«El Eco del Amor Perdido»

«El Eco del Amor Perdido»

kantito

25/09/2023

En la penumbra de una habitación fría y desolada, un anciano miraba por la ventana, observando las lágrimas de lluvia deslizarse por el vidrio. El reloj en la pared marcaba cada segundo que se desvanecía, recordándole el inexorable paso del tiempo.

A su lado, una silla vacía permanecía inmóvil, como un eco silencioso de días mejores. Solía ser el lugar donde su esposa se sentaba para tejer y contarle historias mientras el fuego crepitaba en la chimenea. Pero ahora, ella había partido hace años, dejando atrás un hueco que nunca podría llenar.

El anciano se sumía en sus recuerdos, reviviendo cada risa compartida, cada paseo tomado de la mano y cada conversación nocturna bajo las estrellas. Recordaba cómo ella solía cantarle canciones de cuna cuando no podía dormir, y cómo su sonrisa iluminaba incluso los días más grises.

La soledad era su única compañera en aquellos días sombríos. Sus amigos habían partido uno a uno, y los hijos que alguna vez llenaron la casa con risas y travesuras ahora tenían sus propias vidas lejos de allí. La casa, una vez llena de vida y amor, se había convertido en un eco silencioso de tiempos pasados.

El anciano deseaba, en secreto, reunirse con su amada esposa en el más allá. Anhelaba el día en que finalmente estarían juntos de nuevo, donde la soledad y la tristeza no podrían tocarlos. Mientras tanto, se aferraba a los recuerdos, a las fotografías en blanco y negro que adornaban las paredes y al eco suave de su risa que aún resonaba en su mente.

Así, en medio de la melancolía de aquel cuarto oscuro, el anciano esperaba el día en que su historia, tan llena de amor y pérdida, finalmente alcanzaría su último capítulo.

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