¿ QUÉ SUCEDIÓ AQUÍ?

¿ QUÉ SUCEDIÓ AQUÍ?

ANA BLOG

24/09/2023

Sinopsis

Una historia que narra un suceso ocurrido hace un año, en agosto del 2020, en plena pandemia.

! Por favor abran paso ¡

¿Quién violentó la puerta?

Gritaba un oficial de la policía, que entraba apresurado al inmueble y quien había llegado en un vehículo oficial, acompañado por tres funcionarios.

“La Encargada del Edificio, fue la que se atrevió, con la ayuda del vecino, el que vive en el 2 C”. Respondió un hombre de mediana edad y que al parecer residía en el mismo piso.

¿Cómo lo sabe Usted? Interrogó el gendarme.

” La vi desde el mismo momento. A mí me pidieron colaborar, pero no quise…Presentí que había sucedido algo, no bueno. Opiné que deberíamos llamar y esperarlos a ustedes, las autoridades, pero aquí no quisieron aguardar. Matilda, la Encargada, buscó unas herramientas y abrió la puerta. Y ella misma al ver lo sucedido, llamó al número de Emergencias”. Acotó decir, como conclusión a su dicho.

Aún no ha llegado los de la Medicatura Forense…hay que esperar.” Indica el mismo funcionario, dirigiéndose a los de su equipo.

Mientras tanto… ¡Ustedes retírense¡, vamos acordonar la vía y la entrada”. Gritó el policía, ordenando el procedimiento.

“Acaba de llegar el personal de expertos científicos. Están buscando evidencias de interés criminalístico.” Se comentan entre los dos policías.

¡Detective Cortés! Entre. Aquí no hay nada…. Nada que haya presumir de un homicidio.! No hay violencia, ni señales de suicidio.!”

“¡Bertolami, llame por favor otra vez, al Médico Forense¡ El que está de guardia es el” viejo” Suárez. Así me aseguraron antes de salir. Dile que se apersone lo más pronto posible”.

¡Entrevisten a los presentes!, ¡¡pero ya!! . Cortés, sigue girando instrucciones.

¡Policía, policía ¡la Encargada acaba de llegar! Anuncia otro morador.

-“Que la entrevisten”… Responde el policía.

Sra. Matilda… ¿Conocía a la vecina del apto 2 B? Interroga el mismo funcionario.

R:” Si, desde hace ocho meses arrendaba el piso”.

¿Cómo se mencionaba?

_R: No sé, aquí la llamábamos la “dama educada”. Hablaba con palabras bonitas y saludaba a todos. No sé dónde laboró. Salía como a las 9:30 am y regresaba a las 19:00. Era amable”. Continúo hablando….

¿Por qué a usted se le ocurrió violentar la puerta?

-R:” Tenía inquietud…El olor era insoportable… No la habíamos visto desde hace tres días y no oímos más la música clásica que solía escuchar, fue como si de pronto dejara funcionar el equipo de reproducción. Y pensé que nada bueno estaba pasando. Porque la señorita salía todos los días y siempre nos saludaba.”

-” A mí me regaló un cuaderno de dibujo, el sábado pasado, cuando me vio en la escalera, esperando a mi mamá. Estaba como asustada y lloraba… Después le pasó… Me acompañó y me enseñó a mezclar los colores primarios”. Intervino un chico, como de diez años, a quien nadie le prestó atención.

A mí me ayudó a ir, hace tres días, al consultorio, hasta la entrada de la clínica. No podía ir solo, me sentía muy mal y ella me condujo, con la mano izquierda, porque la derecha la tenía vendada y me dijo que le dolía. Es una chica bien portada.” Manifestó un caballero.

¡Por favor, silencio ¡ Dejen de interrumpir…Expresó un funcionario.

-Sra. Matilda, responda:

– ¿Con quién vivía “la dama amable”? Prosiguió el policía.

-R:” Ella vivía sola. Nunca vi visitas.» Contestó.

¿Desea decir, algo más?

R: “No”. Respondió.

Llegó el Dr. Suarez!!¡ Apártense de la puerta, o los quitamos a la fuerza! ¡Salgan todos! Vociferó otro policía, desde el interior de la entrada del apartamento del piso 2B, del segundo piso.

El Dr. Suarez, entró con rapidez y de la misma forma salió. No tardó veinte minutos.

