Martes 3 de agosto

6:30

Me levanté malhumorado porque aún me duraba la jaqueca del fin de semana.

Pensé cuanto tiempo durará esta migraña, y sonreí al recordar el festejo a todo trapo del cumpleaños de mi mujer el domingo.

9:30

Me presenté en la oficina con toda la intención de progresar en el proyecto en el que estoy trabajando. Las benditas palas mecánicas para los bulldozers de la municipalidad. Las palas comunes no pueden acometer el trabajo de pavimentación de las calles del barrio Yapoyanat, la tierra es demasiado dura.

9:45

Pensaba que sería un día tranquilo, hasta que se presentó Heriberto Morales, el encargado del proyecto por parte de la municipalidad.

Le indique que se sentara. Con un acento brasileño, fruto de unas largas vacaciones en ese país, me pregunto por el presupuesto del acero reforzado que teníamos.

Mi ingenua respuesta fue que ese era un tema del departamento de contabilidad.

Él dijo «De acuerdo, pero ellos basan el precio en base a sus requerimientos». Y saco con naturalidad un sobre espeso de papel madera, agregando mientras me lo extendía: “Hay una acerería en la provincia de Buenos Aires; Horacio Cifuentes y Asociados que fabrican el acero que ustedes necesitan”.

Azorado expresé: “¿Cómo la saben? Si hasta ayer trabaje en las funciones a implementar, recién hoy me aboco a los materiales”

Su respuesta fue una silenciosa mirada al sobre que me estaba entregando.

Revisé su interior, un enorme fajo de dólares.

Me puse colorado e indignado grité: “¡Se equivoca si cree que va a comprar mi integridad!” Y tirándole el sobre de su lado del escritorio le espete: “¡Largo de aquí!”.

21:30

No pude soportar la indignación que sufrí esta mañana. Me hizo mal guardar esa conversación a mi mujer, terminamos discutiendo por fruslerías.

Miércoles 4 de agosto

6:30

No pude dormir en toda la noche, me levanté con acidez estomacal.

9:30

Al presentarme en la oficina me estaba esperando el jefe departamental de proyectos en mi escritorio. Y en una supuesta conversación amena e informal me señalo que Hugo Roca de la otra jefatura de proyectos continuaría con mi trabajo con la municipalidad. Le pregunté que le había hecho tomar esa decisión casi con sorna. Me contesto con gesto ceñudo que ni la municipalidad ni la empresa estaban conformes con mi desempeño. Dicho esto, se levantó enérgicamente y se fue.

11:00

Traté de abocarme a otros proyectos en espera, pero no pude. Me encontraba demasiado exaltado.

21:30

No pude hablar de lo que me pasaba en el trabajo con Elena, mi confidente esposa. Temía que ya estaba por perder el empleo.

Jueves 5 de agosto

6:30

Tampoco pude dormir anoche. Me levanté con jaqueca y una grave acidez estomacal. Durante la noche medite sobre el camino a tomar en mi situación.

Me pareció la mejor opción, sin dudar, el no ir a trabajar hoy y presentarme en la oficina anticorrupción gubernamental.

9:00

Quedé muy conforme con el trato y la atención que me dispensaron en la oficina anticorrupción. Todo quedo documentado.

5 de junio

Nota a la copia del diario de mi esposo.

Luego del accidente automovilístico en el que murió Gerardo descubrí su diario íntimo; el cual se lo entregué a las autoridades.

Hoy me enteré que desapareció del deposito de pruebas de la jefatura de policía.

Etiquetas: un diario intimo

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS