Un triste cumpleaños.

La vida como un incienso se va consumiendo poco a poco hasta que ya no hay que quemar y es así como termina todo. Así fue como tu vida terminó…

Amigos desde primer año básico, llegaste a mi mesa pidiéndome que juguemos ya que nadie quería jugar contigo y yo no era la persona mas especifica para realizar esto pero había algo que me decía ¿Por qué no? Entonces así fue como nació esta amistad.

Empezamos a ser los inseparables del curso, inseparables de la vida, amigos de corazón como te gustaba decir que éramos, y si tristemente digo éramos.

Llegando a segundo medio conociste a un grupo de compañeros que llego y claramente no eran los mas correctos amigos que podríamos tener y no lo digo en tono de discriminación, que no se mal entienda pero hasta un ciego podía ver la clase de personas que eran. Pero por seguirte y no dejarte solo me quedaba contigo cuidándote, en caso de algo no estuvieras solo.

Llego el momento que yo sabía que ocurriría y que quería evitar y alejarse de ahí, pero tu como eras tan curioso quisiste hacerlo, si, hablo de las drogas, las malditas drogas que acabaron con nuestra relación de amistad y tristemente con tu vida.

Siempre me reprocho por que no hice algo mas para evitar ese momento, pero tu forma de ver lo que dicen y opinan los demás de ti fue lo que me hizo tristemente alejarme de ti, yo quería que dejásemos a esos tipos y nos fuéramos, pero empezaron a decir:

-haaay! Valla su pololo lo esta llamando!

– jajajajaja

– corra a darle un beso a su pareja

Y eso no era nada con las otras cosas que decían pero tu decidiste decirme

-Vete a la mierda!

Y ahí entendí que ya esto difícil retorno tendría. Dejaste de hablarme por semanas, me ignorabas en los recreos y te juntabas con estos tipos que eran los que consumían drogas antes y al salir del colegio, tu te uniste a esta practica ya casia a diario, comenzaste a bajar tu rendimiento, dejabas de asistir a clases y me evitabas la mayor parte del día. Cuando trate de hablar contigo fue imposible por que estabas tan drogado que no estaba mi amigo en ese momento, sino, un zombi literalmente.

Trate de hablar con tu madre pero ella ya se había rendido, comenzaste a vender sus cosas para poder tener para tu vicio enfermizo, y lo mas terrible fue cuando comenzaste a robarle a tu propia madre.

Pasaron unos meses y no supe mas de ti, tu madre se cambio de casa y tampoco mantuve contacto con ella. Una noche vuelta del colegio caminando por el Rio Mapocho se me acerca un tipo todo de negro con una capucha, me acerca una cuchilla y me dice:

-¡Entrégame todo lo que tengas!

En ese momento me congelé y no supe como reaccionar, no tanto por el tema del cuchillo sino, por que esa voz la conocía y sabia que era mi mejor amigo, mi amigo de infancia, que tristemente llego a esto. Sin mas que ponerme a llorar te miré fijamente y vi tu reacción de reconocerme, pero tus seudo amigos estaban observándote y lo único que hice fue abrazarte y me respondiste llorando y diciéndome

– Perdóname por todo lo que hice.

Yo feliz por que habías tenido esa reacción mas te abrace, pero les molesto a tus amigos y uno de ellos se acerca y te dice

– Si tanto lo quieres bésalo y me apuñaló en pulmón derecho.

Tu reacción al verme así fue sin pensarlo, corriste tras este sujeto para hacerle lo mismo, pero estabas tan segado en tu ira que olvidaste que eran mas y entre los tres mas que andaban de dieron ocho puñaladas por todo tu cuerpo y como si eso no fuese suficiente comenzaron a patearte en el suelo dejándote desangrar, cobardemente corrieron y te dejaron hay, agonizante en un charco de sangre.

Como pude trate de levantarme a ayudarte mientras me contactaba con la ayuda la cual llegó muy tarde. Nunca voy a olvidar las palabras que me dijiste en ese momento:

– Perdóname por haber sido así contigo y haberte fallado de la forma que lo hice…

Hoy estoy aquí nuevamente un 20 de abril frente a tu lapida para desearte un feliz cumpleaños, otro cumpleaños sin tenerte a mi lado, otro cumpleaños sin tu alegría, sin tus bromas, sin tu amistad.