Pensó que no estaba dormido, que estaba muriendo.
Cayó como un pájaro herido sobre tierras negras,
del fin de esa noche.
Cayó aquel poema, no estás inspirado, lo lanzas al cesto.
O fue de la mesa, por no haber creado el verso que quiso.
Tembló como el lirio arrojado en la tumba,
queriendo más cielo.
Todo lo que se alza y mira la tierra de lejos,
más tarde o temprano regresa o se hunde …
Soñé que volaba, paraba en ventanas abiertas,
personas dormidas … dormidas o muertas,
dicen que que dormidas…
Cundo me cansé, de luna y silencios,
bajé con la bruma, entré en un manojo de hojas y orugas pegadas,
de alas miedosas, a punto de un alba que las marchitaban.
cerré mis sentidos, y con el sigilo,
la espiga más suave, regalo del viento,
rozaban mi cuello, a penas tocarlo. Abriendo mis ojos.
De aquella ventana, miraban atentos
como yo dormía, o tal vez pensaron,
que ya estaba muerto.
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