

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El amor y la nada

Los poetas hablan

de cada detalle grabado

de su musa admirada

tan sabia como radiante,

pero yo nunca tendré

ese tipo de amantes.

A mí me aman

queriendo

encerrarme

por puta

golpearme

por frío

violarme

si no sos mío

no sos de nadie,

no te vayas

o voy a matarme,

te necesito, amor,

sin vos no soy importante.

Y yo mirando 

anestesiado

emocionalmente

dañado,

piedra por fuera,

por dentro rabia,

asco,

lástima,

porque nunca voy ser

la musa adorada.

Soy demasiado tosco,

demasiado malo,

vine de fábrica fallado,

no soy suficientemente bueno

para ser aceptado

o demasiado enfermo

para ser respetado

pero con buen culo
para ser garchado,

celado,

dominado…

Es esto, amor,

o sino nada.

Aguantar

Nacer en un cuerpo pequeño, frágil,

como le gusta decir a más de uno.

Nacer en un cuerpo pequeño y lindo de mujer

te hace un blanco fácil, frágil, móvil, pero alcanzable.

Te hace que tengas que tener la mente clara

para aguantar

y aguantar

y decir que no

sin que importe.

Y tener que soportar

dentro de tu cabeza

lo que le hacen a tu cuerpo contra tu voluntad.

Y que te defiendas, pero no sea suficiente

y aguantar

un golpe,

una metida

de peso o

de pija

con la mente clara para saber

que tendrás que vivir con el recuerdo

de aquí en más

y, aún así,

tratar de disfrutar la vida antes

de que se vaya

a terminar.

Miedo alrechazo

Es difícil aceptar

el rechazo y abandono

y si tu amor de turno

te llama el día (la noche)

de tu cumple

y te dice «Chabón, me voy a suicidar!»

y vos no entendés

por qué,

si todo va tan bien

entre ustedes.

Por qué

esa persona

prioriza su muerte

antes que el cariño,

la relación, el garche,

y no te hace caso

cuando le pedís

por favor

que se quede.

En este mundo,

al menos.

Cuidado con lo que deseás

Quiero envejecer,

decaer físicamente,

ver los efectos

de la gravedad

sobre mi piel

y que ya nadie

quiera cogerme

nunca más.

Que la soledad

me pegue de frente

y me agarre mal parado,

sin nadie que me de una mano

cuando me caiga.

Quiero que pase el tiempo

y pensar

que estoy muy cerca

de acabar (me)

para siempre.

Silencio

No quiero tocar

nada.

La guitarra

yace inerte,

mi mente

se cae

a pedazos,

mis manos

como murciélagos

colgando boca abajo.

Recuerdo cómo garchamos 

pero lo mejor siempre serán las palabras,

que no resuenan

en el silencio

épico de mi casa

vacía

mi vida,

perdida

hace rato

y por más que trato

permanece intacto,

como la risa

que escuda mi cara

cuando me hablan.

Grotesco

No me da asco tu sudor

cayendo a chorros

sobre mis ojos,

los besos

negros,

comer tu semen,

coger sin forro

(aunque no deba).

Que me duela la lengua,

la concha,

casi todo el cuerpo.

Dormirme a tu lado

sin darme cuenta,

los dos abrazados.

Despertarme,

feliz al verte,

y que no importe saber

si habrá siguiente.

Cuidate, nadie lo hará por vos!

Los tipos “casados»

nunca tienen

forros.

Abrazame

La mayoría de los tipos

garcha buscando un abrazo,

pero ni siquiera ellos parecen saberlo.

Y qué frágil la soledad que se ignora.

Fetch

Hay tipos que te hacen un favor

no queriéndote,

no dándote la bola que saldrías

corriendo a buscar por más lejos

que la tiraran.

Quizás

No encuentro el pijama

entonces, recuerdo:

anoche dormí sin ropa;

y quizás el amor se hace con risas

y no solamente con vergas.

Mentir

Mentir.

