Tercera noche de insomnio

El futuro que planeamos juntos se esfuma entre el humo que se escapa de mis pulmones intentando calmar el dolor de perderte. Deseabas hacer libros, dijiste que me ayudarías a hacer mi propio libro. ¿Recuerdas todas las conversaciones que tuvimos respecto a la vida que anhelamos? Eran cosas sencillas como pasar el resto de nuestros días juntos, absortos en un mundo construido para los dos. Libros en la biblioteca, comida para enamorarnos, nuestras voces que se compenetraban en un diálogo infinito donde podíamos ser nosotros mismos. Conocernos, amarnos en lo más oscuro de nuestras almas y nuestro pasado, acurrucarnos el uno junto al otro mirándonos a los ojos, sintiendo nuestro olor.

No deseaba grandes cosas en la vida, me conformaba con mirar paisajes y de vez en cuando sacar un par de fotos que nadie vería. Pasear en bicicleta, leernos, fotografiarnos, teñir de colores los momentos más grises. Abrazarnos en los malos viajes. Leernos, amarnos.

Ahora sacarás de tu biblioteca personal mis cuadernos.