El Alien se sentó, si realmente aquella expresión tenía algún sentido en un ser que carecía de culo, pero se sentó, y si lo mirabas de cerca, después de superar el asco inicial que causaba el ser, realmente parecía que estaba sentado.
Sus tres ojos articulados observaban inquisitivamente una pequeña y brillante flor amarilla, la rodeaba con cada uno de sus tentaculados ojos admirándola como si fuera un milagroso hallazgo, algo que para nosotros, simples humanos, no requería de las más mínima atención.
Pero yo lo admiraba a él. Su dúctil cuerpo no mostraba el más mínimo atisbo de debilidad. Se movía lentamente pero de manera precisa, quirúrgica, sus tres tentáculos danzaban en una serie de movimientos hipnóticos de los cuales ignoraba su fin pero no por ello podía dejar de mirarlos. Él sabía que yo estaba allí, me había echado algúna que otra mirada, pero por lo demás me ignoraba, como si no estuviera.
Pero yo no dejaba de mirarlo, detenidamente, intentando averiguar que hacía y de repente lo supe, ¡estaba usando algun tipo de tecnología alienígena!, por supuesto invisible para mi. Sus agiles brazos danzaban en el aire interactuando de alguna manera con algún artilugio que yo no podía ver. Y todo ello sin dejar de mirar a la flor.
Ya habían pasado muchas horas desde el encuentro y todo aquello no tenía ni el más mínimo atisbo de terminar. Me estaba desesperando y ya no sabía que hacer para llamar su atención. Le había hablado con tono normal, le había gritado delante de lo que parecía su cara, le había susurrado a lo que me pareció su oido, había gesticulado, saltado y hecho cabrioletas delante de él. Le había enseñado varias imágenes en mi pantalla y por un momento conseguí captar su atención, pero solo fue un instante, enseguida volvió sus tres ojos hacia la pequeña flor y sus extremidades siguieron danzando frente a mi.
Y de repente se detuvo. Dejó colgar gracilmente sus tres brazos y me miró directamente, si, con los tres ojos. Me quedé petrificado, casi todo un dia esperando ese momento, suplicando que me prestara atención, y ahora no sabía que hacer.
– Ahora ya puedo escucharte.
La voz salió del Alien, y el oirla no ayudó a relajarme. No era el hecho de que jamás hubiera esperado que el ser me hablara, en el sentido humano de la palabra, ni mucho menos que lo hiciera en mi idioma, lo que mas me asombró fue que la voz era 99% humana, incluso en esa escueta frase pude sentir emoción.
Ahora era yo el que estaba mudo, todas las preguntas se agolpaban a la vez en mi hechizado cerebro y ninguna se atrevía a aflorar.
Yo tenía una misión, vigilar al Alien e impedir que abandonara el planeta antes de la llegada de la Patrulla de Apoyo. Le descubrieron los sensores de largo alcance de Buger hacía ya varias semanas y la trayectoria era clara, se dirigía al planetoide A112 a un parsec de distancia del Punto de Avanzada donde me encontraba yo. Disponíamos de dos flechas y eramos dos pilotos pero por desgracia, cuando llegó la orden, mi compañero estaba de baja, le había picado un mosquito Pursano en su ultimo pernocta y, aunque no era mortal, el dolor era tal que durante varias horas desearía estar muerto. Y partí solo, y ahora allí estaba, solo, con el ser. Y, aunque lo hubiera intentado, no se me ordenó entablar una conversación con él por lo tanto nadie me había preparado para esto, nadie ni nada.
-¿Quien eres?, ¿y que estas haciendo aquí con esa flor?.
Era lo primero que se me ocurrió pero si lo pensaba detenidamente realmente era lo que mas me intrigaba.
-Soy Elquetodolosabe y estoy admirando el mayor hallazgo de nuestra civilización.
-¿Elquetodolosabe?.
-Si, lo he trasucido literalmente ya que mi nombre es incomprensible para ti.
-¿Tan dificil es?.
-No, simplemente eres incapaz de oirlo, de la misma forma que eres incapaz de ver mis pensamientos.
-Pero, ¿como podría yo ver tus pensamientos?.
-¿Porque no?, he estado trabajando con ellos delante de ti durante horas y ni te has enterado.
¿Eso era lo que hacía?. ¿Estaba pensando?.
Me autoconvencí que el hecho de haber iniciado una conversación haría mas facil que pudiera cumplir mi misión, simplemente debíamos hablar y dejar pasar el tiempo.
-Estabas pensando.
-Claro.
Claro. Pero imaginé por un momento a un grupo de seres, todos pensando, y todos viendo nítidamente lo que pensaba el otro. Un escalofrío me recorrió la espalda de abajo a arriba, algo había despertado mi alarma interna y no sabía qué. Volví a rememorar al grupo, con sus brazos danzando unos frente a otros y con los ojos, independientes, ovserbando todo lo que ocurría. ¡No podían mentir!. ¿No podía mentir?.
