El sol y la luna
A quien piense que ha sufrido por amor, a quien sienta que su vida ha sido una tras otra caída dolorosa con miles de corazones rotos, a quienes van por la vida desilusionados del amor por que sus sueños se marchitaron; de alguna manera quiero contarles la desafortunada historia de amor de dos seres, que con miles de siglos encima, siguen luchando por vivir juntos, sin lograrlo.
La luna y el sol han sido los amantes más antiguos del universo, han dado inspiración para canciones tristes y alegres, y han sido testigo de cada derrota y victoria de la humanidad, de la vida, del amor, de muchos de nosotros. Pero su historia de amor es triste, destinados a compartir sus días desde lejos, cada uno muriendo por saber que el otro está ahí, a unas horas de cercanía pero nunca podrán estar juntos.
Se aman con locura, son tan distintos el uno al otro, pero no les importa. El sol se enamoró de su romanticismo, su dulzura y su enigmática forma de vivir; la luna se cautivó de su brillo, su alegría y su bondad para todos, su mágica pasión. Se aman, se aman en distancia, pero nunca han pensado en estar aún más lejos uno del otro de lo que ya están. Se aman con locura porque solo la locura puede dar la fuerza para amar y vivir de esta manera.
Amor desafortunado de esta pareja, que son cómplices de cada historia de amor en la tierra pero muy poco pueden hacer por la suya. El sol por su parte alumbra el camino de los novios que sin freno toman decisiones en busca de su felicidad, da luz a los sueños de cada pareja de enamorados y sale cada mañana para enseñarles que sin importar nada, siempre hay un comienzo para seguir amando. En cambio la luna, la luna se dedicó a despertar los sentimientos más puros en los hombres, su labor es llenar de los momentos más propicios, más románticos, más mágicos para que las palabras más lindas y los sentimientos más ocultos salgan a flote. La luna entrega la oscuridad para poder entregarse a la pasión, y el sol la claridad para caminar de la mano junto a quien amas.
Bendito o maldito destino que a pesar de ver su dolor y esfuerzo por seguir amándose así, les brinda solo un momento cada cierto tiempo, cada cientos de años, cada ciertos siglos para que sus caminos se crucen y por pocos minutos rosarse, verse, sentirse, poder sentir el frío y el calor intercambiado en cada uno, que por tiempo han deseado. Un eclipse es la complicidad de la vida para que estos amantes puedan estar cerca; para nosotros una maravilla natural, una extrañeza del universo, para ellos pasión, amor, melancolía; se acercan, se aman, se recuerdan lo mucho que se extrañan porque saben que los minutos corren y su historia de amor imposible continuará. Bello momento el eclipse tan hermoso y caótico al mismo tiempo, renueva su amor y por más que duela entienden que ese momento los hacen vivos y tienen la fuerza para seguir su destino de amarse desafortunadamente.
A quien sienta sufrir por amor, solo le pido ver el sol y la luna, valiente y hermosa pero lejos uno del otro, con las ganas de juntarse para siempre y destruir el mundo, pero sin poder hacerlo, si estuviera en sus manos lo harían sin pensarlo, sin pensar en nadie más, porque al final solo su amor los hace vivir, lo demás no importa. A quien pueda amar sin importar nada ni nadie, háganlo, el sol y la luna no lo pueden, pero aun así se aman por los siglos.
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