Por chat o a la cara.

Directo a los ojos,

los labios.

Faltar a la verdad

por embole o protección,

ingenua y superflua.

No me hagas preguntas

y no te diré mentiras.

En otras camas

Me da miedo decir

tu nombre

mientras duermo.

AA

Le compré pilas nuevas al vibrador.

Hacía rato que venía intercambiando

las mismas 4 o 5 medio gastadas,

hasta que, por fin,

murieron.

Cada tanto hay que renovar el plantel

y responder los whatsapp con evasivas.

Me sigue pareciendo más erótico

un abrazo que un beso.

Vos fijate, algún día que

nos veamos de nuevo.

Sobrecompensando

Te veo

sobrecompensando.

Igual que el otro.

Los otros.

Y yo, ¿cómo seré?

A veces, también necesito

que los demás sean menos que yo.

No me habla

Él no me habla;

a veces no me

sabe qué decir

y yo tampoco.

Pero espero

esas palabras perfectas

en los momentos justos

y que siga el juego.

Just my imagination

Te he dedicado alguna paja

y bastante polvos

y los últimos quince minutos

antes de dormirme

cada noche.

La vida misma

Hace dos noches soñé

que me cagaba,

entonces iba al baño,

pero usaba

el bidet en vez del water

y después tenía que limpiar

-imaginate, un asco!-

Me desperté con los ojos

y la nariz congestionados igual 

a cuando lloro mucho rato,

aunque quizás solo fue

por dormir con el pelo mojado.

Anoche, la ansiedad me ganaba

y yo sacudía una caja de cigarros

sabiendo que no quedaba nada,

pero igual, por las dudas

-uno siempre puede equivocarse-

Los que quiero

nunca están

solteros.

A kid is justa kid

Le pregunté -¿Ya está?-

y cuando dijo que sí,

le di un beso en el cuello

(¿qué más podía hacer, si era sólo un nene?

Aunque tuviéramos

la misma edad,

para mí era un nene).

Después me dio risa,

le pedí perdón

y me seguí riendo.

Creo que era para él el poema

sobre risas y vergas.

Paseo

La vida te enloquece.

Te patea bien arriba y deja que te des

la cabeza contra el piso al caer.

Y cuando levantés tu nariz ensangrentada

del espejo,

digo, del suelo,

vas a tener que sonreír

y agradecer el paseo.

Tarde para todo

Tengo miedo de que el tiempo pase demasiado

y de que llegue tarde,

como llego tarde

a todos lados.

Y de que encuentre

tus libros guardados,

como encontré guardados 

los libros de mi madre,

sabiendo que no volverías

a leerlos.

Embajada Europea

Me acordé de Daniel,

delirio místico,

embajada de Europa

y la ropa que nos dio.

Ojalá nunca más

te roben las medias

en el refugio.

Amén, hermanito, amén.

PreGABAGABAlina

No es adictivo,

me dice el siquiatra.

Porque no me vio

buscando recetas

por toda la casa.

Día Soleado

Entrar

en el kilombo de mi cuarto

y no recordar siquiera

por qué ni cómo

llegaron las cosas

al lugar en el que están.

Apagar

cada posible chispa de alegría

en este día brillante,

soleado y prometedor.

After noon

Voy en busca de mi desayuno.

Paso entre medio de mesas

con gente almorzando.

Para mí es plena madrugada

y pasan de las 12 del mediodía.

Camino por fuera del tiempo.

Estable

Mientras pienso

en qué desayunar

o almorzar, ya a esta altura,

se me pasa el día,

la vida,

la hora en que abre el super,

la voluntad -me invade la apatía-,

las ganas de que no me digan «vamo’ arriba»,

de no escuchar

palabras de ánimo,

llenas o vacías.

No ahora.

No saben

nada

entiende nadie;

solo siento hambre.

Fuera de eso, estable.

Rapidito

Estoy mintiendo

de nuevo,

fumándome un pucho

cuando en realidad quiero

un tiro en el pecho

que me deje en silencio.