-¿No puedes mentir?.
-¿Mentir?…….no. ¿Los humanos podeis?.
-¿Mentir?…….si. Podemos y lo hacemos. Lo cual no implica que yo tenga ningún interes en mentirte a ti.
-¿Y puedo fiarme de lo que dices?.
-…….Si.
Ya sospechábamos de la existencia de seres alienígenas desde hacía varios años, pero solo eran indicios, ecos de que había alguien mas rondando el espacio humano, nunca habíamos conseguido contactar con ellos y mucho menos conocer su morfología ni sus intenciones, y ahora, allí mismo, tenía la oportunidad de saber todo lo que quisiera de ellos, o todo lo que él quisiera contarme. De lo que podía estar seguro era que, contara lo que contara, sin duda sería cierto.
-¿Puedo preguntarte si tu planeta está muy lejos de aquí?.
-Si, puedes.
-…….¿Está muy lejos?.
-¿Lejos?, ¿cerca?. La distancia entre dos puntos es relativa, pero si te sirve de algo te diré que está a mas de mil parsecs.
-¿Mil parsecs?.
-Mas.
-Y que haces pues aquí.
-He venido en busca de la Luz Amarilla.
¿Había recorrido mas de mil parsecs en busca de esa insignificante flor?, ¿algo se me escapaba?. Durante la interminable espera había consultado la red en busca de información sobre la flora del planetoide y había encontrado un estudio de los doctores Okawa y Lancelot sobre la planta en cuestión. Descubrieron que emitía alguna especie de energía pero la emisión era tan debil que ni con la última tecnología pudieron discernir nada de su composición. Quedó como una nota anecdótica.
-Pero has recorrido todo ese espacio por…¿por esa flor?.
-Si.
No podía mentir por lo tanto esa flor no era lo que parecía ser, al menos para ese ser.
-¿Tan importante es para ti?.
-Para nosotros, mi pueblo.
-Pero, ¿porque recorrer esa distancia y en vez de contactar con nosotros te conformas con conseguir una flor?. ¿No sería un hallazgo mucho mas importante para tu pueblo contactar con una civilización inteligente, con todos los avances que ello implicaría para las dos civilizaciones, que encontrar una misera flor en un planeta perdido?.
-No.
Mi fustración iba en aumento pero el tiempo iba pasando. Estaba claro que cuando estuviera en manos de la Comandancia sería interrogado a conciencia, pacificamente esperaba aunque tenía muchas dudas, pero mi interes crecía con cada pregunta, y con cada ambigua respuesta.
-No lo entiendo.
-……Entiendo que no lo entiendas.
-Explicate pues.
-…….Nuestra civilización ha llegado a una encrucijada, hemos llegado a un punto muerto en nuestra evolución y es sabido que lo que no crece decrece, una civilización estancada está abocada a su extinción. Necesitamos la Luz Amarilla para superar el estancamiento, de lo contrario desapareceremos de la faz del universo.
-¿Pero como una flor puede lograr eso?.
-No es la flor en si, es su energía, su poder.
-Pero nuestros científicos que la estidiaron no lograron descubrir nada capaz de lo que dices. A parte de una ínfima emisión de energia nada relevante.
-¿Ínfima?, una palabra también relativa, tus científicos no descubrieron nada igual que tu no viste mis pensamientos y por lo mismo que serias incapaz de oir mi nombre. No vemos lo mismo ni sentimos lo mismo ni anhelamos lo mismo.
-¿Y tu que anhelas?.
-Volver a mi planeta con la Luz Amarilla y salvar a mi pueblo. Es todo lo que quiero y es lo que voy a hacer.
Ese ser me causaba empatia, no hacía muchas horas, lo habría desollado como a un pulpo y tal vez despues me lo habría comido, y ahora compartía su deseo, o lo entendía al menos.
También sabía que pasaría cuando llegara la Patrulla, y aun después, durante el interrogatorio y el saberlo hacía que mi empatía hacia él se acrecentara.
El Alien abrió un baul plateado que levitaba a su lado y se dispuso a guardar la flor en el, no sin antes haberla extraido cuidadosamente de la tierra y posado en un tiesto con parte de esta. La flor no dejó de brillar, era un brillo devil, sutil, pero brillo a fin de cuentas en una oscura noche cerrada. Luz amarilla, así la había llamado el ser. La depósito dentro del baul y el interior de este se iluminó. Cerró la tapa y se levantó.
-Ha llegado la hora de partir, tus amigos están cerca y no esperaré su llegada.
¿Como lo sabía?, que mas daba, había llegado el momento que tanto temía, debía impedir que se fuera pero sin matarlo, la orden era clara y concisa al respecto, lo querían vivo.
