Salvala corazón, de sus hijos hechos polvo, de su alma soñada, de su  amor maldito. Llenale de cruces las costillas, que coma la tierra del cielo. Que sueñe con un hombre que no muera en su vientre. Dale esperanza corazón, que la flor más bella a  pesar de su belleza guarda en su alma el aroma de un dolor. 

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