Dos chicos escuchando los smiths

Dos chicos solos,

el sexo opuesto,

la casa embrujada.

Dos chicos y su última noche

en su ex hogar.

Dos chicos abrazados

en un comedor vacío.

Abrazados,

bailando.

Abrazados,

llorando.

Despidiéndose.

Quedándose a la deriva.

Otra vez.

Dos chicos escuchando los smiths.

Muertevideo

La ciudad donde conviven 

los amigos suicidados

y los amantes ya no amados; 

esa es tu ciudad y el resto,

turismo.

Life in the Euska

Estas calles,

que guardan más huellas tuyas

que cualquier otra calle

de este mundo,

y las maderas de este piso

que absorbieron tu sangre

entre sus vetas.

Si a un lugar en el mundo pertenecés

es a este, que durante tanto tiempo odiaste

pero donde nunca nada externo te hizo daño.

Y, aunque no tengas nada que ver,

si algo te define, es esto que te rodea

y el aire en tus pulmones es el aire

que respiraste en estas veredas,

que te mantiene con vida

y pronuncia palabras

y explota en tu boca

esa risa de demente.

Viernes

Esto es un «regalo»

porque hoy es viernes y llueve. 

Hoy es viernes, estoy en el laburo

y me quiero ir de este lugar

que no tiene nada que ver conmigo.

Quiero ir a mi casa.

Ya la voy a tener,

por suerte,

nuevamente.

Un lugar donde volver y ser abrazado;

donde volver o elegir no volver;

donde bañarme, coger, llevar gente.

Todo eso pronto, pero no hoy.

Hoy es viernes y llueve.

Hoy es viernes y el día no acaba.

Hoy es viernes y me acuerdo

de un viernes de noche

saliendo de la UTU,

que cantaste

Friday, I’m in love.

Nueve pisos

Hay algo con este cuarto

donde todo está en el piso,

a nueve pisos del piso,

dos metros bajo el piso.

Hay algo con las paredes manchadas

y el espacio vacío

y la lamparita desnuda

a nueve pisos del piso,

-casi diez-,

y las patas de la cama

que no voy a usar de nuevo,

tan incorrecto,

tan anticuarto.

Hay algo en mi cuarto,

tal vez eso,

que me encanta

y me hace sentir en casa

y a la vez

de visita.

Me gusta ir de visita

y despertar en casas ajenas,

dejarme llevar 

por los caminos

hacia la nada.

Dos metros bajo el piso.

Nueve pisos sobre el piso,

a casi diez pisos del piso.

Día del Padre

Hoy llueve.

Se cayó una fecha.

Se me cayeron, de a una,

todas las cosas que se podían caer

del organizador del baño.

Voy a llegar tarde, como siempre.

Los vidrios del bondi chorrean agua

y los colores de los anuncios y semáforos

hacen formas raras en las ventanas.

Paso, como muchas otras veces,

frente al hospital donde nací

hace algunas décadas.

No sé adónde va mi vida,

que me mantiene

girando en espiral

por los mismos lugares,

y ruego para mis adentros

que, por favor,

vaya a otro lado

para variar.

Llueve.

Es domingo en Muertevideo.

Otro día del padre que no festejo,

pero tampoco lamento.

En invierno, mi alegría hiberna.

Crónica de una muerte anunciada I

Ir en el barco a Buenos Aires.

Subir a cubierta y fumar un pucho

esperando ser observado

por algún flaco que esté bueno.

Apoyarme en la baranda

y saltar hacia el otro lado.

Caer en medio de las aspas,

ser triturado como pollo para nuggets

y hacer que la bella estela que tajea el río-mar

quede manchada de rojo por unos instantes.

Yo nunca fui polvo; sólo me los eché.

Si tengo que volver a algún lado,

es al océano.

No hay vuelta.

Tampoco giros inesperados.

Soy la sirenita de Andersen.

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