Ya había estudiado detenidamente su cuerpo durante la tediosa espera, llevaba lo que parecía un exoesqueleto compuesto de escamas de no mas de un centímetro cuadrado, que a su vez, cuando la acción lo requería, como doblar un brazo, cada una de ellas se dividía en otras cien mucho más pequeñas pero idénticas, y ovserbando con la lente de amuento de mi visor descubrí que estas también se dividían en otro centenar de las mismas características. Todo aquello le conferían de una dureza y una agilidad extraordinaria pero yo también vestía un traje de batalla que triplicaba mi fuerza y protegía mis puntos deviles. No quería tener que descudrir quien era mas fuerte, no quería matarlo ni morir, además tenía orden de custodiarlo vivo y un enfrentamiento entre ambos sin duda sería a muerte.
-No quieres matarme, ni que te mate. La solución es sencilla, dejame ir.
-No puedo.
-Pero….¿si no puedes matarme y no quieres morir?, ¿que otra solución propones?. Yo no voy a quedarme.
-Entonces debo detenerte.
-Y morire yo para tu suerte, o tu para la mia. De ambas maneras incumples la orden, y tus propios deseos.
Tenía razón, lo sabía, pero…
-¿Que propones pues?.
-Dejame partir hacia mi planeta, hacia mi pueblo.
-Pero…no puedo.
-Pero…debes. Y eres consciente de ello.
Lo era.
-Tengo una misión.
-Que no vas a cumplir hagas lo que hagas, ahora tu debes decidir como incumplirla.
Debía dejarle partir, era, sin duda, la solución más lógica y la que deseaba tomar. Pero, ¿como justificaría mi acción ante mis superiores?. No podía dejarlo marchar sin mas, sin que ello me causara problemas.
-Te dejaré ir, pero antes debemos idear un plan para mis superiores. No puedo decirles que te dejé ir.
-Se lo que tengo que hacer.
-Ya has pensado en algo.
-Si. He estudiado minuciosamente tu traje y sé exactamente como actuar. La verdad es que iba a hacerlo de todas maneras llegado el caso.
La sinceridad sobre todo.
-Decir siempre la verdad te pone en clara inferioridad ante un mentiroso.
-No conozco a ningún mentiroso, creo, pero los lazos de unión entre los individuos de una sociedad incapaz de mentir son mucho mas estrechos. Somos seres individuales pero extremadamente sociales.
-Los humanos seríamos incapaces de convivir a ese nivel.
-Seríais capaces.
-Lo dudo.
-Sereis capaces.
¿Sereis?. Nunca miente, aunque puede omitir la verdad.
-¿Seremos?.
-……Sereis, probablemente.
-Ja ja ja, perdona pero no he podido evitarlo. Tu desconocimiento de los humanos es total y eso es lo que te aboca a afirmar algo no ya improbable si no totalmente imposible.
-Lo sereis.
Y acto seguido me apuntó con una especie de mando de control y no recuerdo nada mas del encuentro.
Me rescataron cuatro horas después y, tras pasar un par en observación, al día siguiente ya estaba de pie otra vez.
Todos los exoesqueletos tienen un sistema de sueño. Cuando estás inmerso en una lucha tienes pocas ocasiones para dormir y cuando estas se te presentaban suelen ser de corta duración. Por muy cansado y exausto que estés, el fragor de la lucha y la adrenalina desbocada te impiden, la mayoría de las veces, disfrutar de ellos, así el traje dispone de un sistema de sueño forzado. Tu le dices el tiempo de que dispones y automaticamente te induce el sueño de forma química.
Eso fue lo que uso el Alien contra mi, me indujo un sueño de dos horas manipulando el sistema de sueño.
Despues vinieron las preguntas y las horas repasando mis respuestas y descripciones. Conté toda la verdad salvo la corta conversación donde planeamos su huida.
Cuando todo acabó fui tratado como un heroe, salía en todos los noticieros y todas las pantallas del Espacio Humano dando discursos y conferecias sobre la experiencia vivida. Pero nunca olvidé el «Lo sereis». El Alien estaba tan convencido.
UN AÑO MAS TARDE.
Todos los noticieros y canales del Espacio Humano hablan de lo mismo, la red es casi monotematíca.
Todo empezó en el sector tres, los testigos relatan como una Luz Amarilla proveniente del espacio se apodera de planeta tras planeta y como esa Luz ilumina todos y cada uno de los rincones que encuentra a su paso. Pero lo sorprendente es lo que ocurre a las personas, una vez la Luz te ha iluminado eres incapaz de volver a mentir. Sociologos y psiquiatras de todo el Espacio Humano debaten como este hecho afectará a largo plazo a la civilización como tal. Visto lo que acaece en los planetas afectados, disturbios, riñas, divorcios, despidos, quiebras y un sin fin mas de desgracias, todos coinciden que nuestro futuro a corto plazo es el desmembramiento de nuestra sociedad tal y como la conocemos.
NOTA. Siguen multiplicándose los avistamietos de naves alienigenas en las Zonas Amarillas, sin duda nada tiene que ver una cosa con la otra pero es curiosa la coincidencia. Fin.
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