“¿Tan rápido? ¡tan pronto ¡ Pensaron todos.

Ya afuera del apartamento, se dispuso a fumar un cigarrillo que sacó de su abrigo. Al final del pasillo del piso lo esperaba el jefe de Investigaciones, Carlos Cortés, quien lo miraba fijamente, en espera de que le informara o sugeríera , de lo que realmente, había acontecido en el interior de señalado inmueble.

-¿Qué sucedió, Suárez? Le preguntó Cortés.

Nada. Allí no pasó nada. Solo dejó de existir de forma natural una dama. No hay necesidad de hacerle necropsia de ley. Se le paralizó el corazón. Murió de tristeza.”

¿Qué conclusión es esa, Suárez?, no es nada científico”. Acotó Cortés.

-R:” ¿Cómo qué no es científico? Es la verdad de lo que sucedió. La dama murió de amor. ¿No has escuchado hablar del Síndrome del Corazón Roto? En los años 90, médicos japoneses, concluyeron que dicho Síndrome, es el infarto agudo de miocardio en el corazón, producido por un alto nivel de estrés emocional, desencadenado por un desamor, ruptura amorosa u por la pérdida de un ser querido.”.

«Discúlpame, tú teoría no me convence». Replicó e funcionario policial.

«Pero escúchame”, proseguía el médico forense:

” La experiencia en estos largos años de labor, me hacen concluir en lo siguiente”:“Las damas, cuando mueren con los ojos cerrados, sonreídas y con semblante de paz, es porque mueren enamoradas, es como si esperaran el último beso del príncipe…” Así que tranquilo Cortés, ordena el traslado del cadáver y los últimos trámites los llenamos en la Medicatura…Me retiro, trata de terminar pronto con esto.” Concluyó Suárez.

¿Y con lo que, conseguimos en el computador? ¿Y los moretones, aunque leves, alrededor del cuello?… En la espalda, también le vi señales de golpes… No quise explorar mucho, porque ese es tú labor, pero deseo ir hasta el fondo. Tú entiendes, ¿verdad?»… Le refiere Cortés.

R: “Lo del computador es solo un escrito de su diario. Me imagino que se dedicaba a eso, era escritora. ´ ¿Los hematomas? Tú sabes, cómo son las mujeres, que se colocan todo lo que cuelga en el cuello y hacen mucho ejercicio físico, los moretones de la espalda pudo suceder con una caída. …Si quieres, sobre el escrito del computador, llévate una copia y la anexas al expediente, por “un sí acaso” …”. Manifestó, Suárez.

“-O sea, me estás sugiriendo, no investigar, ¿ni siquiera a quién le “abrió heridas “? Preguntó Cortés.

R:” No, no es necesario…. Te lo vuelvo a repetir. Murió una dama enamorada, de puro amor”

Cortés, con semblante de duda, entró de nuevo a la escena que investigaba y volvió a encender el computador. Abrió la carpeta que contenía el último escrito elaborado por la occisa. Volviéndolo a reeler:

Continuación del Diario: Domingo: 09-08-2020, hora 18.30 . Sigue la pandemia.”

“Se me rompió el alma…quedó vacía, con un hoyo de difícil reparación. Como si hubiese regresado todo lo superado y sin consideración. Como si el tiempo no hubiese hecho ya estragos. Llegó recordándome el ayer, el rechazo, el desamor, las palabras de amenazas y sin amabilidad. Brotó como el veneno, esparciendo dosis que distribuyó, no a poco, sino a borbotones y con la voracidad del trago del dolor…. Volvieron aquellos recuerdos furtivos, que intuyo me pueden hacer daño, siento temor y desolación… ¡¡Qué equivocación!! Están tan vivos como este invierno que paraliza huesos y no ayuda a secar heridas….

Ha abierto mis heridas, que estaban escondidas, reposaban debajo de la piel y que aún supuran melancolía. Tocó la afección. Un hombre sin rostro, sin forma, con un nombre que desconozco, al que ayer, me abrazó con pasión. Todo fue en otro idioma…quitó la costra de la lesión y la dejó expuesta, estarán siempre abiertas, como en un libro, una lección.

Hoy el hombre sin rostro, no escondió nada. Se le cayó la armadura y quedó al descubierto. Me amenazó, me intimidó, porque ya no quiero más su amor. Su maltrato, acabó con los colores mezclados de brillantes de alegrías y aromas marinas. Las correntías de amor se detuvieron en el manto de su propio cauce. Me duele mi cuerpo y tengo temor… Porque cuando se agotó mi mirada de amor, perdidamente, casi sin notar, me acosó, me dijo, que declinaré, como el ocaso, al reposo de ¡mi muerte! . Sigo teniendo temor”.

– ¿“Nos pueden dar una copia de ese escrito? Al unísono dijeron los vecinos presentes, parados todos en el umbral de la puerta de acceso al apartamento.

Es que deseamos tener un recuerdo de la “dama amable”. Dijo otro.

Cortés hizo que no los escuchaba. Apagó el odenador y al mismo tiempo manifestó:

Aseguren y clasifiquen toda evidencia: anotaciones, direcciones, nos llevamos el computador para hacerle experticias”. “Vamos a buscar, la identidad de quién le rompió el corazón a esta mujer, aunque sea para conocer su rostro”

“¡Y Ustedes ¡“Dirigiéndose a los vecinos:

¡Ya, lárguense, dejen que descanse en paz ¡

¿Jefe y qué hacemos con el gato? Le preguntó un funcionario

¿Cuál gato?

Ese que está en la cocina, tiene un collar. Se llama “Milo”.

Cortés, observa al gato:” un común europeo». Pensó.

Ese gato no es de la difunta, es de la dueña del apartamento, se lo dejó al cuido, mientras iba a ver a su madre en provincia, por la pandemia.” Con tono de voz alto, aclaró la Encargada.

¿Quién de ustedes se puede quedar con el gato, hasta que la dueña aparezca? Preguntó Cortés, acercándose a la puerta, donde aún estaban personas aglomeradas.

No podemos”. Dijeron casi todos.

Y otros, movieron la cabeza, en señal de “no”.

O sea, ustedes quieren la copia del escrito para recordar la” dama amable”, pero no pueden atender un gatito, indefenso, que se ha quedado sin su cuidadora”. Les gritó Cortés enfurecido.

“¿Saben, lo que son todos ustedes? Unos insensibles averiguadores. ¡Lárguense ¡“. Los vecinos se movían, dando un paso atrás, pero no se retiraban. Hacían caso omiso a las palabras del funcionario.

Con esa expresión terminó su discurso y hablándole a otro compañero, indicó:

Mete el gato en la patrulla. Lo vamos a tener en el Comando hasta que la dueña aparezca. “

Y con grandes saltos salió del piso y al mismo tiempo, todo el equipo policial, con las evidencias recolectadas.

Ya el cuerpo estaba dentro de la Unidad Móvil de la Medicatura Forense. Un funcionario se disponía a sellar la puerta del apartamento con cintas adheribles de seguridad, cuando un hombre, que recién llegaba por la escalera, preguntó:

“¿Qué sucedió aquí?”

“Su vecina está muerta… tenía tres días sin vida ¿Usted no es el que vive en el 2A… ¿Ustedes no eran cercanos? ¿No era acaso su novia?” Lo interrogó una señora, que hasta ahora se había mantenido imperceptible, quien lo observó fijamente, con toda suspicacia. El agente interpretó la intención de la pregunta. El hombre no respondió.

Cortés, quien avanzaba de último, siguiendo su equipo, bruscamente, sin pensarlo, por instinto, se abalanzó al sujeto, lo tomó por la espalda, le sujetó los brazos, lo hizo girar hacia atrás y en forma inmediata le colocó las esposas …Casi arrastrándolo lo introdujo en la unidad policial…

Los demás gendarmes no entendían lo que Cortés acababa de realizar.

-¡Rápido, al Comando!

Díganle al Juez, que ordene otra medicatura”. “Tenemos el primer sospechoso de homicidio por violencia de género”.

“Señora usted, también, aborde la otra unidad. Colabore, debe venir a declarar.” Le manifestó a la mujer, que recién le había hecho el comentario al vecino recién llegado. La fémina acató el mandato.

Se encendieron las sirenas, para el aviso de dar paso a las unidades policiales.

Los vecinos perplejos, seguían reunidos en la entrada del edifico…

“La mató el novio”. Murmuraban todos

Ana Sabrina Pirela Paz.

(agosto 2020)

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